Partida Rol por web

Erika teclea distraídamente sobre su tablet, moviendo menús, arrastrando ventanas, seleccionando carpetas o archivos. Imágenes características inundan la pantalla y ella navega a través de todo ese maremagnum de información centrándose sólo en lo que necesita. No han pasado ni 5 segundos cuando ya ha localizado al "bicho" (y resulta irónico que el "bug" sea a la vez un "bug"), un dispositivo espía de tecnología claramente de Herloger del tamaño de una uña. Parece que sigue transmitiendo una señal de radio.

"Nuevo dispositivo añadido: Herloger Spy-Bug001"- aparece el mensaje claro y diáfano en la tablet de Erika. Y ya está. Sencillo, ¿verdad? Pues no, en absoluto. Detrás de esas simples palabras había horas y horas de desarrollo, decenas de miles de líneas de código y una máquina que de prodigio tecnológico que era a poco quedaba de poder ser llamada "artefacto mágico". Desde luego, para el común de los mortales, la tablet de Erika, capaz de tal cantidad de funcionalidades, hacía "magia".

Ahora quedaba la pregunta de qué hacer con el bicho-espía...

El espía contenido, ahora queda la parte más tediosa, analizarlo. Rápidamente la cantidad de información que la tablet recoge de su nuevo dispositivo se dispara y centenares de líneas de código se añaden a uno y otro lado de la conexión entre ambos. El bicho está controlado mientras Erika así lo decida y la transmisión... lo hecho, hecho está, eso está claro, pero un par de ajustes y joven genio pasa a controlarla también. No hay registro alguno de lo transmitido, el dispositivo no tiene capacidad de grabación, transmite en vivo, como si se tratara de la cámara de televisión en directo. A continuación Erika sigue la señal y descubre, en el mapa de Londres recién descargado para la ocasión, que hay un receptor del mismo tipo, "marca" Heirloger, a unos 100m de ahí, en la calle contigua. Una furgoneta de fontanería. Obviamente no debe ser de la fontanería a la que estamos acostumbrados.

Dueña de la señal, ahora Erika puede ver la transmisión, que resulta ser una un tanto distorsionada y mareante de gran angular de tecnología de cámaras espías, propias de investigadores privados y agencias gubernamentales. Y calidad más que mejorable. La imagen que ahora transmite es la del interior de un conducto de ventilación, lo que confirma la posición asignada por la tablet para el bicho. No es difícil imaginar por dónde pueda haber entrado el espía...

Solo veo letras y números pasar por la pantalla del chisme que usa la joven ingeniera a gran velocidad, al menos a mi se me aturullan en el cerebro y no entiendo una mierda, pero supongo que ella lo capta todo, pero no dice nada, solo está ahí mirando las líneas y tocando algo de vez en cuando... - ¿Y? - pregunto encogiéndome de hombros - ¿La tienes? - vuelvo a preguntar sintiéndome más inutil que un vaso de chupito sin vodka cerca.

- Antes de responderte ¿ cómo tengo que llamarte? - Dije un poco confundida por respecto a su nombre, pues no estaba segura de si había llegado a oírlo, puede que lo hubiera hecho pero yo estuviera a otra cosa.

No le dejé ni responder y le di la información que me estaba pidiendo, pues era lo importante en aquel momento.

- Ya ha transmitido los dados, aunque parece que a un furgoneta que hay a unos cien metros... - Le enseñé el mapa y le señalé el punto de localización que ya marcaba la tablet. - La voy a mandar de vuelta a la furgoneta y a ver si graba algo que no hayamos visto. Me quedo conectada a su señal... - No me convencía hacerlo así sin más así que dejé la tablet en la mesa y empecé a teclear alguna que otra cosa. - Es mejor quedarse conectada con el mejor riesgo posible.

La tablet tampoco tenía toda la capacidad del mundo para almacenar vídeo pero me hice una carpeta en el servidor de aquel edificio para que volcaran los datos y así poder tener todo el tiempo que grabara almacenado. Una nunca sabía lo que alguien observador iba a sacar de unos cuantos pixeles.

- Me llamo Svyatoslav, - respondo a la joven con una sonrisa - pero puedes llamarme Slava. - añado señalando la furgoneta - Me parece una buena ídea, aunque tampoco estaría mal capturarlos y sacarles lo que sepan a golpes. - concluyo mientras mi sonrisa se expande.

Lo que véis en la tablet, que es a su vez lo que ve el insecto-espía, resulta de lo más curioso. En menos de un minuto vuela hasta alcanzar la furgoneta y se introduce en ella. Unos dos o tres segundos despues se mete en una especie de bote de vidrio con una docena más de ellas, aquí se hace mareante seguir el movimiento de la cámara, pues el insecto se comporta como tal y la otra docena también, pasándose unos sobre otros y el bote funcionando como una lente distorsionadora (por si no fuera suficiente el gran angular).

Pero antes de haberse metido en el tarro, el insecto ha pasado por la ventanilla del conductor, donde había un tipo moreno de piel y pelo un tanto desarreglado, suspirando en ese momento y rascándose la barbilla. En la parte de atrás de la furgoneta había un sinfín de piezas... de cacharrería, a falta de una expresión mejor, unos monitores viejos (todos apagados menos uno donde creéis ver lo que estaba transmitiendo en ese mismo instante el bicho) y dos robots pequeñines como los de la estación, comunicándose entre ellos con su extraño idioma de clicks y clacks y manipulando piezas y material de grabación.

No levanté la cabeza para hablar con Slava, lo que así dicho me daba como poco para un par de chistes sobre hombres, esclavas y alguna cosa más, pero vamos, que no era plan, al menos, no en un momento como ese en el que al menos parecía que teníamos algo entre manos que era de lo más importante.

- ¿ Has visto eso? Hay dos robotitos de esos monos y... - Podrían atacar y ser un poco cabrones, pero eran unos de los juguetes más chulos que había visto y de lejos. - Quizás sí que estaría bien que alguien fuera a saludarles, pero vamos... - No hacía falta que le dijera que a mí me costaba hasta ponerme las bragas con eso del tiro que me habían dado.

Lo mío no eran las estrategias ni esas cosas, en sí, lo que podía hacer era dar datos, más datos y en caso de ser necesario podía tratar de hacer alguna gamberrada como lo del insecto o hacer de nuevo que un robot disparara a otro...

- ¿Podrías controlarlos? - pregunto a la muchacha que parecía encantada de volver a ver aquellos trastos - Si es así, podría bajar y al tiempo que capturo al chofer, tú te haces con el control de los bichos esos, así sacamos información de ambos lados. - señalo apoyándome sobre la mesa con ambas manos.

- Vale ¿ Llevas un móvil o algo encima que pueda localizar con el GPS para saber cuándo llegas? ¿ Cómo sé cuando estás allí?

Me quedé un segundo pensando en que necesitaba un poco de tranquilidad para poder hacer aquello, por lo que sonreí.

- Me voy a ir a encerrar en algún armario... - Localicé una habitación libre con luz y que me podía servir para que nadie me molestara, pues la última vez que me " apliqué " tanto en la tablet.. y no me apetecía estar de nuevo tirada en el hospital.

Claro que no me moví todavía puesto que necesitaba que quedáramos sin riegos a equivocarme, para que cuando él llegara yo me hiciera con los bichos. Además, estaba el tema de qué haría después con ellos, pero igual me los quedaba, que seguro que a los científicos que había ahí les volvía loca la idea de tener un par.

- Cuando termines súbete a los bichos contigo. - Sonreí. Me gustaba tener cosas en las que trastear aunque fuera a ser cuando todo aquello hubiera terminado, si es que salía viva, cosa que ya dudaba desde la estación de tren.

Busco por el lugar unos walkies o algo con lo que nos podamos comunicar, después de todo es un laboratorio tecnológico de una agencia de espionaje. - Si, tengo un teléfono, pero es muy viejo, dudo que tenga gps ni nada de eso. - explico a la joven con una sonrisa - Tiene que haber alguna rádio o algo parecido por aquí que podamos utilizar.

Negué con la cabeza cuando me dijo aquello de que su teléfono era muy viejo, pues a fin de cuentas, me bastaba con que tuviera cobertura para poder localizarlo.

- Dame el número... - Dije como cortando en qué año compró el teléfono, total, eso era algo que por el momento, no me servía para mucho.

En cuanto me lo dio me conecté a él y le enseñé la tablet.

- Ya estás fichado. - Le volví a enseñar la pantalla de la tablet para que se viera. Ahora él era un triángulo en mi mapa y la furgoneta el círculo. - Espero a que estés abajo para tomar el control de los robotitos, pero recuerda traértelos a la vuelta ¿ eh?

La verdad es que me gustaría ver la cara de idiotas que se les quedaría a los demás científicos si los traía caminando hasta ellos.

- De acuerdo. - asiento a la joven mientras me quito la americana y la dejo ahí tirada sobre una banqueta, me empiezo a marchar soltándome los botones de los puños de la camisa y remangándome mientras me dirijo al ascensor.