Partida Rol por web

Helios fué el primero en bajar del carro de fuego, pero antes de dar pal de suaves palmaditas a sus mascotas, -"Buenos chicos, fieles y valientes, como siempre..."-, luego de poner sus dos pies en el suelo del majestuoso Olimpo, extendio su mano a su amada para ayudarla baja mientras comentaba al grupo, -"No me gusta tanta calma, pues no es un secreto para él el que vinieramos, pues lleba atacandonos todo el camino, pero lo que si me sorprende es ver tanta soledad en un lugar tan vivo normalmente... posiblemente tengamos un comité de bienvenida esperandonos tras las puertas"-

Hypnos bajó rápidamente del carruaje del Dios del Sol. Las palabras de Helios eran del todo ciertas, demasiada calma en el Olimpo no podía presagiar nada bueno, ¿o si?

Hermanos y hermanas, Helios tiene razón, tanta calma no es habitual en nuestro amado Olimpo. Deberíamos estar preparados para lo peor aunque quizá no suceda. No creo que nuestro padre se arriesgue a entablar batalla en su propia casa, sin duda lo hará en otro sitio. Nadie pelea en su casa dado que puede ser destruida.

Si hay batalla intuyo que será en la propia tierra que padre quiere debastar...

Selene besó en los labios a Helios agradeciendo que le ayudase a bajar del carromato. Tras haberse fundido en un apasionado beso lo miró a los ojos y asintió.

Llevas razon, querido. Esto es muy peligroso. Lo más que os puedo decir es que nos preparemos para cualquier posible ataque que pueda llegar en cualquier momento.

Selene, materializó un escudo de hielo para que la protegiera de cualquier ataque y se lo colocó en los brazos. Después sacó su cadena para tenerla bien a mano.

Después miró al resto, preparaos para lo que pueda echarse encima. No me fio nada. Decidme, ¿Dónde podemos encontrar a Hefesto?

Asi que nos ha enviado a Hecantoquiros...esto sera interesantes pienso con un gesto adusto mientras pienso en que debería hacer, mis poderes no eran gran cosa en la ofensiva o defensiva, así que tendría que usar mi inteligencia.

Rápido debemos actuar o sus cien brazos no nos darán paz, Hecate has un escudo para protegernos de esas piedras. Selene concéntrate en tus piernas. 

Selene ya se había fabricado un escudo de hielo para protegerse de la criatura, y en la otra mano poseía su cadena. Aún así se agachó y tocó el suelo. Quería congelar la superficie que les sostenía, aunque tuviera miles de brazos, quizá resbalase lo que podría darle algo más de ventaja a sus compañeros.

El Dios Sol hinchó su pecho tras el beso de su diosa, pero un estruendo interumpe el momento...

Helios saca su hacha con un brazo, -Con tantos ojos mirandonos, será mas facil cegarlo...-, y con el puño cerrado del otro brazo, da un par de pasos para ponerlo fuera del alcance de los ojos de sus compañeros y lo abre... Una luz cegadora sale de la palma de su mano en direccion a la bestia... -"¡Tiene muchos brazos y cabezas, pero solo un tronco, concentraos en atacarle en el corazon!"-

Hypnos se concentró con rapidez puesto que no había tiempo que perder. Sus hermanos ya se estaban preparando para la batalla y, aunque sus poderes no eran gran cosa, comparados con los de sus hermanos, trató de ralentizar a su oponente introduciéndose en su cabeza.

Aunque había pensado en convertirse en algún animal, ninguno sería lo suficiente para combatir al gigante. Sin pensarselo dos veces, al escuchar las palabras de Helios, saco su arco y apunto contra el gigante. 

Sabía que era buena, al menos, lo suficiente para pegarle a un blanco tan grande. Así que intento relajarse, tomo aire y lo contuvo mientras tenso el arco y disparo la flecha.

El hecatónquiro gritó al ir acercándose hacia vosotros. A una distancia se detuvo y dos de sus manos lanzaron dos piedras enormes que volaron hacia vosotros. En ese momento, todos actuásteis.

Hypnos intentó introducirse en la cabeza de la bestia sin éxito. Selene se arrodilló y, posando una mano en el suelo, proyectó una línea que se fue abriendo en forma de abanico congelando el suelo, para conseguir que la criatura se escurriera. Helios dio unos pasos seguros hacia la criatura y proyectó una poderosa luz que hizo que los cien brazos del hecatónquiro quisieran proteger sus cien cabezas, pero no pudieron, quedaron cegados con la poderosa luz del dios del Sol.

Artemisa sacó su arco y disparó una flecha poderosa de luz al gigante, que impactó en su cuerpo sin problema.

Hecate se teletransportó más allá del hecatónquiro, sabia que sus compañeros podrían con él, pero temía que no solo Zeus lo hubiera invocado, por lo que aprovechó el momento para adelantar el paso y según lo que encontrará detrás del monstruo actuar, ya sea para atacarlo por la espalda o para prevenir un peligro mayor.

Hypnos trató de esquivar las piedras, pero había perdido un tiempo valioso intentando introducirse en la cabeza de la bestia...

Ya me había ocupado antes de fabrircarme un escudo de hielo con el que defender de los posibles ataques de la criatura, así que simplemente me limité a protegerme de ambos impactos con él. Tenía la esperanza de que mi escudo de hielo se interpondría entre el dolor y las ganas de seguir viviendo.

Veo que una lluvia de piedras vuela hacia nosotros y maldigo con el pensamiento a Hecate por no hacer antes un escudo para protegernos. Sabía que no tenía la menor oportunidad de hacer algo con su avatar, así que tras pensar un segundo si transformarse en un gorila y desviar los proyectiles, o en una animaña para esquivarlo, se transformo en una mangosta.

Con su pequeño, rápido y ágil cuerpo, no tuvo el menor problema en esquivar las rocas, solamente esperaba que sus compañeros pudieran hacer lo mismo.

Las piedras volaron hasta vosotros. Artemisa y Hécate actuaron las más rápidas. Artemisa se convirtió en una mangosta, un pequeño animal que tenía más posibilidades de esquivar el ataque, y así lo hizo. Hécate se teletransportó hasta detrás del gigante, dando gracias de que no se ocultara nada tras él.

Pero los demás no tuvieron tanta suerte. Helios intentó poner su cuerpo de protección para Selene, pero la piedra chocó contra él, derribándolo. Selene no tuvo tiempo a reaccionar, puso su escudo de hielo. Pero, además de recibir un fuerte golpe, el escudo se rompió, fragmentando la roca, que golpearon a los dos hermanos de la noche.

La segunda roca pasó por encima de Helios, pero volvió a golpear a los demás.