Partida Rol por web

Aunque el pasaje era estrecho no parecía que hubiera problemas salvo que alguien, por algún motivo, perdiera el equilibrio y acabara cayendo hacia alguno de los lados. Pero eso, en principio parecía improbable. Sería algo que, simplemente los frenaría un poco. Como para darle importancia al hecho de detenerse a lo lejos se oyó el ruido de un portazo...

Como de costumbre, el pequeño druida fue el primero en cruzar... todavía montado. Y al ver que el camino era lo suficientemente ancho esperó a sus compañeros - Vamos... los esqueletos se siguen escapando - los alentó - Esa puerta, supongo, serán más problemas -

Una vez que todos estuvieron del otro lado de la zona de agujeros para gas, volvió a guardar su soga en las alforjas, suponiendo que ya le resultaría útil más adelante.

- Deberíamos darnos prisa -susurró Robin- Ya está claro que no estamos solos, y cuanto más demoremos el encuentro con nuestro enemigo, más oposición vamos a encontrar.

Avanzar lentamente les evitaba caer en trampas mortales, pero daba tiempo a aquellos seres no-muertos para reunir nuevas tropas o advertir a sus amos de nuestra presencia. Pronto estaría todo perdido.

Tienes razón, pero debemos ser precavidos, están demostrando ser inteligentes. Ellos conocen este sítio y si obramos a la ligera corremos el peligro de caer en una trampa.

Bhain sorteó la trampa siguiendo a sus compañeros y una vez lo hubo echo se dió la vuelta para ver si Mama en silencio por si esta necesitaba ayuda

El grupo sorteó la trampa. La luz de la antorcha iluminó otra porción de pasillo y, sin sorpresa para nadie, desveló una robusta puerta de madera reforzada con acero que se encontraba al final del mismo, a escasos metros de la posición de los héroes. Estaba, por supuesto, cerrada. Gaius ya daba los primeros pasos hacia ella cuando una voz femenina, desgarradora, se oyó al otro lado:

- ¡NO! ¡POR FAVOR! ¡VUESTRO AMO DIJO QUE NO ME MATARIA!

Por un momento Mama temió lo peor al escuchar una voz femenina en ese lugar, pero luego se dio cuenta de que no era la voz de Adara...

Se quedó estática mirando la puerta y sus ojos hablaron por ella antes que su voz, ya que de su garganta sólo salió un sonido gutural, como si todo el aire a su alrededor se lo hubiera tragado de golpe. Pero después su ceño se frunció en un gesto de extrañeza, recopilando y analizando la voz que pudieron oir tras la puerta. -No es ella. No es Adara. -Dijo fría e inexpresiva fruto de la decepción. -Quizás sea la mujer por la que Arthedain perdió los nervios con anterioridad...-añadió casi en un susurro, pero lo suficientemente alto para que los demás la oyeran. Mama miró al elfo gris esperando su reacción.

¿Podría ser que la voz que se oye fuera la de Lizara? ¿O quizá era una nueva jugarreta de sus sentidos? En cualquier caso Arthedain le hizo un gesto a Gaius para que se empleara con la puerta, puesto que si estaba cerrada con llave iba a ser inútil cargar contra ella.

El pequeño druida permaneció atento a las palabras y acciones de sus compañeros, ubicándose frente a la puerta y listo para lanzar, a través de ella, un conjuro - Pues, espero que estemos todos listos - se lo escuchó murmurar mientras esperaba que Gaius hiciera su trabajo.

Bajo su cuerpo, Remo se encontraba dispuesto para moverse, mientras en su mano la cimitarra seguía brillando, iluminando el lugar.

-¿Serán tan inteligentes como para hablar e imitar la voz de una mujer en peligro emmmmmm? -Dejó caer la maga mientras miraba fijamente la puerta y se colocaba detrás del enano dando un paso lateral y hacia atrás. Golpeó el yelmo de Bhain con los nudillos como comprabando la dureza y la calidad -Parece resistente sí... -Y se agachó un poco de tal manera que su cabeza quedaba a la misma altura que la del enano.

-¡NO TE PREOCUPES, VENIMOS A SALVARTE!. ¡APÁRTATE DE LA PUERTA!.

Gritó Mosest de improviso, al parecer, el único preocupado por la angustia que estaba pasando la doncella encerrada. Si Gaius no era capaz de abrirla con sus métodos, él mismo se uniría al intento de derribo.

Arthedain, mientras el asesino examinaba la puerta, se dio cuenta de que aquella voz no pertenecía a Lizara. Por otro lado, y como siempre, el impulsivo paladín había dejado pocas dudas acerca de que el grupo estaba ya allí.

Otra voz, esta vez masculina, gritaba:

- ¡MALDITOS ENGENDROS! ¡NO OS ACERQUÉIS A ELLA! Arrrgh....

El último estertor escuchado no dejaba lugar a dudas de que se había interpuesto entre lo que fuera que amenazaba a la voz femenina y su objetivo, probablemente con una conclusión trágica.

- Vamos... apúrate - el druida tensa sus músculos, esperando que Gaius haga su trabajo y listo para conjurar sobre el primer no muerto que vea - Parece que necesitan que entremos de una vez - comenta nervioso mientras levanta su escudo y su cimitarra lo más alto que puede, con la intención de iluminar la mayor distancia posible.

Mama alzó el dedo tras la cabeza del enano y dijo al oir la voz quebrada -...por un momento, pensé que con lo de engendros se refería a nosotros...

Gaius se estaba agobiando un poco, normalmente su trabajo se hacía sin tensión externa, y aun habiéndola se solía encontrar solo mientras ponía a prueba sus habilidades. Una sonrisa nerviosa acabó con sus pensamientos, parecía que curiosamente y después de tantos años tenía miedo escénico.

Ya más concentrado y sin perder tiempo inspecciono la cerradura en busca de su apertura, debían aclarar lo que pasaba detrás de esa puerta y quienes proferían esos gritos. Cada uno haría su trabajo, él abriría la puerta, el resto entrarían primero y zanjarían el problema. Era lo justo. Por lo menos dentro de la mente del asesino…

-No te preocupes por nada y no salgas de detras mio, no dejare que te hagan daño -Bhain  observaba los progresos de  Gaius con la puerta esperando que este la abriera para poder rescatar a la chica que estaba en peligro- Estad preparados, no sabemos de lo que son capaces

-¡¡Vamos Gaius!!. ¡¡Ábrela ya o apartate que la derribo!!

Desde luego Mosest no ayudaba demasiado a que Gaius trabajara sin presión, pero no podía evitarlo...