Partida Rol por web

Los droides continuan con su tarea autoasignada de aniquilar a la pareja de aterrorizados duros completamente ajenos a la ensordecedora multitus que desde la seguridad de sus palcos contempla la batalla sedienta de acción.

Y los droides, impasibles como corresponde a unas máquinas sin atisbo de sentimiento, lanzan cada uno una nueva estocada al mas cercano de los humanoides tratando así de neutralizar uno de sus objetivos.

El primer droide lanza una estocada vertical que sin mayores problemas el Duro esquiva ágil, pero no lo suficiente como para apartarse del compenetrado ataque horizantal que el segundo droide había lanzado.

La sangre salta violentamente empapando tanto a droides como al propio compañero del duro herido, que por el corte en el costado cae de rodillas dejando escapar un agudo chillido de dolor. Su final estaba cerca.

- ¡Maldita sea! Debo ser idiota por comportarse así, pero no voy a dejar a esos duros con los que he pactado en la estacada. Además, imagínate que se trata de técnicos de algún tipo y pueden ayudarnos luego.

Así que su sentido del honor de soldado se impone a la lógica más básica y a su pragmatismo y, sabiendo que quizá sea de los pocos que tengan una oportunidad contra los droides, se lanza a por ellos para ganar tiempo, defender a los duros y ganarse definitivamente su confianza, aunque al final no sirva para nada.

- Voy a ir por ellos, Laryn, frontalmente, aquí no hay espacio ni tiempo para sutilezas, así que tú intenta flanquearlos si esta porquería que nos une te lo permite -grita, de cara a su compañero.

Y, a continuación, de modo claramente visible para los duros y para todo aquel que tenga apéndices oculares o cualquier otro tipo de aparato sensorial, se lanza hacia los robots, vibrocuchillo en mano.

- !!Hojalatas, quiero ver vuestras tripas!!

-Aldor! grito me parece que por aqui no hay salida y dirigiendome a Ish que hacemos? les damos caña a esos droides o se te ocurre alguna genialidad?

Desmoralizado por la respuesta de Kooth, aunque no abatido, al menos por el momento, Aldor no ralentiza en absoluto su frenético avance hacia los droides para contestarle a voz en grito:

- Ganaremos tiempo si nos cargamos a los droides... Y es posible que incluso podamos reprogramarlos para ayudarnos a escapar: quizá ellos puedan hacernos de pueden, o entrar en el sistema y hacer que se extiendan los puentes, qué sé yo.

La pareja formada por Kooth e IShlara buscaba una alternativa desesperadamente al combate, por desgracia para ellos el foso de combate, vulgarmente llamado "LA Arena", estaba perfectamente diseñado por el mismísimo Gilaz para no ofrecer mas alternativa que la lucha...

-Ayudadnosss!!!!!- El grito del duro herido es realmente macabro, un tono moribundo y desesperado que haría encojerse al corazón del mas valiente. TEndido en el suelo, inmóvil a merced de los droides mientras su compañero comienza a tirar de él, tratando sin mas éxito que el de retrasar lo inevitable, sacarlo del alcance de las máquinas asesinas.

-Esta vez parece que no tenemos otra opción- dice el traidor Bothan al soldado mientras emprenden una frenética carrera para cargar contra los androides -Los dos a por el mismo, Aldor, tendremos mas oportunidades- grita Laryn sin desviar su atención del mas cercano de los droides. Esta vez, ya fuera por considerarlo su única opción, o bien, por tratar de enmendar sus acciones pasadas, el bothan parecía mas que dispuesto a colaborar.

Entre gritos y tensión los segundos corren en la arena. El público grita, si cabe, con mayor fiereza desde que el duro yace moribundo, pero al parecer no es suficiente para vuestro especial anfitrión.

De pronto el zumbido de uno de los puentes de energía llama vuestra atención. Al sur podeis ver como desde el elevador se aproxima una patrulla de seis imperiales armados con sus rifles blaster, y delante, dos rodianos con sendos vibromachetes.

Amenazados por los cabezacubo no les queda mas remedio que cruzar el puente, tras lo que desaparece instantáneamente. Estos no parecen tan asustados como los duros, por sus caras diriais que vienen a ganar, creyendo que asi comprarán su libertad.

Unidos por la Sin mediar palabra se lanzan a la carga contra el Zabrak y la twilek. No parece que vayan a querer charlar...

-Ahora mismo somos cinco contra dos, no cuentes al duro herido...si no los atacamos ahora seremos cuatro...y si la cosa sale mal....mejor no pensarlo -le respondo a Kooth viendo como el duro se retuerce en le suelo de dolor y como la sangre va manchando su traje y la arena.

-Vamos a por ellos... -susurro en voz baja y mis lekkus se mueven, alerta, ante en inminente enfrentamiento.

-Entonces vamos! digo instando a Ish a ir hacia los droides y atacando fallidamente al mas cercano a mi. -Hojalatas!!! estamos aqui!!! les grito a los droides para atraer su atencion sobre mi y que los duros tengan una oportunidad.

EL duro herido musita algo extendiendo su mano hacie el droide que lo hirió, no solo no conseguís entenderlo, si no que apenas conseguís discernir su fino hilo de voz entre los ruidos del combate y el griterío de los palcos.

Sin embargo, el otro duro, armado de un valor inusual, sorprendente, lanza su vibrohacha directa contra el hombre del droide(1) que hirió a su compañero.

El arma se incrusta directamente en los servomotores  entre el hombro y el brazo izquierdo del androide, un pequeño chispazo azulado explota en un suave crepitar. El androide no estaba inutilizado, pero sin duda eso lo volvería aun mas incompetente si cabe.

De alguna manera el fervor de la batalla me estaba invadiendo, el miedo a la muerte se desvanecía cuabierto por el velo de violencia. Al ver como Kooth lanzaba su golpe me recorrió un escalofrío, pero al ver el chispazo azul que el duro había causado en el droide sentí... como una inyección de adrenalina que me impulsó al ataque.

-A por ellos!!!-Sin dudar un instante lancé una estocada directa a la espalda del droide(2) que tenía justo delante. Pero para mi sorpresa el arma se me resvaló de la mano y solo logré golpearlo con los dedos -Podoo de bantha, si hasta me he hecho daño- pensé mientras recogia el vibrofilo del suelo.

Corriendo junto con Kooth nos aproximamos a los droides.

Esto tenemos que terminarlo rapido....y mejor no pesar en lo que nos encontraremos despues....

-!Estupidos cacharros de basura espacial! !Atreveos con nosotros! -les grito a los dos droides mientras que nos acercamos a ellos.

Con fuerza descargo mi arma sobre el mismo droide que Kooth ha golpeado, intentando asi por lo menos, dejar fuera de juego a uno de ellos.

Se nota claramente que Aldor estaría mucho más cómodo con un fusil en las manos que con un arma de cuerpo a cuerpo, aunque sea un vibromachete, por no hablar de alguna de esas armas contundentes cuya único daño proviene de la fuerza de quien la esgrime al golpear, y que llaman garrotes. Así que, sabiendo que en esta ocasión probablemente se juega la vida más que en cualquier otra, pone todo su empeño en atacar correctamente, como le enseñaron en su instrucción. Aunque lo cierto es que no hio mucho caso porque desde el principio tuvo claro que su vocación sería matar a distancia y no en el combate cuerpo a cuerpo. Con todo y con eso, el tacto del arma en su mano le inspira confianza, y mueve su mano en un rápido movimiento contra el mismo droide al que acaba de impactar Isl.

Tras recibir el fuerte impacto que el Duro(2) le había propinado con su vibrohacha, el droide(1) continuó ininmutable, como si la disfunción del brazo no existiera, al parecer sus directrices de actuación eran realmente básicas y no contemplaban ningún tipo de variación.

Alzó el brazo sano, e ignorando al Duro(1) malherido, que se encontraba tras su compañero desangrándose en el suelo, lanzó una violenta estocada horizontal directa al cuello. El espectáculo fue grotesco, el afilado metal perforó la carne del humanoide cortando las principales arterias de un tajo rápido y limpio. La sangre manó violentamente en un pequeño torrente que os puso a todos perdidos, a penas dos segundos después el cuerpo del involuntario gladiador caía sin vida a la arena emitiendo un golpe seco; a su lado el vibrohacha esperaba un nuevo portador.

CAsi al tiempo, el otro droide rotaba su tronco a un lado y al otro confundido por los certeros golpes que le habían venido de ambos flancos en un segundo. Aunque el aatque de Kooth había fallado, sirvió para contribuir a confundir al androide. El golpe por la espalda del soldado perforó la fina capa metálica que recubria los servomotores, a la vez que la azulada twilek sesgaba varios circuitos principales alojados en el pecho... las armas serían básicas, pero su poder de penetración las volvía mortales. El cuerpo metálico del androide se desmoronó inherte ante vosotros entre ruidos metálicos.

Los rodianos siguen demostrando su actitud agresiva, sin dudar se lanzan al ataque.

El primero de ellos se coloca al lado de Laryn y le lanza una estocada directa al costado. Por desgracia para él el Bothan es ágil cual felino y sin demasiado esfuerzo esquiva el tajo.

El otro rodiano trata de conseguir la espalda de Ishlara e inmediatamente intenta apuñalarla, pero los twileks nunca fueron una raza fácil de sorprender y la granuja no iba a se menos... el golpe se pierde cortando el aire.

El ambiente está caldeado, en la arena la tensión se corta a cuchillo y la muerte flota en el aire buscando a su próxima víctima.

En los palcos incrustados en la roca el sonido del griterio atraviesa los cristales protectores como si no los hubiera, llega hasta vuestros oidos un jaleo propio de cualquier taberna de mala muerte donde la clientela vitorease a un gamorreano camorrista aporreando indefensos ewoks.

-Groan siaf pak...- musita el humanoide antes de desplomarse boca abajo en el suelo. No sabríais decir si muerto por desangrarse o inconsciente y grave, pero el caso es que para él este torneo se ha terminado.