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La navaja de Ockham -Sangre en las calles (Cap-II)

Prologo V

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15/11/2017, 20:27
Director

Esa noche tocaba ópera. Te encontrabas en uno de los palcos que a veces reservabas, acompañado de Jay que reposaba detrás y al lado Eva que se había empeñado en llevarte a ver "La traviata" 

Acto I

El salón en casa de Violeta, que es una habitación llena de joyas, perlas y colores irisados atorados en telas de carisima confección. 

Violetta Valery, una famosa cortesana, da una lujosa fiesta en su salón de París para celebrar su recuperación de una enfermedad según comenta la voz en OFF que es un hombre ya de cierta edad de traje y corbata que está tras las bambalinas, lo has visto entrar antes. Un total de diez personas beben, rien y hablan con mesura y alegría. Uno de los últimos en llegar a la fiesta es Gastón, un conde, que llega acompañado de su amigo, el joven noble Alfredo Germont, el cual hacía tiempo que deseaba conocer a Violetta, pues la adoraba desde lejos. Mientras pasea por el salón, Gastón le dice a Violetta que Alfredo la ama, y que mientras ella estaba enferma, él la visitó a diario. Alfredo, una vez presentados, le expresa su preocupación por su delicada salud, y luego le declara su amor.

El barón, actual amante de Violetta, espera cerca para llevarla al salón donde le piden que haga un brindis, pero él lo rechaza, y la gente se vuelve a Alfredo.

Desde la habitación vecina, se escucha el sonido de la orquesta, y los invitados se aproximan para bailar. Mareada, Violetta pide a sus invitados que vayan por delante y la dejen descansar hasta que se recupere. Mientras los invitados bailan en la habitación próxima, ella ve su pálidez en el espejo. Alfredo entra y expresa su preocupación por su frágil salud, y más tarde le declara su amor. Al principio, Violetta lo rechaza porque su amor no significa nada para ella, pero hay algo en Alfredo que le llega al corazón. Cuando él se marcha, le regala una camelia, y le dice que regrese cuando la flor se haya marchitado. Ella le promete reunirse con él al día siguiente.

Después de que los invitados se han marchado, Violetta analiza la posibilidad de una relación con amor verdadero. Finalmente, desecha la idea, necesita ser libre para vivir su vida, día y noche, de un placer a otro. Desde fuera del escenario, la voz de Alfredo se oye cantando acerca del amor mientras baja por la calle.

Con el descanso entre el primer acto y el segundo te percatas de que hay una figura en el palco de enfrente que llama tu atención. Hay una muchacha, una mujer, de piel porcelanosa, aspecto etéreo y ojos blancos por completo que te sonríe con unos labios finos y oscuros. Cabellera negra recogida y un vestido que no entiendes como no has visto antes, pues está impregnado de capas y capas de un satén rojo como la sangre. Al puro estilo del S.XIX en mitad de una fiesta de gala. Levanta una mano y con esta enguantada por una tela sedosa y negra te saluda mientras sigue sonriendo de esa manera que resulta tan antinatural. 

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16/11/2017, 02:40
Montgomery Fletcher

La ópera le aburría a muerte cuando estaba vivo y ahora que estaba muerto le aburría todavía más. Agradecía no tener más los impulsos de bostezar o de quedarse dormido a la mitad del primer acto. La única razón por la cual iba a la ópera no era por el arte, sino por la política. Como en el boxeo, conseguir buenos asientos era cuestión de influencia. Mirar y ser visto. Todo un juego de poder. Para él, lo único que importaba era eso.

Había visto La Traviata otras veces y siempre encontró entretenido el sufrimiento de los protagonistas por el amor no correspondido o incomprendido. Eran conceptos que a la noche de hoy, para él, eran tan ajenos. Tan lejanos, tan inverosímiles. Alfredo debió tomar a Violetta cuando tuvo la primera oportunidad. Demostrarle al resto quién estaba a cargo. Después de todo, una mentira es verdad si encuentras a alguien que se la crea.

Sin duda, su aria preferida era "La Mamma Morta" de la ópera Andrea Chénier de Umberto Giordano de 1896, e interpretada por la soprano Maria Callas en el personaje de Maddalena di Coigny. "Llevo la desventura a quien me quiere" es su frase favorita, y le rompería el corazón de tener un corazón que romper. 

Para la mitad del primer acto ya había encendido un fino puro cubano. O al menos eso aseguraba el tío que los traía de contrabando de América. Hoy en día no quedaba nada que se le pareciera a Cuba, pero era lo suficientemente viejo como para saber que existió y que allí se fabricaba el mejor tabaco del mundo. Y Montgomery solo debía tener lo mejor.

Cuando se percata de la mujer su rostro no parece indicar sorpresa sino agrado. Por su posición, estaba acostumbrado a que muchas mujeres se le insinuaran constantemente, y como no estaba atado a las estúpidas correas morales por las que se rigen algunas personas, se aprovechaba a plenitud de esa situación. No la conoce, pero quiere conocerla. Le hace un gesto a Jay para que se acerque a decirle algo en privado. Necesita saber quién es y Jay es el encargado para esas cosas. - Necesito saber quién es ella - la mira fijamente y la señala discretamente con su puro, pero se asegura de que vea que habla de ella - y si está dispuesta a dar una vuelta conmigo por la ciudad al finalizar la obra. - Le da una calada a su habano mientras Jay se aleja discretamente para investigar lo solicitado, y le devuelve la sonrisa a la enigmática mujer de rojo.

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17/11/2017, 22:53
Director

La mujer apartó la mirada de ti volviendo para mirar el libreto que tenía entre sus manos cuando le hiciste al gesto a Jay. Te pareció ver una tenue sonrisa, pero no estabas seguro. La orden le hizo retirarse unos minutos mientras Eva te miraba de reojo y luego a ella. Suspiró disculpándose para ir al tocador, pensando que seguramente esta noche acabaría yendo sola en el coche, mejor, mas sitio para ella. 

No pasó ni un minuto cuando viste que la mujer del vestido se levantaba y salía de su palco, el cual estaba vacío por completo. Uno más tarde, volvió Jay que carraspeó a tu lado, inclinándose para decirte que la señorita había querido verle ahora. Estaba tras la puerta. Esperaba que le dieras permiso o que salieses tu, y te advirtió de algo- parece ciega señor...

Notas de juego

*Te pongo un mini post, pero es que Jay no va a dejar que se meta nadie sin tu orden expresa XD Si es que si, me lo dices y continuo en este mismo. 

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19/11/2017, 16:57
Montgomery Fletcher

Si Montgomery vio el gesto de Eva al marcharse no pareció importarle en lo absoluto. - ¿Estás de puta coña? - fue la primera reacción ante la advertencia de Jay, incrédulo - ¿Ciega, dices? Nunca me ha chupado el pito una puta ciega. - Reconoció, sonriente. - Hazla pasar. Llévate a Eva al coche, dile que estoy en una reunión importante. Que el chófer la lleve a casa o a donde quiera.

Cuando Jay se dio la vuelta para dejar pasar a la mujer que vestía de rojo, casi no podía contener la expectación. Como la de un chiquillo al que le llevan una piruleta. Ansiaba probarla. En casa tenía todo un estudio dedicado a este tipo de cosas. Sadomasoquismo, fetichismo, bondage, lo que quieras. Él lo tenía. O lo tendría muy pronto con una simple llamada telefónica. A veces, cuando eso ya no le satisfacía, movía a sus amantes - o víctimas - a una sala contigua donde tenía toda clase de elementos de tortura. Si la picha no se le ponía dura ya con los azotes, una buena sesión de mutilación genital a sus amantes bastaría para devolver su ya perdido vigor sexual.

Todo eso y más pasó por su mente mientras la dama de rojo pasaba a su palco y se sentaba en el asiento de Eva aún tibio.

Notas de juego

No te preocupes director, el gesto de Jay ha sido el correcto.

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22/11/2017, 22:07
¿?

Jay asintió a tus palabras y escuchaste al poco como los pasos cortos de la mujer agradeciéndole a Jay con una voz tan suave como la seda que sostuviera la puerta.-Buenas noches señor ...¿Fletcher?- dudó al pronunciar el nombre. También te diste cuenta de que su acento era ligeramente abierto, te recordaba a uno británico. La mujer pasó con su vestido, ayudada con sus dedos enguantados que tocaban todo lo que tenía alrededor. Su rostro era como el marmol pulido solo que sin ninguna imperfección, parecía pintado o creado así por algunas manos hábiles, sus ojos, desprendían un color tan claro que casi eran blancos, percibiendo la parte que lo rodeaba oscura, como si fuesen dos enormes joyas incrustadas. 

 

Una sonrisa mas humana de lo que ella misma parecía asomó por su rostro, cándida e interesante mientras te miraba sin mirar. Si parecía si no ciega, con poca visión. Era pequeña, apenas sobrepasaría el metro y medio y su cintura de avispa tan irreal conseguida por el corpiño quedaba desequilibrada por esos hombros algo anchos y el pecho turgente que estaba tapado por completo. - espero que no le moleste mi presencia...pero lo he visto y he pensado en conocerle- avanzó solo un par de pasos, mientras esperaba alguna contestación. 

Notas de juego

Al ser un 16º puedes salir de día durante unas horas y tener funciones humanas mas o menos normales. Puedes comer comida aunque no te siente demasiado bien, pero de ser necesario podría sobrevivir con ella. No eres inmortal temporalmente hablando pero igual has envejecido muy poco desde el abrazo. 

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26/11/2017, 16:46
Montgomery Fletcher

De haber sido humano, Montgomery habría contenido la respiración ante semejante belleza. Pero la verdad es que no lo era, y cualquier cosa que recordaba la humanidad en él tenía rato sepultada. Se limitó a sonreír de medio lado con el puro en una mano, contemplando a la mujer como quien mira una obra de arte. O a una bailarina de pole dance a punto de quitarse la ropa que carga puesta.

- Mi chófer, Jay, me ha dicho que es usted ciega. - Reconoció enseguida, pero sin ánimos de ofender. - Jamás había conocido a una mujer así. Sin duda hace de una buena noche una noche mejor. Soy Montgomery Fletcher, también la vi y tampoco pude evitar querer conocerla. Usted es...

Dijo aquello último invitándola a que pronuncie su nombre, pues era algo que quería saber como ninguna otra cosa. También quería saber cómo se vería sin ese corpiño, y sentir el tacto de su cuerpo, seguramente caliente, contra el suyo. Imaginaba cómo la azotaría en ese trasero suyo que parecía tan irreal y marcado con el vestido rojo que llevaba.

Le echó un vistazo a Jay, lo suficientemente discreto aunque también directo, para que esperase afuera. Quería tener a esta mujer solo para él.

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27/11/2017, 22:26
¿?

Jay desapareció de inmediato, dejándoos solos. Iría a por Eva que se marcharía con un cabreo del quince.

¿Ciega? Bueno...su hombre tiene muy buen ojo entonces, si, de cierta forma lo soy.- admitió sin perder esa sonrisa que cada vez te recordaba más y más a algo sobrenatural, imperfecto, forzado en un extraño ritmo donde lo natural estaba considerado como una afrenta. -Mai Lathan - te ofreció la mano enguantada para que la besases. 

Estoy de visita por la ciudad, nunca había estado, la verdad es que...me cuesta un poco el idioma que hablan aquí ustedes, es...complicado a veces- su sonrisa se ensanchó mostrando unos preciosos dientes blancos, algo desordenados todo sea dicho y con unas encías retraídas- me ha dicho un pajarito, que es usted un político, la verdad, hace mucho que no conocía a ninguno, su sangre no suele ser muy agradable al paladar ¿Es usted de esos señor Fletcher?¿Tiene la sangre podrida?- la sonrisa se volvió terriblemente peligrosa, pero solo por un segundo, mientras los ojos se fijaban en tu persona. 

 

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28/11/2017, 00:15
Montgomery Fletcher

- Madame - reconoció, sonriente -, Jay encontraría una aguja en un pajar. Aunque tuviera que quemar el pajar. - Se hizo eco de su propia gracia, al reír por debajo, a la vez que se inclinaba para tomar la mano enguantada de la mujer y plantarle un delicado beso, no sin antes oler el aroma que exudaba.

- Será un placer tenerte de visita en casa. - Añadió mientras se reclinaba en su asiento.

Ante aquel sagaz comentario de la mujer echó una risa que desembocó en una carcajada profunda y sonora, aunque desde esa altura y desde su privilegiada posición, nadie más salvo ellos escucharía. Alguien con un vestigio de humanidad se habría helado al escuchar eso, pero para él era tan común como ver cómo mataban a golpes con un cachorro a su último adversario político en la anterior campaña. Fue irónico, pues su plataforma eran los derechos de los animales. Quizá por eso le hizo tanta gracia.

- Os han informado bien. Me dedico a la política en esta ciudad. No mentiría si digo que la ciudad se mueve gracias a gente como yo. Usted no ha conocido a nadie como yo, y me temo que mi sangre ha de saber amarga al paladar. Como la cerveza en la boca de un niño.

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28/11/2017, 12:53
¿?

¿Oh, me va a invitar a su casa? ¿Daremos un paseo al menos mientras?- besaste su mano que estaba helada aun enguantada. La carcajada le hizo sonreír un poco más mientras con todo el aplomo del mundo se sentaba donde antes había estado Eva- es una pena, lo de su sangre me refiero- ladeó el rostro frunciendo un poco este en un gesto de tristeza no fingida, era muy expresiva aun sin usar los ojos. 

Y dígame ¿le gusta la ópera? Porque yo esta ya la he visto, desentonan un poco, y huele extraño en esta sala, tal vez, podríamos ir hablando de camino a su hogar, donde de seguro tendrá algo para mi garganta seca y ajada- se llevó los dedos para acariciar la piel del cuello, deslizandolos luego por el regazo hasta la caía de sus piernas.- quizás podamos hablar de cosas que nos interesen a los dos- volvió la sonrisa, amplia, demasiado, con esa falsedad inescrutable. 

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01/12/2017, 16:19
Montgomery Fletcher

- No - respondió ante la pregunta de la ópera -, de hecho la odio. Leyó mi mente, estaba pensando en marcharme hacia un espectáculo un poco más entretenido.

Dejó su habano en el cenicero para que se consumiera y se levantó de su asiento, invitando a la mujer de rojo a que lo hiciera también, guiándola hacia la puerta de su palco. Al salir, Jay los esperaba fumándose un pitillo, el cual apagó inmediatamente en un cenicero improvisado al ver a su jefe.

- Trae el coche. - Le ordenó, y éste se adelantó a hacerlo. Se volteó para ver de nuevo a la señorita Latham, y puso su brazo de gancho para que bajara junto con él mientras conversaban. Todos sabían de lo suyo con Eva, pero a él poco le importaba ser visto con otras mujeres. Cualquiera que tuviese dos días en la ciudad mentiría para encubrirlo de cualquier cosa.

- ¿Es usted nueva en la ciudad? No la había visto nunca. Y créame, soy realmente bueno cuando quiero saber algo.

Bajaría lentamente con ella para dar tiempo a Jay de que tuviese listo su Rolls-Royce en la entrada principal de la ópera, y para indagar más en la vida de aquella enigmática mujer.

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02/12/2017, 18:58
¿?

El gesto del brazo le gustó, lo justo como para ampliar esa sonrisa tan irreal y acogerse a la invitación del casi desconocido mientras abandonaban el teatro justo cuando empezaba la segunda parte- Ya se lo he dicho antes...-negó con la cabeza acercándose más a tu brazo, como si le sirvieses de guía- creía que los políticos tenían mejor oído- una suave risa, apenas audible que acabó con un asentimiento- estoy de visita, solo eso. ¿Por un casual no hablará inglés no? Se me hace tan dudo el español...y eso que tengo un íntimo amigo el cual nació en España y hablo con el a menudo, pero...se me resiste. Cosas de la edad supongo. 

Salisteis fuera, donde Jay os estaba esperando ya con el coche en medio de una calle llena de luces y con alguna gente de aspecto pudiente, el calor era un poco asfixiante. Era una de las cosas malas que había traído la gran guerra- ¿Y vive usted muy lejos?

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08/12/2017, 23:52
Montgomery Fletcher

- El inglés - dijo, acariciando la mano que tenía enganchada en su brazo - no se me da muy bien. Pero me parece que se le oye perfecto. Además, para lo que queremos no hace falta un vocabulario avanzado. - Sonrío con un gesto lascivo.

Afuera, Jay tenía su Rolls-Royce Phantom preparado con la puerta trasera abierta para los dos. Tan pronto subieron, se apresuró a coger el volante y sacarlos de la Ópera bordeando la ciudad, tomando las rutas largas para que su jefe tuviese tiempo de hablar. Cuando fuese momento de ir a su casa, Montgomery se lo indicaría.

- No tanto como me gustaría - respondió a la pregunta sobre su refugio -, pero se me da bastante bien la privacidad. Lujos que uno llega a comprar con el tiempo. ¿Conoce usted Sevilla? No hay ciudad como esta en el mundo que conocemos, se lo aseguro. Su amigo seguro estará de acuerdo conmigo en esto. ¿Lo conozco, de casualidad?

Cuando hubiesen charlado ya lo suficiente, le haría un gesto a Jay para que conduzca a su refugio a toda velocidad. Nadie los detendría ni aunque se saltasen todos los semáforos de la ciudad.

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12/12/2017, 07:43
¿?

Oh que adulador es usted caballero- se tomó tu comentario al parecer con humor o como un piropo- y dígame ¿que es lo que vamos a hacer exactamente? Porque considero muy emocionante y divertida una charla con aquel que me va a invitar a su hogar- otra de sus sonrisas tan inquietantes, no por ser forzadas, si no por lo extrañas en la situación. Nadie sonreía tanto en aquella ciudad por norma. 

Subisteis al coche, y Jay solo hizo su trabajo mientras ella había roto el contacto y ahora se alisaba con una tranquilidad electrizante la falda del vestido.-La verdad es que no he pululado demasiado por sus calles, sinceramente apenas llevo unos días- dijo con tranquilidad mientras te miraba al rostro, casi a los ojos- oh, dudo mucho que lo conozca, le gusta pasar desapercibido, es como esa sombra que se mueve en los callejones por las noches. Es bastante aburrido- una dulce risa baja- ¿Y como es su casa? ¿tiene familia? ¿mascota?- se mostraba muy interesada en ti, de eso al menos, no tenías dudas. 

¿Qué piensa de lo sucedido en la feria hace unos meses?

- Tiradas (2)

Notas de juego

Tu decides cuando va Jay a la casa, si me lo pones tan general considero que es después de este post. Si es así puedes describirlo tu perfectamente. Es tu casa ; )