Partida Rol por web

Mientras camináis y el olor se  va haciendo más intenso...

- Toda esta zona por la que estamos pasando fue declarada hace unos años reserva natural, para impedir incendios y cazadores furtivos, se levantó una torre de incendios hace ya más de nueve años. Casi todo el día permanece Robert Marshall en ella, siempre vigilante.

- Sí, a veces viene al observatorio a hacernos una visita y preguntarnos cómo va todo. Es un hombre agradable y educado.

- Por lo que tengo entendido todo el mundo en el pueblo le respeta, excepto los cazadores furtivos claro- señala un punto hacia arriba, podéis ver ahora una torre de unos 10-15 m de altura sobre una colina -allí es donde vamos.

Konrad arrugó la nariz; el mal olor iba haciéndose cada vez más intenso y persistente, y no creía que una colonia de simios grandes pudiese oler tan mal ¿De donde vendría todo aquello? Puede que el guardabosques supiera más al respecto.

Sus compañeros habían hecho un trabajo magnífico convenciendo a aquella señora y por el creciente olor podría decirse que también se estaban acercando al origen de todo aquel misterioso acontecimiento.

Michael ojeó el estado de la torre, así como la vegetación colindante y cualquier animalillo que pudiera indicarle algo inusual.

- Dios, que mal olor... no puedo evitar pensar mientras nos acercamos a la torre.

Desde la lejanía voy oteando el terreno y la torre en sí, si alguien ha visto algo ese será el tal Marshall, espero que esos humanoides no sean quienes huelan así. 

Véis un resplandor metálico y una sombra sobre el sol. Ambos fenómenos apenas duran un par de segundos pero no os cabe ninguna duda, había algo sobre la torre.

Me detengo en medio del paseo un poco sorprendido.

- ¿Alguien ha visto eso sobre la torre? Parecía algo metálico, lleva armas el guarda?

Había sido todo muy fugaz pero estaba casi seguro de haberlo visto, desde la muerte del profesor todos sus sentidos se habían... agudizado.

Habría pasado por alto ese detalle si no lo hubieran mencionado, pero al parecer no había sido producto de mi imaginación.

-Sí, algo me ha deslumbrado y me pareció tambien ver una sombra sobre el sol, pero a penas a durado un instante antes de desaparecer...

Konrad miró a lo alto de la torre. Nada.

- Yo no he visto nada; tal vez solo fuese un pájaro

Se detiene un momento, caminaba valientemente a vanguardia

- Mi vista ya no es la que era. ¿Están ustedes seguros? ¿Creen que sería conveniente tomar precauciones o continuamos?

—Crreo que yo también lo he visto... —digo al resto. Había sido un instante, pero sí, había sido algo metálico, como lo dicho por Welles y Hall—. No obstante, ¿merrece la pena volverr? Le rrecuerrdo que vamos bien arrmados... Mejor sigamos, perro tengamos mil ojos...

Me sentí reforzado por las palabras de Michael y de Vladimir, al menos ellos también habían visto algo, eso me animó a proponer algo más de prudencia en la aproximación.

- Soy partidario de acercarnos con cuidado, no estamos seguros de quien está ahí arriba... y de como nos recibirá.

Me vinieron a la mente los ladridos del perro, el nauseabundo hedor, los subhumanos y todo ello no me produjo una sensación de peligro difuso.

Algo extraño nos esperaba arriba.

Konrad sacó su revolver

- Desde luego, si algo le ha podido pasar al guardabosques, habría que comprobarlo
 

Al acercaros más a la torre no hay ni rastro de la sombra que os ha parecido ver. La torre es una estructura de hierro de unos 15 m que no es más que cuatro vigas verticales unidas por unas escaleras en espiral que ascienden hasta la cúpula. Os recuerda a las torres de agua que hay por aquí, sólo que en lugar de haber un depósito en lo alto hay un pequeño habitáculo.

Ya en la base de la torre, el hombre está sudando y todavía queda lo peor.

- En la cabina debería estar el guarda, pero me extraña que no nos haya dado una voz desde arriba. Merecería la pena que alguno subiese a ver -dejando claro que él no iba  a pegarse el palizón de subir hasta arriba.

El olor ahora es bastante más fuerte, tanto que Dimitri se tapa la nariz con su pañuelo.

- Yo no tengo la menor intención de subir. Pero les digo que si alguno lo va  hacer, que suba rápido porque este olor es vomitivo -dice arrugando la nariz -nos queda más de una hora a la guardia de mis amigos...

Tenía la sensación de que no habría nadie arriba, el olor era suficiente para alejar a cualquier persona sensata de aquel repugnante lugar.

Pero ahora más que nunca creía que ese era el origen del mismo y no podían marcharse sin esclarecer las causas que lo originaban.

-Yo subiré. – Cubriendo la boca y la nariz con el brazo izquierdo y empuñando el arma con la diestra subió las escaleras.

- Le acompaño, señor Hall

No era buena idea que subiese uno solo; si había peligro, dos armas eran mejor que una solo. Apretó con fuerza la mano que agarraba su revolver, listo para abrir fuego a la menor señal de alarma