Partida Rol por web

La Noble Savia

III. Extraños sucesos

Cargando editor
25/03/2015, 10:53
Narratoris

Mantener el silencio y la cautela era realmente difícil. Por un lado por vuestras armas y armaduras, por otro lado debido al nerviosismo y aquellos entes y finalmente porque el suelo comenzó entonces, a cada paso, a acumular cada vez más y más huesos y cráneos. Por mucho en fijábais la vista donde podíais, a cada rincón rocoso de la cueva, allí no había nadie. Ni rastro de la joven Felipilla (o quien fuera que hubiera atisbado el caballero Xordo). Et fue en éstas que, vuestras pisadas, hicieron abrir los ojos y moverse a algunos de aquellos seres enrramados y carentes de piel tornada a tronco...

Un rugido comenzó, surgiendo a otro, y a otro, ¡y a varios más! Aquellos seres excepcionales comenzaron a despertar en cadena... ¡pronto se percatarían de vosotros!
 

Cargando editor
25/03/2015, 19:01
Rodrigo Manrique

Cuando aquellos engendros empezaron a abrir sus ojos, Rodrigo se sintió asqueado. Cómo podían atreverse tales criauras a existir bajo la luz del Señor Todo Poderoso?

Sin más miramientos atacó a la criatura más próxima queriendo acabar con aquel insulto a ojos de cualquier cristiano, fuera como fuese.

Notas de juego

Creo que lo suyo sería quemarlos, pero no sé yo si mi caballero cristiano pensaría lo mismo...

Tiro algo para el combate?

Cargando editor
25/03/2015, 19:09
Padre Ramón Múrgula

El Padre Ramón buscó desesperadamente una salida de aquella gran caverna, con un poco de suerte habría una salida por el extremo opuesto. A buen seguro que aquellas bestias del infierno salidas de una pesadilla no podían haber raptado a la niña o haberse acercado al pueblo o habrían sido vistas por alguien, pues su talla y su demoníaca naturaleza no pasarían desapercibidas a los ojos de nadie en la aldea.

Ramón creía que alguien muy humano debía estar detrás de aquellos seres, quizás un hechicero o una bruja (o incluso un aquelarre de brujas), alguien debía haber convocado, animado o creado a aquellas bestias y las alimentaba con las niñas que secuestraba más tarde. Si querían acabar con aquella maldad debían acabar con los responsables. Si al menos pudieran encontrar la salida...

Notas de juego

En resumen, buscar una salida (no por la que entramos sino por el extremo opuesto de la gruta) para encontrar a las bruxas y ¡quemarlas!

Cargando editor
25/03/2015, 20:24
Roi Xordo

Qué horrores albergaba aquel lugar.. El demonio sin duda era el dueño de estos engendros. Roi buscaba a la niña, sin perder ojo a las bestias que empezaban a moverse. Sabía que la había visto.. ¿o no? Ya empezaba a dudarlo, los trucos del Maligno podrían haberlo confundido.. Pero no perdía la esperanza de encontrar con vida a Felipilla.

Los seres semejantes a árboles diabólicos cobraban vida, y ante eso, el portugués no tuvo por menos que blandir firmemente su espada desenvainada, dándose seguridad a sí mismo. Eran muchos, y en su terreno.. Los caballeros debían o salir de allí, o enfrentarse.

-Espertan.. -no dudaba de que sus amigos lo hubiesen visto ya-. Quizáis el fuego los dañe.. Parecen de madera.  

Notas de juego

Edito porque no me fijé en ésto al poner mi post:

Creo que lo suyo sería quemarlos, pero no sé yo si mi caballero cristiano pensaría lo mismo...

no quería plagiarte la idea, pero el mío sí lo pensó.. Llevaba con la idea desde que leí lo de madera. A ver si es verdad y arden XD

Cargando editor
27/03/2015, 11:03
Narratoris

Notas de juego

Rodrigo: Teóricamente, Rodrigo y Niawf (pj y jugador) deberían pensar lo mismo no (he ahí el debate de desdoblarse en el rol o mantener la distancia con el pj). Hazlo como tu buenamente creas ;) No obstante, quemar unos seres (que sabéis que no son de este mundo) con fuego no contrapone tus ideales como caballero religioso. Es más, el fuego es según el cristianismo (al menos de la época), purificador. De hecho, ganaréis puntos de RACIONALIDAD si matáis seres irracionales con armas o enseres de este mundo (y el fuego es algo mundano). Asique por intentarlo, pegas ninguna.

Eso si, no va a haber ni uno ni dos de esos seres ahí abajo...

Ramón: no hay salida visible (de hecho tirásteis un "descubrir" no muy existoso). A priori la única salida es la propia entrada.

Breixo, Ramón y Roi: decidme qué hacéis (si ir tras de Rodrigo o intentar escapar).

Cargando editor
27/03/2015, 18:01
Rodrigo Manrique

Fuego? El portugués tenía razón. Lo mejor sería quemarlos a todos, porque como tuviera que cortarlos uno a uno, no iban a tener mucho tiempo para buscar a la Felipa.

Rodrigo frenó su espada y su impetú.

Sí, quememos a estos engendros y purifiquemos su endiablada guarida! - dijo esta vez alzando la antorcha.- Preparados para salir corriendo en cuanto prendamos todo esto?

Esperó a que el resto estuviese preparado pues no quería que se quedara ninguno de ellos atrapado en el infierno que alli se podía crear.

Notas de juego

No sé, yo soy más de intentar meterme en la piel del Pj (aunque claro, nunca puedes dejar de seguir algunos patrones característicos de tu personalidad como jugador/a), y a Rodrigo no le veo lo suficiente listo como para que se le ocurriese lo del fuego. Pero al haberlo dicho Roi, la cosa cambia ;P

Cargando editor
27/03/2015, 18:49
Roi Xordo

-Si Felipa está aquí.. que Deus se apiade da súa alma.. Pero no podemos dejar que estos seres salgan de aquí et siembren el mal. Son fillos de Satán.. Deben volver al averno de donde salieron.. Volvamos al agujero de los árboles. Si salen, ¡los abatiremos! Se alguien tiene algunha idea mejor, ¡es el momento de decirla!

Sí, debíamos poder salir por donde entramos. Si las criaturas intentaban salir por donde los arboles, lo harían de uno en uno,  y sería más fácil abatirlos.. O, desde luego, más sencillo que tenerlos a todos a la vez de enemigos, eso seguro. ¿Funcionaría el plan? Estaban despertando, y no había tiempo que perder.

Notas de juego

Pero al haberlo dicho Roi, la cosa cambia ;P

Jajaja.. no te creas. A ver qué pasa. Lo mismo son ignífugos y tenemos un gran problema XDD

Cargando editor
28/03/2015, 00:23
Padre Ramón Múrgula

- El portugués tiene razón, huyamos, digoo, apostémonos en la entrada de la cueva, donde ésta se estrecha y forcémolos a combatirnos de uno en uno contra los cuatro y los que estén detrás que ardan en el infierno. Dicho esto quitó el virote de la ballesta y embrazó hacha y escudo mientras empezaba a caminar hacia atrás, hacia la entrada y única salida.

Notas de juego

de hecho tirásteis un "descubrir" no muy existoso

he de decir que yo fallé esa tirada por una centésima (1/100). Así que bien se podría decir que:

de hecho tirásteis un "descubrir" prácticamente existoso

¿No? - máster roñica, mira que por un punto - dijo Ramón y se fue gruñendo y refunfuñando -

X)

Cargando editor
29/03/2015, 12:33
Narratoris

Rodrigo pareció refrenarse, ¿acaso pudiera acabar él solo con tantas bestias como aquellas? Fue entonces cuando volvísteis tras vuestros pasos, por la misma hendidura descendente que ahora se tornaba en cuesta. Las antorchas de vuestras manos se movía de un lado a otra, y fue lo que acabó despertando el interés de aquellos entes de piel troncosa y arrugada. Corríais hacia arriba y éstos hacíanlo también, de uno en uno, y una vez en estando fuera comprobásteis que se hacía ya la mediatarde...

El claro de árboles retumbaba ante el ascenso de aquellos seres, et que en cuanto vísteis las primeras ramas de su vanguardia, dejásteis caer la antorcha en el agujero. Aquellos engendros parecían arder con facilidad, puesto que enseguida vísteis propargarse entre las ramas del priemero pequeñas llamas, y luego llamas más grandes. Y rugía. Ardía con fiereza y parecía aquesto dañarle mucho...

El que estaba ardiendo salió de allí como pudo, et que aquesto no fue suficiente, pues cerca de diez seres como aquello, de grandísima zancada, avanzaban y salían... No tuvísteis más opciones que internaros en el bosque, ¡retrasaros!, pues sus largas manos enrramadas estaban abiertas y dispuestas a mandaros a los Cielos... Sólo la primera criatura acabó en el suelo ardiendo.

Notas de juego

Hay nueve criaturas más, persiguiéndoos... El fuego parece muy efectivo. Os quedan un par de antorchas.

Cargando editor
30/03/2015, 11:34
Breixo Araujo

Con uno solo de esos monstruos caídos, vamos apañados, me cago en las pezuñas de Belial. Breixo no se concede más aliento para pensar durante la huida, y sólo sopesó por un momento si sería adecuado arrojar otra antorcha, a ver a cuántos de esos bastardos de madera quemaba esta vez. Mejor dejar las reflexiones para después y concentrarse en dar esquinazo a aquellos vástagos de Satán. 

Cargando editor
30/03/2015, 18:33
Padre Ramón Múrgula

Ramon corria junto con sus compañeros, retrocediendo de aquellos seres gigantescos. Estaba aterrado y no sabia que podian hacer contra tal numero de tan terribles bestias. Aunque su corazon se habia alegrado y dado gracias al Altisimo por hacer que uno de aquellos monstruos fuera presa del fuego purificador.

Sin embargo la alegría habí durado bien poco pues quedaban multitud de enemigos y sólo dos antorchas. Ramón miró desesperado a uno y otro lado sin saber qué hacer, bloqueado. Les rodearían, les atraparían con sus brazos-rama y los estrujarían hasta la muerte. ¡Dios mío, ayuda!

Entonces se le ocurrió una idea, quizás aquestas dos antorchas fueran suficientes para todos aquellos seres - ¡Rodrigo! ¡Roi! ¡Breixo! - gritó - ¡prended con las antorchas la hierba mientras huímos, los arbustos, las ramas más bajas! Esperad a que estén un poco más cerca cuando lo hagaís. ¡Se quemarán al meter las ramas en el follaje ardiendo! - rogó - y que Dios nos ampare.

Cargando editor
31/03/2015, 07:40
Rodrigo Manrique

Rodrigo no era un hombre de muchas luces, pero eso de quemar el bosque entero se le antojaba harto peligroso; y si el fuego llegase a la aldea?

No es que, en su fuero interno, no desease que aquel maldito pueblo ardiese con todo pecador dentro, pero y su querido amigo el Conde? Los bandidos se podrían tomar a mal que hubiesen destruido el pueblo y rebanarle la cabeza.

Asi que se vió en una encruzijada; quemarlo todo y asegurarse de que esas viles criaturas desapareciesen pero arriesgando la aldea, o enfrentarse a ellas una a una.

...Nah, eran demasiadas. Habria que dejar el destino del poblado en manos de Señor.

Asi pues, haciendo caso de las palabras del padre Múrgula, empezó a prender los rastrojos tras él según iban avanzando.

Cargando editor
01/04/2015, 15:44
Breixo Araujo

— ¡Un fuego! ¡Sí, maldita sea! Bien sabe Dios que me encanta esa idea de locos, Padre Ramón —dijo Breixo, entre carcajadas, tras detenerse para encender su antorcha y prender los rastrojos y ramitas. Ojalá no metiera el Demonio la mano para que les saliera mal aquella jugada y aquellas aberraciones cayeran ardiendo. Prometía ser un digno espectáculo. En ningún momento, pensó qué sucedería si el fuego se descontrolaba y se extendía hasta el pueblo.

Cargando editor
01/04/2015, 20:07
Roi Xordo

Era cosa de saber si su alma se encendía como los rastrojos, pero sin duda la idea de prender el fuego tras ellos le entusiasmó, al portugués. La hierba se prendía con nada, estaba seca. También era cosa de mirar la dirección del viento, no fuesen a quedar atrapados por sus propias llamas. No había solución posible, eran demasiados para enfrentarse en combate singular, y quién sabe cuán difíciles serían de vencer..

-¡Coidado con el viento! -dijo a los demás-. Si viene hacia nosotros, podemos vernos en un grande apuro.. ¡Sin piedad con aquestes monstruos del demonio! Los del pueblo advertirán las llamas, espero que se pongan a salvo si el incedio va hacia ellos.

Dicho eso, mientras prendía las ramas más cercanas a esos engendros, Roi se encomendó a Dios para que los ayudase, y siguió encendiendo.

Cargando editor
02/04/2015, 17:51
Narratoris

A medida que salíais de aquel claro, alejándoos de la entrada-agujero excavada en el suelo, aquellas figuras de grande pisada y más altura que vosotros os perseguían sin cesar. Sus ramas crujían en cada paso, y el zarandeo de sus hojas hacían caer la hojarasca al campo, fruto de sus propios capilares enrramados. Dedos eran trozos de palo, uñas eran hojas y en vez de vello púas poseían: una impenetrable estructura eran sus cuerpos mismos. Empero que vos quedaba otra antorcha, et con dificultad, premura y nerviosismo, el padre Ramón encendió las unidades que Breixo tenía. A punto los dos de trastabillar estuvieron, empero que las puntas engrasadas se prendieron al momento, et tuvísteis entonces una para cada uno.

En medio del bosque, sorteábais arboles "decentes" (osea, árboles de la tierra y con raíces normales), et que detrás, como embebidos de un alma de demonio, aquellos seres seguían tras vuestra pista. Matorrales, pequeños zarzales, musgo seco y finos troncos comenzaron a arder, sobre todo algunos a los que dedicábais más tiempo en traspasar la llama y hacerlos refulgentes... Realmente hicísteis esto en estando cerca, tal y como el padre Ramón propuso, et que no prendía mucho, por lo que teníais que seguir avanzando para no ser alcanzados.

Claro que, tras de vosotros y tras d'aquellos quedaban rescoldos, et no tardó mucho en levantarse unas lenguas de llamas en el ya cerrado bosque, impidiendo el retroceso a los "hombres-árboles". Et que en esta, aprovechásteis para prender lo que teníais delante, et así quedar atrapados aquellos seres. Et no eran estúpidos, et sabían lo que queríais hacer. En unos instantes, otra pared de fuego lográsteis levantar, mas aquellos seres, infames todos ellos, optaron por traspasarlos por encima en su afán por devoraros...

Los tres primeros comenzaron a arder, et detuviéronse al impactar chispas y rescoldos en los sus ojos. Et como tras de sí venían más, topáronse con los primeros (que ya ardían) y de esta guisa trastabilláranse los menudos; y el fuego comenzó a hacerlos arder en pocos instantes. Cuatro de las figuras de pies de raíces rodearon el vuestro envite, et que ya alargaban sus manos cuando sus copas enredáronse con las de varios árboles más bajos, también rodeados en llamas tras extinguirse el fuego. No lográsteis detener su avance, pero aquestos que se afanaban por capturaros tenían sobre las sus cabezas fuegos llameantes, et rugían de dolor, rabia y ganas de alcanzaros. Et estuvieron así durante mucho trecho.

Fialmente, ya en siendo de plena noche, dejásteis atrás aquellas bestias incendiadas, viendo atrás en la lejanía cómo ardían y cómo fianlmente se apagaban... Lo más probable es que acabaran calcinadas. Empero ahora el bosque ardía. Ardía por doquier. Y Algaida de Mandrás, que ya veíais muy dibujada bajo la noche, estaba en su misma linde.

Notas de juego

Llegáis a Algaida. Es ya de noche. El pueblo están en silencio. Los vecinos ya están en sus casas.

Breixo: bórrate las 3 antorchas.

Cargando editor
03/04/2015, 08:38
Rodrigo Manrique

Rodrigo observaba el fuego acercándose al pueblo. Lo observaba con respeto pues fue aquel el que destruyó a las criaturas que el demonio había puesto para devorarlos.

Aún asi habría que detenerlo o por lo menos intentarlo, para que no se llevase también vidas inocentes a su paso.

Hagamos un barricada para que no pase el fuego- sugerió a sus compañeros- Que los pueblerinos nos ayuden a socavar un cerco que nos separe de las llamas. Luego podríamos llenar el socavón con agua. Podría funcionar, o quizás se os ocure algo mejor?

Cargando editor
04/04/2015, 10:57
Breixo Araujo

Si nadie más se opone a la idea del hermano Rodrigo, despertemos a los mangurrianes de este poblado. Que salgan de sus plácidos sueños y arrimen el hombro si no quieren perder sus propiedades.

Dicho y hecho, Breixo se puso a gritar como un poseso ("¡Fuego, fuego! Garrulos, salid de vuestros lechos y salvad vuestros pescuezos") y también aporreó varias puertas con gran ímpetu. 

Cargando editor
05/04/2015, 19:14
Padre Ramón Múrgula

Ramón había luchado contra el fuego en más de una ocasión y siendo uno de los hijos varones del señor de Oñate, se había visto dirigiendo aún con pocos años una de las reatas de obreros así que en lugar de unir su voz a los gritos de Breixo, hizo, lo que se hace en todos los pueblos en una situación así1. Con paso decidido entró en la capilla en la que hicieran noche, libero la cuerda de la punta de la pared donde reposaba y comenzó a tirar de ella una y otra vez para hacer sonar la campana de la capilla.

- ¡DONG! ¡DONG! ¡DONG! ¡DONG! - no había que marcar ninguna pauta, eso era para los rezos y los avisos previos a la eucaristía, en aquella ocasión sólo había que hacerla sonar una y otra vez hasta que el más garrulo de aquellos destripaterrones entendiera que tenía que salir de casa y arrimar el hombro - ¡DONG! ¡DONG! ¡DONG! ¡DONG! -

Después de un rato que consideró suficiente, salió de la capilla, a buen seguro que las llamas ya se verían bien desde la aldea, con lo cual nadie vendría a la capilla a preguntar el porqué del alboroto. Así que, antes de que nadie alzara una voz disonante, alzó la voz en cuello y gritó:

- ¡Las brujas han prendido fuego al bosque et quieren quemar la aldea! ¡Las brujas quieren quemar la aldea! 2

Hecho esto, se dispuso a organizar a los campesinos. Unos seguirían a Rodrigo para talar los árboles más cercanos y que aún no estuvieran en llamas para formar un cortafuegos, mientras que los demás formarían unas hileras con cubos1, tantas como hombres y cubos tuvieran, para apagar los árboles en llamas más cercanos. Las mujeres sacarían el agua del cubo mientras tanto. Si aquellos pueblerinos eran diligentes, la aldea no correría peligro real alguno y a buen seguro que las nuevas tierras fértiles de cultivo que dejara el incendio serían alegría de muchos de ellos una vez pasaran el susto3.

Notas de juego

1 Fruto de una experiencia personal

2 Sólo por si acaso alguien nos acusa injustamente XD

3 En efecto en realidad existe la malsana costumbre de quemar bosques para crear tierras de cultivo, que al menos durante los primeros años son bastante fértiles.

Cargando editor
06/04/2015, 17:23
Roi Xordo

¡Había funcionado! Las terribles et demoníacas bestias del averno regresaron a él por la puerta grande.. Pero ahora el problema era otro: el fuego se extendía.

Los valerosos caballeros, llegados al pueblo, trataron de alertar y conseguir la ayuda de los aldeanos para atajar la tragedia, y en eso Roi tampoco se quedó atrás.

No había muchas más opciones, si querían salvar la aldea y sus posesiones, por pocas que fuesen. 

-¡Espertadeee! ¡Incendiooooo! ¡Fuegoooo! ¡Traede aguaaa! -Los gritos de Roi se unieron a los de Breixo.

Los caballeros Múrgula y Manrique organizaban con gran acierto a los campesinos que acudian, asustados, a las demandas de ayuda. Roi optó por ayudarles, mandando a los campesinos a donde se les requiriese, con la idea de no dejar avanzar a las llamas.

Cargando editor
13/04/2015, 16:43
Narratoris

Roi, Breixo y Rodrigo, una vez pisaron Algaida de Mandrás, vociferaron todo lo que pudieron. Et que en la mismas llegó el padre Ramón y, empujando la puerta y forzando con el hombro el liviano pestillo, entró en la morada de Dios, et llegó a tocar la campana como buenamente pudo. El sonido se propagó enseguida por toda la aldea (que a decir verdad non era grande), et que las familias comenzaron a despertar. Los padres de familias salían a la calle, en paños menores y aún sus mujeres tras de ellos con los hijos ojeaban qué pasaba fuera.

Aquellos cuatro hombre que el día anterior acosaran al párroco andaban ahora dando gritos. "Fuego", "pueblerinos", "brujas"... todo aquesto musitaban las apenas decena de familias que allí había. Al salir de sus pequeñas casas vieron que el fuego creciente parecíasele venir encima, procedente del bosque. En no muy a tardar engulliría sus viviendas, et arrasaría la aldea. En tanto que Rodrigo explicó la idea del socavón de agua, non había tiempo ninguno de hacer aquello: los hombres ya corrían a por cubos propios para llenar del único pozo que allí había cuantos cubos pudieran, para inentar apaciguar las enormes llamas. Las mujeres sacaban a sus hijos como podían de las casas, tomando pocos enseres.

En cuestión de minutos una cadena humana, en la que participásteis, luchaba con las ya primeras llamas que azotaban Algaida, ¡las llamas ya estaban aquí! Unos se pasaban a otros los cubos, pero no eran ni suficientes ni tampoco la fuente de emanación, el único pozo del sitio, daba a basto. Los arbustos más cercanos fueron sofocados, pero el fuego también se extendía por las copas de árboles (altos y medianos) y las gentes de aquella aldea no podían luchar contra aquellos. Pasaron unos quince minutos de desesperación, nocturna y fría, y temiendo por sus hijos y mujeres, los hombres del lugar y sus familias huyeron en dirección contraria. Uno de ellos aporreó la puerta del padre Félix, empero que no abrió. Como ya os dijo, aceptaría contaros la historia que él vivió de pequeño, pero se marcharía sin dudar.

Sin haber nacido allí, fuísteis los últimos en abandonar la aldea, en creyendo que podíais salvarla. Enormes lenguas de fuego asemejaban a olas en la mar, y parecían expandirse por el aire mismo. No tardaron en tocar los tejados de paja y barro, así como la pequeña ermita o el establo de vuestras monturas (que habíais liberado previamente). En cuestión de segundos, huísteis de allí, mientras que los aldeanos de Algaida comenzaron a dispersarse...

Notas de juego

La aldea ha sido arrasada. Los aldeanos se marchan dispersos (unos por huir a algún lado seguro, otros por alejarse todo lo posible de esa acción "de brujas", como habéis dicho, etc.).