Partida Rol por web

Aunque la estrategia había llegado a su fin ha durado mucho más de lo que pensaba, así que podemos considerar que ha sido todo un éxito. Solo queda uno de los enemigos y este, malherido, se dirige directamente hacia mí ignorando completamente la presencia del resto de compañeros y corriendo hacia una muerte segura, sin ningún tipo de preparación ante ello.

De todas formas, no soy del as personas que deja las situaciones al azar cuando se está en combate. Así pues, con un silbido bastante característico indico a Wolfi que lo ataque por la espalda mientras viene a por mí mientras, tomándomelo con cierta calma y preparación, vuelvo a cargar una flecha en mi arco y espero a que Wolfi se acerque lo suficiente para que el ataque llegue en el momento justo, asestándole una flecha en el pecho justo en el instante en el que mi compañero salta por su espalda, mordiéndole en el cuello y cayendo inerte al suelo.

Una vez terminado el combate, aprovecho esos momentos de calma para ir cogiendo algunas de las flechas que había lanzado. Varias de estas se habían roto con el impacto en el suelo al caer los cuerpos, por lo que mi reserva, aunque un poco más mermada de cómo había empezado, todavía es suficiente para poder seguir con el trabajo. Todavía quedan algunos enemigos en el interior de la cueva, así que deberíamos prepararnos para lo que queda. Así pues, espero tranquilamente a que termine el combate de Kohan y que baje mientras me acerco también a Raven para hablar con ella

- Todavía quedan enemigos en el interior, y créeme; uno de ellos es mucho más poderoso de lo que me he encontrado en mi vida.- Le comento con preocupación.- Será mejor que preparemos un plan para luchar contra este enemigo...- Hago una pausa, observando el combate que hay encima nuestra, en el que parece que Kohan tiene toda las de ganar.- Yo apuesto por subir allá arriba y aprovechar la altura y un buen escondite para dispararles mientras vosotros los distraéis en esta posición. ¿Te parece?- En ese momento me doy cuenta que Maya no se encuentra entre nosotros.- Donde se ha metido Maya? La has visto? Dime que no se metió en la cueva, por favor...- Mientras concentro mis sentidos en localizarla, con la esperanza de que no fuese tan idiota de adentrarse en la cueva

Nada mas dar el tiro mire a mi alrededor buscando otro objetivo pero el ultimo parecía estar siendo abatido por Sarob en ese momento. Envaine la espada y respire tranquila durante un momento, parecía que el combate por el momento había acabado. Mire al muchacho que había ido eliminando a los bandidos sin dudar.- Parece que no te tiembla el pulso al eliminar una persona ¿eh?. -Le comento, en mi voz se puede notar que no es un halago, si no una critica. No estaba muy a favor de matar a sangre fría, cada muerte bajo mi espada no era ninguna muesca para mostrar con orgullo, si no todo lo contrario.

Escucho con detenimiento el plan de Sarob. Confiaba en mi destreza aguantando a quien fuese mientras el disparaba desde lo lejos, pero sui comentario sobre una persona mas fuerte de lo común me hizo fruncir el ceño. Mire por los alrededores y me acerque al campamento, si no había salido ya esa persona de la cueva esperaría a que estuviésemos dentro… o a que la sacáramos.

Mire la cortina, la cueva y la mesa junto a esta.- Creo que tengo un plan, vamos a hacerlos salir, creo que empezaremos su defunción antes de que den el ultimo aliento…- En mi voz podía notarse cierta amargura, como si hubiese tenido una idea que me espantara realizar.- Sarob, busca si en el campamento tienen una fogata o antorcha, dásela a Kohan y dile que venga hacia mi.- Dije sin explicar mucho.- Crees que la torre en la que estaban los guardias será suficiente para que tengas un ángulo limpio?.- Comento mientras me acerco a la mesa y balanceo el barril de alcohol que estaban tomando antes de dar un trago a una de las jarras.- Asquerosamente fuerte, servirá.

Me gire hacia Sarob.- Cubriré la entrada con el alcohol  y entrare a por ellos, cuando salga Kohan únicamente tendrá que prender el estandarte y junto a él, el alcohol del suelo prendera. Los bandidos estarán aturdidos al salir entre llamas de la cueva, simplemente termínalos desde la torre…- Podía ser un buen plan, pero requería un mínimo de tiempo.- Una cosa mas, si uno de ellos esta completamente en llamas mátalo el primero.- Una explicación posible seria que podía encender el campamento y tendríamos un problema, pero la verdadera explicación es que no quería que alguien agonizara hasta morir en llamas.

A unos metros de donde están hay una fogata apagada de la que solo quedan brasas, con un poco de esfuerzo y madera se puede volver a encender. En la entrada a la cueva hay un par de antorchas apagadas sujetas a la pared de roca, y del otro lado de la cortina hay una más, en la pared a la derecha, en un pasillo al que la luz del sol del mediodía solo alcanza iluminar la entrada.

Sarob percibe movimiento allí dentro, así como también las presencias de Alduin y de Maya, algo alejadas una de otra.

La madre que los...- Exclamo mirando directamente a la entrada de la cueva, ignorando completamente a los presentes.- Como pueden ser tan imbéciles como para meterse en la boca del lobo?.- Cojo otra vez el arco y lo cargo directamente, dirigiéndome hacia la cueva.- Maya y Alduin se encuentran en la cueva. Daros prisa!! El enemigo que hay dentro es demasiado peligroso... puede que incluso para tres de nosotros.- Así pues, y todavía dirigiéndome hacia la cueva, esperando que Raven y Kohan me acompañen, me asomo por la cueva con el arco tensado, observando en su interior para proteger a los compañeros.- Id delante. Yo os cubro desde atrás. De prisa!!

Estaba inspeccionando el barril de cerveza cuando escucho maldecir a Sarob, me giro confusa para saber la razón cuando explica que nuestros compañeros están dentro. Puedo notar como me lleno de ira en mi interior. Esos idiotas…le doy una patada al barril y me dirijo hacia la entrada desenvainando la espada para cortar el estandarte y volviéndola a enfundar mientras entro al interior de la cueva. Prefería que la luz entrase, al menos tendríamos un punto de referencia si aquello era muy profundo.

Tenia clara una cosa, le iba a dar un buen tortazo a esa niña por idiota.

---*Uuuf, menudo despiste...*- pienso mientras me paro de golpe para evitar ser golpeado por aquella pila, seguramente el grupo deberia estar armando un buen follón ya que era la única explicación lógica para semejante escándalo...aunque por otro lado ver que hay al final de todo aquello era de lo más interesante y bueno...ya que estaba a mitad del camino...no creo que me necesiten.... así que sigo avanzando procurando pasar lo más desaèrcibido posible

Mientras te encaminas con cuidado hacia allí, oyes de pronto a tu espalda unos jadeos.

Se trata de Maya, que viene corriendo y tropezando con casi todo lo que hay por delante. La ves asustada, y claramente ella no te ve a ti. Al mismo tiempo oyes las voces de recién, –Qué es eso? Alguien ha conseguido entrar?
Parece que Maya los ha oído, pues se detiene en seco, paralizada de miedo, y se pone a buscar desesperadamente un lugar donde esconderse, sin mucho éxito.

Se te hiela la sangre al ver salir del fondo a dos personas armadas del lugar de donde venían sus conversaciones.

–Vaaale, dónde se ha metido el perrito mojado? –Su mirada atraviesa la zona en donde estás, ignorando por completo tu presencia. –Oh. –Y hace contacto visual con Maya, que cae al suelo de espaldas temblando como... bueno, como un cachorrito al que acaban de darle un baldazo de agua.
Es un hombre de metro noventa, vistiendo una gabardina negra que contrasta con su piel de un tono pálido casi enfermizo. Tiene un aspecto notablemente intimidante, ayudándole bastante con eso una cicatriz que le cruza toda la cara a la altura de la nariz. Está armado con una espada larga en su mano izquierda.

Detrás de él hay otro tipo más, aunque no tan perturbador como este.

Justo en el momento en que Raven entra precipitadamente siente que pisa un hilo apenas visible a medio centímetro del suelo, y al mismo instante se oye un 'clic' y apenas tiene tiempo de reaccionar y detener con el filo de su arma un dardo que se lanzó directamente hacia ella, haciéndolo con una destreza casi prodigiosa. El proyectil da unas vueltas en el aire y cae al suelo.

Pasado el sobresalto oyen unas voces que vienen desde unos metros más adentro. _{–Vaaale, dónde se ha metido el perrito mojado?} –Apenas se oye, la voz apática de un hombre que parece recién levantado de la siesta, y en contra de su voluntad.

Delante de ustedes ven un pasillo oscuro con paredes de roca, pobremente iluminado con algunas antorchas por aquí y alla. Ven que hay objetos, armas, armaduras de lata, sillas, vasijas, desperdigados por el suelo, como si alguien corriendo se los hubiera llevado por delante y tirado todo al suelo. _{–Eeh... amigos? Creo que voy a necesitar algo de ayuda por aquí!} –Oyen la voz de Kohan viniendo desde arriba.
De pronto se siente un grito fuerte y un golpe sordo, seguido de otro ruido metálico de un arma golpeando en el suelo de roca y gemidos de dolor.
Sarob se da vuelta casi instintivamente y ve a un Kohan tirado en el piso, con su espada a algunos metros de él. Wolfi se encarga de ir corriendo hacia el arma, intentando recogerla de la empuñadora usando sus fauces, pero solo consigue arrastrarla un poco más cerca de su dueño.
El bardo casi no puede moverse. –Es...estoy bien... creo... –Cada vez que lo intenta suelta otro quejido de dolor y se lleva la mano al costado. Cerca de él hay un par de ballestas rotas.

Siento como la sangre se me hiela en las venas al ver a ese tipo, por otro lado, maldigo a la estúpida niña que vino armando todo ese follón, ahora me tocaba a mi sacarle  las castañas del fuego, no me gustaba desprenderme de mi disfraz tan pronto, pero no habia más remedio....

Así que todavia en forma invisible me pongo de espaldas al hombre de la cicatriz y de su amigo y espero el momento oportuno para atacarles por la espalda mientras acumulo zeón

Te cuelas por entre los tipos con el supremo cuidado de no tocarlos, así quedando del otro lado, a espaldas de ellos.

–Serías tan amable de decirnos cómo llegaste aquí? Hm? –El hombre pálido sigue caminando hacia la joven, que agacha la cabeza y se cubre anteponiendo sus brazos. –Tú solita no habrás podido con los guardias. Quién más viene contigo? –Maya no responde, y más encogida en el suelo no puede estar.

Aquello pintaba mal, muy mal, pero no debia ponerme nervioso, así que seguí acumulando la magia dispuesto a lanzar un ataque que acabase con la vida del individuo, observé con cuidado a la espera de lanzar el ataque definitivo contra aquel ser...

Nada mas entrar a la cueva una trampa me sorprende y con un movimiento diestro con la espada tras parar el taque vuelvo a meter mi arma en la funda. Perfecto, aquello podría ser de ayuda contra lo que hubiese dentro.

En ese mismo momento escucho una voz desde fuera y arriba y veo como Kohan cae desde lo alto contra el suelo y empieza a intentar arrastrarse.-Mierda.- Me había olvidado completamente de el, pensé que ya había terminado la pelea allí arriba.

Rápidamente salí por la abertura de la cueva hacia el con intención de arrastrarlo a dentro de la cueva.

Pero qué demonios? Kohan, te has caído o no has acabado con el enemigo que te tocaba?.- Espeto seriamente mientras, todavía en el borde de la cueva observo la situación. No parece que sea cosa de un enemigo, ya que Wolfi no ha quedado a resguardo como debería hacer. Lo más probable es que el pobre Kohan se haya estampado contra el suelo al intentar bajar por el mismo sitio que subió antes. ¿Cuán inutil se puede llegar a ser? ¿Para qué sube si no es capaz de bajar despues? Parece un gato desvalido cuando le da por subirse a un árbol y después no puede bajar

- No quiero parecer insensible, pero traelo aquí y déjalo un rato. Tenemos problemas más importanes.- Vuelvo a observar la cueva hacia adentro.- Maya y Alduin pueden estar en peligro ahí dentro y tenemos que solucionar esto rápido. Wolfi, cuida de Kohan!!

Kohan señala con un dedo tembloroso hacia la torre mientras lo arrastran dentro de la cueva. Allí ven a un tipo vestido de negro que viene descendiendo lentamente y con cuidado.

Por otro lado, un grito les hace volver la vista hacia el interior, y al correr hacia allá se encientran con Maya, que está encogida en el suelo, y delante de ella se yergue un tipo de casi dos metros de altura, llevando una gabardina negra y un sable en su mano izquierda. Está mirando desde su altura a Maya, poniendo cara de pocos amigos, y lentamente sus ojos se mueven hasta enfocarse en Sarob y Raven que llegan corriendo.

–Aah, ahora va tomando color el asunto. –Su faz pálida y mortecina, con una cicatriz que la atraviesa por la mitad, le dan un aspecto perturbador, y la escasa iluminación por parte de las antorchas le favorece bastante. Tieso como está, su mirada viaja entre ustedes y Maya varias veces.
–Bueeeno... a tomar por saco. –Levanta su brazo y lo baja a toda velocidad sobre Maya, que inútilmente coloca sus brazos delante para cubrirse.

Sin embargo el impacto nunca llega. De la nada sale un virote de hielo que da en el hombro del tipo y estalla en varios fragmentos que se deshacen en el aire.
A lo que se voltea lentamente, sin inmutarse en lo más mínimo por el impacto, pero su mirada solamente se cruza con la de un esbirro suyo que se encontraba más atrás. –Ese no has sido tú, calabacito. –Su voz grave resuena en el silencio de la cueva.
Su esbirro tiembla de arriba a abajo, y mira para los costados, sin encontrar a nadie más.
–Hay otro más por ahí escondido y eso me cabrea, más te vale que lo encuentres.
El esbirro asiente con miedo y empieza a dar patadas a los barriles y armatostes que hay acumulados cerca de la pared, y removiendo cualquier escondite posible.

Y en un parpadeo, Sarob y Raven tienen la cara del tipo raro delante de ellos, con los brazos cruzados, el sable en su mano izquierda, y en su mano derecha traía escondida una daga que parece de un diseño especial. –Hola. –Y propina a la vez un par de veloces tajos, a su izquierda con el sable a Sarob y a su derecha con la daga a Raven. Queda en esa posición medio segundo, y luego da un pequeño salto hacia atrás para bloquearles el paso e impedirles llegar hasta Maya.

Todo había ocurrido demasiado rápido. Acababa de terminar de arrastrar a Kohan a dentro de la cueva cuando apareció el que parecía el jefe. Era consciente que la batalla iba a ocurrir asi que me prepare para ello.

Todo fue acelerado por el golpe de lo que aprecia un trozo de hielo. El hombre fue directo a atacarnos. Golpee la daga que se dirigía hacia mi abdomen con un movimiento descendente de mi arma y en cuanto lo hice devolví durante una milésima el arma a la funda para volverla a sacar en el siguiente ataque ofensivo  que realizara. Había visto como Sarob se manejaba en combate a distancia y sabia que llevaba armas cuerpo a cuerpo, pero el ataque de esa persona superaba los que nos habíamos encontrado hasta ahora. Si no hubiese visto venir la situación y me hubiese preparado no habría podido reaccionar a tiempo.

No sabia a que se suponía que estaba intentando golpear el esbirro de aquella persona, pero no dejaría que golpease a Sarob o a Maya desde ese momento.

Observo con creciente interes al individuo, mi ataque habia impactado sin duda alguna pero no parecia que le afectase en absoluto, observé con mis ojos de Daimah aquel sujeto aunque tuve que desviar la mirada para evitar que su secuaz me golpeara por accidente, así que observé el líquido derramado y con un gesto mágico invoco la voluntad de agua para lanzar una esfera del líquido contra el secuaz.

Intentando ayudar a Kohan ya que parece haber un enemigo en la parte superior de este lugar y no poder con él termina por aparecer esa persona de la que estaba preocupado... esa esencia con un mayor poder que nosotros y que jamás había visto antes... Con una velocidad verteginosa ataca, pero Raven, que parece que está más centrada en la defensa consigue bloquear el ataque que vá contra mi. Parece que hacemos un buen equipo, yo soy más dedicado al ataque y ella a la defensa. Pena que esté con mi arco en lugar de mi espada...

Aún así, aprovechando la situación le lanzo dos flechas a bocajarro, como hiciese con aquél otro bandido, con la esperanza de asestarle los golpes como dios manda con la ayuda de Alduin. Me costaba sentirlo, pero su ki seguía por la zona. Probablemente siguiese estando en un estado de invisibilidad y eso podría sernos de ayuda. Al menos se ocupa del esbirro que ayuda a este.

Acto seguido después de lanzarle los dos flechazos a bocajarro me dispongo a lanzarle otros dos. Esta será una oleada de flechas con la esperanza de acabar con él cuanto antes. Espero que 3 personas seamos suficientes contra este sujeto

Tan de la nada como les pueda ser imaginable, del otro lado del pasillo viene un torrente de agua como si de pronto se hubiera abierto la compuerta de un contenedor lleno, barriendo todo lo que hay a su paso. El agua tras recorrer una cierta distancia se arremolina y se compacta, para luego impactar de bruces en el cuerpo del sujeto perturbador, que apenas tiene tiempo de asimilar lo que está ocurriendo.

Siente como varias toneladas de peso en agua le dan de lleno en su pecho, y queda tambaleándose, tosiendo y escupiendo, ya que tragó bastante.

Acto seguido recibe el impacto de dos flechas en la espalda, que le hace soltar sus armas y estas caen al suelo. En ese mismo instante cae al suelo sin pronunciar palabra y ya no se vuelve a mover.

El esbirro que estaba allí no puede creer lo que está viendo, y está paralizado por el terror, sin saber qué hacer a continuación. –D..Denny... El jefe Denny ha... –Tiene la garganta tan seca que le raspa cuando traga, y el sudor que le recorre la frente es abundante. No se sabe bien qué es lo que quiere hacer, porque parece como si su cuerpo no le respondiera.

Lo único que rompe este silencio incómodo es el crepitar del fuego de las antorchas.

Aun estoy aturdida al ver como aparecía aquel agua y impactaba con tipo con el que íbamos a luchar cuando Sarob, usando la oportunidad que había creado bloqueando los ataques del hombre lanzo dos pares de flechas directas contra él dejándolo fuera de combate.

Parecía que la pelea había sido mas rápida de lo que pensaba. El esbirro del hombre seguía en pie, pero parecía no poder moverse, confundido por la muerte del que parecía su jefe. Eleve mi espada apuntándolo con la punta del filo cuando hable.- Tu, si no quieres morir estate quieto.- Le dije con tono serio. Necesitaba una cuerda o algo parecido, si era posible prefería ahorrar todas las muertes innecesarias que fuera posible.- Sarob vigílalo un momento, por aquí tiene que haber algo para atarle.- Dije mientras me ponía a buscar hasta encontrar algo con lo que atarle o como mínimo inmovilizarle las manos.

Una vez hecho me acerque al cadáver del jefe y le di la vuelta. No conocía de los actos que había podido hacer y aunque los supiese no era proclive a la venganza. Le cerré los ojos con dos dedos antes de empezar a inspeccionar si llevaba algo importante. Cuanta muerte, y todo seguramente por una reliquia familiar sin mas valor que el dinero o lo sentimental.

Sabia que Maya estaría algo traumatizada, pero tenia mis propias prioridades, tenia que encargarme de algo antes que de su estado mental. Después de revisar al muerto me dirigí hacia Kohan.- El tipo de arriba de la torre, sigue vivo ¿verdad?.-Pregunte sin tener muy en cuenta su estado. Si la respuesta era “si“ saldría para informarle que su jefe había muerto, que podía huir si así lo gustaba. Ya teníamos un rehén, no tenia intención de hacer otro y mucho menos de matarlo.