Partida Rol por web

La ruina del Hombre

Días de música y sombra (Nyormel, 4 de Numa del 471 d.T.)

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13/07/2010, 21:34
Director

El camino hacia la aldea fue silencioso. No se dijeron nada, apenas había sonidos de animales, a pesar de todo. Poco a poco, la espesura se abrió y vieron la aldea. Los soldados aún estaban allí, arracimados y casi ociosos. No había señal del sargento, pero al menos uno de los hombres reparó en ellos y dio un aviso. Todos miraron en su dirección. Finalmente, el sargento apareció.

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13/07/2010, 21:50
Sargento de guardia

- ¿Dónde está el dom? - preguntó antes incluso de llegar a ellos.

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13/07/2010, 22:26
Trevor

Allí estaba. Esas mismas palabras habían resonado una y otra vez en la mente del escudero, pero no por ello pudo evitar que el aire de sus pulmones se congelara en un instante y la lengua se paralizara dentro de su boca.
Tenía la respuesta, pero no podía emitir sonido alguno. ¿Cómo explicar lo ocurrido? No había duda de que no le creerían y que su vida terminaría allí mismo, pero no le importaba. El sueño de convertirse en caballero había desaparecido en el mismo instante en que el Dom inhalaba por última vez.

Alzó la mirada hacia el guardia que se acercaba, y sin poderlo evitar nuevas lágrimas asomaron a sus ojos, pese a que suponía que ya no tenía ninguna más tras todas las derramadas por el camino.
Trevor estaba mudo.

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14/07/2010, 12:45
Robehr de Bordefronda

La historia junto con los errores del orgullo y la codicia está siempre condenada a repetirse. No era la primera vez que marchaban varios y volvía unos pocos, los mismos que debían recordar momentos amargos para explicar donde quedaban sus camaradas caídos.

Robehr estaba muy cansado. Una fatiga del corazón y del espíritu más que del cuerpo. Solo los compañeros podían entender lo mucho que habían pasado, lo mucho que habían sufrido y lo mucho que sufrirían en el pasado, cuando los recuerdos o las pesadillas les devolvieran a aquel amargo lugar.

Se acercó a Trevor apoyando su mano fraternalmente en el hombro del muchacho, no compartía el mismo pesar, pero quería hacerle ver que no estaba solo en ese momento. Era tan parte de aquello como él.

- El dom ha muerto, víctima del mal que habita la parte más sombría de la espesura. -

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03/08/2010, 20:29
Sargento de guardia

- ¿Qué? - preguntó el sargento con evidente desconcierto - ¿Cómo es posible? ¿Cómo ha podido suceder tal cosa? Tú, escudero, responde ahora mismo, ¿cómo has dejado que tu señor cayera? Esto es muy grave.

El hombre se dirigió a uno de sus hombres y le dio una orden "mandaremos un mensaje".

- El Donner debe ser informado de todo. ¿Qué es lo que ha sucedido allí dentro?

El sargento los miró como si fueran más culpables de haber dejado allí al caballero que afortunados por haber salido con vida de ese lugar.

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03/08/2010, 21:59
Robehr de Bordefronda

Robehr ya había pasado por eso. Explicar la muerte y desgracias de otros se había convertido en un ejercicio habitual en la antes rutinaria vida del cazador. No guardaba buen recuerdo de esos momentos, pero en la pesadilla había podido comprobar como la amistad es una fuerza imposible de vencer. Níbias era el mejor hombre que había conocido y el joven Trevor no se merecía un destino tan funesto como el que se mostraba ante ellos.

Con una calma inusitada el batidor se volvió a la inmensa figura de su compañero y se limitó a asentir. Luego se acercó al escudero y posando su mano en el hombro le dio unas palmadas de fraternidad en la espalda.

A Robehr solo le quedaba la vida y nada auguraba que pudiera conservarla tras lo vivido. Pero al menos por unos instantes había vivido sin conocer el miedo, ya no sentía pavor ninguno a los corregidores, ni a la justicia de los nobles, ni al yugo del verdugo, a nada. Estaba en paz consigo mismo y con su conciencia.

Se volvió al sargento, mirando su rostro severo con una indiferencia absoluta, casi rozando la insolencia y como sino le importará nada contó su relato desprovisto de toda emoción.

- Por órdenes del Dom lo guiamos por la espesura hacia ese maldito lugar que se oculta entre las sombras. Dentro nos aguardaba una sorpresa muy desagradable, había un hombre... mejor dicho lo que en antaño debía haber sido un hombre, embutido en una túnica oscura, con un cuchillo de hueso, estaba destripando a un lobo y dándose un festín con su carne y vísceras.

Era una visión demasiado espantosa como para sobreponerse con rapidez, esa criatura nos miró con ojos de bestia y en un gruñido gutural nos atacó sin importarle que fuéramos cuatro contra el.

Se abalanzó con gran velocidad sobre Alessian, el Dom con pericia logró cortar el brazo armado a esa cosa, pero eso no bastó para detenerlo, derribo al caballero y empezó a golpearlo y arañarlo como un poseso, llegando a herirle en el cuello.

Nos metimos en el combate y logramos abatir a esa criatura antes de que causara más problemas. No parecía que hubiera más pero las sorpresas no se habían terminado, el Dom tardó muy poco en comportarse de manera extraña, salivaba en abundancia y demandaba comida si estuviera famélico, sus ojos se volvieron los de una bestia sin una brizna de humanidad.

Sin miedo alguno nos atacó como un demente, ya no había manera de razonar con el así que nos defendimos como mejor pudimos. Logré apuñalarlo en el combate y por escasos centímetros no lo degollé, pero la herida era mortal y sucumbió al poco.

En ese momento la oscuridad que había estado presente todo el rato pareció cobrar vida e intento atraparnos en su abrazo, de la misma forma que ocurrió con el soldado herido que trajimos antes.

Logramos escapar como pudimos, y nuestros pasos nos trajeron aquí.

Maté a Alessiam antes de que nos matará a los tres. -

Que el sargento creyera o no la historia poco importaba. Robehr prefería ser ajusticiado si con ello podían vivir sus compañeros. No había mentido, solo contado las cosas de otra manera, aunque Trevor fue el que dio el golpe de gracia Alessiam se hubiera desplomado más tarde o más temprano por la tremenda cuchillada del batidor.

Ahora solo podían esperar a la justicia, o mejor dicho a la injusticia de los poderosos.

- Si se repitiera no dudaría en hacerlo de nuevo. -

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05/08/2010, 19:56
Trevor

Podía callar y no decir absolutamente nada. El cazador le había servido en bandeja la posibilidad de huir ante una situación en la cual sólo podía esperar un final. Tan solo debía cerrar la boca y observar atentamente mientras se llevaban a Robehr en dirección a la que sería, sin duda, su última morada...pero eso sería un golpe mortal a la memoria del Dom. Un crimen aún mayor que el haber acabado con su vida.
Ese fue el motivo por el cual Trevor, tras carraspear un par de veces para aclararse la garganta, terminó por añadir su voz a la del propio cazador.

Yo...yo también ayudé a acabar con la locura del Dom. - indicó sintiendo que las lágrimas volvían a derramarse al rememorar lo sucedido. Pero no pensaba refrenar su lengua esta vez. Cuando volvió a hablar su voz mostraba una entereza de la que no había hecho gala en ningún momento - Lo que indica este hombre - señaló a Robehr con un leve gesto de la cabeza - es completamente cierto. Aquel que nos atacó, dispuesto a degustar nuestras entrañas, ya no era Alessiam. La oscuridad había hecho presa de él y ni siquiera podría calificarlo de locura....simplemente el Dom había dejado de ser un hombre, excepto por la forma física que presentaba.
Mi señor dió la vida por nosotros, la cual perdió sin remisión al ser herido por el ser que allí nos esperaba. Él no habría querido que le hubieramos dejado derramar la sangre de inocentes, y es lo que le impedimos hacer.
Si ahora he de recibir un castigo por seguir sus enseñanzas, que así sea.

Un castigo. No. Lo que recibiría sería EL castigo. Uno definitivo y sin vuelta a atrás, pero al menos Trevor se sentía satisfecho consigo mismo. Alessian, estuviera donde estuvira, estaría orgulloso.
Al menos, si podía verlo al otro lado, este le recibiría con una mirada de orgullo.

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19/03/2011, 12:59
Sargento de guardia

- ¿Qué habéis...? ¿Qué historia se os ha ocurrido de repente?

El sargento apretó los puños y habló lo suficientemente alto como para que los demás escucharan.

- ¡Vosotros! - avisó a un grupo - ¡Detened a estos y confinadlos por separado! Por mi maldita estirpe... ¿es que no hay más que locura aquí? Estableceremos guardias y haremos que vuelvan a traernos corregidores. Se llevarán a éstos si no tengo yo tiempo antes de ajusticiarlos.

La voz del hombre era firme, su mostacho temblaba de ira, pero había una cierta contención en sus palabras, en su odio, como si no pudiera evitar una cierta comprensión con ellos, como si, de alguna forma, los entendiera. Un hombre que lucha contra sí mismo es aún más vehemente que el que lucha contra sus enemigos.

Varios hombres se acercaron dispuestos a apresar a quienes el sargento había señalado.

Notas de juego

Bueno, un recomienzo rápido y evidente. Es posible que haya más tiradas de dados en la finalización de la partida, sobre todo para cosas como para averiguar la sensación del sargento. En este caso, la regalo para arrancar con cierta alegría. En los momentos en que sean necesarias tiradas, procuraré postear su resolución en el mínimo periodo posible. Haré lo que pueda por revisar dos minutos la página todos los días...

Hala, ánimo.

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20/03/2011, 15:28
Robehr de Bordefronda

Era una historia inverosímil, no culpaba al sargento por no creerlos, o tal vez por no querer creerlos, al igual que ellos ese hombre no era más que otra alma anónima en un gran juego orquestado por los poderosos. Aquel hombre solo cumplía su deber como mejor podía, tal vez por miedo, ignorancia o comodidad, a veces es mejor no saber nada.

Tal vez debía sacar el cuchillo, morir como un hombre sin importarle que luego fuera tildado de asesino o algo peor, tenía la conciencia muy tranquila, algo que jamás podrían quitarle. Incluso con una confesión bajo tortura Robehr se iría a la tumba con la verdad y sin nada que reprocharse, había hecho lo que un hombre y camarada tenía que hacer. Daba gracias por haber conocido a un gran amigo, cuyo corazón era aun más grande que su inmenso tamaño.

Soltó su arco dejando que alcanzará el suelo, quizás no lo volvería a ver jamás. Luego desenvainó su fiel cuchillo de trabajo, con las marcas resecas de la sangre del Dom. No era un gesto hostil, y tal vez por ello no se abalanzaron a despedazarle en el acto, quizás de ese modo los guardias le cedían la decisión de morir luchando o morir a cargo de una justicia ciega e injusta. Pero esos soldados solo eran meros hombres, títeres al igual que todos, no era necesario derramar más sangre inocente que la suya propia.

Su propia sangre... esa era otra alternativa. Podía acabar esa mentira si mismo. Descansar sabiendo que no sería más la marioneta de miserables desprovistos de alma y entrañas.

- Trevor, hicimos lo que teníamos que hacer, seguro que el Dom prefiere eso que vivir como una bestia. Nibias, fiel amigo, poco puedo decir, ha sido un honor. -

Miró al cielo por última vez y con una sonrisa se dispuso a usar el filo del arma con su propio cuello.

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25/03/2011, 20:04
Director

Los soldados que se habían acercado se detuvieron en el acto y algunos echaron mano a sus espadas. Sólo uno la desenvainó, pero miró a sus compañeros, que se habían quedado congelados al reconocer los movimientos de Robehr, y éstos a su vez miraron al sargento.

Níbias y Trevor se apartaron instintivamente al principio, cuando vieron caer el arco. Luego se miraron un breve instante y ambos se lanzaron a impedir que alguien a quien, sobre todo Níbias, en poco tiempo, consideraba un amigo, acabara tan repentinamente con su vida.

Por el rabillo del ojo, a Robehr le llegó la clara imagen del sargento, de brazos cruzados, como si aquello le importara menos que una nube inoportuna en mitad de un caluroso día.

- Tiradas (2)

Tirada: 1d10(+5)
Motivo: Níbias (decisión)
Resultado: 4(+5)=9

Tirada: 1d10(+6)
Motivo: Trevor (decisión)
Resultado: 5(+6)=11

Notas de juego

Empezamos fuerte :D.

Bueno, libertad absoluta, claro. Tus compañeros, pnjtizados, por una cuestión de lealtad y esas cosas, están cerca y van a intentar detenerte. Es la tirada que han sacado para aferrarte. Si quieres zafarte de ellos y cumplir tu destino como pj deceso :D, haz una tirada d10 + [reflejos]. Si sacas algo por encima del 11 de Trevor, puedes hacer lo que quieras. Si no, seguiremos haciendo tiraditas por forcejeo y tal.

Ok? Ánimo.

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26/03/2011, 01:11
Robehr de Bordefronda

Algunos decían que al borde la muerte toda la vida pasa frente a los ojos en un fugaz destello. Una verdad que solo se apreciaba al final del camino de la vida.

El único reproche que el batidor se hacía era dejar así a dos buenos amigos, su último gesto así lo demostraba. Pero su decisión era firme y la sorpresa unida a lo cansado que estaba de ser manipulado por otros le otorgó la velocidad necesaria para finalizar aquello que su madre le había otorgado.

Con su muerte esperaba que lo tildaran de traidor, cobarde, asesino, hereje, convicto, lo que fuera. Si la suerte sonreía Níbias y Trevor podrían salir de ese lío con algunas sospechas pero sin cargos reales que pudieran aprovechar la justicia o los malditos corregidores. Las experiencias que habían vivido en aquel lugar endemoniado, las perfidias de esos dos corregidores eran una carga demasiado grande para poder llevarla durante el resto de sus días.

Dolió, tal vez demasiado, pero la sangre manando apagó sus latidos y su consciencia con rapidez. No podía respirar para pronunciar su epitafio, pero le bastaba con las últimas palabras que había dicho. Al lugar donde caminaba ahora no había voz, no había corregidores, no había mentiras, la muerte es igual para todos, pobres y ricos, débiles y poderosos...

Llegaba la hora de descansar.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d10(+6)
Motivo: Reflejos
Dificultad: 12+
Resultado: 8(+6)=14 (Exito)

Notas de juego

:D Ante todo quiero decir que esto lo tenía pensado mucho antes del parón, me "olía" por así decirlo que nos pasaría esto al volver con el Dom el muerto, nuestro curriculum con Alessiam y Vydic es realmente envidiable. Total y absoluta libertad Mavros para que cambies, edites, alteres, etc lo que sea.

Como decirlo, es parecido a que te den a elegir entre la tortura de la inquisición o una muerte rápida.

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02/04/2011, 21:36
Director

Cuando Trevor y Níbias llegaron a sujetar a Robehr, éste ya había soltado el acero, que cayó salpicando el suelo con sangre. Su sangre. Un borbotón se derramó, luego otro, inconstantes y caprichosos como las nubes de verano que el sargento de la guardia miraba, como distraído. El cuerpo del batidor cedió y las rodillas flaquearon. Arrastró a sus compañeros con él, en la caída, y escuchó sus voces lejanas, como enredadas con un sonido sordo, apagado y apagándose, que le llevaba lenta y suavemente, le reclamaba, le mecía y le cerraba los ojos. El frío se apoderó de él, un latido le explotó en el pecho, antes de que se detuviera.

Su última imagen fue el cielo brillante y dos rostros compungidos. Luego, la oscuridad vino a cumplir su cometido.

Notas de juego

Tío, ha sido un placer jugar contigo, debo decirlo. Tienes vía libre para lucirte con tu epílogo.

Cargando editor
06/08/2011, 23:58
Robehr de Bordefronda

Existe un lugar recóndito en el bosque, donde solo los cazadores más locos o más experimentados se atreven a ir. La vegetación reina allí sin miedo alguno, los árboles centenarios que duermen allí son los padres de buena parte de la campiña verde, sus semillas se han dispersado al viento multiplicando su descendencia.

Si alguien examina más de cerca uno de esos troncos ancestrales puede ver en uno de ellos una inscripción labrada a cuchillo posiblemente, si el afortunado observador sabe leer incluso puede entender las letras: "Robehr de Bordefronda".

La tierra cercana fue removida y puede que algo se enterrará en ella. Pero no había ningún cuerpo sepultado descansando en el largo sueño final. Solo herramientas modestas usadas para cazar y curtir, meros útiles desgastados que habían permitido en antaño ganarse la vida a un buen hombre. Alguien que se negó a vivir agachado preso de una mentira fabricada a conveniencia de otros, alguien que con gusto intento cargar con una culpa que no era suya ni de nadie, por el mero bien de sus compañeros.

Quizás Robehr hubiera pecado de cobarde al quitarse la vida, o quizás fuera el último acto de rebeldía, el movimiento final que le llevaba a un lugar en donde podía seguir en paz sin que nada fuera orquestado a beneficio de unos pocos hipócritas y mezquinos, cuyo único interés era mantener una mentira aterradora para que ellos y su atocinada descendencia pudieran seguir aprovechándose.

Nadie más conocía aquel lugar, solo un hombre gigante cuyo corazón era aun más grande que su formidable estatura, un hombre humilde, trabajador y resignado, que cada año en la misma fecha visitaba aquel lugar para honrar la memoria de un camarada que se había ido, demostrando que pocas personas merecían más confianza que él.

Solo ese hombre cambiaba por unas horas la eterna calma del lugar, en una inmóvil vigilia recordando unos sucesos demasiado infortunados que envolvieron a gente buena, causando muerte, miseria y desesperación, unos hechos que pocos recordaban y unos cuantos interesados habían logrado ocultar y paulatinamente olvidar.

Y a veces, la brisa parecía traer una voz que siempre repetía: "Gracias amigo mio"

 

 

 

Notas de juego

Perdón por la tardanza, la verdad que no se me dan bien los epitafios por eso no he querido extenderme. Tenía miedo de perder algo en la nueva web, pero mejor finiquitarlo ya.

Lo dicho, una partida impresionante Mavros, un mundo increíble, unos personajes con vida propia y muchos buenos ratos y buenos momentos escribiendo para este hijo tuyo llamado Rhenniôn, tu trabajo en este creación es digno de alabanza y espero que otros puedan disfrutarlo también, ha sido todo un honor y sobretodo muchísimas gracias por aceptarme y permitirme jugar.