Aunque parezca raro, está lloviendo a cántaros en estas tierras murcianas.
El camino se ha convertido en un lodazal. Prácticamente tropezáis a cada paso que dais.
Es media tarde y lleváis todo el día andando. Cada uno desde un punto de origen diferente, camináis sólos pero ya llegando a la villa de Lorca el camino tuerce a la derecha y tras un montículo hay un carro dentro de un gran charco de agua y barro.
Se le ha roto la rueda y una mujer y un hombre empujan para intentar sacarlo. Pero no hay manera, uno a uno vais llegando a este punto del camino.
El hombre respira con dificultad, sin duda debido al esfuerzo. Y suelta cada cierto tiempo alguna que otra maldición, la mujer le mira con cara de impotencia. Una niña pequeña está sentada al borde del camino contemplando la escena.
Malik caminaba absorto en sus pensamientos, ayudado por un cayado y arrebujado en su caftán para protegerse de la lluvia. El último caminante a quién preguntó le había indicado que le faltaba poco para llegar a Lorca, donde esperaba poder guarecerse hasta que pasara el temporal.
Al doblar un recodo, vio a una familia que intentaba sacar un carro del lodo. Una de las ruedas se había roto, y el padre no parecía tener mucho éxito en sacar de allí la carreta.
Malik pensó que la compasión era una de las virtudes de todo buen musulmán, y se acercó a hablar con el hombre.
- Salaam Aleikum. Veo que han tenido un percance. Me temo que mis brazos poco podrán ayudarlo a empujar, pero quizá le pueda echar un vistazo a esa rueda.
PD: Miro a ver cuál es la avería exactamente, a ver si se puede solucionar por otro método aparte de la fuerza bruta.
- Buenos días tengan vuesas mercedes; salam aleikum, amigo, que Alá te guarde.
Tal vez ahora, entre los cuatro, podamos sacar el carro del lodazal. Intento colaborar, con la vista puesta en el transporte gratis.
Había pasado casi un día, Roderigo aún conservaba una sonrisa tras su ultimo golpe: la bolsa de monedas del guardia de la ciudad, la cual sustrajo mientras este último vigilaba a una de esas señoritas de vida alegre.
Había permanecido en aquel pueblo algo mas de un mes, pero sus profesionales manos no lo encontraban digno de su presencia, pocas cosas de valor y demasiado fáciles de robar.
-Otro pueblo más que queda atrás, seguro que os acordareis de mi, habitantes, aunque no sepáis mi nombre, jajaja, seguro que aquel guardia está aprendiendo incluso el nombre de mi madre, ahora mismo, jajaja.
En una de las posadas que visitó tiempo atrás, había escuchado algo sobre un pueblo llamado Lorca, en el cual un "manitas" podría hacer una auténtica obra de arte..y ningun artista rechaza la posibilidad de crear una obra maestra, así que...hacia Lorca va...
A pocas horas de llegar se pone a llover, pero le daba igual, era feliz, estaba contento por su último golpe, y por la ilusión de un pueblo a la altura de sus cualidades. Pasado un rato, mas o menos el tiempo que el agua tarda en transformar la tierra en barro, y tras doblar un recodo, Roderigo divisa a un grupo alrededor de un carromato, uno de ellos parece musulmán...humm...musulmán...esa gente suele tener pasta...acerquémonos...
-Saludos buenas gentes, en que se os puede ayudar. "Salaikum", -dice Roderigo intentando darse aires- caballero.
Hago como que ayudo, haciendo que empujo pero sin esforzarme demasiado, mis manos no están diseñadas para estos menesteres, he de cuidarlas. Y si me es posible, echo un vistazo de reojo al moro...por si puedo "pedirle prestado" algo de interés común.
El hombre se gira mirandoos con curiosidad, no puede evitar soltar una risilla.
Vaya! menudos personajes tan extraños que circulan por estas tierra ultimamente. Podríais ayudarme a empujar? Se me ha roto la rueda, y deberé cambiarla por otra que llevo entre mis bultos, pero necesito poder sacar primero la carreta de este condenado barro.
No hace falta que tiréis nada.
Hago una mueca de sonrisa. Busco algun trozo de corteza de arbol o varias ramas algo gordetas para poner debajo de la rueda y que haga "mejor tracción".
-Creo que esto debería facilitar la tarea "extraño personaje" (y aquí le devuelvo la risita). Ahora, empujemos.
Espero a que los demás apoyen contra la carreta para empujar yo también, aunque procuro no hacer demasiado esfuerzo, lo justo para quedar bien, quizás después de esta ayuda, sea más facil que este hombre me facilite algo de información para llevar a cabo alguna obra de arte en la ciudad.
- Yo solo soy un marinero buscando nuevo barco, buen hombre - digo con toda la sinceridad del mundo- Juan de Cuervo, para lo que gusteis. Y por supuesto podeis contar conmigo para intentar sacar vuestro carro.
Mientras voy arremangándome la camisola para evitar en lo posible llenarme más aun de barro de lo que estoy, le pregunto, indicando con la cabeza a la mujer y a la niña.
- ¿Son su esposa e hija, cierto? ¿Iban ustedes cómo yo hacia Lorca cuando les sorprendió la tormenta?
Colaboro con el hombre para intentar desatascar el carro.
Malik, después de devolver el saludo a los recién llegados con un "Aleikum salam", se puso a ayudar como buenamente pudo. El trabajo físico nunca había sido su fuerte, pero una pequeña aportación por parte de todos sería suficiente.
- Yo soy Malik Ibn Harum.- dijo, respondiendo a Juan. Se llevó la mano a la frente, los labios y el corazón en el triple saludo típico.- Y también me dirigía a Lorca cuando me sorprendió la lluvia.
Recordó la historia del sabio Aristóteles, y de cómo movió él solo un barco entero con su carga y hombres, ayudándose únicamente de su ciencia y del sistema de la palanca. Lástima que la lluvia y la falta de medios no hicieran viable esa opción.
- Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo.- citó, mientras se esforzaba a empujar.
Un enorme cuervo, que hasta entonces había pasado desapercibido, emprendió el vuelo del hombro del árabe para posarse en una rama cercana. Parecía mirar con sorna a los humanos, mientras se guarecía de la lluvia.
Alonso de Lugo llevaba un rato observando a lo lejos a lo que parecia una familia en apuros, intentando ver como poder sacar partido de esa situacion.
Tanto esperar el momento ideo que la gente fue apereciendo , dejando asi con menos posibilidades sacar partido a la situacion.
Alonso de Lugo decide que de lejos no tiene nada que hacer asi que entre tanta lluvia decide acercarse, cuando llega ve que hay hasta 5 adultos y una niña, todos se giran y miran Alonso de Lugo, entonces decide saludar.
-Hola, que tal? que ha pasado aqui y cual es vuestro problema?
Alonso de Lugo decide que si ayuda puede sacar tajada del asunto, asi que se pone a empujar.
Mientras empuja observa cada rincon del carro para ver la pertencias de lo que parecia una joven familia, en cuando descubra algo de valor no dudara en intentar robarlo.
Mientras empujáis el hombre contesta a Juan:
En efecto, son mi mujer y mi hija. Somos de Albacete y vamos a la boda de mi hermano a Murcia pero antes pasaremos por Lorca. Ufff , empujad!
Con la fuerza de cada uno ( unos más y otros menos ) las ruedas de la carreta empiezan a girar, y no sin gran esfuerzo conseguís sacar la carreta del barro. Todos jadéais por el esfuerzo pero el hombre parece no estar muy cansado y haciendo un gesto a su mujer , ésta saca una rueda de madera exactamente igual que el resto y se la tiende a su marido.
El hombre empieza a desmontar la rueda rota y a poner la nueva.
Mil gracias señores, sin vosotros no lo habría conseguido. Puedo saber vuestros nombres? me gusta conocer el nombre de la gente que me ayuda, sí sí , ya sé que tu nombre es Malik ibn no se qué y el suyo es Juan de cuervo, pero y los demás?
-Mi nombre es Roderigo, buen señor. Creo que ya que todos nos dirigimos hacia Lorca, por unas razones o por otras, podríamos regalarnos la compañía mutua hasta el destino común, no? -comenta como dejando caer "en carreta no sufren los pies"- Y por cierto, vuestros nombres son (refiriendose a la familia)
Como en estos tiempos no se sabe con quién se puede topar uno, voy intentar echar un vistazo a todos, a poder ser sin que se note mucho, para ver si alguien lleva armas.
Mi nombre es Javier López, esta es mi mujer Graciela y mi hija Carmen.
El hombre ha colocado la rueda en el lugar de la otra y ahora pega martillazos para colocarla.
Juan se seca el sudor de la frente, mientras intenta quitarse algo del barro de sus pantalones con ayuda de un arbol cercano.
Menudo grupo nos hemos ido a reunir... piensa mirando a todos los recién llegados. Apenas hace seis meses, habría intentado confraternizar en seguida con ellos, pero después de muchas malas experiencias en los caminos, ahora es más cauto en sus relaciones. Palpa con disimulo a través del ropaje las cartas de la viuda y el poco dinero que tiene, convenientemente escondidas, para comprobar que no se le han caído tras el esfuerzo. Pero una cosa es la desconfianza, y otra desaprovechar un viaje en carro, o al menos, acompañado.
- Decís bien, Roderigo, con gusto aceptaría viajar en compañía hasta la vecina Lorca. Los caminos siempre son peligrosos, y no siempre se tiene la fortuna de encontrar buenos cristianos en ellos... o buenos seguidores de Alá - y esta vez acompaña la frase con una suave inclinación de respeto hacia Malik.
-Supongo que sois vasallo del Rey de Cordoba, señor mío. ¿Que haceis fuera de las froteras de vuestro reino, si no os resulta impertinente la pregunta?
Malik inclinó la cabeza en respuesta a la educación de Juan. Ciertamente, no estaba acostumbrado a que los cristianos lo trataran con tanta amabilidad.
- Efectivamente, he dejado Granada con gran pesar de mi alma, pues el poco tiempo que me separo de mi tierra me parece siempre una eternidad.- dijo el moro.- Pero es que soy hombre de ciencia, y mi pasión por el conocimiento me lleva a veces a echarme a los caminos.
Poco más dijo. De hecho, ni él mismo sabía muy bien por qué había hecho caso a aquel alquimista loco. El tipo, un jorobado al que nadie tomaba en serio, le había indicado la posible localización de un libro de sabiduría oculta. Según dijo, se trataba de un volumen escrito por un rabino judío, en el que explicaba los misterios del Gólem, la criatura fantástica de la leyenda hebrea.
Bueno, me invento un poco de trasfondo, obivamente señor Director, puede vd, adoptarlo o cambiarlo si beneficia a la historia. ;-)
No tengo ningún problema, los trasfondos son totalmente libres. Sólo limitados por los rasgos de carácter.
Os dejo que interactuéis un poco entre vosotros. Antes de empezar con la primera escena.
- ¿Si no es demasiado entrometerme, compañeros, que asuntos os llevan a Lorca? - Roderigo pregunta mirando a todos - Contarnos nuestros menesteres quizá alivie un poco el viaje, una buena conversación siempre lo hace, ¿no estáis de acuerdo?
Quizás con esta conversación consiga información útil para encontrar mecenas para mi arte
Alonso de Lugo ya llevaba un rato entablando conversaciones, al mismo tiempo observaba el carro y se dio cuenta de varios objetos que estaban dentro del carro, no hacia mas que observalos para saber que era, ya que estaban medio tapados por unos sacos vacios.
Perdone mi descortesia, pero entre tanta gente se me olvido presentarme, mi nombre es Alonso de Lugo y vengo de valencia, tierra que tambien he dejado muy a mi pesar y quien dices que es tu hermano Javier López?
Es posible que alla descubierto que cosas las del carro?
- Por mi parte, viajo hacia la costa a poner al servicio de algún capitán de navio competente mis notable habilidades en el arte de la navegación - en lo referente a los asunto marítimos, Juan siempre habla con una mal disimulada molestia - He oído decir que el buen Rey de Castilla está potenciando los nuevos puertos de esta región, para que su Reino tenga salida al Mediterrano, y por tanto espero gozar de buenas oportunidades aquí.
- Disculpad mi ignorancia Malik, confundí la capital de su reino, la Bella Granada por la no menos hermosa Córdoba. Me temo que no soy un hombre de letras como ústed. En cambio, yo si he encontrado habiles navegantes súbditos de Alá. Tengo respeto por su pueblo.
Después de acabar de conversar con el resto (tras haber dado sus réplicas, sin querer nunca ser descortés), Juan se va a jugar un rato con la niña pequeña, que estará aburrida.
Que tela tengo: equivoco Granada con Córdoba, y hago que mi personaje pida perdón por mí xDDD
Máster, una cuestión. Tengo 20% en juego. Digamos que, con fines didacticos, quiero que Juan le haga algún truco divertido a la niña con las cartas para entretenerla (por ejemplo). Dado que no sería un truco difícil, y el público tampoco es exigente en este caso... ¿que tirada tendría que hacer, y qué tendría que sacar para hacer el truco con éxito?.
Si te parece una chorrada, pasa del tema y ya nos ensañarás esto más adelante :)
-Así que sois marino Juan de Cuervo, eso me recuerda a mi tierra natal, me encanta el sonido de las olas rompiendo, ojalá tengais suerte en vuestra búsqueda.A vos Malik, ¿que motivos os alejan tanto de vuestro reino, si no es demasiado preguntar?, y en cuanto a vos Alonso de Lugo - pronuncia la palabra Lugo con un tono nostálgico - ¿qué hay de vuestro menester en Lorca?
Pongo atención a cada palabra, por si sale alguna información de la ciudad que me interese.