Partida Rol por web

¡Qué gracioso! Soy un tipo muy gracioso "señor túnicas", quizá es que ese chico no se puede permitir vestir ricamente como tú, veo que eso te parece muy gracioso... quizá cuando acabe esta empresa, si no estáis muerto, acudáis aquí con peor aspecto, cicatrices, heridas abiertas y rasguños en tu túnica; muy bonita para la ciudad, pero algo inútil para andar entre la maleza, y alguien mejor vestido se ría de ti.

Si tanto interés tienes, si, se conjurar algunas cosas, pero mi magia al igual que la de los clérigos, es creativa, constructiva, se sanar heridas en un abrir y cerrar de ojos, llamar a seres de la naturaleza que luchen por mí y velen por mi seguridad, calmar a los animales o hacerlos más fuertes para el combate, pero mi habilidad mágica para destruir es bastante reducida, me temo.

Luego se giró hacia el tabernero, para decir en un registro más elevado. - Dale algo de cerveza Sorec, yo respondo por él. Ven aquí muchacho, únete a nosotros, somos el resto de suicidas que vienen al reclamo del anuncio.

de manera silenciosa, como y bebo mientras observo toda la conversacion y memorizo todos los detalles para un posterior analisis.

Dirigiendome a Lazaro: Joven, ven y sientate aqui a mi lado y esperemos que venga el alcalde o el mozo de Sorac con la invitacion de visita.

Tras decir eso, le acerco con la mano una silla.

Seria aconsejable si vamos a participar activamente juntos en esta empresa, que nos demos mas a conocer. Me presento mi nombre es Ryld Argith, Guerrero santo en nombre de heironeous. Vengo desde muy lejos, buscando a 2 amigos de mi recientemente fallecido mentor, que se encontraban en la bragueta del dragon, y buscando informacion de quien fue el caballero de armadura negra y siniestra que acabo con mi mentor y padre adoptivo.

Por lo que mi intuicion me dice, este pueblo esta invadido por una esencia malvada que no puedo reconocer, todo el pueblo esta invadido de ese, como podria decirlo, "Aura".

Toda la informacion obtenida en mi camino, describia este pueblo como prospero y apacible, y actualmente no se acerca lo mas minimo a esa descripcion.

Ante el arranque de palabrería del muchacho, Sorac no sabía si sonreír divertido o molestarse  echar a patadas de la taberna al pequeño insolente.

Justo cuando el tabernero está por responderle al chico que se vaya de aquí, el gnomo y el paladín sorpresivamente intercedieron por el invitándolo a su mesa y haciéndose responsables delo que pudiera hacer el chico. Ante la reacción de los invitados, Sorac no tuvo más remedio que ceder y servir a Lazaro una pinta de cerveza. Al inclinarse para hacerlo Sorac le dice en voz baja a Lazaro:

No se con quien crees que hablas mocoso, cuando a mi me salía esta pelusa tu ni siquiera habías nacido, se reconocer a un muchachito cuando lo veo, pero no se porque esos señores han decidido responder por ti, asique aquí tienes tu cerveza, si es que alguna vez has probado una, ven te acompañaré a la mesa de los señores.

Mocoso atrevido, si no fuera por esos forasteros te daria unas buenas surras para que aprendas a respetar a tus mayores

Sorac da la vuelta a la barra y acompaña a Lazaro a la mesa donde el resto del grupo degusta su comida e intercambia comentarios, entonces mirando al gnomo y al paladín dice:

Aquí les dejo al chico, ya que ustedes han dicho que responden por el, y muchacho si preguntabas por el anuncio, si es que acaso estás interesado en formar parte del grupo de búsqueda a las minas, justamente es con estos caballeros que debes estar, ya eh mandado a llamar al alcalde, es les explicará todo. Vamos siéntate, te traeré algo de ese cordero que el señor Girasauce ha traído.

Dicho esto, el en apariencia duro pero bonachón tabernero vuelve sobre sus pasos y entra por la puerta de la cocina en busca de algo de comer para el muchacho.

Mientras el grupo saluda al chico, una oscura figura envuelta en una capa de viaje se hace presente en la puerta de la taberna, era un robusto enano con una hacha de guerra colgando en su espalda cubierta por un escudo grande de madera. El que lo mirara bien podría ver que venía enfundado en una vieja cota que podía verse por dentro de su capa.

AL entrar el enano, fu directo a la barra y dando grandes voces con voz baja y ronca dijo:

¡¡¡Cantinero, cantinero!!! La mejor y más fina cerveza que tenga.

Al momento Sorac volvía con una bandeja con algo de carne de cordero que aún quedaba para llevársela a Lazaro cuando escucho el llamado del nuevo personaje, entonces el enano al ver a Sorac con una bandeja y con un nuevo grito volvió a decir:

 Por simple curiosidad ¿cuántos postulados hay para esa partida de búsqueda hacia las minas?

El enano sorprende al tabernero llevando la comida a la mesa de los forasteros, Sorac termina de servirle el cordero a Lazaro les dice a los que están sentados en la mesa:

Otro más interesado en el anuncio, vaya que ha tenido éxito el condenado papel, o más la recompensa.

El tabernero al ver la bolsa de cuero del enano llena de monedas de oro, dice:

Con su permiso caballeros iré a recibir al señor, cualquier cosa que necesiten háganmelo saber.

Y casi sin darles tiempo a responder Sorac, se da la vuelta y camina a grandes pasos hacia el enano y su bolsa e oro, recibiéndolo con alegría.

Muy buenas tardes mi señor enano, si busca usted la mejor y más fina cerveza de la zona ha llegado al lugar correcto, bueno por lo menos lo poco que queda de la mejor cerveza de la zona. Enseguida le traeré una pinta de nuestra cerveza y usted me dirá si no es la mejor que ha probado en toda la región de Duvik.

En cuanto al anuncio, déjeme decirle que gracias a los dioses ya son varios los interesados en formar parte del grupo de búsqueda, por el momento hay 4 hombres y un muchacho postulados para la misión, está usted interesado en sumárseles? Seguramente un señor enano como usted sería de mucha ayuda, si quiere conocerlos puede ir presentarse con ellos, son los señores que se encuentran en ese mesa.

Sorac señala la mesa donde está el grupo.

Si gusta usted lo acompañaré hasta allá y se los presentaré, luego le llevaré la cerveza a la mesa, sígame por favor.

Sorac te hace una reverencia y te guía hacia la mesa donde está el grupo bebiendo y comiendo, al llegar a la mesa les dice:

Señores, permítanme presentarles a un nuevo interesado en el trabajo del anuncio. Eeee disculpe señor, cual es su nombre?

Pregunta Sorac al enano muy amablemente. Por lo que todos pueden ver aparentemente el oro transforma al tabernero en alguien muy amable y servil.

Luego de terminar de revisar al enfermo, lo que lamentablemente no aporta demasiada información al clérigo sobre la temible plaga, deciden que ya nada pueden hacer aquí y es mejor ir a conocer al resto de los hombres que formaran parte del grupo que partirá a las minas y en el que irá el padre Palomeque.

Como no Hermano, lo guiaré, por lo que me han dicho, los hombres interesados en la misión, son todos forasteros al igual que usted, pero a diferencia suya nadie los ha convocado, ellos se han presentado voluntarios seguramente luego de leer un anuncio en la puerta de la taberna pidiendo hombre fuertes y valientes para un trabajo de búsqueda y rescate, justo antes de que usted llegara, me informaron que había 4 interesados, procedamos pues a la taberna, ya que allí se encuentran. Vamos, sígame.

Samuel te hace un además para que lo sigas y juntos salen del templo. Caminan un corto tramo por las calles del pueblo de Duvik, pasando entre las casas, sin ver demasiada actividad alrededor, al parecer la plaga ha tomado muchas víctimas, ya que las calles están casi desiertas para ser tan temprano, aproximadamente las seis de la tarde, la poca gente que se cruzan saludan al padre Samuel con afecto y te miran con esperanzadora curiosidad para seguir de largo, sin detenerse demasiado.

Luego de unos minutos llegan a la taberna, podés ver a la derecha de la entrada el cartel al que se refería Samuel, en él se lee:

“A cualquier interesado que tenga el valor de formar parte de la partida de búsqueda y rescate que partirá hacia las minas, por favor dirigirse al Mayor Cristofer Sendars, alcalde de Duvik. Se promete una muy buena recompensa a todos los interesados. Para más información preguntar en la taberna por Sorac el cantinero."

Bueno, hemos llegado, le presentaré al buen Sorac, el tabernero, él es el encargado de atender a los que quieran formar parte del grupo, es algo gruñon a veces un poco avaro pero es un buen hombre, venga, entremos.

Te hace un ademán para avanzar y juntos ingresan a la taberna.
 

El enano echa un vistazo con sus grises ojos a la mesa que señaló el tabernero y se dirige hacía ella con apurados y apretados pasos. "¡Morkhur es mi nombre! ¡De seguro que ha oido hablar de mi! ¡Puede decírmelo, no sea modesto conmigo!", le dice con voz ronca al cantinero. "¡Y espero que esa pinta valga la pena mi espera!", expresa el enano de larga y rizada barba negra dirigiéndose a la mesa de sus futuros compañeros, sin siquiera levantar la mirada al hablar con el tabernero. "Más que una partida de busqueda parece una guardería". "¡Oye pequeñajo, hay una mosca en ese jugo de manzana que estás bebiendo! ¡JAJAJA!", dice Morkhur entre rizotadas al miembro más joven del grupo.   

Lázaro se acerca al grupo que le indica el camarero y saluda de nuevo. 

- Hola, ¿parece que vamos a ser compañeros en esto no? - extiende la mano - Soy Lázaro, hombre de mundo. ¡Encantado!

Responde a los saludos de Phelcyam y Tom con una sonrisa en la boca. Tiende la mano también a Ryld pero su pomposa charla le hace cambiar el gesto a sorprendido. 

- De acuerdo compañero, sí que te tomas en serio a tí mismo.... 

Justo cuando entra en escena Morkhur, Lázaro está hincándole el diente a un trozo de cordero. Con la boca llena de grasa observa atónito a la ruidosa entrada del enano. Ver cómo trata al tabernero le divierte pero cuando se refiere a él como pequeñajo se levanta, suelta el cordero y habla.

- Os estáis equivocando conmigo compañeros tratándome como a un infante. ¿O acaso os quedasteis con ganas ante mi ofrecimiento al tabernero? - mira con media sonrisa al grupo - No sé, no digo nada, pero sé que hay mucho vicio por el mundo... - Vuelve a sentarse en la mesa pero en vez de volver al cordero, coge su pinta de cerveza y sigue hablando -  Viene muy bien relativizar las cosas antes de juzgar. La vida me ha enseñado que lo que parece joven, a veces ha vivido mucho más que lo que parece anciano. Todo es relativo. Por ejemplo - mete la mano en la cerveza - esto que flota, comparado con mi cerveza es una mosca enana - la sujeta con la mano - inofensiva. Si lo comparamos con nuestro nuevo compañero - lo acerca al enano que acaba de entrar - ya no es tan pequeña eh? - lanza la mosca mojada al aire y se la traga para después volver al cordero.

Morkhur, atragantado en cerveza ante la respuesta del bribón jovenzuelo, estalla en una gutural carcajada. "Cuida tu lengua pequeñajo, o no podrás atrapar más moscas con ella ¡¡¡JAJAJA!!!", dice a Lázaro el enano reclinándose en su silla, sacudiendo sus pies que no llegan a tocar el suelo. "Este muchacho me agrada. Y como prueba de mi estima, acepto el próximo trago a tu cuenta. Seguro que tus padres no te habrán dejado salir sin unas cuantas monedas, ¿verdad?". Le susurra algo por lo bajo a Lázaro. "Tu serás el más joven, pero por lo visto tu compañeros aún no aprendieron a hablar". Morkhur, con la garganta reseca de tanta rizotada, decide refrescarse con otra pinta de cerveza.   

 "Ya veo, ya veo... creo que Duvik es el destino de muchos apesar su presente situación derruida."  dice el elfo mirando los recien llegados y haciendo una mirada hacia afuera.

"Bueno, siguiendo las presentaciones.... Segun parece, soy elfo y mi nombre Phelcyan Gulmore. Mi magia era demasiado buena para ser aceptada en mis tierras originarias, asique he venido junto a mi gato Nigrum desde ahi hasta Duvik. Tengo algunos intereses como la cristaleria y los misterios arcanos del Universo. La hechicería es mi fuente inspiracional! Pues supongo que no tendremos problemas de enfrentarnos a lo que sea... jmjm" cuenta y opina el elfo hechicero, con gestos engreidos y bastante suelto en su historia. En un momento tambien cuando lo menciona al gato negro, le da de comer la carne seca por debajo de la mesa y se la tira cerca de donde estaba él.

 "Ya viendo, tambien un enviado enano sera parte de la cuestion de La Minas de Duvik...

 Seguro que ud, sr Morkhur, estara interesado en esas cosas de cuevas, minería. Y por lo que ve, si se hablar y tambien se hacer cosas especiales con las palabras combinadas con otras cosas parecidas como el gnomo Tom parece hacer de alguna manera u otra. Cada quien habla a su antojo... " dice Phelcyan con los gestos de viveza o gracias común que parece tener. 

 "Que interesante Ryld, se ve que los humanos toman demasiado enserio y empeño cuando estan en algo religioso o algo así. Supongo que sería una pasion parecía como yo con la Hechicería..." comenta acordandose de lo contado por el guerrero de Heironeus.

Empezaba a molestarse, tanto bullicio tan cerca no le agrada en absoluto. No había llegado hasta aquí para escuchar las sandeces de nadie.

- A ver pequeños, ¿Podeis relajaros un poco y dejarnos disfrutar de este merecido bocado?. Ha sido un largo viaje hasta aquí y creo que podemos hablar tranquilamente sentados a la mesa sin necesidad de dar esos berridos. - Dice posando la comida en el plato sin siquiera mirar hacia ellos y mucho menos mostrar su rostro aun oculto tras la capucha.

"Por Kord, espero que sus habilidades de combate se equiparen con la fuerza de sus gritos o más me vale ir solo a esta contienda."

Odia que la gente vocifere y en situaciones normales su espada ya estaría en el cuello de alguno de ellos pero se supone que serán sus compañeros y debe intentar controlarse.

- El grupo a crecido considerablemente y no se realmente cuantos me conocéis así que me presentaré, mi nombre es Armando Guerra, y como todos vengo a ayudar a los habitantes de este desolado lugar aceptando todo lo que ello implique, sea gloria o muerte. Un placer. - Dice ahora si levantando la cabeza y mostrándose a todos los presentes. Su rostro, aun sucio pues no había tenido tiempo de acicalarse, mostraba lo que en origen pretendía ser una sonrisa para dejar paso a una siniestra muestra de dientes dejando ver de forma evidente lo forzado de la postura.

"Se amable, no puede ser tan difícil. Si todo sale bien quizá puedas por fin salir de una posada sin derramar sangre."

Sus pensamientos hacen un intento de autopsicología, convenciéndose a si mismo para evitar la tan desafortunada irritabilidad que tanto lo azota. Las tabernas suelen reunir a gente muy testaruda y molesta, lo que debido a su temperamento da lugar a un inevitable final.

- Compañero ¿de verdad me estás pidiendo que te pague una cerveza cuando has entrado con ese discreto sonajero al bar? - le dice señalando el saco de monedas que porta el enano - de donde vengo, el pudiente ayuda al necesitado. Aquí los roles parecen claros: tú está claro que puedes, y yo necesito un trago. 

Levanta la voz y llama al camarero. 

- Jefe, dos pintas más, una la pagas tú por traerme la anterior con bicho, la otra invita mi amigo pequeño en altura pero no en sed. 

Jajaja... Armando Guerra, tiene gracia... jajaja... porque es guerrero - el gnomo parecía hablar solo mientras los recién llegados discutían y su lobo roía los últimos retazos de carne de la pierna del cordero que recientemente había sacado de la calle y hecho comestible - porque... arman... guerra ... jajajajaja... - Se regocijó en su propia risa mientras los demás discutían sobre cerveza y comer moscas, una discusión que no le interesaba.

Aquí cada uno habla de una tontería distinta, no parece que fuera todo esté muerto y podrido, la gente se muera de hambre, los árboles mueran por un agua envenenada y se seque de vida todo a nuestro alrededor -  el registro del gnomo era algo más serio -  no se como no os da vergüenza... jajaja... Armando Guerra....

- ¿De qué hablas? - gira la cara Lázaro hacia el gnomo - Al llegar noté que los alrededores eran un poco tristes pero no sé nada de ese apocalípsis del que hablas. Esto no está podrido... - dice justo antes de darle un bocado a lo que le queda de cordero y acabar pegando otro trago a la cerveza.

¿Pero cómo te atreves, maldito crio?, la carne que comes, que comemos todos, viene de mi solo esfuerzo, que he cogido a un animal muerto de enfermedad y podrido y con magia lo he echo comestible, pero si lo prefieres, te puedes comer algo de la bazofia que tenían antes - cogió una tira de carne seca y salada, que tenía aún de lo que les había dado en tabernero antes y lo lanzó hacia el chico -  pero también puedes salir, coger un ternero, una vaca, o una oveja y comértela, y acabar igual que todos los animales que por aquí mueren de enfermedad. - El gnomo se había exaltado en demasía con el  comentario del muchacho, que no tenía culpa por su ignorancia, y a la vez, el enorme lobo que esperaba al lado de la puerta, se levantó, dejando la pata de cordero atrás y dando un par de pasos hacia la mesa, enseñando una prominente dentadura afilada, con unos caninos listos para atacar.

La situación se volvió tensa por unos momentos, parecía que en cualquier momento podría saltar sobre el chico y morderle ante la menor provocación.

De forma brusca y repentina se levanta de la silla dejándola caer de espalda al suelo, traga saliva profundamente. Su cuerpo tiembla ligeramente conteniendo la rabía que devora su mente.

 - ¿Os estáis riendo de mí pequeño amarbustos? Mi nombre a pasado de generación en generación por bendición y gracia de Kord. ¿Y os burlais?. - Levanta el puño derecho apretandolo con fuerza y tras unos segundos lo vuelve a relajar, tranquilizándose un poco.

- He matado hombres por mucho menos que eso pero... estas tierras ya sufren bastante para traerles más problemas. Respeto a la naturaleza a la cual servís y daré una salida razonable para ambos, disculpaos y lo dejaré pasar. Y espero lo penseis dos veces la próxima ocasión. - Dice espectante de una disculpa apropiada por parte del gnomo mirándolo directamente a los ojos abiertos como platos con una mirada asesina dando a entender la resistencia que esta haciendo para no saltar sobre él en ese momento. No era el primero que hacía ese tipo de bromas y se siente muy orgulloso de su nombre como herencia familiar que es y por respeto a su deidad la cual fue origen de dicho nombre. No todo hombre ha fallecido por tal burla pero todos los que han vuelto a casa después volvieron con un recordatorio para no repetirlo.

Lázaro coge al vuelo la tira de carne seca que le lanza el gnomo y se la guarda al zurrón casi como si fuera un acto reflejo.  La contestación de Tom le ha pillado un poco por sorpresa, sobre todo porque le había tomado por alguien más amistoso y no esperaba que se sobresaltase tan de repente.

- Paz compañero - dice levantando la jarra - Sólo me sorprendió tu comentario. Por donde yo vine todo parecía normal. El último poblado por donde pasé estará a unas 4 noches de aquí y todo parecía normal. Gente que no compartía su comida, al menos conscientemente, un par de mozas que algo si que compartieron - guiña el ojo - y nada de trabajo. ¡Al paso de Duvik acabo de llegar casi por casualidad!

Hace una pausa para acabarse su ración de cordero y la jarra y sigue.

- Mmfldelicioso - se limpia la grasa de los morros con los arapos que cuelgan de lo que parece era una camisa - si este cordero fue obra de tus trucos, que esos dones te duren muchos años compañero. 

En ese momento, interrumpido por Armando, Lazaro salta de la silla hacia atrás por si se escapa algún golpe. - Joder, qué tensión hay en este pueblo. Están todos a falta de lecho....

No me burlo, simplemente reflejo lo curioso que suena, pero si ofendo a tu familia me disculparé por ello, señor Armando Guerra... mis disculpas - esta vez más calmado, y al igual que él, su lobo Roble - amarbustos también es curioso, supongo que todos pillaréis el sobrenombre así que no lo explicaré... comed y callad, y a ver si viene ese alcalde, o os acabaréis comiendo todo el cordero antes de que llegue.

"¡JAJAJA! Hay que reconocer que los dos pequeñajos tienen gracia" - dice Morkhuk entre sorbo y sorbo de cerveza. Deja una pata de cordero con unos cuantos mordiscos sobre la mesa, gira sobre su hombro y, después de un seco eructo, se dirige a Phelcyan - "Maese elfo creame, no querrá ir a aquellas minas sin mi, por más hechicero que sea. Lo invitaría una pinta, pero quizás no le agrade que su voz se hiciera más aguda de lo normal ¡JAJAJA!" - expresa el enano, rascándose su barriga a plena carcajada.

Morkhur se queda mirando fijamente a Armando cuando este salta súbitamente de su silla. Tranquilo pero alerta, por debajo de la mesa ya tenía empuñada su hacha, lista para blandirla si la ocasión lo requería - "¡Cantinero! Otra ronda para mis compañeros pequeñajos...Y para el Señor Guerra. Supongo que toda esa escena le habrá secado la garganta."      

 Phelcyan se queda mirando tranquilo pero atento con un toque de indiferencia la actitud de Armando por las palabras del gnomo. Mientras tanto tambien recibía palabras de aquel enano que decia llamarse Morkhur. Mientras tanto el joven humano empobrecido discutía aun sobre su edad, las cervezas y quien sabe más.

que sensibles se ponen al tocar sus nombres y apellidos, ni hablar cuando lo relacionan a sus dioses. No hare nada mientras no me afecten.

El elfo se levanta, se lleva unos pedazos de comida y la cerveza bastante llena que solo tomo unos sorbos. Se sienta en unas de las mesas vacías junto a su gato negro.

 Esperare a que venga al alcalde de Duvik y si viene o no, luego me daré una vuelta o descansare un buen rato. Cuando sea realmente necesario me juntaré con esos. No todos me caen mal pero si joden demasiado me salgo o les vuelo la cabeza con proyectiles magicos...