Un barco en el puerto de Génova. Afortunadamente tienes una memoria privilegiada y memorizaste su ubicación, según los recuerdos de la bruja italiana. El puerto civil genovés conforma un caótico amasijo de zonas de amarre privadas y públicas y aún conociendo el número de amarre se hace bastante complicado localizar la embarcación.
Cuando finalmente lo localizas ves que se trata de un amarradero privado cerrado con verja y candado en una zona exclusiva del puerto destinada a yates para ricachones. Aunque esperabas que el yate de la sra. Calamitas fuera el más lujoso y bien protegido, no lo es. De hecho es un yate lujoso, grande, pero quizás el más discreto de los de su entorno. Fácilmente te habría pasado desapercibido si no lo hubieras estado buscando activamente. Casi como por arte de magia...
Tú dirás qué haces y cómo.
Sonreí, sin duda la bruja había elegido un buen escondite, sin duda, al evitar usar el barco más lujoso del lugar y evitar llamar la atención... Pero no lo suficiente para ocultarlo de mí...
Tras asegurarme de que no hay nadie o alguna cámara en la zona, me teletransporto para pasar la verja...
Por favor, especifica un poco cómo entras en el barco, si con algún hechizo activado o no...
Solo uso el teletransporte para pasar la verja, en el barco entro a pié, como todo hijo del vecino, que tampoco hay que ser vago ;P
Aunque, naturalmente, lo hago atento y con la guardia alta, por quien o que me puedo encontrar, que tampoco soy un primo.
Superas la verja sin ningún problema y te acercas por el embarcadero hasta el yate de Calamitas, procediendo a abordarlo con cuidado.
El barco es, a parte de un entorno bamboleante (como cabe esperar), un lugar estrecho y de techos bajos. Este, claro, no lo es tanto como otros dado su precio y calidad, pero aún así no es un lugar amplio donde poder maniobrar o pasearse sin topar con cosas. La nave, desierta, no presenta mayor complicación.
Comienzas a buscar por la embarcación: sala-mirador, comedor, cocina, dormitorios, sala de máquinas. Detectas el cofre que buscabas tras una exploración mágica del lugar. Al igual que el propio yate, el cofre estaba oculto tras un manto de “invisibilidad”, en realidad un ritual más complejo y más poderoso para, más que para transformar el objeto, hacerlo obviable, indetectable como un objeto en el cual fijarse.
Dramáticamente colocado al final del corto pasillo de la sala de máquinas, reluce a tu examen místico con la pátina del ritual. Más que un cofre es una arqueta, un pequeño cofrecillo con decoración abundante en hierro frío, símbolos arcanos, pedrería y una cerradura de tamaño considerable.
Ahora la pregunta es: ¿cómo proceder?
Ni rastro del espíritu.
- Se que estás aquí, espíritu. Solicito una audiencia para tratar asuntos de interés mutuo... - Después de activar mis defensas, realizo un ritual para poder hablar con el espíritu, sin abrir todavía el cofre, para no disparar las ordenes implantadas a él, esperando que pudiéramos hablar y tratar de llegar a algún tipo de acuerdo, a cambio de su libertad.
Motivo: Conocimiento Arcano
Tirada: 1d20
Resultado: 8(+10)=18
Mi personaje quiere intentar hacer las cosas por las buenas, antes de liarla ;P
-¿Y cuáles son esos asuntos que deberían interesarme, hechicero? –dice una forma vaporosa todavía en formación sobre la arqueta. La forma, vagamente corpórea, es percibible para ti sólo gracias a tus capacidades místicas, estás convencido de que permanece invisible para los ojos de los mortales.
- Se que estás esclavizado por la bruja italiana. Te ofrezco la libertad, si me dices como puedo liberarte. Ella y yo somos enemigos, pero ahora mismo no puedo matarla, así que esa opción queda descartada. Se que para liberarte necesito saber tu verdadero nombre y solo tú me lo puedes decir... Ya se que te estoy pidiendo mucho y que no tienes razones para confiar en mí, espíritu, pero no deseo ni esclavizarte ni luchar contigo, más cuando podríamos ser aliados contra un enemigo común... - Respondí, tratando de convencerle de mis nobles intenciones. Era un espíritu de la venganza, así que esperaba que sus deseos de venganza contra la mujer que le esclavizó fuera suficiente para que accediera a mi proposición.
Motivo: Diplomacia
Tirada: 1d20
Resultado: 5(+5)=10
-¿Y quién eres tú que tienes como enemiga a mi ama? ¿Por qué debería fiarme de ti? Mal negocio haría concediéndote el conocimiento de mi nombre verdadero para librarme de mi ama... si acabo sirviéndote más firmemente a ti... -su voz, repetida en ecos y reverberaciones imposibles, no sale realmente de su garganta, sino que emana de su esencia misma. Mientras habla sus manos siguen con su quehaceres, apartando la "carne" en torno a la luz que sale de su pecho hendido.
Asiento, de manera comprensiva, el espíritu necesita poder confiar en mí y para eso debo de sincerarme, si quiero que él lo haga:
- Tus palabras son justas, yo soy Gabriel Corvinus, último descendiente del clan Corvinus, legítimos reyes y hechiceros de Latveria, y aprendiz del Doctor Extraño, el hechicero supremo... Y te juro por la sangre de mis antepasados que puedes confiar en mi palabra.
-Sí, lo huelo, sangre real... Tus antepasados, como todos los reyes, tienen las manos manchadas de sangre. La justicia de sus acciones es, cuanto menos, dudosa. ¿Pero quién soy yo para juzgar a los hombres, sino es por sus propios actos? No te juzgaré por ser quién eres, sino por qué es lo que harás. Un acto malvado cometido por otros no mancha tu alma, pero sí condiciona tus futuros actos. ¿Qué dirías si te dijera que uno de tus antepasados fue servido por uno de mis hermanos y sus actos ocasionaron la muerte de miles? No, no sería justo. Libérame, si quieres, pero no te revelaré mi nombre, no.
Puedes hacer otra tirada de Diplomacia (doy bonos por interpretación...)
Y una de conocimiento arcano.
No podía decir que las palabras del espíritu no me afectaban, lo hacían y mucho. Yo quería liberar a mi pueblo y luchar para que Latveria fuera un país moderno y democrático, ¿pero como sabía realmente que no me corrompería por el tiempo?... No, sabía que no sería así, lo sentía en mi corazón... Pasara lo que pasara, haría lo correcto siempre, como me enseñaron mis padres y mi maestro.
- Como tú mismo has dicho, yo no soy mis antepasados. Te he jurado que te liberaré y lo haré, pero necesito que confíes en mi para poder hacerlo. No siento deseos de esclavizarte, aunque desearía que pudiéramos ser aliados, si así lo deseas...
Motivo: Diplomacia
Tirada: 1d20
Resultado: 12(+5)=17
Motivo: Conocimiento Arcano
Tirada: 1d20
Resultado: 12(+10)=22
El espíritu es un ente atormentado... por el dolor. Dirías que un dolor casi "físico" que todas las pistas que está dando su actuación apuntan a que será en esa "luz". Empiezas a intuir que esa luz es la representación de los "grilletes" que la bruja le ha colocado.
-¿Aliados? Lo dudo. Pero no has venido aquí a por mi, ni a liberarme, sino a hacerte con el contenido de lo que custodio. No estarías negociando conmigo si no fuera por ello. No, no te quiero de aliado. Pero ahora te digo que no intentaré dañarte en cualquier modo mientras tratas de liberarme. Sufriré por ello. Haz que valga la pena.
Puedes hacer una TR de Magia (rango 8), es decir 1d20+8 para ver cómo va eso de la liberación. Explica, eso sí, qué haces.
Tratando de concentrarme, alzo mis manos, como si cogiera algo en el aire, en ese momento, otras manos doradas, estas hechas con magia, aparecen enfrente del espíritu y se aferran a la luz, mientras le respondo:
- Es cierto que he venido a por esos objetos, pero no por ello mis intereses no incluyen ayudarte. Te en cuenta que tengo poder más que suficiente para derrotarte y llevarme lo que deseo... Pero no podía soportar la idea de alzar mi mano contra alguien esclavizado contra su voluntad sin tratar de ayudarle... Ahora aguanta, por favor, esto te dolerá, pero durará poco y serás libre...
Apto seguido, hago amago de tirar sobre el objeto invisible que hay entre mí, al mismo tiempo que las manos espectrales tratan de partir la luz en dos, tirando de los dos extremos, mientras mis ojos brillan con una intensa luz dorada...
Motivo: Magia
Tirada: 1d20
Resultado: 19(+8)=27
El espíritu se retuerce del dolor, un dolor que él a sí mismo no sería capaz de infligirse. Afirmas tu presa sobre la luz, envolviéndola con zarcillos mágicos y la luz deja de iluminar con luz cálida para estallar en un sol blanquecino, proyectando luz y sombras por toda la habitación. El espíritu retrocede hasta casi desaparecer de la sala, completamente desdibujada por la luz.
Y de repente el silencio, la tranquilidad. Los zarcillos dorados, de la apariencia del oro oscuro en comparación con el objeto radiante que envuelven, atraen hacia ti el hechizo que esclavizaba al espíritu. Ahora, ya fuera de aquel a quien debía esclavizar, tiene un aspecto inocente, cándido, “latiendo” con una luz cálida cada vez más mortecina hasta que la joya que se adivinaba bajo la luz acaba convirtiéndose en sólo una imagen etérea como la niebla y finalmente se deshace.
El espíritu “respira” tranquilo, liberado de su carga y vuelve a una posición más asequible para ti. Su “cuerpo” se está encargando rápidamente de curarse, entrelazándose zarcillos de esencia de uno a otro lado del hueco de su pecho, borrándolo de la existencia como si nunca hubiera existido.
Así, con el extraño telón de fondo de la sala de máquinas de una embarcación, manchada de grasa y tan vulgar y mundana como pueda ser una habitación de este tipo, el espíritu se despide.
-Hoy tus acciones han hablado por ti, Gabriel Corvinus, tus ancestros sólo pueden callar y conceder, pues llevan largo tiempo muertos. Me has liberado de mi yugo y te debo mi libertad, por ello te advierto: lo que hay en el interior de ese cofre su ama no lo quería usar a menudo, pero no quería que cayera en otras manos. Peligroso es el poder que contiene, así que poderosa ha de ser la voluntad de quien lo porte.
Tirada oculta
Motivo: TS Voluntad Calamitas
Tirada: 1d20
Resultado: 7(+5)=12
Asentí agradecido por sus advertencias:
- Te agradezco el aviso y te prometo que tendré mucho cuidado con su contenido. ¿Hay algo más que me quieras decir antes de tu marcha?.
-No.
Escueto, conciso y libre, condiciones todas que hacen que su despedida apenas lo sea. Sin mediar más diálogo el espíritu simplemente se desvanece en el aire, accediendo probablemente al espacio astral.
Liberado el cofre de su protección mágica, no pierdes más tiempo en abrirlo. En su interior, como si de un enorme joyero se tratara, hay un cetro encajado en terciopelo rojo, un cetro de factura fantástica, de madera y muy antiguo, seguramente tratado innumerables veces o bien protegido del tiempo por magia. Sin casi ni necesidad de usar hechizo alguno, sientes que el objeto es un poderoso artefacto mágico.
Antes de abrir el arco, recuerdo usar la palabra que obtuve de la bruja, perdo parma, para evitarme problemas...
Apto seguido, miro con respeto su contenido, percibiendo que es importante, así que con mucho cuidado, cojo el cetro y luego lo examino, buscando yambiéncualquier otra cosa de interés en el cofre...
Motivo: Conocimiento Arcano
Tirada: 1d20
Resultado: 12(+10)=22
En el arcón sólo está el cetro, encajado como si un reloj o un anillo enorme se tratara, envuelto en terciopelo rojo. Y no es un cetro cualquiera, no, es un artefacto llamado "cetro de Razvan". Perteneció a un noble rumano del que sólo se conoce el nombre, Razva, que apareció en escena brevemente cuando la liberación de su país de la influencia del Imperio otomano, volviendo a desaparecer a continuación. Los libros que has leído hablaban de él como un poderoso potenciador de magia, pero también especulaban sobre su origen incierto, algunos afirmando que era el cetro de un rey y que fue desacralizado y que, por tanto, su magia estaba "infernalizada". Un artefacto, por tanto, potencialmente tan útil como peligroso.
Es "acto seguido", no "apto" (apto significa "capaz")