Partida Rol por web

Dejáis atrás el claro y en él la poca luz que se filtra por el pantano. Sin embargo, algo os lleváis de él: la inquietud provocada por el encuentro con la extraña familia y el eco de los augurios de la chica en vuestras cabezas.

El barro vuelve a mojaros los pies, y a la amenaza de tormenta se suma la oscuridad que cubre todo el paraje.

Lareela sigue a sus compañeros a través del suelo pantanoso y con la capucha protegiéndole la cabeza de la fina lluvia que ha empezado a caer. Cada vez está más oscuro y es difícil no tropezar de vez en cuando con ramas o piedras invisibles debido a la falta de luz.

La balsa no era el lugar más seguro del mundo, pero al menos no me dolían tanto los pies...

Avanzando con velocidad, Aegon llegó hasta un pequeño montículo de tierra, apenas medio metro por encima del pantano. Desde esa precaria posición, era capaz de adivinar donde estaban los árboles, el líquen, el movimiento del viento y demás información para alguien como él.

Prentis avanzaba con paso cansado. No estaba acostumbrado a caminar por terrenos como aquellos, eso era obvio. Lo suyo era la ciudad.  De cuando en cuando tropezaba o su túnica se enganchaba en una raíz...se planteó si remangársela, pero le pareció tan poco digno que lo descartó.

Cuando Aegon se agachó se detuvo cerca de él y lo observó con atención, como quien está observando el trabajo de un profesional.

-¿Has encontrado algo?-preguntó-.

Los pies mojados, eso bastaba para poner de mal humor a Tristan sin embargo el haber dejado a sus anfitriones de forma tan prematura y poco educada atentaba contra los principios mas básicos de la cordialidad y la educación, el tener que escuchar el barro pegado a sus botas  y el agobiante calor acuciado por la humedad tampoco aportaban nada que ayudase con su mal humor de modo que avanzaba a pocos pasos de sus compañeros, la voz del mago lo aparto de sus pensamientos fijandose mas en Aegon ¿que estaba buscando?

Los árboles en esta parte del pantano se cierran alrededor de la senda que guía Aegon, formando una gruesa maraña de ramas y raíces, haciéndo el avance lento y dificultoso, y que os hace dudar a cada paso de que vuestro explorador os esté llevando a algún sitio en concreto. Las afiladas ramas, las rotas extremidades de los árboles, rasguñan vuestros brazos y piernas al tiempo que os empujan hacia adelante. El viento silba creando un extraño sonido, una muerta canción que nace entre las hojas encima de vuestras cabezas.

Cuando atravesáis la barrera de ramas y arbustos, una luz aparece en la distancia. Brilla tan solo como una linterna, cálida y atrayente, contrastando con el aire frío y húmedo. La luz no esta del todo al nivel de vuestros ojos. Flota un poco mas arriba en la oscuridad, por lo que debéis levantar la vista para poder observarla.
Como polillas a la luz de una antorcha, os deslizáis dirección a la fuente de luz. Cuando os acercáis un poco mas, distinguís una pequeña casa de madera, apenas más grande que una cabaña.
La luz sale desde las dos ventanas del frente y de la puerta que se encuentra abierta.
La casa parece estar suspendida en el aire sobre la superficie del pantano, y su reflejo brilla en el malsano estanque de agua sucia que la rodea completamente.

No demasiado convencido de mis palabras, pues quiero descansar tanto como ellos, hablo.

- Yo digo que no paremos. ¡Avancemos deprisa, y lleguemos a la ciudad!

Una casa que flota en el aire? Me estoy volviendo loca?

Lareela intenta ignorar la choza levitante, convencida al principio de que el golpe en la cabeza ha tenido más efecto de lo que pensaba en un primer momento, o tal vez el cansancio de bregar contra el barro y la maleza del pantano durante demasiado tiempo...

...pero cuando se da cuenta de que sus compañeros también han visto lo mismo que ella se da cuenta de que no está alucinando; o al menos, no lo está haciendo sola. La joven mira al mago con una mirada que claramente indica una pregunta: "qué es eso?".

- Yo digo que no paremos. ¡Avancemos deprisa, y lleguemos a la ciudad! ---dice el guía.

- Como queráis vosotros ---tras la aventura de la serpiente y las últimas horas caminando por el pantano, Lareela ha decidido dejar de tratar a sus compañeros de usted---. Yo puedo continuar sin problemas... aunque no tengo ni idea de si queda mucho o poco hasta la ciudad que nos dijeron los buhoneros, y está muy oscuro ya...

Prentis se detiene mirando a la casa. 

-La verdad es que con una tormenta en ciernes y sin saber a ciencia cierta dónde está la ciudad, la idea de pasar la noche en esa cabaña me parece más que buena. Seamos sensatos y paremos al menos a preguntar si vamos por buen camino. 

- Lo de que la cabaña flote no es extraño...? No sé de dónde vienen... venís, sobre todo tú, Prentis, pero en mi tierra las casas no flotan en el aire... A mí me da mala espina, pero me fiaré de ti si dices que no hay nada que temer.

La chica intenta decir esto y que suene creíble, pero los observadores más sagaces perciben que mira de reojo al paladín mientras dice esto.

Las palabras de Lareela hacen a Aegon prestar más atención a lo que había delante de ellos.

- ¡Diablo, Lareela! Suponía un espejismo o una ilusión óptica, proveniente de la luz... pero ahora me haces dudar de mis ojos...

-No, de donde vengo las casas no suelen flotar sobre un pantano. Pero que no suela suceder no quiere decir que no sea posible. Y que sea poco habitual no quiere decir que encierre algún peligro. La desconfianza hacia la magia es algo común y comprensible hasta cierto punto, pero no habiendo motivo a priori para desconfiar y habida cuenta del riesgo que supone seguir adelante, me parecería oportuno al menos, parar a preguntar.

No era bastante lo que estaba sucediendo para que encima ver una casa flotando, el humor  y los nervios de Tristan no estaban precisamente para "confiar en la magia" ese día tenía mucha mas magia de la que estaba dispuesto a tolerar - Bueno Prentis, tú eres el que conoce la magia, yo por mi parte confio en esto - digo desenvainando la espada y preparando el escudo - Vamos a averiguar que es esa casa y si los que habitan son gente de bien, mas vale estar preparado por si hay problemas, si te sientes amenazado, avisa - A pesar de todo el paladin debía reconocer que el mago hablaba con mas cautela y tacto que el mismo y de cara a desconocidos, hostiles o no eso era algo muy valioso

Al estar más cerca, comprobáis que el hecho de que la casa pareciese estar flotando en el aire se debía a un efecto óptico provocado por la neblina del pantano. De hecho, la cabaña se sostiene, aunque de manera algo precaria, sobre las ramas de uno de los moribundos árboles de la ciénaga, dando la impresión que en cualquier momento se va a precipitar hacia abajo.

Repentinamente oís un ruido en lo alto y veis como cae una escalera de soga desde la puerta. Nadie sale al exterior para saludaros, e incluso ninguna sombra pasa por delante de la puerta abierta. La escalera, construida de escalones de madera y soga gruesa se desenrolla con un breve tracalateo. El ultimo escalón cuelga justo sobre la superficie del agua fétida, invitándoos a trepar hacia la cálida luz que hay en su interior

Con un gesto cortesano que queda demasiado teatral en medio de semejante lodazal, Lareela invita a sus compañeros a subir por la escala.

- Caballeros...

Prentis espera educadamente a que alguno de sus otros compañeros tome la iniciativa sabedor de que encaso de que hubiese algún contratiempo, ir de primero no sería la mejor de las opciones.

"No me fio de alguien que cede su casa así como así a unos desconocidos. ¡Es una trampa, seguro! Pero está en una casa, y nosotros no, y estarán descansados, y nosotros no, y si hay un grupo dentro esperando para atacarnos, ellos conocen el terreno y nosotros... no. Que me aspen, lo único que podemos hacer es meternos en la boca del lobo, fingir que estamos de su parte y... y... atacarles cuando no lo esperen. ¿Qué otra cosa podemos hacer? ¡Esa es la única solución!"

- Yo iré primero. Os aviso si es seguro.

Trepo por la escalerilla, sin dejar de estar pendiente a mi alrededor. Por si acaso.

Lareela ve subir al guerrero de la cara cubierta por la escala de cuerda y se queda mirando a Prentis, esperando a él le siga.

Prentis asiente y sube después de Aegon.

Se sonrió pensando en la visión que va a tener el cruzado cuando suba por la escalera.