Partida Rol por web

Lázaro vuelve a apuntar su arco corto hacia el kobold de la izquierda, pero nuevamente falla el tiro y la fecha se vuelve a clavar en la mesa resonando.

Maldición que me pasa, tengo la puntería de una niñita!

Sólo quedan dos kobolds, las criaturas restantes se encuentran rodeadas y diesmadas en pocos segundos, estan en un estado desesperado y saben que van a morir, por lo que atacan sin pensar más.

AArrrrggg mueren maldito gordo!!! es lo que alguien que entienda Dracónico escuchara y oyera lo que dice el kobolds que ataca a Palomeque, pero Palomeque no lo habla por lo que escucha:

AArrrrgg!!! DRAG LAUGG BRAK FLAT!!!

Pero el kobold debe estar debil o enfermo, ya que calcula mal y su lanza pega contra el escudo del rechoncho clérigo. Al mismo tiempo el otro kobold descarga un golpe de lanza contra Armando pero a pesar de estar herido el guerrero aún es habil, y fácilmente desvía el ataque del verdosa humaniode con un movimiento giratorio de su espada.
 

Esquivar el golpe del kobold aumenta su confianza y siente como el brazo que blande la maza parece cobrar vida propia. Sin pensarlo demasiado, eleva el arma sobre su cabeza y la deja caer con fuerza sobre la sorprendida criatura. Aunque consigue impactarle, no lo hace con demasiada fuerza.

Palomeque parece cobrar ánimos de repente, con fuerza levanta su maza y la descarga sobre el cráneo del kobold que tiene enfrente.

La maza da de lleno en la cabeza del kobold, y si bien su fuerza no es demasiada, es suficiente para reventar el cráneo de la pequeña criatura, la cabeza se deforma bajo su áspera y verdosa piel, evidente señal de que los huesos se han fracturado, y dada la proximidad de ambos, la negruzca sangre salpica la cara del clérigo dándole a probar el amargo sabor de la muerte. Acto seguido el kobold cae al piso y ya no se mueve.

Quedando un solo Kobold con vida, el joven Xoan toma una de armas caidas de los cadaveres Kobold, se hacerca con cuidado a la puerta nueva que esta en el cuarto. Y bajo la puerta lo suficiente de la hoja para aplicarla como cuña y trabarla inicialmente, para evitar la llegada de nuevos enemigos...

Se recuesta contra la puerta y comienza a cargar nuevamente su ballesta. 

Estan todos bien?

Casi todos los enemigos han caido y solo quedan los que tiene enfrente, la batalla está ganada y no puede permitir que quede vivo el que tiene en frente.

- No creas que podrás vivir en mi presencia. – Espeta según prepara el golpe. - ¡AAaaHHhh! – Grita a la vez que avalanza su espada contra él. Con una estocada arrastra con furia lo que encuentra a su paso seccionando al kobold con todas sus fuerzas.

Armando aunque herido y dolorido, sigue en pie firme y listo, mira fíjamente al único kobold aùn en pie, y le escupe una amenaza a la cara, el kobold, sabe cual será su destino y acobardado no puede más que esperar la estocada final, estocada que no se hace esperar. Armando como un experto espadachín, se impulsa y dando un paso al frente con su espada en posición, avanza hacia el ser inmudo que tiene en frente, su acero penetra al humanoide y se hunde hasta el mango en su vientre saliendo por su espalda, destrozando su columna vertebral, la negruzca sangre emana de sus viscerasy manchan la mano y el brazo del guerrero. Armando retira su espada y el kobold cae al suelo.

El grupo acabó con todos los ocupanete de la habitación, no sin heridas, aunque estas fueron menores.

Piiiiiiiiiiiiiiiiiiii

Los oídos de Lázaro seguían pitándole de manera inmisericorde. Estaba algo mareado, no conseguía centrarse y su puntería con la ballesta estaba más que resentida por ello.  Piiiiiiiiiiiiiiiiiii

La batalla había pasado delante de él como a cámara lenta, como si fuera un mero espectador. El enano aplastando la mesa, el aceite volando sobre ellos que casi le prende la melena, el bicho verde partido en dos... Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiii y todo lo que él había podido hacer era lanzar dos flechas que habían hecho dos agujeros perfectos en las paredes de la estancia. Piiiiiiiiiiiiii. No podía evitar mirar a Morkhur con una mezcla de fascinación y envidia por cómo se había desenvuelto en el combate. Pequeño bastardo....

- ESTOY SIENDO DE MUCHA AYUDA - grita sin darse cuenta el jóven al grupo, algo apesadumbrado.  Cuelga su arco y se pone a buscar por la habitación y entre los restos por si puede encontrar algo de utilidad, tambaleándose ligeramente y apoyándose en las mesas por el mareo que el pitido le está provocando. Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

Tras ver como el padre por fin le da un uso apropiado a su maza, y ve como Armando acaba con el ultimo Kobold, limpio la espada en la ropa del kobold que tengo a mis pies, y empiezo a hurgar en sus ropas, buscando algo de utilidad...

Hago gesto al resto del grupo, para que haga lo mismo...

Morkhur, ponte de guardia en la puerta por la que hemos entrada no quiero que nos sorprendan de espaldas... Todo esto dicho con gestos...

Xoan, si me escuchas, pon la oreja en la puerta atrancada y avisa si oyes algo...

Palomeque permanece inmovilizado como una estatua, junto al cadáver del kobold al que acababa de aplastar la cabeza. Era la primera vez que mataba a alguien, y aunque había atacado con total convicción, no puede evitar sentir repulsión por la imagen que tiene ante él. La maza había impactado en la cabeza de aquella inmunda criatura, y había sentido como el cráneo se partía sin oponer demasiada resistencia, como si hubiese chafado una calabaza. La sangre había saltado hasta su cara, manchando también parte de su sotana. La sordera le ayudaba a aislarse de lo que los demás hacían, centrándose en su víctima. Ya no podía hacer nada. Había hecho lo correcto.

Cuando por fin reacciona, mira a su alrededor asegurándose de que todos están en pie. Sigue sin oir lo que dicen, aunque puede ver como algunos mueven sus labios intentando comunicarse. Con la manga de la sotana, limpia la sangre de su cara. No le importa demasiado su aspecto, pero es probable que los kobolds también estén infectados, y seguramente la sangre será una fuente de infección.

- Deberíamos averiguar qué hay tras esa puerta - dice intentando no gritar demasiado, aunque cuesta sin poder oir sus propias palabras. Ni siquiera está seguro de que está diciendo lo que tiene intención de decir - Y buscar un sitio para descansar.  No puedo continuar con esta sordera, y me ha entrado hambre con tanto ejercicio

Erradica a la criatura ensartándola como si fuese un simple montón de paja y con una patada separa su espada del fiambre. Coge un paño de la mochila y limpia su espada de las manchas de sangre que tiene.

- Compañeros, desconozco que planteáis hacer a continuación pero sigo sin poder oíros. Aunque sugiero que, como esta es una habitación fácil de defender, podemos aprovechar para descansar un poco, mi herida y oídos os lo agradecerán. – Dice mientras se deja caer sobre la pared del fondo y agarra su hombro comprobando el estado de la herida, ahora con más calma. 

EL grupo se relaja brevemente y recupera el aliento, luego de la sorpresiva batalla que tuvieron que luchar, la cual no fué un real reto, aunque varios fueron heridos y como siempre el pobre de Nigrum se llevó la peor parte.

Vuelven a darle otra mirada a la habitación, pero esta vez con más tiempo y ven que se tarta de un cuarto grande y rectangular, contiene cuatro largas mesas de madera cada una con un banco a cada lado, tres de las cuales ahora se encuentran volteadas de lado comoproducto de la batalla. Encima de las mesas y tirados por el piso hay varios cuencos y cubiertos y una especie de sopa derramada de los cuencos. En la esquina sudeste del cuarto, hay una humeante cazuela sobre un hogar tallado en el suelo. Un olor picante y no muy agradable se mantiene en el aire.

Las únicas dos sañidas de este cuarto son la puerta por donde entraron ustedes, que comunica la habitación con la cámara de extracción de la mina, donde les explotó la piedra trueno y un pasadizo hacia el norte de unos 6 metros de largo y algo menos de 3 metros de ancho que termina en otra puerta de madera. Como antes las linternas estan todas rotas y la única fuente de luz son las suaves brazas del hogar y sus antorchas. Evidentemente este una vez fue el comedor de la mina y ahora lo usaban los kobold como base de operaciones.

La curiocidad y la tension no bajaban apra Xoan, queria saber si debian estar preocupados antes de tirarse...

Se puso a oir sobre la puerta... la observo para evitar que huviera algun tipo de trampa nueva. Y lentamente la abrio (en caso que su habilidad le dijera que no habia trampas claro esta)

Hey Morkhur, antes que echarnos te apetece investigar? habria que saber si vendran mas enemigos antes que echarnos... Yo te acompaño! dijo esto cargando su ballesta. Llevo una antorcha?

"Enseguida te alcanzo Xoan" - dice Morkhur dirigiendose al bardo, con intenciones de explorar más detalladamente el lugar - "Espera que limpie mi herida y vamos" - Aplica un torniquete rasgando un trozo de su capa y sigue a un curioso Xoan, mientras el resto del grupo se dedica a recuperar el aliento y hurgar entre los cuerpos de los que hace unos instantes fueran sus enemigos - "¿Para que lado quieres ir, amigo Xoan? - añade el enano, desde la posición en la que lo designó el paladín y sin dejar de estar alerta ante cualquier peligro.