Partida Rol por web

Adrienne asiente a Hektor. Creo que si no fuese por como soy, estaría nerviosa o incluso enfadada... - suspira y mira su reloj de pulsera.

El sonido del rotor de un helicoptero se va haciendo más audible poco a poco, hasta que por fin el aparato aparece en vuestro campo de visión, acercandose rápidamente para desacelerar cuando se encuentra cerca de la explanada que hay junto a la pequeña casa.
El piloto comienza el descenso lentamente mientras el helicoptero se balancea de un lado a otro. El viento movido por las aspas levanta las hojas caídas de los arboles y algo de tierra mientras esperaís pacientemente. Por fin se posa en el suelo.

Pasan unos segundos hasta que la puerta lateral corrediza se abre de un golpe haciendo un ruido apenas audible gracias al potente motor. El primero en descender del transporte es un soldado de elite, que avanza unos metros mirando en todas direcciones con un subfusil en la mano, se para y hace un gesto con la mano a alguién que aún se encuentra dentro del helicoptero.

El soldado se para y al ver que vuestra actitud no es amenazante por le momento hace un gesto con la cabeza y el brazo.

Adelante!!

El siguiente en descender del aparato es un tipo moreno de mediana edad arrebujado en un largo abrigo negro de invierno y con unos guantes de cuero también negros. Aún así parece tener frio.

¡¡Buenos días!!- se hace oir por encima del ruido de las helices mientras se acerca a la casita- Espero que hayan encendido la chinenea, como habrán visto les deje todo preparando previendo que hoy haría un frio de pelotas como así a sido.

Sonrie, saca una pitillera y se enciende un cigarrillo en el momento en que el piloto desconecta el motor y el ruido va disminuyendo progresivamente.

Buenos dias
Respondo yo adelantandome. Observo como algunos soldados toman posiciones a nuestro alrededor de la cabaña sin terminar de relajarse. Parecen bastante profesionales. Pero no veo, de momento, ningún tipo de armamento pesado.
Entretanto, las aspas del rotor del helicóptero de los recién llegados, se detienen por completo. Y ya con mas calma, yo aprovecho para añadir.
Deduzco que son ustedes los artífices de esta cita concertada a través de aquellas misivas. Pues bien, aquí nos tiene. Y supongo que tendrá alguna oferta que hacernos. De lo contrario, todo este despliegue, resultaría, además de exagerado, algo absurdo.

-Ah si, hemos encendido la chimenea y hemos preparado un té con pastitas...- dice Hektor.

-¿Por que no entramos y nos dice lo que tenga que decir? Esta situación ya es lo bastante incómoda como para alargarla aun más.- con los brazos cruzados espera a que el desconocido entre en la casa.

Adrienne deja de apoyarse en el marco de la puerta y observa todo el espectaculo. Observa uno a uno a los recien llegados en silencio mientras se cruza de brazos y se concentra en cada uno un leve instante.

Hola Coronel... ¿quiere algo de pollo? Le digo al recién llegado con una sonrisa.

Demasiado despliegue para un par de personas comunes y corrientes ¿no? ¿Habéis sido vosotros los que nos han tendido la trampa en el banco? Me apuesto unos dólares a que si...

El personaje pasa ahora de la sonrisa a la risa abierta, mira un momento a Adrianne a los ojos y vuelve a girarse para dirigirse a Hektor y Adrianne mientras se acerca a la puerta.

Comprendo sus dudas y su enfado caballeros, pero vayamos dentro como dice nuestro amigo Hektor y les explicaré todo lo que quieran saber...

Pasa delante de vosotros aparentemente muy relajado a la vez que es observado por el soldado. Cruza el umbral de la puerta, dentro de la cabaña el ambiente es ya mucho más agradable gracias al fuego encendido por Lilith. Con toda tranquilidad comienza a quitarse los guantes, los deja encima de la mesa y se sienta, dentro de su abrigo, en una silla proxima al fuego.

Bueno, ahora si, contesto a sús preguntas -El hombre habla mientras os sentaís u os poneís a su alrededor-

En primer lugar me presentare, soy el coronel Lekker de O.I, en cuanto a sus observaciones... señor Turner... evidentemente nosotros somos los que pusimos esas cartas en sus viviendas, ¿despliege dicen?... yo no veo ningún despliege, como ven me he presentado aquí prácticamente sólo, unicamente cuento con un hombre que me espera en la puerta y el piloto; y... Alan verdad... más que trampa ha sido una pequeña prueba para que se den cuenta de lo que son capaces de hacer.

Estoy aquí porque efectivamente quiero proponerles algo, hacerles una oferta en la que todos podemos salir benefiados.

Al intentar bloquear la mente del coronel una barrera te invisible te echa para atras de golpe, indudablemente posee algún tipo de poder mental bastante fuerte, casi con toda probabilidad el también puede colarse en los cerebros ajenos.

Oigamos entonces esa oferta y veamos si es tan interesante como cree.
Me hago a un lado y espero a que este individuo nos exponga la razón por la que estamos aquí.
No negare, que el asunto me produce cierto grado de curiosidad. E imagino, que mis compañeros sentirán lo mismo. Si no fuera así, no habrían venido.

Adrienne mira fijamente al hombre y frunce el ceño mientras alza ligeramente una ceja. Bien, acabemos con esto. Puede que alguno de nosotros lo que sienta es desagrado. No me gusta que entren en mi casa, si querian conocernos, creo que había otra forma.

¿Y el numerito del banco? Poner gente en peligro de esa manera... - niega con la cabeza - no a todos nos interesa mostrar públicamente lo que somos o no capaces de hacer, aunque seamos plenamente conscientes de ello.

El coronel mira fijamente a Adrienne y le contesta.

Comprendo su enfado señorita Adrienne, aunque nosotros no hemos entrado en su casa, para dejar una carta sobre su mesita algunos de nosotros no necesitamos entrar, al igual que usted no necesita tocar a la gente para derribarla o hablar con ellos para saber lo que piensan.

Respecto al númerito del banco, ¿crees que la policia hubiera parado a Rant y Rave? llevaban mucho tiempo sin hacerlo, y si nuestro querido Alan hubiera querido ahora estarían entre rejas-mira sonriente a Alan- Tiene toda la razón para reprocharnos el que los hayamos puesto en un peligro del que no eran conscientes, pero para nosotros era la única forma de demostrarles que sus poderes sirven para algo más que no llegar tarde a la oficina y que pueden funcionar como un equipo.

Creanme... aunque sean conscientes de los poderes que poseen, no tienen ni idea de lo que pueden llegar a hacer con ellos, y lo que yo les voy a proponer es que actuen en beneficio de la gente, a la vez que aprenden y aceptan lo que son. -Acaba subiendo el tono, poniendo enfasís en esto último-

Vamos... vamos... coronel... ¿Nos estás pidiendo que nos convirtamos en superheroes y esas cosas? ¿De jugarnos la vida por los inocentes? ¿De convertirnos en los salvadores de Freedom City? Macho... ¿tu tomas algo, no? Le digo mientras me meto otro cacho de pollo a la boca.

Ja, Ja, Ja -El coronel se rie ante las afirmaciones de Alan- no es algo completamente altruista, no somos precisamente una ONG. Ustedes también se benefician, si lo que les interesa es el dinero, les puedo asegurar que el sueldo es bastante mejor que el que le pagan en su trabajo, no le faltará el dinero. Pero lo mejor no es eso, podrán hacer uso de sus habilidades sacandoles el mayor partido. El señor Turner, por ejemplo, dispondrá de una base en la que modificar su armadura o repararla si es necesario, además de "permiso" para usarla; Hektor desarrollará su habilidad de mecanica o pilotaje bastante más que en su taller, disponemos de unas buenas instalaciones y maquinaria que no podría ni imaginar, además de saber de lo que es capaz; Adrienne por fin no sería vista como un bicho raro y será valorada, Liliht limpiaría su ficha y podría ayudar al medio ambiente si eso es lo que quiere hacer, no se... dispondrían de posibilidades ilimitadas.

Ahora mira fijamente a Alan

Por cierto no les pido que ayuden a Freedom City, le he dicho que somos de O.I, Operaciones Internacionales, así que si les gusta viajar, también podrán hacerlo.

Adrienne se mantiene en silencio mientras escucha las alegaciones del coronel. Nunca se ma ha dado bien recibir ordenes. No creo que pueda estar en una organización donde piden disciplina y obediencia. Me gusta tomar mis propias decisiones, si cree que eso será un problema... - ladea la cabeza y le mira fijamente. Está claro que se lo está planteando en serio.

No, si yo no digo nada... pero por lo visto... a todos les ofreces algo y a mi... ¿qué? ¿ganar más dinero que en mi oficina? Puedo ganar mucho más dinero si lo quisiera... Le digo arrojando mi bandolera sobre la mesa, dejando que los billetes se desparramen por la mesa.

Será mejor que me des algo más que dinero... ya ves lo que me interesa... creo que allí hay unos 300000 dolares. Los iba a donar a algunas ONG´s.

Hektor, apoyado en la pared con los brazos cruzados escucha la conversación. En un momento dado se incorpora para hablar.

-Adrienne tiene razón, no somos militares y no...- en ese momento Alan muestra el dinero y Hektor explota.

-¡Lo sabía! ¡Robaste el dinero! Pero... ¿tu que te piensas? ¡Ese dinero es de la gente, no de un malvado banquero o algo así!- Hektor encara a Alan, olvidándose por un instante del Coronel