Partida Rol por web

La navaja de Ockham -Sangre en las calles (Cap-II)

Prólogo I

Cargando editor
13/11/2017, 11:11
Director

A veces, la noche no era tan oscura como muchos creían. Sobretodo cuando estabas en lo alto de un edificio, donde mucha gente tendía sus ropas a lo largo del día, donde los niños jugaban con piscinas pequeñas de plástico que tardarían un verano si acaso en romperse. Sobre el edificio de tu gimnasio, oteabas sentado bien en el suelo o en una de las hamacas que siempre estaban allí, roídas por el tiempo deslucidas por las horas de sol el cielo lleno de luces artificiales mientras escuchabas la música de una radio que siempre estaba encendida en ese lugar. La mayoría de la música era vieja, poca industria quedaba ya y menos que viajara a través de los yermos devastados plagados de horrores. 

Estabas en un barrio bastante tranquilo, lleno de casas pequeñas, y edificios no demasiado altos. Los colosales estaban en Gunda, alzándose como si quisieran pedirle explicaciones al mismo dios por alguna ofrenta que desconocías. El mas elevado, era uno cuya punta era apenas una mota en el cielo, pero rojo como un rubí que solo era capaz de enseñar su rojo en mitad de la noche, brillante, vibrante. Curiosamente era un edificio de apartamentos. El mas caro o de los mas caros sin duda. Cemento, vidrio y metal convertido en arte, que se levantaba a más de 50 plantas. ¿Quien viviría en la punta? A veces te lo habías preguntado.

El sonido de las calles, de los vehículos, de la gente que volvía a casa, pues eran las 21:00 de la noche y los brazos cansados, las mentes exhaustas y los pies doloridos debían de reptar de nuevo a su morada, bien en la soledad o rodeado de una familia que no siempre era lo que su palabra debía de significar. Otro se estarían despertando, bien lo sabías. Para cuando la noche caía, lo hacía también el manto invisible donde los niños y no tan niños se escondían tras una pesadilla en mitad de una noche tormentosa.

Sevilla te había tomado, aceptado, pero si bien era a todas luces un lugar de secretos y mentiras, de luces cambiantes rotas por las mil aristas de un diamante perfectamente pulido. Rondaba siempre una tranquilidad etérea, que hacía dos meses se había roto, trayendo un malestar y una tensión a lo largo de todos los habitantes. No solo de los humanos. Aquella había sido una metrópolis segura, aparte de algunos incidentes lo cierto es que la seguridad estaba bastante presente en sus calles. Una suave brisa con el olor del río y del combustible fue llegando débilmente, mezclada con el aroma de los árboles que había por la zona.

Un horizonte neblinoso que te hizo mirar hacia la dirección del incidente, más allá de ese rubí, al otro lado de la ciudad. Amalia igual nunca despertaba, al igual que no lo hicieron los más de mil muertos que sesgó la bomba. Poca información verdadera hubo, la ciudad tardó muy poco en moverse para ayudar a los heridos pero los datos de verdad siempre siempre iban con cuentagotas. Una bomba en el centro, que se convirtieron en tres más que lograron desactivar a tiempo. Aquello podría haber sido una verdadera masacre. Mas de medio millon de personas estaban en la zona.

Rafalín subió, se acercó y esperó unos segundos con las manos en los bolsillos antes de hablar- Hace una buena noche...se nota el calor, en breve abrirán las piscinas- y era cierto, estabais en Junio, e incluso de noche ya no era muy opcional llevar manga larga aunque fuese fina. Otra cosa mas negativa de aquellas bombas de hacía tanto tiempo, los inviernos eran otoños, pocas veces asomaba la nieve en ningún lugar, y los veranos era raro cuando no hubiese alertas de día. Por suerte, las edificaciones habían sido construidas contra el sol directo creando mucha sombra por las aceras. - Hay alguien que ha venido a verle, parece que viene de parte de...Amalia.  

Cargando editor
13/11/2017, 16:30
Marc Darder

Juntó las palmas de sus manos, a la altura de su rostro, justo en medio.

Cada uno es capaz de ver cosas diferentes...mirá siempre más allá, nunca pierdas la perspectiva.

Sevilla era hermosa, un oasis de belleza en mitad del erial que era el mundo, ofrecía vivir a la manera de la época que nosotros mismo habíamos destrozado, pero como aquel entonces, la gente todavía no se había dado cuenta del elevado coste que se cobraba por permitir que se disfrutara de la falsa seguridad.

Sevilla era cruel, algunos dirían que malvada, pero él nunca la había visto de esa manera, seguía pensando que el alma de la ciudad se amoldaría a lo que sus habitantes decidieran, como un animal, se rebelaría si sentía amenazado, pero si la dejaran en paz, sólo actuaría cuando se sintiera hambrienta, como cualquier otro ser de la creación.

Inspiró.

Inútilmente intentaba apartar de su cabeza los persistentes pensamientos que le asaltaban desde que la vio prostrada en aquella cama. Aquello había sido excesivo, alguien había amenazado el estatus quo de la propia ciudad. Marc había fracasado muchas veces intentando ayudar a alguien no se puede salvar a todo el mundo, aunque haya que intentarlo pero esto le tocaba demasiado cerca, y él lo temía, se sentía acechado por la sombra de lo que podría ser si se abandonara, si olvidara que la venganza no da la paz.

Con lo que vale ese edificio solucionariamos casi todos los problemas del barrio...

Fantaseó mientras giraba la cabeza para mirar a su amigo. Fue la primera persona que le ayudó cuando llegó a la ciudad, la única que no le pidió nada a cambio. No era perfecto, nadie lo era, pero era alguien en quien se podía confiar para que hiciera lo correcto, y hacer lo correcto no implicaba muchas veces hacer lo más bonito.

Es cuando la luz se apaga el momento en el que debemos velar con más intensidad

Dijo con mucha seriedad mirando a Rafalin...justo antes de echarse a reír de manera algo ruidosa, sabía que él odiaba cuando empezaba con dichos zen, pero no porque no le gustarán, sino porque, en aquella relación, Rafalin se habían asignado el papel de representante del saber popular, y los dichos y refranes eran cosas suya, no de “cualquiera que ha visto demasiadas peliculas de samurais”

Sospechaba que su amigo creía que Marc no estaba demasiado bien de la cabeza.

¿De parte de Amalia? La sonrisa desapareció de su rostro. Muy pocas personas conocían la relación entre ambos, y eso enseguida lo puso en alerta. Fue hacia la puerta, pero al pasar junto al otro hombre se detuvo unos instantes ¿abajo en el gimnasio? Cuando obtuvo su confirmación asintió con la cabeza seamos cautelosos no hacía falta añadir nada más, eran varias las experiencias poco agradables en las que se habían visto envueltos alguna vez.

Tiró del pomo y comenzó a bajar los escalones, no le gustaban los ascensores, le daban mal rollo por un motivo que no conseguía explicar. 

Cargando editor
15/11/2017, 19:43
¿?

Bajaste las escaleras con Rafalin detrás, mientras este machacaba una y otra vez el mismo tema, que no te gustasen los ascensores, no lo entendía, y él, ya no estaba como para esos trotes. A ver si se iba a tener que beber un poco de ese elixir milagroso que rejuvenecía a los "maduritos" como él. 

Entrasteis al gimnasio* donde ya no había nadie, y un chico de apenas algo más de metro sesenta se giró con gesto serio hacia vuestra presencia. Ya de primeras su aspecto no te gustaba mucho. Chandal gris oscuro, amplio. Pelo revuelto, olía a polvo. Mirada demasiado fija, demasiado alerta, demasiado algo que no encontrabas...

-¿Marc?- Un acento ligeramente siseante, y un tono bajo, cortante. Se acercó a ti quedando a un par de metros.- ¿Podemos hablar en un sitio más privado?- miró a Rafalin que esperó tus instrucciones. El chaval no dejaba de jugar con algo que tenía en el bolsillo central de la sudadera, lo notabas por el movimiento. 

Estaba nervioso.

Notas de juego

*Puedes describirlo o buscarle una imagen si gustas. Es tuyo XD

Cargando editor
16/11/2017, 10:48
Marc Darder

¿Sabes que tú si puedes usar el ascensor no?

Muchas veces le había hablado de las bondades de subir y bajar las escaleras, y aunque le alegraba que Rafalin siguiera su consejo, el precio que pagaba en quejas era elevado. Marc era una persona paciente, y convivir con su amigo había acentuado esta característica.

El gimnasio era un lugar claramente dedicado a las artes marciales, de hecho, sería mucho más apropiado llamarlo dojo que gimnasio, aunque hace tiempo añadió un par de cintas de correr y un par de bicicletas para calentar y hacer cardio, en realidad se las regalaron, productos defectuosos le dijeron quienes las trajeron. Prefirió no hacer más preguntas, pero sin duda eran buenas y estaban en perfectas condiciones.

 

Se quedó mirando al joven, su intuición le decía una cosa, y siempre prestaba mucha atención a ella. Marc lucía un estilo de vestimenta bastante parecido al del recién llegado, aunque en color negro y el archiconocido símbolo de Pepsi en su pecho. Era una ventaja de trabajar de repartidor, te llevabas algunas cosas de gratis, los que recibian este tipo de regalos por su volumen de compras, normalmente no los querían.

Dile a Julio que nos prepare una tortilla de patatas por favor.

El chico conocía su nombre, pero estaba nervioso, y ¿de parte de Amalia? No le cuadraba en absoluto. Esperó a que Rafalin hubiera abandonado el gimnasio tras intercambiar una mirada con su amigo, se conocían bien, y no hizo falta mucho para saber que le pedía que estuviera alerta.

Mantuvo las distancias, con calma.

Creo que no te conozco si así era, no lo recordaba, pero lo dudaba ¿dices que te envía Amalia? Su tono de voz se endureció cuando pronunció el nombre de su amiga. 

Cargando editor
17/11/2017, 22:39
¿?

Rafalín se fue mientras os echaba una última ojeada. Siempre tan delicado él. El chico si bien no se relajó si suspiró y miró al suelo cuando mencionaste el nombre de Amalia- No me conoce no...y es normal- te volvió a mirar con cierta reticencia- trabajé para ella hace unos años, le limpiaba la casa- seguía jugueteando con ese objeto en la sudadera.

La cuestión es que...tuvimos contacto, menos, pero lo seguimos teniendo hasta que...- miró a un lado- lo del atentado...- tragó saliva, parecía afectado al mencionarlo. Se sorbió la nariz y se frotó la punta de esta con la diestra- la cuestión es que también me habló de ti, no mucho, pero algo.- Esperó a ver tu reacción, apenas unos segundos- y creo que alguien fue a por ella directamente en el atentado...no creo que ella estuviera en la zona de la explosión...la zona estaba cerca de los fuegos artificiales, a ella no le gustaban, los odiaba de hecho...no hay sentido a que estuviera por allí. 

Tomó un poco de aire- me dijo que había visto a alguien cerca de su casa tres noches en la misma semana poco antes de que sucediera aquello. 

Cargando editor
20/11/2017, 09:28
Marc Darder

No le creyó, había algo en su historia que no cuadraba, y aunque puede que lo que contara tuviera un fondo de verdad, era obvio que no estaba siendo del todo sincero. El rostro de Marc estaba serio, nada de lo que le estaba contando tenía mucho sentido, no en estas circunstancias ¿Amalia hablando de mi a alguien como él? No me cuadra tampoco transmitió ninguna emoción cuando nombró el atentado, seguía con la misma cara.

Tienes que intentar explicarte mejor le dijo con calma ¿por qué seguías teniendo contacto con ella? Si quería que lo creyera iba a tener que ser mucho más convincente y puede que ella fuera a la zona de los fuegos artificiales acompañando a alguien, aunque no le gustaran lo que estaba claro es que conocía detalles personales de su amiga. Por supuesto lo que decía era una opción, ella tenía enemigos, pero, si los hubiera considerado peligrosos, ¿no se lo habría dicho a él? ¿Por qué le decía a este chaval lo de que se sentía vigilada y no a él? El rostro envuelto en vendas de Amalia se mezcló con las lágrimas de rabia y frustración de Elena, sus palabras bailaban en su cabeza.

¿Qué te dijo de mi? Le preguntó sin alterarse ni un ápice no termino de entender porque me estás contando todo esto seguramente era una manera muy indirecta de pedirle ayuda, pero prefería las cosas mucho más claras ¿Qué es lo que buscas aquí exactamente? Cruzó sus brazos sobre el pecho, pero suavizó su expresión ligeramente, no había hostilidad en el tono empleado por el mago.

Cargando editor
22/11/2017, 21:52
¿?

Tus palabras le hicieron ponerse nervioso, el saber que no le creías solo pareció sacarlo de su lugar, como si no lo esperase. Los parpados empezaron a temblarle ligeramente al principio, como si fuese alguna clase de Tic nervioso que no debería de salir y cuando volvió a hablar solo pudo balbucear de primeras- yo..a..e..- miró a los laterales empezando su frente a perlarse en sudor. - Mira no se quien eres, ni que quieres o querías de ella, pero..pero..-tragó saliva- yo...yo...

Su cuerpo se quedó paralizado, como si el tiempo mismo hubiese decidido abandonarlo. Su pecho apenas se movía mientras bajaba muy lentamente la mirada hasta el suelo, de una forma ida tan extraña que clamaba por llamar la atención. Lo siguiente fue la mandíbula, que fue abriéndose lentamente hasta que su boca de forma flácida no daba para más. La postura era anormal, los gestos extraños, daban cierta impresión. 

Lo que no pararon fueron sus manos, que seguían jugueteando con lo que sea que estuviera en el bolsillo delantero de la sudadera, pues este se movía de vez en cuando. 

Cargando editor
23/11/2017, 10:16
Marc Darder

 Marc seguía manteniendo la calma Si que sabes quien soy, me acabas de llamar por mi nombre al menos exteriormente, por dentro todas las alertas estaban activadas y mandando señales de que algo muy raro estaba sucediendo y todo lo que quiero de ella ya lo tengo afirmó sin ningún ápice de duda somos amigos aclaró como si diciendo eso, el resto de su relación fuera más que evidente.

¿Te encuentras bien?

Preguntó de manera amable, pero su cuerpo estaba tenso. Con un gesto casual, se llevó la mano derecha a la oreja situada en ese mismo lado, dispuesto a usar un poco de magia para hacer que, el chico, por llamarlo de alguna manera, confiara en él si era necesario.

¿Por qué no me enseñas las manos? Le dijo con firmeza, había visto suficientes cosas raras como para estar seguro de que algo no funcionaba como debía luego te doy un poco de agua o un refresco y me cuentas en que puedo ayudarte a ti y a Amalia, ¿vale? Relajó el brazo izquierdo cómo te he dicho, soy su amigo, y si puedo ayudarla de alguna manera, estoy dispuesto a hacerlo prefería no tener que usar magia, intentaba que ese fuera el último recurso. 

Cargando editor
24/11/2017, 20:02
¿?

El chico no reaccionó a tus primeras palabras, de hecho solo ladeó la cabeza a un lado mientras una sonrisa se formaba lentamente en el rostro cuando mentaste que se sacara las manos de la sudadera y se las enseñaras. Lo hizo. Las sacó con lentitud dejando ver estas manchadas de una sangre roja como el carmín, y líquida como el agua- ¿Me das un vaso de agua?- Estaba ido, por completo. La sudadera empezó a empaparse con mas sangre, deslizándose una suave linea por el pantalón hasta que sobrepasó el zapato llegando al suelo. 

Sangre. Sangre que antes no había. 

Cargando editor
25/11/2017, 19:42
Marc Darder

El primero instinto de Marc siempre era intentar ayudar a quien lo necesitaba, a pesar de las advertencias que su maestro, y, sobre todo, Rafalin, le daban de manera constante. Por eso, a pesar de todas las incongruencias que se estaban mostrando ante él, dio dos pasos hacia adelante para agarrar el chico, no de manera agresiva, sino para evitar que, como suponía que iba a pasar ante la presencia de tanta sangre, no se desplomara.

!Túmbate!

Prácticamente se lo ordenó, mientras intentaba subirle la sudadera para intentar dilucidar la gravedad de la herida que le estaba haciendo perder tanta sangre...

Confiaba en que Rafalin no se hubiera alejado lo suficiente como para no escuchar su grito.

!Una ambulancia!

Puede que ya fuera demasiado tarde, y puede que Marc se hubiera debido parar a pensar que no era normal que no hubiera ni una pequeña mancha hace unos segundos y ahora la sangre se desbordara de esta manera...

Notas de juego

Recuerdo que tengo Sentido del Peligro, XDD

Cargando editor
27/11/2017, 20:09
Director

Humor rojizo, plasma carmesí, linfa densa, flujo sempiterno, líquido de vida y muerte. La palidez del muchacho reflectaba la luz del gimnasio mientras este alzaba lentamente los ojos al cielo, o donde debería de estar, alzando las manos hacia los lados como si fuese un cristo. Gotas y pequeños regueros se deslizaron por la piel entrando bajo la ropa, dibujando en esta lamparones oscuros. Las luces parpadearon cuando el cuerpo del chico se empezó a desvanecer al suelo dando contra este si no era sujetado, cosa que hiciste, aunque solo fuera para evitar que se golpeara gravemente la cabeza. 

Alzaste la sudadera mientras los pasos de Rafalin volvían al mencionar una ambulancia, ansiosos y secos en mitad de aquella pequeña masacre. Levantaste la tela, que estaba ya pegada a la piel aunque aun húmeda y mientras la luz aun fallaba, pudiste entrever como los ojos del chico observaban al cielo, en mitad de algún tipo de éxtasis que le arrancaba una sonrisa hueca y vacía, desencajada por el dolor.- ya viene...- musitó mientras veías el desastre que había allí, pues con un simple cuter, uno pequeño se había formado una palabra clave a base de arremeter contra su piel una y otra vez a una profundidad que iba desde un pequeño arañazo, hasta una profundidad de dos dedos. 

 EMADUYA

 

Rafalin te lanzó una toalla mientras maldecía y llamaba a una ambulancia- Presiona, presiona o se desangrará- andaba de un lado a otro, farfullando unos segundos antes de que le respondieran y explicase con rapidez que necesitaban una ambulancia por un desangramiento. 

 

Cargando editor
28/11/2017, 09:39
Marc Darder

¿Qué cojones...?

Sin ninguna duda, aquello no estaba bien, es más, estaba mal, muy mal...

Cogió la toalla que Rafalin le habían lanzado y la presionó con fuerza sobre la herida con su mano izquierda. El abdomen era un lugar del cual salia mucha sangre, pero no era un sitio especialmente mortal, sobre todo si, como parecía, no se había dañado ningún órgano vital. Le quitó el cuter de la mano y lo arrojó a unos cuantos metros de distancia, no quería que se siguiera haciendo daño, y tampoco que le diera por clavárselo a él.

¿Quién viene? Acercó su cara a la del chico con urgencia, preguntándole, intentando mantenerlo consciente, eso era lo más importante ¿Quién es Emaduya? Asoció el nombre a algo o a alguien sin saber muy bien porqué Amalia, chico, Amalia esperaba que el nombre de su amiga lo ayudara a centrarse en quien era, porque el mago tenía muy claro que alguien había obligado al muchacho a cortarse de aquella manera, nadie en su sano juicio haría algo semejante ¿Qué tiene que ver Emaduya y Amalia? Insistía tanto por la necesidad de obtener más información y por el hecho de evitar que sumiera en la negrura de la inconsciencia.

No era la primera vez que se derramaba sangre sobre el suelo del dojo, pero nunca antes en unas circunstancias tan extrañas como estas. 

Siguió presionando la fea herida maldiciendo para sus adentros. 

Cargando editor
28/11/2017, 13:16
Director

Amalia...-musitó totalmente ido mientras empezaba a perder la consciencia. La toalla empezó a empaparse a una velocidad que de no recibir ayuda pronto acabaría con la muerte del chico, Rafalín viendo aquello no tardó en hablar

- Debemos llevarlo al centro hospitalario de aquí- apenas diez minutos andando, mucho menos en coche- o no lo va a contar. 

Amalia...-empezó a dibujar algo en el suelo, sin mirar. Formas circulares sin sentido ni orden ahora mismo, mientras que con la siniestra empezaba a escribir algo.

s....o....n....a.....d....u....y 

MARC!- la voz de tu compañero te sacó del leve ensueño que te habían producido seguir su índice más allá de lo debido. Como un canto de sirena. - COGELO y vamos!- Sacó las llaves de su coche, un escarabajo verde pistacho que esperaba delante del local y te abrió la puerta mientras revisaba que tuviera las llaves del local para cerrar este aunque fuese precariamente. 

Cargando editor
28/11/2017, 14:21
Marc Darder

Rafalin era... eficiente. Obviamente era muchas más cosas, pero si hubiera que elegir una palabra para definirlo sería esa, un contrapunto perfecto para el joven mago, lo había ayudado en tantas ocasiones con su sencillez a la hora de ver las cosas que a Marc se le estaban empezando a pegar algunas.

El nombre de Amalia era sin duda importante para él chico... oyó a Rafalin nombrar el hospital... ¿sonaduy? No le decía nada...

El grito hizo que reaccionara, y levantó al muchacho sin demasiado esfuerzo, corriendo hasta el coche y maldiciendo el pequeño tamaño del mismo. Se acomodó en la parte trasera del mismo, con la cabeza del chico sobre su regazo y apretando con la toalla con más fuerza en un desesperado intento de luchar contra el desangramiento.

!No te duermas! Le gritó mientras le daba una palmada en la cara Amalia pronunció el nombre como si intentara conjurarla mientras lanzaba una oleada de cariño sobre la mente del joven cuya consciencia comenzaba a desvanecerse prácticamente en su totalidad.

Esperaba que eso le ayudara a aferrarse a la vida. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Vamos a probar el sistema de magia, XDD

Voy a tirar dos dados, que es mi árete. A ver si acierto en como es...

- Creo que es magia coincidente, por lo que la dificultad es de 2 (esfera más alta, mente 2 en este caso) +3

- Uso un foco especializado en magia de Mente,  lo que reduce la dificultad en 1

Cuando la magia es coincidente, no hay paradoja. 

A ver si esta todo correcto. 

Cargando editor
29/11/2017, 19:42
Director

Saliste del local, y poco pudiste ojear del lugar donde este estaba. No viste si la gente miraba, aunque no era una zona demasiado codiciada y no mucha gente pasaba por enfrente de sus ventanas. Rafalin te abrió la puerta para que entrases y no esperó a que estuvieras cómodo para cerrarla, eso ya lo hacía tu. 

El chico, con la cabeza en tu regazo. Sus ojos se iban cerrando lentamente mientras aun portaba esa sonrisa que tan macabra te parecía ahora. ¿Era desde un principio así? La sangre dejó de bosar por encima de la toalla pero esta ya estaba totalmente empapada. El motor arrancó entre las maldiciones de Rafalin, que a veces tenía una boca mas sucia que la de una prostituta de las bajas calles, allí donde ser humano era una razón por la cual morir. 

No me jodas, me tendría que haber ido antes, me va a poner el coche perdido de mierda, maldita sea, con lo que vale la puta tapicería ostias- Sabías que estaba nervioso, pero no tanto como podía estarlo. Ese coche era un bien muy preciado y aun así, aun con las malas formas os estaba llevando sin pensarlo demasiado. Era un perro rabioso, cascarrabias pero al fin y al cabo, leal como pocos. 

Enviaste a su mente una sensación propulsada por lo que te producía Amalia, la misma que el decía conocer, y por primera vez, su sonrisa se rompió, empezando a llorar por alguna extraña razón. Estabas seguro de haberlo hecho bien, notabas como si fuese algo que compartías y no comprendías porque se había puesto así, no al menos desde tu punto de vista. A no ser...que aquello fuese más allá de lo que tu sabías. Balbuceó, lo hizo, mientras agarraba tu brazo con las pocas fuerzas que le quedaban, buscando con sus ojos vidriosos los tuyos entre quejidos, lamentos y lágrimas impregnadas en dolor- lo...lo siento...no...yo no...no quería...me..me obli...obli- los ojos se le volvieron, tembló un poco y se quedó inconsciente ¿O muerto?

El coche pegó un frenazo de campeonato, que casi te tira a ti también- Hemos llegado- estabas tan concentrado en el chico que no te habías percatado del camino. Con la adrenalina aun recorriendo tu cuerpo, y esas dos palabras extrañas, tan parecidas y alejadas escritas una en su vientre y otra en el suelo del gimnasio dando vueltas en tu mente, saliste con la ayuda de Rafalin a la puerta de urgencias. 

Notas de juego

Hombre, describeme un poco más, que le envias y tal XD Detalles, detalles, de algún sitio tendrá que venir ese sentimiento. : p

Cargando editor
30/11/2017, 08:44
Marc Darder

Era díficil encontrar a alguien de la edad de Rafalin que todavía sintiera que la vida de un muchacho tuviera más valor que la tapiceria del coche de sus ojos. La verdad es que era un pensamiento bastante jodido, pero, por desgracia, fácilmente demostrable, según la experiencia de Marc.

Dejó que su amigo hablara y renegara todo lo que quisiera.

Lo sé...lo sé... no te preocupes por eso ahora...

Aquel muchacho tenía, sin duda un vínculo fuerte con Amalia, era la explicación más lógica después de ver las consecuencias de su magia. El recuerdo de ella en aquella cama del hospital le sacudió casi como una corriente eléctrica, daba igual si este muchacho eran amantes o algún tipo de familia, le costó mucho no unirse a sus lamentos, algo que no podía permitirse en estos momentos.

¿Qué?

Alzó el rostro al escuchar a Rafalin, y tardó unos cuantos segundos en reaccionar, algo extraño en el mago, pero finalmente retomó el control, y es que manejar las emociones no era algo que le gustara, le afectaba más de lo que debería. Con el muchacho en brazos, corrió hasta atravesar la puerta y buscar a algún doctor que se hiciera cargo del chico !ha perdido mucha sangre, no creo que aguante mucho más! Gritó, percatándose de que era mucho más probable que alguien les atendiera si conocían la gravedad de la situación. La verdad es que la estampa era bastante gráfica como para pensar que Marc estuviera mintiendo en sus palabras. 

Cargando editor
02/12/2017, 18:46
Director

Atravesaste las puertas del edificio blanco con su olor característico. No es que fuese un gran centro de salud, pero al menos tenía zona de urgencias. Una enfermera se acercó a ti deprisa, con sus tacones y sus labios fucsia. En cuanto vio la cantidad de sangre no se lo pensó dos veces, avisó a un médico corriendo mientras el guardia de seguridad se acercaba por si acaso aquello iba con segundas intenciones. 

Diez segundos después se lo llevaban en una camilla hacia la parte interna, donde tu no podías entrar. La cartera se le cayó en el recorrido quedándose en la mismas puerta doble. Negra, de cuero, y un arcoiris en el lateral. Rafalín te miró de soslayo antes de dejarse caer en una de las sillas de la zona de espera, que ahora veías que estaba medio llena, y muchos te miraban con una mezcla de horror y enfado, porque habías colado a alguien. Tampoco es que dieses muy buena impresión lleno de sangre.

La enfermera, la misma de antes se acercó con una carpeta con papeles- Necesitamos sus datos, ¿lo conocen? ¿Saben si tiene seguro?- sus ojos verdosos se posaron sobre los tuyos, volviendo a la tranquilidad de quien solo hace su trabajo después del primer susto de la noche. Apenas tendría ella veinti pocos años. 

Cargando editor
04/12/2017, 10:25
Marc Darder

Se quedó de pie, plantado en mitad de la sala mientras se llevaban al muchacho, tuvo la corazonada de que no iba a sobrevivir. Esperaba equivocarse porque todo lo que había sucedido era demasiado extraño, lo que se había hecho así mismo, los nombres en su piel y en el suelo, su relación con Amalia... Céntrate ahora dedicó un asentimiento de cabeza a Rafalín, era mejor que se mantuviera un poco al margen de todo este asunto de momento.

Lo primero que hizo fue acercarse a recoger la cartera que caída y guardarla en el bolsillo de su propio pantalón. Se aseguró de que el guardia de seguridad no veía nada sospechoso, indicándole el motivo por el cual se acercaba a las puertas que teóricamente estaban vedadas para los que no pertenecían al hospital.

Miró con gesto cansado a la enfermera que se acercó dispuesta a hacer su trabajo no... suspiró y miró directamente a los ojos de la mujer mientras alzaba los brazos con las manos y parte de los brazos cubiertos de sangre ¿le importaría decirme antes donde puedo limpiarme un poco? Preguntó no quiero manchar todo lo que toque... quería examinar la cartera antes de dar ningún dato más, y su petición era comprensible por favor... le pidió con tranquilidad. Marc, al igual que la chica, mantenía la calma lo necesito, todavía no termino de asimilar... hizo un suave movimiento con la cabeza en dirección al pasillo por el que se habían llevado al chico. 

Cargando editor
04/12/2017, 18:46
Director

La muchacha, enfundada en la ropa de color claro asintió con paciencia y te indicó un pasillo que estaba al torcer la sala, mano derecha- ahí tiene el baño, pero por favor, cuando pueda necesito que me indique algunas cosas, tenemos que llamar a la policía- miró de reojo al de seguridad que solo se mantuvo delante de la puerta, por si acaso se os ocurría iros. 

No era del todo raro aquello, de hecho, lo más normal es que os reteniesen y os hicieran preguntas durante unas cuantas horas, o al menos os tomasen declaración. Deberías de inventarte algo si no querías contra la verdad, que dicho sea de paso, era bastante rara. Os podría poner en un aprieto. 

El baño no era una gran maravilla, no estaba del todo limpio, quedaba poco papel que sin duda acabarías para limpiarte todo lo que llevabas encima y para no ser menos, no tenía ventana. El motor del reciclaje de aire resonó vibrante mientras tu reflejo era perceptible en el espejo. 

Miraste la cartera, una identificación a Nombre de Isaac Virginton Ruiz, nacido en Sevilla, con una dirección de ese mismo barrio, pero en el otro extremo. Calle Aborigen, 4ºD. Apenas tenía 23 años, y una membresia de la biblioteca de la ciudad. Algo de dinero, un carnet de moto de baja cilindrada y algunas monedas que sonaban en el pequeño monedero dentro de la cartera. Una cuenta de la compra de hacía dos días, parecía que le gustaba mucho la carne, 5 kg de pollo, ni más ni menos. Lo interesante, era que...si...reconocías esa dirección* era el supermercado que estaba en la calle aledaña de tu gimnasio. 

Notas de juego

*curvita de aprendizaje leve XD

Cargando editor
05/12/2017, 10:07
Marc Darder

Por supuesto, no tardaré mucho contestó a la chica y gracias por su comprensión prefería ser educado en este tipo de situaciones, comprendía que ella tenía un trabajo y unas obligaciones, no pensaba ponérselo difícil, no era el momento ni la situación.

El agua y el papel eran apenas suficientes para borrar los rastros de sangre, pero era todo lo que había, y ya estaba ansiando una ducha, pero tampoco era esta su primera vez cubierto de sangre ajena, por desgracia. Se miró en el espejo está claro que conocía a Amalia...conoce, conoce a Amalia, no entierres a ninguno Marc...y esas palabras...se esforzo en recordar, en acceder a cada rincón de su memoria, no le daban buen rollo, todo lo contrario ¿y cortarse a si mismo? ¿Alguna droga? ¿Un mago poderoso? ¿Un vampiro puede sugestionar hasta tal punto? Desconocía la respuesta a sus preguntas.

Examinó la cartera, sorprendido por el hecho de que el chico residiera en el barrio, pero el contenido tampoco le dijo gran cosa, aunque se guardó el ticket de compra, que no era vinculante con el chico, y podría serle de utilidad cuando se dicidiera a investigar, porque, ahora, por mucho que lo negara, sabía que es lo que haría. Y no solo por Amalia, sino por el propio chaval, la forma en la que se había mutilado... no estaba bien, para nada.

Salió del baño, con el ticket en el bolsillo derecho del pantalón y la cartera en el izquierdo, dirigiéndose de nuevo hacia la enfermera, no sin antes intercambiar una mirada con Rafalin y tocarse durante un instante la oreja, un gesto que el hombre reconocería como que no debía perder detalle de lo que decía, para que cuadraran las historias, por si no podía hablar en solitario antes ¿Alguna noticia? Había pasado muy poco tiempo, pero aún así preguntó por si acaso, sin mucha esperanza de obtener alguna respuesta no conozco al chico, y tampoco sé si tiene ningún seguro, pero aquí tengo su cartera, se le cayó cuando lo entraron el guardía de seguridad podría confirmarlo llegado el caso lo único que sé que entró en el dojo, en el gimnasio en el que trabajo no muy lejos de aquí, sangrando, tambaleándose... lanzó un pequeño suspiro le levanté la sudadura y vi que alguien le había grabado unas letras en el estómago tragó saliva de manera sincera y lo traje hasta aquí al ver que no paraba de sangrar durante la explicación habló más alto con la intención de ser oído por su amigo.