Partida Rol por web

Pock sonrie. Forzadamente.

Oh. Gracias.

Pescado.

Crudo.

Carraspea un poco.

¿Estoooo ... tienes fuego y una sartén por aquí?

El dragón contempla unos segundos a Pock. El reptil había traído peces pues su invitado era marinero y supuso que no haría ascos a pescado crudo y fresco, pero se veía que el gnomo estaba acostumbrado a vivir bien y a la comida servida en plato.

Sin responder el dragón cogió una de las antorchas y se la pasó al gnomo, la ultima petición que pudo cumplir esta vez pero empezó a preguntarse si no habría sido mejor opción haber devorado al gnomo, pues ahora que su huésped se sentía cómodo le pedía muchos favores.

El gnomo miró la antorcha.

Vale, creo que pedir utensilios civilizados no va a ser muy útil.

Se resigno y como pudo se puso a preparar los pescados quemandolos con la antorcha.

Un día de estos, si consigo salir vivo de aquí, te invitaré a una buena comilona gnoma. Cochinillo asado, conejo a la parrilla, patatas cocidas con pollo asado. Te aseguro que no has comido nada igual.

Ese cuadro. El del anillo. ¿Eres tu? No hay muchos dragones por aquí ... ¿lo del anillo es simbólico?

El dragón niega con la cabeza.

-No, no soy yo… El de las pinturas es “Padre dragón”, mas conocido como Io para los mortales. -Aclara mientras el dragón tomaba asiento otra vez. Sus escamas brillaban mas que antes a la luz de las antorchas ya que para pescar se había visto obligado a sumergirse.

-Esta isla, al igual que la ciudad, pertenecían a Io. Estas gentes fueron su primera creación y sentía un cariño especial por ellos. Durante siglos fue su protector y contemplaba con orgullo como sus hijos progresaban y evolucionaban asta llegar a ser una ciudad como nunca ha visto el mundo… -Dice con tono satisfecho, como si los logros de las gentes hubieran sido los suyos propios.

-Cada cierto tiempo, el equivalente a un siglo en el mundo mortal, Io visitaba a su creación para fortalecer la fe de sus hijos con su presencia. Para transportarse a esta dimensión lo hacia mediante un portal en forma de anillo, uno de los artefactos que los dioses crearon en la Era de la Creación, antes de la batalla entre Primordiales y Dioses. -Relata el dragón. -Mientras el dios dragón vivía nadie intentó tocar el portal, pero tras su muerte y el nacimiento de Bahamut y Tiamat, la ciudad y el portal quedaron sin dueño. La isla debía pertenecer a sus dos hijos, pero ninguno de los dos quería compartir su mitad con el otro, a día de hoy aun se disputan la suerte de la ciudad y del portal… -Sigue narrando con un tono que delataba pesar.

-Io, antes de batirse en duelo contra el primordial Erek-Hus, encomendó a un dragón la honrosa tarea de proteger el portal durante su ausencia. Padre dragón sabia demasiado bien que si el moría la ciudad caería, pues muchos dioses o los príncipes del Abismo intentaría apropiarse del portal… Quien mas encarecidamente lo a intentado a sido Vecna, pues el dios no-muerto lleva siglos intentando entrar en Sigil, dimensión que a los dioses les resulta imposible atravesar… pero no con El Portal de Io. -Alasnegras pausa un momento mas, su historia estaba a punto de terminar mientras Pock también terminaba de engullir el primer pescado que había asado.

-Los dragones no somos inmortales, aunque vivamos mucho, y aquel primer custodio falleció hace mucho y su tarea pasó a otros dragones asta que Io regresara. Como ya sabes yo soy el ultimo Custodio, y mi tarea consiste en hundir los navíos que trasportan a los seguidores de aquellos que codician el artefacto, hundiendo alguna vez por error los barcos de gente “inocente”... Un pequeño sacrificio por el bienestar del mundo.

Oh ... vaya.

A eso se le llama estar en el lugar equivocado en el momento inoportuno. - Protesta vagamente el gnomo.

Así que he ido a parar a la casa de campo de un poderoso dios que se ha partido en dos mitades que no se ponen de acuerdo y me he encontrado con uno de los guardianes ancestrales que se dedica a proteger un portal que permite el paso de los dioses del ataque constante de demonios y necromanticos.

Come un poco de pescado.

Para colmo, no puedo contar nada de eso a nadie. Aunque de hecho, por mas que me muera de ganas de escribir una historia sobre ello, no tengo ninguna intención ... lo ultimo que quiero es un culto de Vecna a por mi feerico trasero para saber la ubicación del portal.

Con lo que el cementerio de barcos, y sus lapidas, pertenecen a legiones del mal ¿eh?

Manda narices.

Y la ciudad ... ¿que pasó con sus habitantes?

-Sin Io para protegerlo los demonios y dioses atentaron contra la ciudad para evitar toda resistencia. Para combatir este mal el primer guardián permitió el paso a los primeros navíos que trasportaban a caballeros de Erathis y sus buenas intenciones, pero trajeron sin pretenderlo enfermedades contra las que los aborígenes no tenían cura. Muchos murieron y los que no quedaron debilitados de por vida y algunos trastornados. Como era de esperar los “demonios de cuerpo metálico”, como fueron apodados los colonos, fueron sacrificados por el pueblo. -Aclara el dragón de cobre.

-De los que sobrevivieron al “Castigo divino”, como así creían que era, dejaron la ciudad e intentaron rehacer sus vidas en el bosque. Los aborígenes que encontraste son sus descendientes, una especie reptiliana que a causa de las penurias y de su nuevo forma de vida a menguado de tamaño, auque existen excepciones. -Explica.

-Fueron pocos los que siguieron viviendo aquí, los que perdieron el juicio y se aferraban aun a una fe ciega. Estos siguieron llevando un nivel de vida lamentable entre las ruinas, confiando en el retorno de Io. Se vieron obligados a recluirse en el subsuelo, donde ahora nos encontramos, para protegerse de mas ataques y enfermedades de colonos o señores supremos. Esta especie evolucionó de una forma distinta… Sus escamas se volvieron albinas y el sol ahora les molesta. Yo los llamo “Los Moradores de las Ruinas” y procuro cuidar de ellos. Así pues ellos me traen tributos y siente una devoción que ni ellos comprenden de donde les viene, sus actos son impulsados por memoria genética.

¿Me estas diciendo que los aborígenes sacrificaron a los misioneros de Erathis? - Dice Pock dejando de comer por un momento.

¿Y ese cementerio? ¿Quien lo creo y por que está lleno de monstruosidades?

El dragón dio una única cabezada con la cabeza afirmando el temor de Pock.

-Así es, fueron sacrificados por el pueblo, y aunque creamos que podrían haber solucionado las cosas de otra forma nosotros no hemos tenido que enfrentarnos al temor del exterminio.

El dragón toma aire y prosigue con la explicación y los secretos de la isla.

-Ese cementerio siempre ha sido tierra sagrada para los hombres-lagarto. Cuando llego el “Castigo divino” y hubo numerosas muertes el cementerio aumento considerablemente. Tantas muertes y de una forma tan horrible debilitaron el vero entre el Paramo sombrío y el cementerio, haciendo que los muertos no encontraran el descanso eterno. Las victimas hoy en día se levantan de sus tumbas como zombis, pero no son las únicas criaturas que las habitan... –El reptil se detiene para tomar aire y prosigue otra vez con la explicación.

-Los hombres lagartos de este lugar, en especial los que viven en el bosque, practican el canibalismo hoy en día, creyendo que si se comen a su rival las enfermedades por las que paso no se repetirán en el que lo devore… Esa es su creencia pero en verdad no sirve de nada. Cuando un compañero de tribu muere es enterrado en el cementerio para evitar que tribus rivales se hagan con su carne, pero al dejarlo en ese lugar tan cargado de magia necrótica y al haber sido un practicante del canibalismo durante su vida, reviven como guls al servicio de Orcus…

Pock se frota la sien mientras da vueltas sobre lo que le ha dicho.

Pero eso es una situación insostenible. Tarde o temprano el numero de servidores de Orcus superará a los vivos.

Y luego irán a por ti o a por la ciudad.

Luego continua comiendo el pescado antes que se le enfríe.

Entiendo que sea un lugar sagrado, ¿Pero por que no lo quemas hasta los cimientos? ¿Y por que pones los mástiles de los barcos allí?

-Tengo la suficiente fuerza y sensatez como para poder retenerlos, gnomo. No creas que permito que todos los cuerpos sufran tal transformación. Tomo medidas y los Moradores de la Ruina me los traen como fuente de alimento. –Dice secamente. -Y aunque moren algunos seguidores de Orcus yo me aprovecho de ellos para que quienes no mueren en el naufragio o en el bosque lo hagan en el cementerio. Lo de los mástiles es cuestión de estrategia ¿o quizás no te asustó encontrar los restos de tu supuestamente hundido barco? –Explica el dragón con un tono molesto, como si lo que había considerado una buena idea tramada durante siglos ahora fuera cuestionado por la única visita que había tolerado tener.

-Llegaste muy rápido aquí… -dice sentándose sobre sus cuartos traseros demostrando su diferencia de altura con el gnomo -…pero la ruta de a pie es muy distinta. La ciudad está por debajo del nivel del mar y hay que bajar por el barranco, por no decir que para llegar al Portar de Io hay que conocer el camino correcto de un laberinto de túneles.

¡O no! - Dice exclamando el gnomo al percatarse de la pequeña ofensa del dragón. - No cuestiono la utilidad de los mástiles como fin disuasorio. Es simplemente que me preguntaba si había un significado mas místico.

Cita:

Sin duda el camino no debe ser fácil. No. Pero aún así me parece correr riesgos innecesarios. - Intenta explicarse el gnomo.

Entiéndeme ... se me hace difícil comprender por que un ser tan magnifico como tu, una criatura que está en el eslabón mas alto de la cadena alimenticia ... tiene que comportarse como una niñera ante unos aborígenes que han decaído en el canibalismo.

Debes tener tus razones, no lo dudo, ni los cuestiono, pero se me hace extraño.

El gnomo termina de comer y se limpia un poco las manos como puede.

Una historia interesante, si señor ... pero ... ahora viene la pregunta mas importante, al menos para mi, y es ... ¿y como sale uno de esta isla?

El dragón observa al bardo con algo de recelo, pero su estado hostil fue menguando tras la disculpa.

-Saberlo no lo catapultara a otro lugar, así que puedo contárselo… Pero su viaje será cuando lo considere oportuno.

Era mucho lo que el bardo conocía y saber algo más no cambiaría nada. Tomada la decisión el reptil asiente una vez con la cabeza, respondiendo a la pregunta del gnomo pero afirmandolo poco después en su conversa.

-Si, gnomo, existe una forma y sin que me vea obligado a trasportarte otra vez. Podría enviarte a alguna ciudad del mismo modo que lo hacía Padre Dragón cuando se catapultaba desde su morada en el Mar Astral hasta esta isla.

El gnomo mira al dragón apretando los labios y reservándose su opinión.

Perfecto, el único modo de salir es a la grupa ... o mas bien las garras ... de un dragón que tiene como hobby hundir cualquier barco que se acerque a la zona independientemente de su destino.

Por no decir caprichoso.

No voy a salir nunca de aquí ...

Pasan los segundos en los que el gnomo se mantiene en silencio, intentando pensar en el asunto y dándole vueltas como un perro a su lugar de descanso.

Bien. ¿Y ahora ... ? - Termina diciendo dándose por vencido y curioso sobre su futuro.

El reptil observa con ojos inteligentes al gnomo, dándose cuenta que si invitado se había perdido en alguna parte de sus historias.

Tras un exasperante momento de silencio el dragón lo intenta una vez más.

-Creo haber nombrado el portal mediante el cual Padre Dragón utilizaba para trasladarse a esta dimensión… Me refería a ese artefacto.

Mientras el dragón intentaba explicar una vez más su plan, se vió interrumpido por unos golpes de puerta que resuenan más fuertes en la gran sala. El dragón dirige su mirada al exterior un poco sorprendido y llevándose la garra a la barbilla para rascársela.

-Si ya están aquí debe haberse puesto el sol mientras hablábamos… -Murmura el dragón mientras se dirige otra vez a la entrada de su cubil para sentarse sobre sus cuartos traseros y recibir la reciente visita.

Desde la altura Pock puede ver a dos hombres-lagartos, una subespecie de escamas blancas, vestidos con harapos y armados con mazas hechas de madera y cráneo de aborigen. Los dos reptiles cargan con un hombre-lagarto campeón de escamas verdes, el cual depositan en el suelo bajo la atenta mirada del reptil y retroceden un par de pasos con la cabeza agachada en signo de respeto.

El gnomo observa en silencio la llegada de los reptiles albinos de aspecto desagradable.

Tras esta pareja entran cuatro más, siguiendo el mismo protocolo y añadiendo a la ofrenda otros cuatro cuerpos.

Mis compañeros ...

Bueno, no hay mucho que decir aparte de que parecemos una comitiva de un circo. - El gnomo sonríe lánguidamente.

Tenemos a Alain, un mago humano ... es majete pero le falta carácter. Damaia, una tiflin acostumbrada a mandar.

No es mala mujer y tiene un buen par de ... - El gnomo va a hacer un gesto con las manos pero luego se da cuenta que al dragón probablemente no le interesan esos detalles. - ... bueno, que es la líder, o lo era cuando era capitana de un barco y no una naufraga.

Tenemos a Erick, un paladín de esos que todo el día está nombrando a su dios para que le ayude a cortar a rodajas a sus enemigos.

Buen tío, pero ronca un poco cuando duerme.

Gaaki es una luchadora temible. Y casi se podría decir que es atractiva, para ser medio orca, claro. Tiene temperamento pero también sabe controlar sus impulsos cuando toca. Mejor que yo de hecho.

El ultimo es Heskan. Draconido. Rabioso. Siempre con ganas de comer, fornicar y matar. Las mete dobladas con su arma.

Vuelve a sonreír.

Ninguno de ellos tiene ni idea de supervivencia en una selva desconocida y peligrosa como esta. Pero son buenos matando todo lo que se mueve.

Con lo que ... o encuentran un lugar tranquilo pronto, o supongo que a este paso la isla se quedará sin fauna.