Partida Rol por web

Silvania vio como estaban las cosas incluso desde fuera de la puerta, sin perder tiempo lanzó dos flechas contra el no-muerto-no-controlado, espernado terminar de ese modo con la refriega.

Las malditas piedras que formaban la derruida entrada rozaban y arañaban el brazo de la maga cuando se dispuso a apuntar con su ballesta al muerto viviente. No era una experta tiradora y más si tenía a un pícaro pegado a ella dándole pequeños empujoncitos contra el arco de entrada y encima tener que sortear con su mirada a los compañeros que luchaban cuerpo a cuerpo con su objetivo; el virote pasó de largo perdiéndose por la ventana del fondo.

-¡YO ME CAGO EN TU SUDARIO! -gritó frustrada al zombie.

Los dos flechazos de Silvania fueron decisivos: ambos se clavaron en la armadura viviente, que se desplomó al suelo con un estruendo metálico. Pero antes de que los héroes pudieran pensar en festejar su pequeña victoria para sorpresa de todos descubrieron que el interior de la misma ¡estaba lleno de esa extraña bruma, que repentinamente se expandió alrededor de los restos del monstruo! Los luchadores más cercanos sintieron un frío intenso que los calaba hasta los huesos...

- ¡LA VICTORIA ES NUESTRA!

Quizás no fuera una gran victoria, pero tampoco andaban sobrados de oportunidades para regocijarse en la derrota de los enemigos.

Por cierto, ¿qué narices era aquella niebla blanquecina que salía de dentro del cadáver? No era la primera vez que dentro de aquel castillo las criaturas demostraban tener ciertos poderes capaces de helar el alma de sus enemigos... literalmente. "Que el tibio abrazo de los dioses nos proteja de estas criaturas sobrenaturales", pensó.

Arthedain contempló con los ojos entrecerrados la bruma que salía de los restos del muerto viviente, y aunque se vio sorprendido por el frío que causaba, se sobrepuso al instante.

No se que era esa bruma o lo que fuera, y me da igual.
Ya hemos conseguido entrar y librarnos de esa cosa, ahora es  el momento de acabar la misión para la que hemos venido. ¿ Quien encabeza la marcha?

- Bien hecho - Estaba claro que el primer paso había sido dado. Solo que esa neblina no era algo que pareciera algo agradable - Alguien sabe que puede ser? -

Mas allá de sus palabras el pequeño druida se preocupo enfundar su cimitarra y buscar la honda que había dejado tirada en el suelo. Con calma, sabiendo que esto era solo el principio, cargo una nueva bala en la misma y miró a la maga - Y la pregunta es que pensáis hacer con vuestro... eh... nuevo admirador -

-De momento utilizarlo hasta que ya no pueda controlarle. Sería buena idea que fuera por delante abriendo puertas, saltando las trampas, es decir, un escudo humano...muerto. -miró con cierta lástima la cara del muerto viviente que con la mirada perdida, la mandíbula caída, la cabeza ladeada y una especie de lento vaivén, esperaba alguna nueva orden de su "ama". -En estos momentos es un perrito fiel; seguro que si le lanzo la pelotita iría y me la traería sin duda alguna... eso sí... debemos estar preparados para cuando se pase el efecto...no sea que muerda a alguno. Creo recordar que los conjuros almacenados en el medallón conferían un tiempo mucho más limitado que el mismo conjuro lanzado en su manera original.

La neblina se disipó tan rápido como surgió. Gracias a los dioses ninguno se vio afectado por ella. Desconocían en que aspecto podría causarles daño, pero seguro que no era nada bueno.

Mama contempló el despojo de muerto viviente del suelo: no quedaba nada en la armadura. Y sin embargo el otro muerto viviente que estaba con ellos era de carne... ¿Qué sucedía? ¿Qué estaba pasando? Recordó viejos libros de nigromancia durante sus estudios sobre una fórmula arcana que dotaba a ciertas criaturas del poder de mutar sus cuerpos muertos con un conjuro olvidado. Pero nadie conocía ese conjuro... Se decía que se remontaba a los tiempos del Malvado Bargle y que había desaparecido con aquel mago legendario. Mama se esforzó por intentar recordar un poco más de lo que, en su momento, pensó que eran supercherías. En algún punto se decía que la transmutación se podía convertir al muerto en energía pura, en un conjuro de ataque que... ¡por todos los dioses! ¡que podía infectar a los demás con una enfermedad mortal mágica!

¿ Podrías volver a controlarlo llegado el caso? Reconozco que podría ser útil, peor no deja de ser peligroso y habrá que tener cuidado con el. - No confiaba en esa cosa muerta, peor si algo había aprendido es que debes confiar en tus compañeros, asi que confiaba en Mama y sus habilidades.

Mama Briggite permanecía concentrada, quizás pensando. Por lo demás el lugar estaba ahora sumido en el silencio... demasiado silencio para augurar algo bueno.

"¡Vamos, cónnio, vamos!" dijo Arthedain al ver la pasividad del resto de sus compañeros.

"¡No nos sobra el tiempo, joder!"

Mama salió de su ensimismamiento con un pestañeo y una ligera sacudida de cabeza, como quien regresa de un sueño de pensamientos lejanos. -¿Es posible? No puede ser...era una leyenda, un cuento para paletos contado por bardos borrachos...pero...pero todo coincide. -Miró a sus compañeros con semblante serio, aunque no por ello parecía preocupada, es más, en sus labios se perfilaba una disimulada sonrisa de satisfacción como quien ha descubierto un antiguo secreto arcano. -¿lo veis? No queda nada del cuerpo del muerto viviente... esa... esa neblina que hemos respirado era su cuerpo... su cuerpo transmutado. -Se giró impetuosa hacia ellos tanto que la capucha se le corrió de la cabeza dejando ver un brillo de pura emoción en sus pupilas, una concentración de adrenalina a punto de estallar desde su mirada -¿No lo comprendéis? SU CUERPO SE HA TRANSFORMADO EN UNA NUEVA ENERGÍA...UNA ENERGÍA MORTAL -Se dio cuenta por el semblante de sus compañeros que no entendían la importancia de la nueva situación. Respiró y dijo seria y con algo más de serenidad -Nadie...ningún mago disponía de tal conocimiento arcano hasta ahora. -Su rostro se ensombreció -No saldremos vivos de aquí.

Cita:

"¡A Noé le vas a hablar de lluvias!", resopló el alto elfo. "Y después de esta interesante disertación, ¿podemos movernos ya?"

- No, no nos sobra el tiempo y deberíamos avanzar - Tras pensarlo un momento Rómulo añadió - supongo que deberíamos seguii el mismo camino que ayer... Mama, podrías eh... pedirle a tu nuevo amigo que nos preceda? Si hay alguna trampa o nuevas sorpresas mejor que vaya el en primer término -

El pequeño druida se quedó pensando en las palabras de la maga - Energía mortal... eso suena feo - se lo escuchó murmurar, pero no quiso insistir con el tema - Vamos que ese esqueleto se mueva y nosotros lo seguimos. Gaius... quieres seguirlo? Nuestros amigos Bhain y Arthedain pueden cubrirte las espaldas y Silvania y yo cubrimos la retaguardia... ambos tenemos armas con alcance y, montado en Remo puedo alcanzar a los primeros en un instante - se intentó explicar mientras verificaba que su honda estaba cargada

-Sera lo mejor...+asiente a la propuesta del druida, reafirmándola con un seco movimiento de cabeza+

El joven contemplo al monton de carne muerta que iria delante de el, con expresión impávida... Sus ojos estudiaron la figura, entornados y frios, mas no dijo nada. Luego, sin vacilar, preparo sus dos estoques, soltandose fisica y mentalmente..

-Si los demas estan de acuerdo, marchemos...