Partida Rol por web

Busco el rastro de mis antiguos compañeros.

Trazar un circulo con una distancia de 4 hombres entre guerrero y guerrero, si veis algun enemigo avisar al que se encuentre inmediatamente a vuestro lado.

No ataqueis, estaran haciendo turnos, esperaremos a que esten desprevenidos.

Te acercas sigilosamente junto con el grupo de trasgos hasta que consigues ver la carreta, cerca de donde se encuentran unos bultos y Aram que se encuentra de guardia, el cuál sigue ajeno a vuestra presencia.

Atacar cuando caiga la primera flecha.

Miro en busca de ver si esta todo el grupo, tras ello preparo una flecha y indico a todo el que tenga un arma de fuegoa distancia que la use disparo un flechazo a Aram que espero que este lo suficiente desrevendio como para no verla, tras ello me agazapo mientras los trasgos se lanzan al ataque contra el enemigo al que tenemos rodeado.

Sobra decir que me e bajado de el caballo pero lo e atado a una distancia que me permita huir de ser necesario.

Desde vuestra posición más ventajosa véis llegar a Enialis junto con un grupo de diez trasgos, se mueven sigilosamente, lo cuál hace que el resto del grupo no pueda verlos.

Tras acercarse un poco, lo cuál hace que no entren dentro de la trampa, Enialis coge su ballesta y dispara contra el desprevenido Aram, pero la flecha pasa de largo y el enano ni siquiera se ha dado cuenta. Mientras, cuatro de los trasgos se disponen a hacer lo propio apuntando con sus jabalinas.

"Maldicion! Enano despistado! Te van a matar!", pensaba para mis adentros al ver como Aram servia como tiro al blanco y el no se daba cuenta, al menos eso parecia. Por otro lado rogaba de que no fuera asi, de que el enano en realidad se haya dado cuenta de ese primer ataque y este actuando con astucia haciendose el distraido y procurando que los trasgos entrasen por completo en la trampa. Mientras, debia mantenerme calmado, no estabamos en la mejor posicion para atacar y debiamos esperar.

Asi que coloco una mano sobre el hombro de Yargor para asegurarme de que no fuera a actuar antes de tiempo. La situacion era algo desesperante, pero no debiamos dejarnos llevar, eso seria un error aun peor...

El ataque de Enialis pasa de largo y apenas roza al enano, el cuál además ni se percata de que está siendo atacado. Por su parte, cuatro de los trasgos copian al elfo y disparan con sus ballestas con la intención de herir a Aram, pero éstos fallan al encontrarse en una mala posición de disparo, menos uno de ellos, que logra impactar en el enano.

Mientras haces guardia, todo parece tranquilo... pero de repente notas un dolor intenso en una pierna y cuando te giras para comprobar que es, observas sorprendido que tienes clavada una flecha, para acto seguido comprobar cómo tres más pasan cerca de ti. Todas ellas vienen desde donde estaba previsto que apareciesen los enemigos.

Véis como cuatro de los trasgos sacan sus ballestas y disparan al enano, impactando una de ellas en su pierna, la cosa parecía complicarse por momentos.

Desde vuestra posición podéis ver a Aram hacer guardia, y mientras esperáis os dáis cuenta de que éste se agarra la pierna. ¡Una flecha! Parecía que los enemigos no habían entrado en el círculo trazado y se dedicaban a atacar desde la distancia del camino.

[B]Avanzar,[/B]
Y empujo al trasgo mas cercano a la batalla mientras cargo una nuevo virote y apunto a uno de los hombres aun desprevenidos del ataque y animo a los arqueros a hacer lo mismo con la mirada a la vez que les indico con la cabeza que se acerquen a una mejor posicion de tiro.

-¡Agh!- rugió una voz de enano en mitad de la noche- ¡Canallas!

Aram se incorporó e inmediatamente se agachó detrás de unos escombros, poniéndose a cubierto, hacha y escudo en mano.

-¡Nos atacan, chicos! ¡Nos atacan!- gritó el enano intentando advertir a sus compañeros.

Después del ataque recibido por el enano, Lido y Yargor salieron de su escondite para sorpresa de Enialis y los trasgos que le acompañaban. Ahora ellos eran los que parecían haber caído en una trampa, pues se encontraban acorralados por ambos lados.

Yargor salió de su escondite y sin pensárselo dos veces descargó su espada sobre uno de los sorprendidos trasgos. El espadazo propinado por el paladín sesgó la cabeza del guerrero enemigo haciéndola rodar unos metros y salpicando de su oscura sangre a quien se encontraba alrededor.

Salgo de mi escondite siguiendo el ejemplo de Yargor y empiezo a atacar a uno de los descuidados trasgos por la espalda y... veo con estupor como he fallado terriblemente el primer golpe, pero me recupero inmediatamente aprovechando la oportunidad que aun tengo, ya que el trasgo esta tan sorprendido que aun no comprende lo que ocurre y esto me da tiempo para lanzarle otra estocada y... vuelvo a fallar.

Mi estupor es tal que estoy a punto de soltar un grito de furiosa sorpresa ante lo mal que lo estoy haciendo, "pero que me ocurre??? acaso estoy quedandome ciego cuando llega la oscuridad de la noche que fallo tan terriblemente dos tajadas tan sencillas!!!". Pero logro resistir el dar un grito, mi instinto para mantenerme en sigilo me ayuda con esto. "Ahora solo falta evitar que la sorpresa no se convierta en un desastre total", y trato de asumir una posicion defensiva ante el ya no tan sorprendido trasgo.

Careus salió de detrás de los arbustos donde se escondía y cargando rápidamente una flecha en su arco, disparó a uno de los trasgos, pero debido a la distancia y la escasez de visión, falló en su intento.