Partida Rol por web

El bárbaro se coló entre sus compañeros y golpeo a la criatura de arriba a abajo, restos de carne putrefacta y huesos volaron hacia arriba.

El ácido y sobre todo el hacha del bárbaro hacen su trabajo, hiriendo a la criatura, que a pesar de todo, su condición de muerto viviente no le provoca ni dolor ni sorpresa.

Mierda, porqué hemos sido tan poco precavidos. Pensó al ver a la criatura levantarse. Pero al menos liberaremos un alma para que pase al Más Allá y no quede condenada para siempre en forma de Muerto Viviente.

-¡Que no os golpee!- gritó El-Rohir -¡Se llevará la vida de vuestros cuerpos y se curará con ella!.

El elfo agarró su símbolo sagrado y un verdadero torrente de energía positiva inundó la pequeña caverna, pero ésta vez no estaba destinada a sanar a sus compañeros, sino a destruir seres animados con energía negativa.

Los huesos y los harapos de la criatura sisean ante la energía desplegada por el clérigo, y véis parpadear la luz roja de sus cuencas.

Aleena vuelve a disparar, pero sin éxito alguno

El golpe de la garra huesuda del engendro vuelve a estrellarse en la armadura del paladin...

Eleânail ve la situación controla por sus compañeros y decide no malgastar su magia por lo que continúa con sus bolas de ácido pero intentando no dar al paladín la estrella en la pared.

- Erion no te cebes con él y termina rápido

La melena del bárbaro se le enredaba en la cara e impedía ver si el golpe iba bien dirigido hacia su cara o se quedaría a unos centímetros de su putrefacto rostro. El fragor del combate apenas le dejaba oír las palabras de advertencia de su compañero elfo.

La criatura se desmorona en un amasijo de huesos, carne putrefacta y harapos.

Eleânail se asoma a la poza y dice: ¿quién sabe nadar?

-No hace falta.- dijo El-Rohir mientras se concentraba.

Y con su conjuro empezó a mover los objetos hacia fuera. 

Tras un buen rato, El-Rohir saca todos los objetos del fondo del pozo. El cofre contiene 380 piezas de oro, dos enormes rubies de 500 piezas de oro cada uno, una antigua figura de oro de una antigua diosa de Osirion con cabeza de gato por valor de 1500 piezas de oro, y una varita de cristal mágica. El-Rohir lo identifica como una varita de levitar, con 9 cargas en su interior.

-Hemos tenido mucha suerte de que ese muerto viviente no nos golpeara.- dijo El-Rohir.- ¡Gracias a Desna! que sin duda vela por nosotros.

Las monedas iban cayendo en la bolsa. Y luego vinieron los rubíes y la estatuilla, y por fin la varita... que no se movía. El el elfo sacó una liviana cuerda de seda, hizo un nudo y tras varios intentos con la mano de mago consiguió enganchar el objeto para sacarlo tirando.

Cuando el clerigo epieza a sacar las monedas sighvat se despoja de su armadura, engancha una cuerda, la tira al pozo y se arroja al agua junto con su hacha. Sorprendentemente el barbaro no solo flotaba si no que se movia con soltura en el agua. Desde abajo comenzo a ayudar al elfo a sacar todo lo que el pozo contenia.