Partida Rol por web

La mujer baja su guardia intentando conjurar alguna cosa. Desgraciadamente no la creía capaz de hacer tal estúpidez estando rodeada y reacciono demasiado tarde. Huye. - ¿ Donde vas puta vieja ? - exclamo con rabia a través de mi máscara. - !No vas a escapar...

Mis palabras se van convirtiendo en un lejano rugido de origen incierto. Un rumor que crece hasta estallar en un grito inhumano. Surgen de mi cuerpo, docenas de lenguas de fuego y un espeso humo negro se derrama por el suelo. Expandiéndose como tuviese vida propia.

Envuelta en un ardiente manto que transforma mi aspecto, me acerco a la chaman, ignorando y despreciando por completo al brute que se encuentra a medio camino. - ...y nada puedes hacer para detenerme! - La miro a los ojos, solo pare recordarle que - No puedes hacerme nada ...

Eva se acerca de forma descarada a la shaman y el bruto, el ultimo le da un enrome golpetazo que queda reducido a magulladuras dada las energías que rodean a la bruja.

La shaman mira con desconfianza a Eva y decide no atacarla intentando evitar el castigo de la égida de Dayereth y el fuego que envuelve la piel de la chica.

-Puedes chillar lo que quieras.- Responde la Shaman con satisfacción -Mientras tanto vuestra amiga perece bajo el poder del caos elemental.-

Puedes chillar lo ...

Con una potente carcajada ignoro el resto de su palabrería. - Tienes miedo ... lo veo en tus ojos.

Mostrando un total despreció hacia la shaman, me acerco hacia ella. Rodeada de fuego y humo. Sin ni siquiera esforzarme para esquivar sus ataques. Pues se que esta demasiado asustada para hacer nada. - Tu, para mi ...

Levanto mi daga para apuntarla. Me tomo tiempo para ver como vacila, como su mente anticipa lo que le va ha ocurrir, sin atreverse a hacer nada al respecto.
Hebras oscuras emergen de mi cuerpo, se expanden por el brazo hasta alcanzar la mano. De ella saltan a mi arma para saltar al aire, donde se propagan lentamente hacia la mujer. Cuando una de ellas roza su piel, una descarga de fuego negro estalla abriendo su piel y su carne. - ... no eres nada.

Dayereth veía como los movimientos hacían que sus enemigos retrocedieran. No era lo mas adecuado para ellos sabiendo lo que podía estar pasando con Sizzly y demás.

Pero debían derrotar a aquellos oponentes antes de terminar de solucionar lo de la grieta.

Aunque el mago de la espada temía que fuera demasiado tarde.

Sus pasos le llevaron a enfrentarse a la mole que tenia enfrente. Mientras desjarretaba un tajo oblicuo sobre esta confiaba en que Eva aguantara los embates de la bestia mas que dispuesto a hacer sufrir a la giganta la reacción de su poder si osaba atacar a la bruja.

La shaman intenta reaccionar ante los ataques de Eva propinándole un garrotazo mientras Dayereth interrumpe con su égida el ataque del bruto.

El bruto se gira hacia Dayereth para darle algo de amor, pero el mago de la espada es capaz de soportar el ataque sin apenas recibir daño alguno.

El grito de Sizzly parecia en peligro, y la maldita maldicion de la bruja no le dejaba ver donde estaba.
Sizzly y lo que esteis heridos, venid cerca de mi os curare, no logro ver con lo que me ha echado en los ojos

Húmedos y rojizos, los ojos del mago pudieron ver finalmente los enemigos que aún quedaban en pie. Las articulaciones le dolían, pero estaba mucho mejor entre las fauces de dos Bulletes intentando disputarse su carne. Con un movimiento decidido se desempolvó los amplios ropajes y avanzó para tenerlos al alcance de sus hechizos.

Las enormes moles de magma eran de mentes simples, una voluntad voraz pero fácil de confundir.

Los dedos del calvo revolotearon en el aire, atrayendo las cavidades llenas de calor y furia que hacían de ojos del ser elemental. Una suave melodía salió de los labios de Andet, cada nota coincidiendo con un símbolo de la fórmula. En la segunda nota, ya el mundo se había retorcido alrededor de su víctima. Ahora su enemigo era aquella giganta.

La música terminó, Andet juntó saliva y escupió algo barroso que seguramente había quedado en su boca luego del ataque de tierra y polvo.

-Aplástala- murmuró sin casi separar los dientes.

El bruto de magma, bajo la influencia del mago, propina un contundente puñetazo a la shaman que le parte los dientes y la mandíbula lanzandola hacia atrás inerte. Después de eso el elemental se queda quieto, pensativo, como si estudiase lo que había acabado de hacer.

Poco a poco la forma del enorme bruta va empequeñeciendo como si se fundiera en el suelo ... hasta desaparecer.

No esperaba que aquellos esbirros entendieran la lengua común y aún menos que se atrevieran a entrar en sus llamas. Aquel nuevo aluvión de golpes era lo máximo que pensaba tolerar y pensaba darle fin barriendo a la ultima horda de molestos enemigos.

El pelo se encendió en llamas y sus ojos se convirtieron en orbes dorados que irradiaban luz propia. El fuego de su alrededor lamió sus heridas, recuperando parte de sus fuerzas perdidas y giró con fiereza a su alrededor. Su resistencia al fuego era digna de elogio, pero se limitaba a nada contra la domadora del fuego.

-Vais a lamentar no haberme matado, escoria ¡Desapareced de una vez! -Con un ademán de su mano una ola de llamas pasó por encima de los persistentes elementales, borrando su existencia.

Sus piernas seguían entumecidas, pero arrastró los pies como pudo, acercándose al muro para regresar con el resto de sus compañeros.

-¡¡La ciudad aún no está a salvo!! ¡¡Algo se acerca por la grieta!!

La chaman asesta su mejor golpe, desplazándome un par de pasos. Noto mi hombro crujir pero no es nada que no haya padecido ya diez mil veces con anterioridad. - ¿ Esto es todo lo que puedes hacer ?. - Pregunto con absoluto desprecio. Por desgracia la única respuesta de la mujer es su cráneo partiéndose en pedazos ante el golpe del elemental.

Las llamas de mi cuerpo se van apagando, aunque no por ello bajo la guardia. Me apresuro en buscar en las pertenencias de la gigante, tratando de encontrar el pergamino que contenía el ritual de la grieta.

Entre las pertinencias de la gigante hay 3 gemma grandes de gran valor, un buen puñado de monedas, una poción y un pergamino mágico.