Partida Rol por web

- Sería mejor dejar las cosas como están, - suspiro tras dar un nuevo trago a mi vaso - como ha dicho nuestro compañero agente de SHIELD, - señalo al hombre que nos había pedido ayuda - nuestro objetivo es capturar al capullo ese que hace los cacharros estos... - continuo refiriendome a los robots - El tal Heiloger. - doy un nuevo trago y acabo con el contenido liberando mi presa sobre el recipiente de cristal - Ese tipo no seguirá sus planes si acosamos o detenemos al tal Zambuto, por lo que se marcharía y perderíamos su rastro, hay que dejarles hacer e ir cubriendo las zonas donde planean atacar. - sonrío alisándome la chaqueta - Yo me pondré un uniforme de mantenimiento y me pondré en la sala de elevadores, me aseguraré de que nadie se haga con los ascensores. - señalo a Erika - Y ella debería estar conmigo, por si hay que hacer alguna historia de informática.

Todos aquellos ejercicios de estrategia táctica me estaban dando dolores de cabeza. Yo me dedicaba a cantar, a bailar y a derribar los malos que me señalaban los productores, con una cámara delante. Las decisiones más importantes que tomaba tenían que ver con las poses que ponía delante de la cámara, y todo aquello era un lío tremendo.

Decidí esperar y no abrir la boca. Entre la charla tecnorara de la otra chica y los distintos planes del resto de mis compis me estaba perdiendo un poco, así que sonreí y asentí a todo lo que decían...

-Entonces parece que lo más razonable sería hacer lo que sugiere el señor Vorobiov: dejar las cosas como están, encargándonos de cubrir todos los huecos posibles. Eso supone que habría que controlar los ascensores y las comunicaciones; creo que de eso se podrían encargar el mismo Vorobiov y la señorita Sullivan. A la señora Zambuto supongo que tratarán de liberarla y, si queremos que las cosas sigan por el camino conocido que tenemos, mal que me pese, habría que dejar que se la lleven, aunque podemos encargarnos de que sea rastreable. Si quiere usted, señor Corvinus, podría seguirla, siempre que pueda hacerlo de manera discreta, para que en su momento de actuar pueda detenerla nuevamente. Yo de ella habría escarmentado, pero esa gente es de una calaña... Luego nos quedaría cubrir también el último piso, es decir, la fábrica robótica. Para eso supongo que los ideales serían el señor Rekdal e Ishtar. El primero puede emboscar a quienes aparezcan y nuestra bella diosa podría dar cobertura aérea. También podemos disponer de un par de helicópteros para controlar la situación, uno "civil" y otro "de la policía". Por último, pero no menos importante, también queda el tema del restaurante. Mis agentes deberían ser capaces de controlar la situación, pero tal vez Mr. People pudiera echar una mano, o varios pares... De hecho, me pregunto dónde no podrían llegar sus hombres, Mr. People. Ah, y considero crucial mantener el control de los ascensores o en un momento dado puede que Ishtar y Kjetil se encontraran aislados. ¿Preguntas? ¿Sugerencias?

 - ¿Y que hay de lo que los traidores?. Serán una amenaza para cualquier plan de defensa... - Le pregunté a Rumsfeld, telepáticamente.

Mirando de reojo a la señorita Sullivan, Mr. People puede "adivinar" en cierta manera las sospechas de la informática. Sin ningún miramiento, verbaliza dichos pensamientos.- Caballeros. Señoras. La gran ventaja de una organización criminal es precisamente que trabaja como una "organización". Es decir, de manera coordinada. Si queremos tener éxito sobre nuestros rivales debemos aprender a coordinarnos.-

Recostándose en la silla, continúa.- En poco menos de una hora puedo disponer de veinte hombres fuertemente armados y pertrechados que podrían distribuirse en los puntos clave. No pregunten cómo, pero cualquier cosa que uno de mis hombres pueda llegar a saber, el resto también.- Mr. People se levanta de la silla y se arregla el caro traje que lleva.- Eso, a la hora de coordinar esfuerzos va muy, muy bien, créanme. Por eso propongo que los veinte hombres que aporte se dividan en dos grupos de cinco hombres. El primer equipo estaría a disposición del Sr. Vorobiov y la Srta. Sullivan, quedando a sus ordenes. El segundo equipo trabajaría con nuestra querida diosa y el Sr. Redkal.- Caminando alrededor de sus compañeros continúa.- Los otros diez hombres podrian situarse en un punto estratégico como refuerzo inmediato para el lugar que se les necesite. Podría destinar algún hombre con Corvinus, pero mucho me temo que no serían de mucha ayuda frente a tareas arcanas. Como usted quiera, señor mago.-

Sonriendo, les confiesa.- Por mi parte, yo me pondré en un lugar más tranquilo, interviniendo las frecuencias radiofónicas que puedan llegar a usar. De esta manera podremos anticipar sus movimientos.- Mirando hacia el agente de SHIELD, dice deliberadamente.- No es la primera vez que asalto una fortaleza. Aunque a veces me haya chamuscado, claro está.-

-¿Los topos? Los topos están controlados, ya sabemos quiénes son. En cuanto se acaben de decidir las cosas informaré a los que se ocupen de cada cosa. Si los Zambuto creen que cuentan con refuerzos y éstos son eliminados en el momento apropiado, se encontrarán sin los refuerzos con que contaban y sin haber podido reponerlos en previsión -contesta mentalmente el sr. Rumsfeld, sólo mostrando una leve sorpresa al principio.

Al escuchar eso de " organización " asentí, pues estaba claro que nosotros hacíamos cualquier cosa menos trabajar juntos. Era más, casi podría apostar, que el 99% de los allí presentes teníamos algún problema con trabajar con el 60% de la gente que había allí, ya fuera porque eran unos desagradables, porque iban a su bola o por lo que fuera.

- No sé yo si va a haber suerte con eso...

A mí me daba un poco igual quién mandara o quién dijera lo que tenía que hacer, era más, ni siquiera veía carisma suficiente en aquella sala como para ganarse nadie el puesto de líder inmediato como otra gente que había conocido, pero estaba claro que o conseguíamos trabajar todos juntos o aquella misión iba a acabar antes de empezar.

- Sigo pensando, Erika, que deberías de haberte quedado al margen de esto...

No dije nada al respecto, aunque se me había visto a favor de aquellas ciertas palabras, por lo que miré al resto esperando a ver si decidían parecer un grupo.

-Claro está –contesta el agente de SHIELD, entendiendo a la perfección lo que el criminal en tregua de Mr. People quiere decir con esa expresión- Me parece correcta la disposición táctica que sugiere mr. People, pero quiero comunicaros un detalle importante, por favor: A las dificultades planteadas hay que añadir la de varios informantes/colaboradores de los Zambuto. Para ser exactos y según la información aportada por el sr. Corvinus, en la Torre hay media docena de informadores de los Zambuto: uno en los laboratorios, dos guardias de seguridad, un encargado del restaurante, un botones del hotel y un encargado de mantenimiento del edificio. Ya hemos podido localizarlos a todos, así que les pasaré sus fotos para que puedan identificarlos, tengan –el agente os pasa las fotos, gracias a los cuales todos reconocéis a uno de los guardias de seguridad de la planta baja del edificio, Erika y Svyatoslav a uno de los becarios del laboratorio, Gabriel al botones e incluso Ishtar al encargado del restaurante; los otros ahora los podréis reconocer al verlos- Esperamos el ataque para esta tarde-noche, posiblemente a la hora de la cena, así que de momento pueden dedicarse a lo que quieran, si pasa algo les avisaremos. Los que no tengan todavía comunicadores, por favor, cojan uno. Si no hay nada nuevo, les veré a la hora de la comida en el comedor del restaurante. Tenemos que dejarnos ver, ya que saben que estamos aquí...

 Cojo uno de los comunicadores y respondo:

 - Tengo cosas que hacer, no tardaré...

 Apto seguido me teletransporto.

- Iré a revisar la fábrica y familiarizarme con la zona...si tengo que emboscar a alguien prefiero conocer el entorno. - digo al resto del grupo. - ...parece que tenemos un plan, ahora a llevarlo a cabo...por cierto señor Rumsfeld cuando sea posible me gustaría hablar con usted a solas.

- Bueeeno...- dice Mr. People levantándose de la silla. Mirando a Erika.- Parece ser que volvemos a lo de siempre. En fin. Señorita Sullivan, si no tiene inconveniente, y dada la versatilidad con los aparatos informáticos, dentro de una hora iré con usted, ya que puedo ser de ayuda con las comunicaciones.- Cogiendo el teléfono y marcando una sola tecla, continúa.- Si me disculpan ahora. Necesito hacer unas llamadas.- Dice, giñando el ojo, y, dándose la vuelta, se dirige hacia el ventanal.-

-Fred. Activa protocolo Odessa. Codigo de seguridad seis. Autentificación Papa, Romeo, Oscar, Mike, Eco, Tango, Hotel, Eco, Uniform, Sierra. Tenéis una hora. ¡Ah! Y Fred... - Mr. People mira hacia la ciudad.-... Carga la cuenta a nuestro amigo. Espero confirmación.-

Al ver como la gente hacía caso omiso de las palabras que les estaba diciendo y empezaban a largarse puse cara de no saber si es que no habían entendido lo que se les decía o simplemente se la había sudado totalmente. Al menos, se podía ver que cada uno hacía lo que le salía de " ahí ".

Eran bastante mayorcitos para hacer lo que les saliera del " botijo " pero vamos, yo no sabía estarme demasiado callada cuando algo no me gustaba así que miré al que se suponía que nos dirigía, líder con el mismo carisma que una piedra pómez. 

- Tengo una pregunta así como super importante. ¿ Lo de que esto sea un equipo de quién fue idea? - Yo ya no estaba demasiado convencida desde el día que había puesto en aquel lugar un pie, incluso antes de ir, pero vamos, aquello ya era como mear fuera del tiesto y hacerlo encima de la mejor moqueta del mundo. - Todos estos son " super cosas " pero si les quitas su puto super ombligo... no ven más allá de sus putas narices...

Negué con la cabeza.

- Una cosa es jugarse el culo por algo, pero estoy viendo que aquí, llegados a la hora de la verdad, los que no podemos salir " super rápido " o " ser super guays " nos vamos a comer el marrón porque ellos no van a tener problemas para salir si el barco se hunde.  A mí las víctimas colaterales no me preocupan demasiado, siempre que no vaya a ser yo.

Me puse en pie y negué con la cabeza.

- No sé cuántas veces he dicho que me iba, pero esta me voy de verdad. Tenéis el prototipo y una sala llena de tíos inteligentes que pueden usarlo. Por no decir, que sino uno de estos " supertocapelotas " lo puede hacer tan bien o mejor que los que nos rebanamos los sesos para que ellos puedan hacer cosas " super chachis ".

Me dirigí a la puerta.

- Que os follen!

Vamos no se si se habían pensando que eran mejores que los demás, pero vamos, que alguien pueda volar no le convertía ni en la mitad de inteligente que un zapato.

Seguía sentado en mi asiento mientras la joven se cabreaba y soltaba toda aquella mierda que la carcomía por dentro desde que se había sentado allí el día anterior, me caía bien, en parte porque opinaba igual, casi todos en aquel lugar estaban siendo demasiado prepotentes, por no decir unos capullos integrales. La explosión de Erika había llegado a un punto en el que no parecía diferenciar a nadie de los allí presentes y aquello no me había gustado tanto como el resto de lo que decía.

Sin prisa alguna, después de todo la joven iba aun cojeando me levanto y arreglo la chaqueta antes de abrochármela para salir detrás de la mujer.

- Tiene razón en muchas de las cosas que dice, señorita Sullivan. - le digo una vez ya estoy a un par de metros a su espalda - Pero su hipotesis ha fallado en dos puntos, - sonrío mientras me pongo a su lado - primero, - alzo el dedo índice de mi mano derecha - mi super-ombligo y mis narices no son un impedimento para trabajar a su lado y recibir sus órdenes, segundo, - alzo el dedo corazón mientras llamo al ascensor - le juré que la protegería, arrasaría media torre si así estuviese a salvo, señorita Sullivan. - asiento borrando la sonrisa de mi rostro - Comprendo que esté asustada y crea que todo esto va a salir mal, - añado echando mis brazos tras de mi - es posible que no todo vaya bien, pero si algo puedo asegurarle en caso de que decida quedarse, es que ninguna bala volverá a alcanzarle mientras yo esté a su lado. - extiendo mi mano ofreciéndosela a la mujer para que se la estreche - Quédese, por favor, no sé ellos, - hago un gesto con la cabeza hacia la sala - pero yo necesito su ayuda, la tecnología no es precisamente mi fuerte.

Mr. Rumsfeld asiste a la despedida de la señorita Sullivan con cara mezcla de preocupación y resignación. Sabía que tenía razón, pero no podía decirlo en voz alta. No era un supergrupo, o al menos no era uno cohesionado. De hecho, por lo que parecía, no tenía muchos visos de continuar tras esta "misión", fuera cual fuera el resultado. La falta de un líder claro era una carencia importante y el agente de SHIELD no podía suplir ese cargo, sólo lamentar que no hubiera uno. La pérdida de la genial Erika sería algo que pesaría en el posible éxito de la misión, pero no podía obligarla a quedarse si no era ese su deseo.

Cuando la joven finalmente se levantó airada, sin mucho más que poder hacer, Rumsfeld bajó la cabeza avergonzado por no haber podido hacer más. Fuera como fuera ese no era el momento de tratar de calmarla y convencerla...

La gente había empezado a moverse preparándose para la próxima misión, y yo lo tenía todo bastante claro. Mi trabajo sería sobrevolar el edificio, y seguir las instrucciones. Me alivió un poco lo de seguir instrucciones, porque no soy precisamente una genio táctica. Además, al parecer Ojazos vendría conmigo, y eso me gustaba.

Estaba a punto de marcharme, cuando de repente Erika estalló y dijo un montón de cosas acerca de gente súper-poderosa y súper-estúpida, y se despidió del equipo de malas maneras, con un montón de palabras que yo no conocía, o que no conocía con esa acepción, pero que parecían maldiciones. Parecía realmente enfadada. Volé rápidamente hasta ella; "Espera, por favor", le dije.

"Oye... es cierto, no tenemos líder. Y seguramente lo de las súper cosas y los súper ombligos lo dices por mí. Seguramente con razón. No soy de esta época, y no entiendo un montón de cosas". Me mordí el labio inferior con algo de remordimiento. "No sueles dirigirte a mí muy a menudo, y cuando lo haces no es para alabarme precisamente. Supongo que es por ese rollo diva que llevo, es una pose que uso desde hace más de mil años. Me sale sólo, es mi papel, siempre lo ha sido. Me luzco y lanzo rayos".

Me encogí de hombros. "No soy muy lista. Vale. Y tengo poderes. Vale", suspiré. "Y desde el minuto cero me di cuenta de que no ibas a ser amiga mía. También vale. Pero por favor, no abandones el grupo".

Señalé a Kjetil. "Él usó ese chisme tecnológico en el ordenador de Zambuto, y mucho de ese plan fue idea tuya", dije. "Te quejas porque no tenemos un líder, porque nos sobran rayos y nos falta cerebro. Pero la solución no es que el poco cerebro que tenemos, tú, nos deje tirados. También dices que nosotros podremos abandonar el barco, y tú no. Pero tampoco es cierto. Puedes actuar desde la azotea, y si quieren tocarte un pelo tendrán que vérselas conmigo primero, estaré volando sobre tí. Si el barco se hunde, te prometo que antes de salir yo te sacaré a tí, o no saldrá ninguna de las dos". Por último, señalé al equipo que quedaba aquí. "Te necesitamos. Eres lista. Por favor, no te marches".

Lo único que esperaba era que me dejaran irme sin más, pues estaba claro que aquello no iba a salir bien nos pusiéramos como nos pusiéramos. Además... una vez hecha mi parte, que yo la consideraba acabada no me necesitaban para nada. Apenas había cruzado la puerta, sin llegar a cerrarla cuando noté como el que había sido mi compañero hacía un rato me daba el alto, quizás, habiéndose sentido un poco aludido por mis palabras.

- Toda regla tiene excepciones para ser tal... - Respondí a Svyatoslav aún frunciendo el ceño y con cara de ir a pegar a alguien en cualquier momento. No tenía mucha fuerza, pero un muletazo seguro que le dolía alguien.

El resto de sus palabras me dejaron en silencio y mirándole, como si de verdad no me hubiera esperado que me dijera aquello y ahora estuviera pensando cualquier cosa.

Lo que ya me quedé alucinando fue cuando la mujer apareció al lado mío casi tras las palabras del hombre. No era tan estúpida como parecía, eso estaba claro, sobretodo, porque ya se había dado cuenta de que ese rollo que llevaba de ser super guay era lo que hacía que la repeliera como si fuera mi mismo polo, aunque quedaba claro que no nos parecíamos en absolutamente nada.

- Esto no va de quién le cae bien a quién, sino en de quién te puedes fiar... ¿ Por qué vas a trabajar con alguien que no sabes si a la primera de cambio te va a apuñalar por la espalda?

Precisamente, los que menos colaboraban con todos eran los únicos que mantenían la boca cerrada o se habían largado... De todas formas tampoco era inmune a las palabras de aquellos dos y me sentí culpable por mi estallido de rabia, pero es que hubiera dado muletazos a alguno en la cabeza hasta que necesitara una reconstrucción craneal.

Suspiré y me pasé la mano por la cara como si fuera a decir algo que no me iba a gustar, pues estaba a punto de volver a ceder y decirles que me quedaba, pero claro, me estaban asegurando que no me dejarían atrás si la cosa se ponía fea y bueno, de alguna manera creía que no me dejarían tirada.

- Está bien! - Dije negando con la cabeza. - Lo siento, es que me cabrea la desorganización y el desorden y no puedo creer que nadie pueda llegar a algo de esta manera.

Era científico, adoraba el orden lógico de las cosas, e incluso el ilógico que podía encontrar muchas veces.

Cogí la mano que aún me tendía el hombre, pues se había quedado con esa postura cuando había aparecido la " diva ".

- Te ayudaré con eso anda...

Me iba a arrepentir muchísimo de esta decisión, seguramente no tardando mucho, pero... seguía teniendo un corazoncito en alguna parte.

Desde el ventanal, mientras colgaba el teléfono, escucha la protesta airada de Erika. Dándose la vuelta, observa impasible, y con un rictus pétreo en la cara, como la informática es interceptada por Svyatoslav. Cruzándose de brazos ve también como es interpelada por la diosa. Al fin y al cabo parecía que había algo más que tetas en ese voluptuoso cuerpo...

Mirando alternativamente al ruso y a la diosa, ve la indecisión reflejada en el rostro de la informática, la cual, instantes después parece entender las razones de los otros dos. Sin moverse del ventanal, y mirando calculadoramente el cuerpo de la científica, Mr. People se pone el teléfono en la oreja de nuevo.- Fred.- Dice sin esperar respuesta.- Mándame también un uniforme operativo con protecciones balísticas ligeras ajustables de kevlar para mujer de complexión muy delgada.- Y cuelga el teléfono.