Partida Rol por web

El trasgo asiente con una sonrisa de maldad mientras te indica la dirección a seguir. Tras atravesar la cara este de la montaña, distingues a lo lejos un ejército bastante numeroso de trasgos, incluso ves algún que otro troll de las cavernas.

El humanoide te conduce a través de las hordas de trasgos mientras éstos se echan a un lado a tu paso mirándote fría y evidentes gestos de asco, hasta el que parece ser el Jefe de todos ellos, situado cerca de la puerta sur de Parath-dûm.

El líder trasgo, que se encontraba sentado en el instante en que llegas, se pone en pie al verte y cruza los brazos mientras alza la mirada.

¡Elfo! ¿cómo te atreves a venir hasta mi presencia? El trasgo, orgulloso se mantiene impasible ante tu llegada.

Mientras os recomponéis de la batalla, observáis como Enialis se aleja con el trasgo hasta tal punto que desaparece de vuestra vista.

Jacobus observo toda la escena de liberación, huida y finalmente persecución hacia el trasgo,…todas estas contradicciones dentro del grupo empezaba a preocuparle por las posibles consecuencias en un terreno tan hostil.

Una leve inclinación de cabeza ante el líder como muestra de pleitesia que me duele mas que el mayor de los deshonores.

Todo por mantener el equilibrio. Me digo.

Dejad vuestros bruscos modales a un lado pues lo que vengo a ofreceros es un poder inconmensurable, suficiente para acabar con todo ejercito que ose oponerse a vos.

Hago un teatral silencio mientras pienso como proseguir.

Supongo que muchos charlatanes le han ofrecido poder semejante como medida desesperada a su salvación, estoy seguro de que eres un líder inteligente y te percataras de que soy yo quien a venido hasta ti, el trato que te propongo nos beneficiara a a ambos y no te supondrá riesgo alguno.

Hace días que parto con un grupo de viajeros en busca de un objeto de gran poder, un talismán capaz de destruir cualquier hueste, su función es acabar con vuestro ejercito y el ejercito orco de Kaladrath.

Unos hombres de este ejercito se encuentran en las puertas de Girithron a mi espera.

Si lo deseáis podéis mandarles un emisario,lo realmente importante es que necesito un puñado de tus hombres para adelantarme en la búsqueda de ese objeto a los aventureros que intentan destruirlo.

Es un objeto sagrado y solo una fuente mágica como la mia podría usarlo pero desde luego no tendré inconveniente en ayudaros tras su obtención.

Tener en cuenta que si mi intención fuera para contra vos lo unico que tendria que hacer seria proseguir con mis compañeros.

El estúpido inútil que me acompaña dará fe de mis palabras.

Alzo la cabeza por un momento, dejando lo que estaba haciendo en la carreta:- Yo no me preocuparia por Enialis, el trasgo estaba desarmado y atemorizado. Y si se encontro con alguna emboscada, ya lo sabriamos - comento al prevenido Jacobus y vuelvo a mi tarea de cuidar de mis heridas.

El trasgo escucha las palabras del elfo pensativo mientras acaricia su mentón.

¿Un objeto mágico dices? Nose... a mí me suena a treta para que descuidemos el sitio a los malditos enanos y puedan contraatacarnos. Pero por otra parte, no voy a dejar escapar una oportunidad tan buena si dices la verdad.

¿Y no sabrás por casualidad donde se encuentra enterrado, verdad? Pregunta el jefe trasgo con una sonrisa malévola en su rostro.

Aún así no podemos permitirnos el lujo de perder más tiempo, si estáis de acuerdo creo que lo mejor será que continuémos, Enialis sabe el camino y estoy seguro de que nos alcanzará.

-Si, debemos continuar,-intervino el enano- pero el trasgo nos dijo que habrá más patrullas como la suya siguiendo el camino. Yo propongo avanzar de noche. Los trasgos ven en la oscuridad -y bien que lo sé, los enanos estamos acostumbrados a luchar contra ellos- pero no a mucha distancia. Solo con separarnos unas decenas de metros de las laderas podremos pasar sin que nos vean en mitad de la noche. Si avanzamos de dia deberemos dar un rodeo más largo para evitar que nos sigan caiendo encima.

Levantó la mano, antes de que replicasen a su propuesta y añadió:

-Eso si es que quereis evitar las patrullas, claro. Pero quizá no tengamos tanta suerte en la batalla como esta vez.

Jajajaja, si te lo dijera de que te serviría entonces.
Jajajaja.
Sonrió complaciente que es lo que se espera de mi.
Desde luego eres un líder astuto,no puede decirse lo mismo de tus soldados desgraciadamente.
Cayeron como ratas, huyeron y cayeron sin honor, menos su líder, un buen guerrero.
Lo que te propongo es sencillo, dejame guiar unos cuantos de tus hombres, cuando los aventureros que acabaron con tu partida encuentren el objeto les atacaremos sin piedad, solo disponen de un mago y su poder no rivaliza con el mio.

Las palabras de Enialis complacieron al trasgo que asiente satisfecho.

Está bien elfo, llevate a los guerreros que necesites. Pero no me traiciones, o será lo último que hagas. Concluye el líder trasgo.

Despues de rebuscar un rato entre las cosas de la carreta, no encuentro nada de utilidad, al menos que yo sepa, para tratarme la herida que tengo en el pecho, herida que el desgraciado lider de los trasgos logro infligirme durante el receinte combate.

Por un momento de frustracion, pienso en el trasgo que aun ha quedado vivo y me entran ganas de rebanarle la garganta...

volteo hacia los demas y comento:- Bien, que hacemos? esperamos a Enialis o comenzamos a avanzar? yo soy del pensar que debemos ir avanzando ya, o por lo menos, de revisar el camino accediendo a lugares altos - digo mirando la ladera por donde habian llegado los trasgos.

Gracias, asi se hara.

Camino entre las hordas de trasgos buscando a una decena de los mas corpulentos y fornidos, aquellos que parezcan mas duchos en el combate y que poseen el mejor equipo.
Me detengo ante un Troll de las cavernas, logicamente retrasaria nuestra marcha pero seria un arma formidable.

¿Puedo llevarme uno de estos?

Comento examinando el majestuoso engendro.

El lider trasgo sonríe ante la pregunta del elfo, a lo cuál responde tajantemente.

Imposible, no dispongo de muchos como para andar malgastándolos, y los necesito para mantener éstas puertas cerradas. Dice el trasgo señalando las puertas de la mina. Escoge a los guerreros trasgo y tráeme el objeto.

Había que reemprender la marcha, no podían esperar más. Yargor se acerca al mediano al ver lo intentos de éste por vendar sus heridas y con sumo cuidado le ayuda para impedir que pierda más sangre, para después terminar el vendaje.

Con ésto servirá. Dice el paladín cerciorándose de que estaba bien sujeto.

El grupo, ya sin Enialis, continúa su camino desviándose de su ruta inicial con el fin de pasar inadvertidos para las patrullas trasgas. A pesar del rodeo, y tras avanzar durante todo el día, parando únicamente para comer algo, los aventureros logran dejar atrás las montañas justo cuando empieza a caer la noche.

El valle se encontraba a tan sólo medio día de camino, y ahora tocaba organizar el campamento y descansar para lo que se suponía la parte más importante de su misión.

Bien, marcharemos de inmediato, mis compañeros deberían estar buscándome y es una buena oportunidad para acabar con sus vidas.

Reflexiono mientras señalo los monstruos que han de venir conmigo.

O tal vez podríamos rastrear su paso y acabar con ellos mientras duermen.

¿Por cierto, disponéis de alguna montura para vuestros hombres?

Se que los caballos resultan demasiado apetecibles pero tal vez algo mas...
¿...Original?

Me encamino con los elegidos hacia la salida de el campamento.

Moveos, con suerte aun estarán heridos por la anterior contienda y podremos tenderles una trampa.

Me dirijo erguido sobre mi montura guiando mis bestias en dirección a la zona de la anterior batalla con paso cauteloso.