Partida Rol por web

Yimbo se moría de rabia de ver que su compañero iba a probar 'por la cara' aquella fabulosa atracción y él no. Sin embargo, algo revoloteaba dentro de su cabeza de chorlito, algo que no le dejaba estar tranquilo.

¿Qué podría ser? Por más que se rascaba sus rizos morenos, no lograba dar con ello. ¿Quién había nombrado no hacía mucho a un fanático del Monkey Khan? ¿Y por qué no se podía sacar de la cabeza una imagen de un globo sonda disfrazado de monje ninja?

Nada, no se le ocurría nada. Finalmente, decidió dejarlo estar y dedicarse a contemplar con envidia como Greg iba a disfrutar de su premio.

Greg, ilusionado con su billete y dispuesto a subirse a la atracción, miró a sus compañeros un segundo. En su interior empezó una lucha el niño que todos llevamos dentro con el apuesto y galante personaje de Grogman. El sentido común estaba atado y amordazado en una esquina.

Finalmente, se pasó la mano por la cabellera y se giró hacia la capitana, ofreciéndole la entrada gracilmente. - Grogman no puede subirse a la atracción dejando a una señorita en tierra...

Los otros usos que se le podría dar a la entrada ni se le pasaron por la cabeza, por más que tuvieran espacio para pasear...

Wash finalmente se acabó la manzana de caramelo. Miró el reloj. Se rascó la cabeza. Vio como paseaban un para de féminas piratas de muy buen ver. Charlo desinteresadamente con Pircam sobre las costumbres de anidamiento del gorgojo de pecho azul de las Molucas. Volvió a ver el reloj. -Pero cuando tiene pensado este impresentable subirse a la puñetera atracción. Eeeeh, espera un momento...-

Con un movimiento simiesco, Wash arrancó la entrada de las manos de Grogman cuando éste se la ofrecía a la capitana. -No tan rápido, marinero. Necesitamos esto para entrar en el almacén. Ese gordo ninja está esperando a que alguien lo libere de su trabajo y lo invite al Monkey Khan. Y ese alguien vas a ser tu.-

Nerea, asombrada ante la caballerosidad de Greg (que todo hay que decirlo, no es que no pudiera ser todo un caballero, pero daba la impresión de que siempre se querría más a sí mismo que a cualquier mujer en el mundo ;), estuvo a punto de coger la entrada, cuando el mono segundo de abordo saltó con que debían usar la entrada para otros fines.

- Estoy de acuerdo con el segundo de abordo, marinero Bobbinson- dijo con aire autoritario para que todos la oyeran. Después, se acercó un poco más a Greg, y le dijo en voz más baja:

- Aunque os agradezco la generosidad de ofrecerme la entrada- y dicho esto, le guiñó un ojo pícaramente, se dió la vuelta, y espetó al grupo:

- Vamos grumetes!! a qué estais esperando!! en marcha!!

Nerea iba a la cabeza de la comitiva cuando llegaron a la entrada de la nave industrial. En efecto en la puerta había un hombre con un aspecto harto curioso. Realmente era difícil de clasificar...¿monje? ¿ninja? ¿gordo seboso? Sus compañeros lo habian descrito bastante acertadamente.

Tratando de economizar para no darle la entrada, Nerea intentó en primer lugar convencer al tío raro de que los dejara pasar, por si colaba. Al fin y al cabo, ninguno de sus compañeros tenía su físico ni su talento con los hombres...

Poniendo su sonrisa más seductora (intentando que no se notara lo poco favorecido que le parecía ese monje ninja), se desabrochó el primer botón de su camisa pirata sexy, se aceró a él y le dijo:

- He oído que en esta isla sirven el mejor grog del Caribe, invitaría un hombretón tan fuerte y varonil como tú a un trago de ese grog a una capitana pirata?- y finalizó la frase con su guiño más sexy.

Cuando Nerea se desabotonó la camisa y se dirigió sensualmente al globo sonda que montaba guardia en el almacén, Yimbo abrió los ojos como platos y notó que se ponía totalmente colorado. Tragó saliva con dificultad, haciéndose visible una bola que le bajó por la garganta y se quedó embobado, mirando a la capitana y esperando la reacción del otro, mientras el corazón le retumbaba dentro del pecho como un tam tam de la selva africana.

El guarda miró a Nerea embobado y no se dio cuenta hasta pasados unos segundos de que la capitana pirata había hablado.

- ¿Eh? ¡Ah, sí! Ehh... digo, no. Te invitaría pero no vale la pena, el grog de aquí ya no es lo que era y una pirata como tú creo que no apreciaría un batido infantil como este.

El guarda permanecía ensimismado con la figura de la capitana, no le quitaba los ojos de encima pero tampoco parecía pretender moverse de su puesto.

Nerea, con su mejor sonrisa, viendo que había captado toda la atención del guarda, le dijo con un guiño cómplice:

- Qué lástima, me hubiera encantado beber contigo...¿sabes qué? Voy a preguntar a ese grupo de marineros si saben donde podemos tomarnos un buen grog juntos en esta isla, y enseguida vuelvo contigo-y dicho esto se dió la vuelta y agrupó a sus marineros para decidir qué hacer.

En voz relativamente baja, para que no los oyera el ninja seboso, Nerea comentó:

- Bueno, marineros, según el monje ninja, el grog tampoco es el que buscamos...¿alguna idea? ¿Merece la pena darle la entrada para ver que hay en el almacén? O intentamos usarla a cambio de más información, por si puede decirnos dónde está el verdadero grog? Al fin y al cabo no es más que un segurata, quizá no lo sepa y debamos conseguir la información en otra parte...

Y dicho esto, se quedó con los brazos en jarras, pensativa, mientras esperaba qué opinaban los demás.

- Yo creo que deberíamo' entrá, señorita Capitana. A lo mejó é'te no é el lugá donde fabrican el grog que bu'camo', pero a lo mejó encontramo' alguna pi'ta.

Lo que pa'a é que a lo mejó no é necesario entrá todo' junto'. Aún no' queda pó visitá el carrusel, la noria y lo' barco' de choque -Yimbo se había ido fijando en los paneles informativos que había repartidos por la isla- É' po'ible que allí también haya algo que valga la pena o que no' dé información de lo que no'otro' andamo' bu'cando... y que me pueda yo montá de una vez por toda' en una de e'a' atraccione'...

Si o' parece bien, yo me voy a vé la noria ¿Quedamo' dentro de un rato aquí mi'mo todo' no'tro'? -les preguntó a ver si les parecía buena idea.

Greg había estado ausente hasta ahora. Al oir la palabra grog (¿o fue al empezar a desabrocharse Nerea la camisa?) despertó de su ensoñación. Formando parte del corro planificador, se aclaró la garganta antes de avisar a Yimbo.

- Chico del palo, recuerda que todas las atracciones tenían una cola casi-infinita... - una lagrimilla se deslizó oculta por sus gafas de sol - Lo mejor será buscar dentro del almacén, el grog malo puede señalar al grog bueno; los caminos del grog son inescrutables, sobretodo para los sobrios...

Nerea propuso abandonar aquel lugar e investigar el resto de la isla pero sus subyugados, demostrando su buen instinto para las aventuras gráficas roleras, insistieron en adentrarse en la fábrica. Para ello, Nerea hizo entrega al guarda, de la invitación para el Monkey Khan que "el hombre con aspecto de vivir bien" les había dado. Aquello hizo que el monje-globo desapareciera del lugar en menos de dos fotogramas, dejando vía libre para que el grupo de piratas inspeccionase la fábrica.

Se adentraron en la misma y descubrieron una compleja cadena de cubas, cintas y batidoras que se encargaban de preparar, mezclar, agitar, espachurrar, batir, diluir, desparasitar y embotellar un insulso líquido verdoso etiquetado como Grog en numerosos bidones que se almacenaban en una esquina del local.

Junto a la entrada, había una especie de oficina cerrada junto a una corchera en la que se podían ver dos papeles informativos.

El primero de ellos presentaba este aspecto:

El segundo de ellos era una orden de alejamiento para un tal "Constantine Pirance". En dicha orden, se reflejaban un extenso mapa de la isla con un círculo que indicaba el alcance de la orden de alejamiento. Esta extensión era tan amplia que únicamente existía una minúscula península al noreste que permaneciera fuera de esa delimitación.

Nerea, un poco enfurruñada porque improvisar no parecía uno de los fuertes de sus compañeros piratas, tan apegados a las viejas costumbres y a las aventuras gráficas roleras, le dió al ninja seboso la entrada, y pasó la primera a la nave. Aparte de un montón de cachivaches para hacer grog de pésima calidad, no le parecía que hubiera nada interesante allí dentro. Con una sonrisa de satisfacción no pudo evitar mirarlos y soltar un "os lo dije" que resonó e hizo eco en las paredes de la nave varias veces, para fastidio absoluto de sus compañeros piratas. Después, ya que estaban allí, se decidió a avanzar hacia lo que parecía una oficina. Estaba cerrada (merecería la pena intentar entrar?) y junto a la puerta, en un corcho, había un papel con los turnos de limpieza y una orden de alejamiento. 

- Mmmm, esto puede ser interesante-dijo Nerea pensativa, con cara de hacerse la interesante- Quizá este tal Pirance tenga alguna información sobre el grog de buena calidad, y por eso lo hayan mantenido alejado de aquí...quizá valga la pena ir a hacerle una visita, no?

Ya era la segunda vez que Yimbo quería ir a la noria y se tenía que dar la vuelta. Pero claro, como donde hay patrón no manda marinero, y menos si también hay una capitana de buen ver,  el grumetillo giró nuevamente sobre sus pasos y les siguió al interior del almacén.

Una vez dentro, Nerea leyó el contenido de los papeles que colgaban en una corchera. Sin hacerle mucho caso, Yimbo se acercó a los bidones de grog que se apilaban en un rincón. Estuvo curioseando un poco por allí y después volvió sobre sus pasos, ociosamente. Mientras sus compañeros hablaban de algo respecto a una orden de alejamiento, el muchacho puso la mano en el pomo de la puerta de la oficina e intentó abrirla. Sentía curiosidad por saber qué habría allí dentro.

Examinar bidón.

Parece un bidón de grog barato

Abrir puerta.

No puedo abrirla

Greg, interesado en la producción de grog, evaluó con ojo crítico las instalaciones.

Desde luego, de aquí no sale grog del bueno... - dijo con cierta pena en su voz - Pero el grog siempre es útil

Buscó una taza para realizar el viejo truco de grog-disuelve-metales con la cerradura de la puerta.