Partida Rol por web

- Pensaba que a los Cangrejo no se les enseñaban modales cortesanos, pero de ahí a no presentarse, menuda desfachatez.- pensó Kenzo asintiendo y mirando a Hida, abanicándose.

Después, siguió al guardia, diciendo:

- Claro, claro, como bien apunta el buen Mirumoto, este lugar es caluroso, si fueran tan amables, yo tomaré té. 

Era normal que hubiera cierta distancia entre samurais que nunca antes se habían encontrado. De todas maneras no parecían, de momento, ningún tipo de los que me podrían relajar. un Grulla y un cangrejo parecían el tipo de personas que se aferrarían a las costumbres o los prejuicios con severidad. Y la verdad es que me aburren los monjes y acertijos.

Simplemente, sonreía a unos y otros. No quería parecer hóstil y antes que la conversación pudiera continuar unos guardias nos atendieron y nos indicaron el camino para esperar nuestro turno. Los otros pidieron algo para sobrellevar la espera y desde luego que era una buena idea. Para mí que sea sangre. Sonreí como un tiburón con mi intento de distender el ambiente, pero antes que las alertas fluyeran les saqué del error. es broma, el té estará bien y si la espera se alarga, vendría bien algo para matar el hambre.

Proferí un par de carcajadas secas y di un golpecito amable, con el abanico, al guardia en el hombro; después abanicándome me dirigí al grulla y el dragón. Daidoji Kenzo-San, puedo asegurarle por todos los reinos que debo haberme quedado sordo. ¿me repite el nombre del cangrejo?

Rin quedó ciertamente sorprendido al oír el comentario que le hizo Daigotsu-sama a Daidoji-sama, nunca se le hubiera pasado por la mente que el bushi araña con su aspecto amenazador y hosco fuera capaz de comentarios tan indirectos y propios de una corte de Daimyo.

Se le dibujo una ligera sonrisa en la cara mientras esperaba para oír la respuesta del samurai grulla.

Takeaki había pasado una larga mañana en compañía de momoko desde que ambos despertaron bien temprano, estiramientos acordes al ejercicio que mas tarde llevarían a cabo fue lo primero que hicieron, mas tarde tomaban un té ambos platicaron sobre el bushido, las enseñanzas de Akodo-Un-Ojo y el sagrado ritual del Iaijutsu antes de pasar a la cruda practica con los duros Boken, donde aún se notaba la inexperiencia de su joven aprendiz con la espada, mas no por ello Takeaki se amilanó a la hora de adoctrinarla en el noble arte del Kenjutsu siendo siempre muy a su pesar demasiado indulgente con su pupila y así a media mañana tras un baño y vestir como a una señorita a momoko ambos partieron al local favorito(y mas barato) de la Segundad Ciudad de Takeaki.

Como siempre alguno de los Parroquianos del lugar saludaron a Takeaki fruto de los largos seis años que llevaba viviendo y trabajando allí en sus numerosas ocupaciones como samurai Errante, este educado como siempre los saludó a todos y tomó asiento en la misma mesa de siempre, donde pidió lo mismo de siempre, un elaborado desayuno para su discípula, algo de zumo y un té para ella, y un cuenco de arroz, un escaso plato de barata carne, un poco de sake y un té de melocotón para si mismo.-No solo la práctica hace al héroe, una buena alimentación crea grandes héroes en nuestro imperio.-Le recordó a la niña que ya comenzaba a mirar con malos ojos algunos de los platos típicos de aquella tierra que tan poco le gustaban y que siempre se veía obligada a comer para evitar la ira de su maestro.-Hai.-Saludó Takeaki de forma escueta a Ameko con una inclinación de cabeza, invitando a esa conocida a sentarse en la mesa, pues, por azares del destino ambos habían coincidido mas de una vez en sendos encargos de la sede de los clanes menores, en la visita a los Dojos donde asistía Momoko o simplemente visitando a Takeaki en las forjas en las que a veces tenía la fortuna de poner sus manos para poder  trabajar.

- Ni lo has oido ni lo oirás. - le digo secamente a la Araña. Pues hasta que me digan lo contrario no es de tu incumbencia.

Luego simplemente me siento a esperar a que nos atiendan.

Es sencillo, o te presentas como un samurai respetable o asumiré que eres un ronin, o una calaña peor; como un eta engañandonos y te rajaré como a un ciervo. El Araña casi lo dijo sin exaltarse, o acaso su tono tranuilo pero violento era natural en él. Pero al instante permaneció en pie depositando el abanico con  suavidad en la mesa más cercana; sin duda preparado para desenvainar la espada.

Rin se apartó un poco de los samurai araña y cangrejo. Tranquilamente se sacó la saya de su katana del obi y se sentó en seiza cerca del samurai grulla. Decidió hacer caso omiso a los insultos que volaban por la sala y mientras esperaban los refrescos que habían pedido le preguntó a Daidoji-sama - Dígame, que le trajo a las colonias?

- Me presentaré ante quien deba hacerlo y tú no eres esa persona. - le digo poniéndome en pie ante tal amenaza. No tengo porqué presentarme ante quien no tengo nada de que hablar.

- Así que dí lo te dé la gana pero atente a las consecuencias pues no volveré a tolerar una amenaza directa como la que acabas de proferir. - prosigo visiblemente enojado asiendo el Tetsubo y apoyándolo en el hombro. Y ahora espero una disculpa por tu parte o de lo contrario tendré que enseñarte a no amenazar a los demás. - añado señalándo al Daigotsu.

Te doy dos minutos para encomendarte a Enma-O y mandar un mensaje a tus superiores diciendo que has fracasado en tu misión y que envíen a otro cangrejo a cumplirla. Estaré afuera. No era lo que había planeado pero nunca había rechazado una invitación a derramar sangre y no iba a empezar ahora. Recogí mi abanico y me ncaminé hacia el exterior; En el umbral de la habitación me giré y me incliné hacia el grulla y el dragón. Volveré en un rato señores. en cuanto a tí cangrejo -dije dirigéndome a él-Parece que no sepas usar una espada como un hombre sino un garrote como un ogro. No me preocupa, pero morirás deshonrándote a tí y a us ancentros. Puerco.

Eso ya fué demasiado. Esa Arañita aprenderá por las malas y seré yo quien se lo enseñe.

- Probarás el sabor de mi Tetsubo y luego implorarás misericordia. - le digo al Daigotsu. Veamos que tan bravo eres con tu Katana. - añado sonriendo.

Una vez fuera me pongo en posición de Combate.

- Veamos cuan bueno eres con una Katana en las manos. - comento retándolo.

Kenzo dejó al entrar su daisho como muestra de respeto en la entrada de la embajada, y entró a la sala donde les llevaron a esperar. No sabía que hacía allí, pero atendería los intereses de la Grulla sin dudarlo.

Empezó a tomar el té, y comenzó a hablar:

- Mmmm excelente té- aunque fuese una birria, lo comentó -Pues mire, Mirumoto- sama, me encuentro en esta ciudad debido a un viaje para...-entonces empezó a discusión entre ambos hombres, y Kenzo abrió los ojos de par en par mirándolos. Lentamente, dejó el té y siguió abanicándose (el dragón tenía razón, la temperatura era alta).

- Señores, por favor, no importa la descortesía de Cangrejo- sama, cada uno aquí representamos más que a nuestra propia persona, representamos a nuestro clan, y debemos mantener el orgullo y el honor de nuestra familia. Si no quiere presentarse, eso hablará, no sobre él, si no además sobre el Cangrejo, aunque entiendo modales tan toscos, los Cangrejos prefieren ser prácticos. Allá cada uno. Pero por favor, dejen de lado sus rencillas, pues estamos en una kyuden y damos las cara, por lo menos yo, no como Daidoji Kenzo, si no como el clan de la Grulla. Compórtense, y déjense de ofensas sin sentido. Acabemos aquí, y luego mátense.-cerrando el abanico con rostro serio.

Al llegar al Kyuden , un guardia gi-samurai acompaña al Toku y a la Katsuga de camino hacia donde se va a celebrar la reunión , pero en el patio han salido 1 Araña y 1 Cangrejo y este último parece ponerse en una clara pose de combate . 

El guardia rápidamente os deja y corre hacia ellos implorando que se detengan y conocer la situación . 

Samas , por favor ¿ que clase de infortunios os han llevado a esta pelea en la hacienda  embajador ? ruego que se controlen y me cuenten lo sucedido , el embajador seguramente podrá resolver el conflicto de una manera satisfactoria para todos . 

- El Daigotsu ha dicho que me rajará como un ciervo, después me ha llamado Ogro y finalmente Puerco. - digo sin moverme un ápice. Y eso es algo que no puedo ni debo tolerar y menos viniendo de alguien a quien ni siquiera conozco.

- Ahora veremos si es capaz de realizar lo que tan bravamente ha dicho.

Cuando entro en la  sala entró tres pasos e hizo la reverencia a los presentes de acuerdo a las normas de cortesía, vestía un kimono de seda brillante de tonos pardos, con el mon de su familia sobre el corazón, en su brazo lucía una insignia del emperador. Sus armas habían quedado atrás, a buen recaudo con los guardias.

Es un buen día, samurai donos, Mi nombre es Toku Ayaki se presentó de forma comedida, con escasas palabras y un tono atono, nada en él resultaba especialmente llamativo. 

Una discusión de samurais de los grandes clanes no era sitio para alguien como él. Así que dejó al guardia que se desenvolviera con ellos.

De camino a la calle nos cruzamos con algunos de los demás participantes de la reunión. No era momento de cruzar saludos asi que continué hacia mi destino con la cabeza llena de palabras y acciones.

¿realmente se enfadará mi señor, como argumenta el grulla? no, eso no es propio de un samurai araña. Alguien que cumpla el verdadero código samurai no puede dejar que se piense que la cortesía escuda la endeblez de su fuerza. Será una ofrenda a Daigotsu.

la intromisión del guardia era adecuada a su posición, por más molesta que resultase la cadena de intentos para parar el duelo. No uno formal, de seguro que el cangrejo no había recibido una sóla lección de como proceder en ése caso. Sino un encuentro uno a uno sin mayor sutileza. Hombre contra hombre, testigos el cielo de la voluntad de vencer de ambos.

Es una cuestión de honor -Dije con ironía-, servidor del señor de la casa. Por ello saldremos a la calle para evitar llenar de sangre estancias inadecuadas. Debe brotar en los adoquines como si manara de la misma tierra. Pero me ya que tanto desean pararnos permitiré que pueda surgir:

Cangejo,¿estás dispuesto a concederme lo que quiero? Conocer tu nombre, y tal vez alguna anécdota. ¿o prefieres que sigamos adelante?. Por respeto al señor kasuga de la casa que nos ha convocado te ofrezco ésta salida.

- Esta reunión está siendo una verdadera catástrofe en cuanto a etiqueta... - No es que le importara, ya que la tediosa tarea de ser correcto y educado siempre era más llevadera con "distracciones".

Mientras pensaba en esto se dio cuenta de que a diferencia de los samurai de los clanes Grulla y Mono a él se le había olvidado dejar sus armas en la entrada. Estando en un clima tan volátil como el actual Rin creyó oportuno corregir el error de inmediato. - Ruego me disculpen un momento - dijo a los presentes en la sala mientras se levantaba para salir a los pasillos, donde le pidió al primer guardia que vio que le guardará sus armas en la armería del kyuden.

Al volver a la sala dejo la puerta abierta para que entrara aire desde el patio y pudieran ver los presentes en la sala como proseguía el alboroto entre el Cangrejo y el Araña.

- Si vuestro honor está por encima del de vuestra Clan, entonces, porfavor, batiros en un duelo a muerte por dos pullas lanzadas. Os animo a ello.-haciendo aspamientos con la mano señalando afuera. Volvió a abrir el abanico, e inclinando la cabeza cuando el ronin se presentó, dijo:

- Mi nombre es Daidoji Kenzo, Toku-sama, un placer. Siéntese con nosotros, parece que tendremos espectáculo en nuestra espera. 

Podían hacer ya lo que quisiera, mientras lo hicieran fuera del Kyuden. 

- Cómo os decía Mirumoto-sama, estoy aquí de visita a un familiar mío. Y vos que hacéis aquí? - cuando volvió Rin.

- Un placer conocerle Toku-sama. Mi nombre es Mirumoto Rin, bushi del clan dragón. - Una vez se presentó Rin se giró hacia Daidoji-sama para continuar su conversación. - Pues verá yo vine a las colonias con dos propósitos, conocer mundo, la verdad es que los dragones solemos estar muy recluidos en las montañas del norte y a pocos se nos da la oportunidad de experimentar situaciones nuevas. Pero sobretodo vine para seguir mejorando mi kenjutsu, tengo entendido que es más fácil mejorar cuando te encuentras con adversarios a los que no estás acostumbrado... - Tras una breve pausa se le dibujo una leve sonrisa en la cara y miró hacia el patio.- Seguro que nuestros amigos del duelo mejoraran hoy su habilidad marcial.