Partida Rol por web

La Noble Savia

II. Una parada para el señor Conde

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01/12/2014, 19:58
Asaltante

No -respondió de nuevo el tipo mirando a vuestro amigo el conde-. Será mejor que guardéis silencio, a no ser que queráis perder esa bonita y lúcida lengua que poseéis. En cuanto a vosotros -se giró de nuevo hacia delante, hablándoos-, ni se os ocurra hacer cualquier tontería: ¡Lleváoslo! -entonces, ante la órden, los que sujetaban a don Joan comenzaron a arrastrarlo con sus correspondientes pataletas y gritos al interior del oscuro bosque, introduciéndolo ya por la linde del bosque. Segundos después, su silueta y voz desaparecieron-. Si hacéis caso omiso de esta empresa, no será la lengua lo que le cortemos al conde... Mañana por la noche volved a aqueste sitio con lo que hayáis encontrado, et mejor si es el culpable de las terribles muertes, si es menester; sólo así recuperaréis a vuestro amigo. Conocemos bien el bosque, y si se os ocurre regresar antes de ello, dadlo por perdido, pues vigilamos entre las sombras.

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01/12/2014, 19:58
Narratoris

Fue entonces cuando aquel misterioso hombre hizo un gesto a los que quedaban allí, y entre todos (que tampoco eran muchos ya, recogieron los cadáveres de sus congéneres caídos, y desaparecieron por el mismo lugar donde lo había hecho don Joan. En pocos segundos quedásteis en mitad del campo, con el pueblo llamado Algaida de Mandras casi delante de vuestras narices. ¿Acaso aquel tipo había apelado a sucesos demoníacos?

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02/12/2014, 07:17
Rodrigo Manrique

Rodrigo se santiguó al escuchar la mención del oscuro. Por su poca experiencia, los demonios terminaban siendo no más que personas de profunda maldad a los que había que ajusticiar, pero no había que menospreciar el poder de Satán anque nunca se hubiese cruzado en su camino. Sería esta la primera vez?

Guardó su espada y desmontó. Acarició al jamelgo pidiendole disculpas por las bruscas maniobras a la que le había sometido, y se dirigió al resto de acompañantes:

- Calmemonos, y pensemos en el siguiente paso. No parece que quieran matar al Conde aunque simplemente por haberle tratado de esa manera, merecen la horca.

Qué pensais sobre lo que nos han dicho? Si me permitis, sugiero que, en cierta forma, hagamos lo que nos han pedido.

Tanto el padre Ramón como yo mismo, tenemos el deber de combatir al Oscuro y aquellos que le siguen. Una vez que nos han dado noticia de que algo pecaminoso ocurre, es nuestro deber intervenir. Asi que lo que propongo es que vayamos a la aldea, resolvamos ese misterio y volvamos a recoger al Conde llevándonos a esos asaltantes como prisioneros.

Rodrigo miraba a los ojos a cada uno de los integrantes del grupo. Si iban a luchar juntos, debían permanecer unidos.

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02/12/2014, 16:09
Breixo Araujo

Desaparecidos los encapuchados, Breixo liberó la carcajada que a duras penas contenía e incluso se permitió aplaudir con escandaloso brío. 

— Así que el viejo Pata de Cabra asoma sus morros en este asunto, vaya, vaya. ¡Ésta sí que es una novedad! Espero que algún exorcismo conozcáis, dignos caballeros, y que no sólo sepáis tratar con acero al Demonio —dijo Breixo mientras miraba alternativamente al padre Ramón, a Rodrigo y a Roi—. Venga, veamos qué nos aguarda en Algaida de Mandrás, u hombres pérfidos y malnacidos o Satán en persona. ¡Que la vida del pobre Joan depende de nuestros actos!

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03/12/2014, 10:41
Roi Xordo

-Certo é que debemos ir, mais ter tamén coidado co demo.. Yo creo más en mis armas que en los demonios de la tierra..-concluyó también Roi.

El portugués era parco en palabras, pues el idioma no le era aún demasiado familiar, pero no tenía inconveniente en intentar que le comprendiesen.

La experiencia le había enseñado en su Portugal natal que el "demonio" era la excusa de muchos pillos para cometer fechorías, y alimentarse del temor de los pobres crédulos.. Si éste era el caso, habría que averiguarlo.

 

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05/12/2014, 17:59
Narratoris

Tras poneros de camino pensando que el Conde de Guadalest ahora pendía de un hilo, tuvísteis conciencia del enorme peligro de los caminos de sus tierras. No os quedó más remedio que marchar hacia Algaida de Mandrás, que se vislumbraba a poca distancia. En vuestro pensamiento los miedos correteaban por doquier, tanto por aquellos tipos que retenían a vuestro amigo como por el sobreaviso de rumores que os habían revelado. ¿Acaso había tanta maldad en el condado? Así era al parecer.

Et que pusísteis tierra de por medio, et avanzábais silenciosamente. Parecía que los árboles del bosque arrimado al camino os vigilaba, siseaba, como si también se volcara sobre vosotros, incluso meciéndose a cada paso que dábais. Et que aquello no era, al parecer, más que suposiciones y sugestiones de la oscuridad de la noche. Empero que pronto llegásteis a Algaida, y aquello no era sino una pequeñísima aldea junto al bosque. Allí había unas diez casa de piedra, barro y madera, todo bastante rudimentario. Aparte de las pequeñas viviendas, destaca una casa quemada en un extremo y una pequeña capilla en medio del mismo. Nadie había, como era lógico por las altas horas, caminando por allí.

El frío comenzaba a hacer estragos.

- Tiradas (4)
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09/12/2014, 06:51
Rodrigo Manrique

Era extraño que el ruido de los cascos de los jamelgos no hubieran depertado a nadie. O quizás tuvieran demasiado miedo para salir a ver de quién se trataba.

Rodrígo, sin amilanarse ni un ápice, sabiendo que el Señor estaba con él, cabalgó unos pasos para encabezar a sus silenciosos compañeros y grito a pleno pulmón para que todo el pueblo lo pudiese escuchar:

- Villanos de Algadia, no temais en mostraros. Somos hombres de Dios y no venimos más que solicitar refugio esta noche tan fria y prestar nuestras manos a cualquiera que precise de nuestra ayuda!

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09/12/2014, 18:00
Padre Ramón Múrgula

El padre Ramón había vuelto a cargar la ballesta a la entrada del pueblo. Quizás fuera una medida desmesurada y abiertamente hostil pero no se fiaba de las intenciones de los desaparecidos asaltantes que bien pudieran estar acechándoles en aquel pueblo esperando que hubieran bajado la guardia de alguna forma. No obstante, el sacerdote caballero tapó el arbalest con su lujosa capa para que no fuera vista hasta el último momento, tal como hiciera en el camino.

A pesar de antener el brazo armado, las palabras del líder de los asaltantes habían calado hondo en el corazón del caballero y la mención del Maligno le habían provocado un escalofrío. A pretujó con la mano libre el crucifijo y la bolsa que pendían de su cuello y cabalgó en pos de Rodrigo.

Antes de que pudiera decir nada, su compañero gritó en medio del pueblo llamando la atención de quien quiera (o lo que quiera) que allí morase. Ramón bien hubiera preferido acercarse a la capilla, terreno sagrado y buen seguro el lugar más seguro para descansar. Amén de una ocasion para conocer al párroco local y escuchar su opinión sobre los asaltantes y las acusaciones hechas por éstos.

Ahora, sin embargo, sólo quedaba esperar quien acudía a la llamada de Rodrigo. Ramón mantuvo los ojos abiertos mientras musitaba una fervorosa plegaria por la seguridad del grupo.

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09/12/2014, 23:59
Breixo Araujo

Si hasta ahora y en algún momento hemos pasado por sombras, ya se nos acabó esa suerte, piensa Breixo con una sonrisa sarcástica en sus labios y un ligero encogimiento de hombros, al escuchar la llamada del tal Rodrigo. Al ver el panorama tan penoso y escalofriante que ofrecía Algaida de Mandrás, el pardo descartó que sus compañeros y él contaran con el beneficio de la sorpresa. Qué malo no librarse de esa sensación de caer tan mansamente en una trampa sin salvación.

— ¿Y si esos malditos cabrones nos han mandado de cabeza a nuestra muerte? —masculló Breixo, más un pensamiento en voz alta que no espera ser oído. Su mano derecha acarició el mango de su hacha—. Si hay un Dios, que se apiade de nuestros míseros pellejos, o que lo haga el Cornudo, el que antes nos escuche y ampare.

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10/12/2014, 13:05
Narratoris

De las diez casas colocadas irregularmente que componían aquella aldea, veíanse algunas cabezas asomar de algunas de ellas. Algún niño, algún hombre, alguna mujer... todos estaban como sorprendido que cuatro tipos llegaran en monturas a su pequeña localidad, empero que uno de ellos dispusiese a voces su requerimiento. ¡Ni que fuera el conde de aquellas tierras! Ninguno de ellos se asomó ni se prestó en ayudaros hasta que, en medio de la penumbra de aquel sitio junto al bosque, sólo una de las viviendas abrió su puerta. Una mano agarró a la puerta y asomó su cabeza. Os hacía gestos. Era algo así como "venid, venid..."

 

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10/12/2014, 18:15
Rodrigo Manrique

Aunque el jóven Rodrigo aún no conocía el temor, un escalofrió le recorrió la espalda.

La aldea resultaba más siniestra por cada momento que permanecían en ella.

Decidido a que todo aquello acabase de una vez por todas y acuciado por la necesidad de ayudar al Conde cautivo, descendió de su montura y acudió, sujetando las bridas del animal, para que no escapara, hacía la puerta que se había abierto.

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10/12/2014, 20:12
Roi Xordo

La oscuridad era intensa, pero los ojos de Roi intentaban amoldarse a ella. En lo poco que veía e intuia, sentíase observado por ojos extraños y temerosos, que los vigilaban y estaban pendientes de cada gesto suyo.

Las palabras de Rodrigo parecían haber surtido efecto, mas Roi seguía sin sentirse confiado. Su mano agarraba la espada, presta a salir de su vaina al más mínimo atisbo de amenaza.

Cuando la mano misteriosa les indicó que acudiesen, Roi se aseguró con un breve vistazo y sin hablar de que todos sus amigos había visto también el gesto, y se encaminó lentamente hacia allí tras Rodrigo, sin confiarse todavía y mirando a cada lado continuamente, por lo que pudiese pasar. Paró a una distancia tal que podía oir y acudir a Rodrigo en caso de emboscada, y esperó a lo que podría suceder.

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11/12/2014, 19:33
Padre Ramón Múrgula

Ramón desconfiaba de todo aquello. Seguro que en cualquier momento reaparecerían los asaltantes dispuestos a llevarse hasta el último de sus preciados maravedíes. El caballero no estaba dispuesto a tolerarlo. Cuando vió desmontar a sus compañeros el alma se le cayó a los pies y más cuando estos se dirigían como corderos hacia la puerta abierta.

- Voto a Dios que yo no haré tal cosa - musitó.

No obstante permitió que su caballo siguiera a los de Rodrigo y Roi, mientras permanecía a caballo y con la ballesta armada y cubierta. Si aquello no se demostraba una argucia quizás se aviniera a acompañarles. Quizás.

¿O tal vez debería seguir su primer impulso y acercarse a la capilla?

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12/12/2014, 19:22
Breixo Araujo

Una mano hace señas desde una puerta entreabierta y van éstos y acuden como hechizados. Me pregunto si una moza de buen ver que nos hubiera enseñado una pierna, o mejor aún un pecho, habría logrado el mismo efecto, reflexiona Breixo enarcando una ceja y deseando que hubiera sido una tentadora pierna bien moldeada lo que hubiera captado su atención. No desmonta de su caballo y su mano no se aleja de su hacha, y, sí, él también sigue los pasos de Ramón. Aunque no pueda dejar de desconfiar. Veremos qué se cuece ahí dentro.

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15/12/2014, 13:38
Narratoris

Unos con más recelo que otros, os acercásteis a la puerta que se iluminaba por dentro. Algo os recorrió el espinazo, tal y como un escalofrío que nunca antes habíais sentidos. ¿Sería sólo la impresión y sugestión de aquella aldea en medio de la noche? Sin duda que siendo tan minúscula y vacía, impresionaba. Caminásteis paso a paso, trote a trote y finalmente vísteis una cabeza con un gorro como de cuero asomar por la entrada de aquella casucha. Era un tipo corriente, en realidad.

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15/12/2014, 13:40
Felipe

¿Quiénen son vuesas mercedes que dan tantas voces? -hablaba con tono bajito y sorprendido (quizá algo asustado), como no queriendo impacientar más al vecindario de lo que ya debieran estar en sus casas-. El tipo era un aldeano de Algaida y miraba afuera, hacia vosotros, con aire temeroso, pues ¿quién diantres estaría allá afuera a aquella horas?

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15/12/2014, 16:55
Rodrigo Manrique

Como Rodrigo se había alzado improvisado portavoz del valeroso grupo se apresuró a responder al villano que había salido a recibirles, por asi decirlo.

- Mi nombre es Rodrigo Manrique, miembro de la santísima Orden de Santiago. Hemos acudido aqui pues nos han solicitado ayuda para resolver los problemas de la aldea. Necesitaremos refugio y un lugar para los equinos.

El jóven caballero era parco en palabras y muy directo, quizás no el más indicado para conversar con aquella gente, pero lo hacía de buena voluntad.

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16/12/2014, 07:57
Roi Xordo

El rapaz que había surgido tras la sorprendente mano era no menos sorprendente. Parecía temeroso, aunque sin duda no lo era, pues fue el único que se atrevió a dirigirse a ellos de todos los que los acechaban ocultos en sus escondrijos.

Rodrigo se presentó, y Roi asintió desde su posición a unos pasos prudentes del él, para mostrarle confianza al muchacho.

-También yo soy caballero -dijo con su peculiar acento-. Roi de Alcaçovas, Membro da Real Orde de Avis.. Queremos ayudar..

No dejaba de mirar alrededor con la mano presta a las armas, desconfiado aún en el lugar y sus gentes. Sin duda los escuchaban, y acceder a presentarse le pareció buena forma de ofrecer confianza para que viesen en ellos no enemigos, sino aliados en su mal y remedio para sus cuitas.

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17/12/2014, 18:38
Felipe

¡Santiago! -el tipo se asomó del todo ante los allegados, santiguándose al escuchar la voz de un santiaguista allí- ¡Et otro caballero! -se refería a Roi, que debido a su acento portugués (et aquesta su nacionalidad), non quiso decirle nada por no importunar en error-. Et al ver que el resto sería poco más o menos que también caballeros (o muy cerca andarían), el tipo entrelazó las manos, miró las monturas y habló.

¿Pero qué problemas? -dijo con tono cálido y sorprendido-. Mirad vuesas mercedes que no hay nadie en la calle, et que si hubiera problemas non estarían los vecinos durmiendo -el hombre miró las casas de los vecinos, y comprobó que algunos estaban "poniendo la oreja", cosa normal ante allegados a altas ahoras-. Vengan si quieren: espacio en mi casa no hay, pues mi Bernardina et mi Felipa, esposa e hija, andan durmiendo. Empero que hay un establo aquí detrás, que era del mío padre, detrás de mi casa. Es lo que les puedo ofrecer para pasar la noche -el tipo lo ofreció de corazón, debido a la petición de Rodrigo-. Pueden desmontar si quieren, ¿eh? -les dijo a los que le miraban desconfiados-. ¿Vamos? -estiró sus brazos como ofrecimiento para seguirle-.

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18/12/2014, 13:51
Padre Ramón Múrgula

Viendo a aquel pueblerino en la puerta de su casa et mostrando éste inocente facies el caballero Ramón pareció relajarse un poco, pero no por ello se confió y empuñando la ballesta con la diestra y manteníendola oculta levantó la mano izquierda con la palma por delante.

- Esperad buen cristiano. Agradezco vuestro ofrecimiento, pues como buen siervo de Cristo nos ofreces, en no habiendo refugio en la casa, refugio en una cuadra, como ofrecieran para el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo - esperó que todos los presentes, sin duda fervorosos católicos musitaran un conciso "amén" antes de continuar - Más he de preguntar si acaso la iglesia del pueblo, que hemos visto, se encuentra abierta a fin de orar, como Dios y el patrón Santiago mandan, antes de acostar, por tardía que sea la hora.

- Quizás podríamos hablar, por breve que fuera el parlamento, con el párroco - dijo Ramón - ¿seríais tan amable de indicarnos donde vive éste? - Si en efecto había demonios en el pueblo seguramente el sacerdote tendría algo que decir y quizás sería de éste de quien menos podrían esperar que les tendiera una celada para robarles las monedas o el crucifijo de oro.