Partida Rol por web

La quema de Barrientos

Una historia en mitad de la Península - Escena de juego

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13/02/2023, 17:14
Ramiro de Alfambra

Os doy de nuevo las gracias, como véis el día ha sido duro, y el camino es largo -te dijo, cortando un pedazo de carne con las manos y chupandose un dedo casi al tiempo-. Hay algo que no me he atrevido a preguntaros, señora Estrela -confesó el hombre-: ¿De qué conocéis al obispo de Cuenca? No cualesquiera entra en círculos con él, ni con los nobles que allí "admiraban" la quema de los libros del Marqués... -el hombre preguntó aquello más que nada para charlar de algo en la cena-. Odón estaba hablando, más allá, con los dueños de la posada sobre las habitaciones, las cuales costearía el propio Ramiro.

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14/02/2023, 08:06
Estrela Medeiros

No me costó apañar todo para el viaje. Y aún menos gracias a Odón, tan diligente como siempre. En verdad, nos venía bien salir de aquella villa de segunda. ¿No podría mi hermano haber escogido otro destino? Magerit era sucia, aburrida, pobre y estaba en medio de ninguna parte.

Odón, he pensado que, tras acompañar a este peculiar hombre a su hogar, seguiremos hasta Toledo. Es hora de que conozcas una verdadera ciudad. Y yo de que me empape de su ancestral sabiduría. ¡Es tan antigua, que dicen que estaba ahí antes que la propia Roma! Tiene tantos años como leyendas e historias. Esto le decía a mi criado mientras hacíamos los preparativos. Eso le dije a mi hermano y al galeno, pars convencerles de que no era locura mi partida. Y con eso fantaseaba en el primer día de camino por los campos castellanos. Un mar de cereal, salpicado aquí y allá con islas de encinas y espumas de retamas. Nada que ver con Portugal.

La posada me sorprendió gratamente. Limpia, segura, cálida ... y brna comida. Se notaba que aquel tramo era Camino Real y transitado. Daba dineros y permitía lujos.

Pues verá, don Ramiro, al señor obispo apenas le conozco. Como le he dicho, he venido a Madrid a estar una temporada con mi hermano sacerdote. Pero resultó que su excelencia necesitaba de alguien ducho en libros... mi hermano le habló de mí... y no iba a ser yo quien le negara ganarse un favor... Así que allí me vi, rebuscando manuscritos. Y engañada, pues en ningún momento se me dijo que fuesen a ir a la hoguera. Tampoco lo sabía mi hermano. Bajando la voz, añadí. El obispo de Cuenca intentó evitar aquello, pero no pudo... la orden se dió de más arriba.

Hice una pausa para beber y seguir comiendo un cacho de queso con fruta. Pero esto ya lo sabía usted, ¿verdad? Que no sólo estuvo en la quema, si no que en la noche nos vió a Odón y a mí revisar manuscritos. No me mienta, por favor. Dije con una sonrisa amable. No era tonta.

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15/02/2023, 20:59
Odón

(Retroactivo):
Sí señora, como vos quiera. He de decirle que a mi no me disgustaba mucho la villa de Magerit, aunque claro, aún no he visto Toledo. Según lo pinta vos, es tal que una maravilla. Con gusto la seguiré a donde vaya -te dijo el fiel Odón con una sonrisa, justo antes de partir-.

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15/02/2023, 21:00
Ramiro de Alfambra

Ramiro asentía a medida que le contabas la historia de tu encuentro con el obispo. Cuando le preguntaste si lo de la hoguera lo sabía, éste dejó de comer.

Yo lo sabía -te respondió el hombre-. Su Majestad Juan no era muy devoto de los pensamientos del marqués de Villena, y quemar la suya biblioteca era el mejor y mayor paso para eliminar sus voces y pensamientos... Y efectivamente, allí me colé yo la noche antes -confesó, incluso con orgullo-. Don Enrique moró tiempo atrás en las celdas del convento, junto a las monjas, y me enseñó como entrar y salir sin ser visto. Me adentré, aunque no sé por qué, antes de perder lo único que me unía a mi antiguo amigo: sus libros.

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15/02/2023, 21:01
Director

Esa noche cenástis y dormísteis bien. Odón se había encargado de proveeros de las dos mejores habitaciones, todo a coste de Ramiro, claro está. Una habitación para tí, y otra para él y para el anciano. Una anexa a la otra, y ambas con camastro. Tuvo la deferencia Odón de pedir, ya que él no pagaba, la más cómoda del lugar.

Y tal que así, esa noche descansásteis bien de vuestro trayecto parcial, y al día siguiente (tras desayunar y vestiros debidamente) no tardásteis mucho en poner pies en el camino.

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15/02/2023, 21:01
Ramiro de Alfambra

* * *

Tras una media hora de viaje, en el que la jornada había comenzado con sol de justicia en lo alto del cielo, el anciano se paró a la sombra de un árbol junto al camino. Aún no estábais ni por asomo en el siguiente tramo (que no era sino el río Tajo para cruzarlo). El anciano no decía nada, sólo miraba hacia atrás, en el paisaje lejano que tiempo ha habíais quedado a vuestras espaldas.

Odón miraba extrañado al hombre.

Estrela... decidme -te preguntó-. ¿Tenéis problemas con la justicia? -y volvió a mirar para atrás-.

Notas de juego

Con tu siguiente intervención, acompaña una tirada con el d100 de Descubrir (o PER).

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16/02/2023, 21:27
Estrela Medeiros

Asentí a la confesión de Don Ramiro. Era lo que me suponía. Una pena que no pudiese salvar ninguno. Cualquier manuscrito vale más que un hombre... acumulan tanto saber... Leer y escribir son un regalo divino. No una maldición que se deba purgar. Aunque no todos lo viesen así. Yo pensaba que estaba ayudando a aquella biblioteca... ¡qué ciega estuve!

Seguí comiendo y escuchando. En otro momento de la cena, le pregunté: Y, dígame, ¿usted estaba al tanto de un libro particular de la colección? Le describí el tomo, la portada y su contenido. Pero no el título, fingiendo un despiste. Si lo conocía, me lo diría él.

* * *

El sueño fue reparador. Pasé tan buena noche como buena fue la cena. ¡Ojalá más ventas como aquella en los caminos de Castilla! De Lisboa a Majerit, no había encontrado estas comodidades.

Así pues, retomamos el camino con gusto. El día se presentaba como el anterior... pero no. Un sol ardiente se nos puso sobre la cabeza. No era nada agradable. Y aquellos campos apenas tenían árboles.

Por fin, bajo la sombra de un almendro, hicimos alto. No entiendo a qué se refie... No terminé la frase. En lontananza vi lo que preocupaba al anciano. No, ¿Y usted? Miré enrededor, no había a donde huir ni dónde esconderse. Odón, coge un palo o una rama. Yo hice lo mismo.

- Tiradas (1)
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17/02/2023, 16:59
Ramiro de Alfambra

Ramiro escuchó la descripción de aquel libro, tanto de su aspecto exterior, la portada y el contenido. Notaste que no creyó aquel fingido titubeo sobre el título, pero no dijo nada. Él mismo dijo estar al tanto de la ya fallida colección de su difunto amigo, pero no de todos los libros.

* * *

El anciano no respondió sobre lo de la justicia, tan sólo siguió mirando hacia atrás, y te hizo un gesto con la cabeza hacia donde miraba. Tú trataste de escudriñar en aquella dirección, y advertiste, al comienzo de la línea del horizonte, tal vez a un cuarto de legua o más, a una figura humana. Estaba allí, como un punto lejano, y tras un instante, se dio la vuelta (tal vez), desapareciendo de vuestra vista. Odón tomó entonces una rama, tal y como le ordenaste.

Alguien nos sigue -confirmó Ramiro, y así lo pudiste ver por tus propios ojos-. Por eso os preguntaba, Estrela -te dijo, ahora mirándote-. Odón, coge los bártulos, favor os pido; hemos de avanzar cuanto antes, no quiero vérnoslas con bandidos... -Odón asintió, y el muchacho guardó unas chacinas de carne y tocino que había traído, y también el pellejo de agua, uno de los que traía-.

Si nos damos prisa, llegaremos de noche a un lugar seguro: el castillo de Valdenaguas, a media legua al norte del Tajo. Será un buen lugar para pasar la noche, lejos de amenazas, y además, están muy cerca de mi destino -añadió Ramiro-.

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17/02/2023, 17:03
Odón

Señora Estrela... -te dijo Odón, mientras Ramiro echaba ya andar-. ¿Vos cree que hay bandidos por aquí? -tu siervo también había mirando antes hacia atrás, al igual que ahora, pero no había logrado ver a nadie-. He de decirle que no he estado nunca en un castillo, a no ser que fueran palacios de altos techos... pero poco más.

Notas de juego

Te dejo que añadas algo antes de partir hacia ese castillo.

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17/02/2023, 22:46
Estrela Medeiros

Dame Odón, te ayudo a cargar ... no sueltes el palo, que tú eres el más fuerte de nosotros tres. Vamos ya, sí. Miraba en todas direcciones nerviosa. Yo sí había visto a aquel hombre. Primero venía, y luego se volvió. Para no ser visto. Para esconderse. Menos mal que estábamos en campo abierto y no podía acercarse por otro sitio de sorpresa. Sí, sí, sigamos... un castillo suena estupendamente... Bandidos o no, espero no tener que comprobarlo.

​​​

Apreté el paso, pero me duró poco. Demasiado deprisa. Resoplando, puntualicé. Caminemos y guardemos las fuerzas por si hemos de correr... o pelear. Ojalá que ni una ni otra.

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21/02/2023, 10:09
Director

Tras caminar varias horas, las palabras de Ramiro se hicieron realidad: delante de vuestros ojos, a lo lejos, apareció un castillo en el único cerro que se levantaba en aquella llanura castellana. El castillo de Valdenaguas distaba una media hora, tal vez menos.

* * *

Tras llegar allí, advertísteis que la fortaleza no era sino un conjunto amurallado sobre la cúspide de un cerro, con varias almenas incrustadas en sus lienzos. Un par de torres interiores unidas entre sí por un cubo almenado acompañaba a una cuadra, y poco más. No había aldeas cerca del castillo, por lo que aquel lugar no era sino un puesto estratégico, quizá con mejor uso en décadas anteriores. No tuvísteis problemas en llegar, y una vez delante del portón, un par de soldados os preguntaros las razones del viaje. Tras dárselas, abieron el portón y pudísteis entrar.

El el patio de armas había varios criados, muchas antorchas y se notaba jaleo en el interior del edificio del castillo. Éstos os hicieron esperar un poco en el patio, pero regresaron y no tardaron en informaros que don Rosauro celebraba esa noche un banquete, y que de su propia boca estábais invitados (en base a las viejas costumbres de hospedería y camaradería en el hogar.

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21/02/2023, 10:12
Ramiro de Alfambra

Ramiro se acercó a tu oído entonces.

Rosauro de Trigalejo, noble cuyos antepasados, al servicio de Su Majestad Enrique el Doliente, hubieron de ganarse favor del monarca -te informó, pues al parecer conocía los detalles de aquel lugar-, y con ello el castillo y sus tierras aledañas... Comamos y bebamos un poco, nos lo merecemos.

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21/02/2023, 10:12
Odón

Se... señora Estrela... Estamos... Estoy... ¡en un castillo! -decía complacido y admirado Odón, en mitad del patio de armas, mientras aguantaba su mirada hacia arriba, hacia las ahora oscuras almenas de la torre de homenaje-.

Notas de juego

Me paro aquí por si quieres hacer/decir algo antes de entrar. Puedes interactuar con criados y soldados (inventándolos si quieres).

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21/02/2023, 22:44
Estrela Medeiros

Respiré aliviada al entrar al castillo. Me daba por asaltada en aquellos campos castellanos. O algo peor.

Agradecí múltiples veces la hospitalidad del señor de Trigalejo. A sus criados, porque él no se presentó. Era todo un honor. Debía devolver aquel trato de algún modo. Por favor, transmítanle al señor que soy galena. Médica. Y que gustosamente trataré a su persona, o a quien él precise, de cualquier dolencia o mal. Mi más sincero agradecimiento.

En el patio, ya a solas con mis acompañantes, añadí. Reponga fuerzas, don Ramiro, desde luego. Y tú también, Odón. Y da gracias a Dios por nuestra buena ventura... De hecho, toma. Le tendí una moneda. Ponla en el cepillo de la capilla del castillo, el santo o santa que lo cuida, ha velado por nosotros hoy.

Don Ramiro, ¿qué más me puede contar de estas tierras y de este noble linaje que las guarda? ¿Está usted emparentado con ellos?

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22/02/2023, 19:25
Director

Por favor, transmítanle al señor que soy galena. Médica. Y que gustosamente trataré a su persona, o a quien él precise, de cualquier dolencia o mal. Mi más sincero agradecimiento.

Si quiere puede hacerlo vos, señora -aclaró el criado-. Don Rosauro le espera, a vos y a sus acompañantes, para degustar las viandas del banquete y conoceros, claro.

Odón estiró entonces la mano, guardándose la moneda en un costado con sumo cuidad y rapidez para cuando encontrar la capilla y el cepillo correspondiente.

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22/02/2023, 19:26
Ramiro de Alfambra

Ahora mismo accedemos -señaló Ramiro al criado, dándose la vuelta y yéndose. Ramiro entonces te respondió-. No señora, se lo que ya vos he contado, pero nada más. Será mejor que no desperdiciemos esta oportunidad de conocer esas cosas que pregunta y... además, de beber vino caliente y fruta del tiempo.

Y aquella no parecía mala idea, desde luego.

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22/02/2023, 19:26
Director

Entrásteis pues en el edificio del castillo. El olor a guiso era fuerte y apetecible, y nada más acceder os encontrásteis una sala amplia, con tres mesas dispuestas en forma de U. Los altos techos abovedados recogían el calor que allí había, hospedado gracias a una chimenea, junto a una escalera que subía al piso superior de la torre.

En la mesa central aguardaba un noble, al estilo del un rey, con una copa de vino en la mano y un pedazo de carne en la otra. A su derecha se hallaba una mujer, y a su izquierda una jovencísima dama. No eran sino don Rosauro, doña Marisa y la joven Juliana, hija de ambos. Alrededor se disponían varios nobles, algunas personalidades eclesiásticas y criados aquí y allá. También había un juglar, que debía estar cantando aquí y allá, cada cierto tiempo, y que ahora andábase descansando embelesado en una criada de don Rosauro.

Uno de los siervos se acercó a éste, le dijo algo al oído, y entonces don Rosauro os vio nada más entrar. Extendió su brazo e hizo un gesto con su mano, en alto, para que os acercásteis. Mientras Odón miraba de acá para allá (tampoco había estado nunca en un banquete), Ramiro asintió desde lejos y te dio un pequeño codacito: habíais atraído la atención del anfitrión.

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22/02/2023, 19:27
Rosauro de Trigalejo

Tengan buena noche -dijo don Rosauro nada más acercaros. Sus cabellos, al igual que su barba, eran oscuras, y debía rondar cerca de los cincuenta años-. Me han comentado que vos sois galena, señora. ¿Podéis decirme cómo os llamáis? ¿Y vos sois el suyo padre, señor? -para ser un noble ostentoso, don Ramiro parecía tener modales, al menos a la vista de todos-.

Su mujer y su hija, uno a cada lado del hombre, os miraban. 

Notas de juego

Estáis en el centro de la sala, delante de los anfitriones.

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25/02/2023, 21:44
Estrela Medeiros

Antes de lo esperado, mi vi ante el generoso anfitrión y su corte. Hice una amplia reverencia ante ellos.

Estrela Medeiros de Porto, a vuestro servicio. Tengan buena noche también. Me acompañan Don Ramiro de Alfambra, noble toledano, y mi criado Odón de Plasencia.

Damos gracias a Dios por llevar nuestros pasos a vuestra presencia, y a vuesa merced por su noble generosidad.

Soy galena, está usted en lo cierto. Puede contar con mis servicios con la misma caridad cristiana que su merced exhibe hoy ante mí.

Me quedé en el sitio. No me iba a retirar hasta que él no lo mandara. De reojo, vi a toda su corte. Para ser un noble de baja nobleza, estaba bien acompañado. Es pudiente, u ostentoso, pensé.

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27/02/2023, 10:42
Rosauro de Trigalejo

Al ser presentado, Ramiro de Alfambra hizo una reverencia leve, y Odón le miró e hizo lo propio, pues no estaba acostumbrado a tanto protocolo.

A gracias doy por vuestra presencia -contestó-, pues no sabe uno cuando ha de necesitar a un galeno. Tal vez siempre, claro está. Ahora... sentáos y disfrutad de la comida y la bebida. Una buena partida de caza marchamos esta mañana temprano, y he aquí el resultado -veías las piezas de carne dispersas en los platos, seguramente de jabalí o venado-.