Partida Rol por web

Terminaría de poner las cinchas de la armadura pesada en su sitio, miraría seriamente a "Domo", y asentiría:

- Sabemos que tienen al mediano, y que son enemigos. Creo que es hora de actuar. Cuidad de mi caballo y del resto de mis cosas. Vamos sin hacer demasiado ruido pero sin perder tiempo. O será demasiado tarde para Jaime.

Ya estaba preparado de antes, pero volvió a mirar si todo su equipamiento estaba en condiciones, otra vez. Esperaba no tener que hacer uso de la armadura pesada, pero las circunstancias lo requerían. Armado con su espada y su escudo, empezó a caminar, incitando al resto a ir al encuentro de sus enemigos no sin antes comprobar si hubiera algún arma de reserva.

Estaba listo.

Nathan se preparo y eso pero, al final llegaron, parecía ser que había algunas cuevas mas adelante donde se perdía el rastro de Jaime, Sir Hugo como era de esperar quería salir ya, pero yo espere a la respuesta de Domochievski, aun así dije:- Si se sale a por ellos habrá que proteger el carro y los caballos, o puede ser que cuando vengamos no nos quede nada. hay que medir muy bien quien va y quien se queda.

Kurt iba a intervenir, pero Nathan se le adelantó.

-Iba a decir justo éso. Alguien debe quedar vigilando todo el campamento y el vehículo, y protegiéndolo en caso de que sea necesario. No es que las montañas sean muy transitadas, pero basta no hacerlo para regalarle a alguien este trasto con ruedas. Y lo necesitamos. Y quizás vendría bien que lo hiciera alguno más aparte de los designados. 

Grunt ya había facilitado básicamente toda la información necesaria para decidir qué hacer, así que simplemente y al igual que el resto se limitó a dar su opinión.

- Pues por lo pronto, hay que bajar un sendero casi vertical de 10 metros que da al abismo,  así que aquellos que pesen cerca de 200 kilos - dijo mirando al caballero, - deberían pensar en aligerar su peso si quieren acceder al lugar al que vamos. Aunque llevando cuerdas y atando bien a la gente no debería ser un problema el acceder a la entrada de la cueva. -

- Otra opción - apuntó - que puede no ser mala, es conseguir atraer a las criaturas al exterior, no obstante, no sé bien cómo hacerlo.- 

Domochievski ya empezaba a comentarnos lo que haríamos una vez el grupo estuviera con nosotros, excepto un par de los nuestros que se quedarían a cuidar del carro, Valdia e Igor, el resto sería una fuerza que se internaría a salvar al mediano. El grupo de avanzada volvió hasta nosotros y las noticias que traían no eran nada halagüeñas, habían conseguido seguir el rastro hacia una cueva en la que por lo pronto grandes telarañas cubrían sus paredes.  

- Por la sangre de Sigmar que mala suerte hemos tenido.... jamas terminaremos de salir de esas inmundas cuevas.

Los posibles horrores que poblaran esas cavernas fueron enumerados por Grunt y esta vez no contábamos con un pequeño ejército de enanos escoltándonos. Un escalofrío recorrió mi espalda tan solo pensando estar otra vez bajo tierra.

- Siempre se podrían prender las telarañas...a menos que sean arañas y Jaime este atado a ellas, que entonces podríamos asarlo vivo.

-No sabemos nada aún realmente, solo a donde ir-. Señaló Domochievski quien evaluaba la cambiante situación. -Se hará como he dicho. Trojan, Hans y Valdia se quedaran junto a Igor a proteger el carromato y los corceles. Ante un ataque amplio retírense y escondanse, de cualquier forma un atacante no podrá escapar con todo eso en poco tiempo y nuestras vidas valen mas que todo eso. El resto iremos a buscar a Jaime, Lorantha liderará el avance y Grunt la retaguardia. Lleven sus armaduras de placas en una mochila, las subiremos a la cueva que indica Lorantha con cuerdas tal como sugiere, no vamos a combatir desarmados. Una vez en la cueva, nos prepararemos-.

Para Domochievsky era mejor enviar a un grupo pequeño y sigiloso que pudiese infiltrarse y rescatar a Jaime, pero no confiaba en que fueran capaces de ello dadas sus experiencias a lo largo de aquel viaje. Incluso, el no conocer que era lo que enfrentaban le hacia pensar que eso podría ser mas un problema que una solución. Avanzar todos juntos en sigilo era algo que se podría sugerir pero que claramente no funcionaria, y menos contra una araña. Su mejor opción?, para él solo les quedaba atacar rápido y duro.

Quitarse la armadura era una buena opcion de cara a evitar daños innecesarios, así que asintió.

- Tienes razón Lorantha. Este terreno no es el adecuado para ir tan cargado, pero me tendréis que ayudar a atarme las cinchas, y colocarme todo en su sitio rápido para no perder tiempo. Sea como dices.

Preparó todo y aseguró la armadura en un petate para viajar mas liviano. Hacía tiempo que no se la quitaba. De hecho resultaba agradable, pero sabía que la iba a necesitar en un momento. 

Que la Dama nos proteja.

Dejo la alabarda y el resto de impedimenta  en el carromato porque si hay escalar y moverse en silencio mejor ir ligero .Armadura de cuero, un arma de mano y como mucho un escudo si no abulta demasiado  Digo antes de corregirme a mi mismo . Aunque en la cueva no se si veremos algo en la oscuridad  llevar antorchas puede ser un problema , si quemamos las telarañas podemos desencadenar un infierno allí dentro .

Lorantha se acercó a su caballo y tomó todo el material que pensó podía necesitar, un par de antorchas, las dos cuerdas de 20 m., el gancho de escalada, el antídoto contravenenos y el material de sanación.

Acto seguido, y tal y como le había pedido Domochievski, encabezó la marcha de vuelta a la cueva que habían descubierto, nuevamente tratando, como siempre, de hacer al caminar el menor ruido posible.

Le gustase o no, ya se había decidido. Así que el mercenario se puso en marcha, ya estaba preparado para el combate y tenía encima su equipo, así que bastó con seguir al resto hacia aquella cueva. Arañas gigantes... Le parecía recordar, de los relatos de algunos veteranos, que los goblins se subían en esas cosas, domesticadas, y las usaban como caballos. Si se encontraban algo así, seguro que lo disfrutaban mucho. Bastante podían hacer ya los pieles verdes, por canijos que fueran, como para añadirles muchas patas y un aguijón venenoso...

Así que excepto Trojan, Hans y Valdia el resto iremos a buscar a Jaime. Alfred dijo algo que me hizo pensar, iluminación para las cuevas. Si no recordaba mal llevaba una lampara de aceite en la mochila, así que fui a comprobarlo. Me acerqué al carromato donde había dejado la mochila, la abrí y rebusqué en ella. Encontré la lampara y las cuerdas allí también. 

Hice un gesto con la cabeza asintiendo a mi mismo. Cogí los diez metros de cuerda que llevaba, hice un nudo con los extremos y me los colgué del cuerpo, pasando un brazo y la cabeza para que colgaran de mi hombro y cruzaran mi cuerpo. A continuación, cogí la lampara y comprobé que no estuviera rota. Cogí la manta de la mochila y envolví la lampara y el bote de aceite con ella, hice un nudo y me colgué la manta de igual forma que la cuerda. 

una vez terminé esperé a que todo el mundo se preparara.

Grim no le hacía gracia abandonar la carreta, pero si quería seguir en aquel grupo debía acatar las normas y ayudar al resto. Le habían secuestrado a uno de ellos y pensando que a él le gustaría que le rescataran no pudo más que suspirar y comenzar a despejar sus pertrechos para prepararse para el descenso. Se quitó la camisa de mallas dejándola en su mochila junto con el resto de cosas que no iba a necesitar. Se ajustó la chaqueta de cuero que llevaba debajo y el gorro colocado. Dejando el hacha se llevó la maza y una rodela. Iba a ir bastante ligero pero suponía que por el bien del ataque debería ser rápido. Siguiendo el ejemplo de Grunt cogió la cuerda que tenía entre sus pertenencias y se la ajustó al rededor de la cintura y pasándola por debajo de uno de los hombros. Con un extremo libre su necesidad se basaba en tener que encontrar un buen asidero donde poder atarla para no matarse en la bajada.

- Los humanos deberían ir un poco separados si van a llevar luz, aprovechemos la oscuridad de la cueva o nos descubrirán demasiado rápido. - Comentó cuando vio como varios comenzaban a coger lámparas y antorchas para la cueva.

Había plan, no un plan muy elaborado pero teníamos un esbozo y para ser nosotros con eso tendría que bastar. Una vez recogidas mis armas y comprobado que ninguna de ellas se va a deslizar de sus enganches al descender por la cuerda, sigo a mis compañeros esperando que entre ellos tuviéramos suficiente cuerda para salvar el desnivel que habían encontrado. Mientras caminábamos hacia nuestra objetivo, pensaba que tipo de cosas habría dentro de la cueva y lo duro que sería recorrerla si en algún momento nos quedáramos sin luz.

- ¿Como vamos de fuentes de iluminación?. ¿No habría que preparar antorchas o algo?

-Nos descubrirán de cualquier modo Grim, cuando hemos tenido éxito en un ataque sigiloso en grandes números contra un enemigo en su propio terreno. Si se trata de solo arañas gigantes, nos descubrirán antes de que siquiera hayamos acabado de entrar todos a la cueva, y si son goblins, nuestra mejor opción es atacar con rapidez y dureza para confundirlos y dejar que se maten entre ellos- señaló Domochievski quien ya tenía todo preparado y empezaba a seguir a Lorantha.

-Necesitaremos fuego. Encended una o dos desde ahora, y tened las demás listas, o bien vean como preparar un fuego apenas llegar-.

Guiados por Lorantha, el grupo llegó en pocos minutos hasta un lugar peculiar a través de las montañas, se encontraban en medio de la nada, en un costado ligeramente inclinado de las montañas el cual súbitamente terminaba tan solo un metro a su derecha y unos tres metros mas adelante frente a ellos. Por su parte, en su costado izquierdo, la pared de la montaña se elevaba incontables metros, mientras que a considerable altura para muchos, se encontraba la cueva mencionada antes por la elfa. Si bien, está les había informado momentos atrás que solo eran unos diez metros hasta llegar a la cueva desde donde se encontraban, la pendiente prácticamente vertical y la perspectiva que tenían, la hacia verse mucho mas alta.

La cueva de una entrada de unos cuatro metros de diámetro, mostraba en su costado izquierdo una de las peculiares telarañas de las que habían oído hablar y que claramente tenían un gran tamaño, tan grandes como para envolver con facilidad a uno de los enanos si quedaban atrapados en estas.

El bretoniano dio un paso adelante.

- Yo soy de los que mas pesan, sin contar con lo que llevo en la mochila. Así que iré primero, por si me cayera. Además puedo desde arriba tirar a quienes empiecen a subir, quedándome con una cuerda, y si me pongo la armadura, mi peso será bastante mas grande que el de todos los que suban. Eso sin contar con que podría atar la cuerda a algún lugar para ayudaros a subir, y con una armadura estaría en disposición de defenderme si algo viniera a atacarnos. Así que... Lorantha, ayúdame a atarme, y el resto por favor, agarrad fuerte la cuerda por si caigo.

Hechos los nudos, el bretoniano miró al resto por si fuera la última vez y les dijo:

- Cuando llegue arriba, me pondré la armadura lo mas rápido que pueda, y soltaré todas las cuerdas menos esta - señalaría una - que intentaré atar arriba, y que además sujetaré por si el que sube cae, para ayudarle a subir. Así atándoos desde abajo podré ayudaros tanto con mi peso, como mi fuerza, como con el propio nudo que haga.

Empezaría a escalar lentamente, y poco a poco, lento pero seguro, subiría hacia la posición en la que el grupo pensaba que estaba Jaime. Una vez arriba, se empezaría a poner la armadura y y haría el nudo para asegurar la cuerda, y miraría hacia abajo. Tiraría de la cuerda a modo de señal, y agarraría la misma. Estaba listo, era el seguro de vida para los que subieran, aparte de los que ya estaban abajo.

Kurt observó el ascenso del bretoniano, procurando mantenerse alerta por si había que ayudar de algún modo... O frenar un descenso brusco. 

-¿Quién es el siguiente?-preguntó, sin estar seguro de si quería subir ya y quedarse sólo arriba, o quería subir después y quedarse sólo abajo. 

Antes de salir del campamento, recogí del carro un par de cosas que igual podrían servirme dentro de la cueva que los exploradores habían encontrado. La posición de la cueva era un problema, tendríamos que subir por una pared casi vertical hacia la entrada y luego en caso de no encontrar otra salida, bajar por el mismo sitio y diez metros de caída eran muchos metros. Sir Hugo fue el primero de nosotros en tirar de maña para subir por la cuerda, tras verle.....si era sincero no me veía consiguiendo lo mismo que él.

- Desde aquí parece fácil, pero no creo que a Sir Hugo se lo haya parecido. Un mal tropiezo y te partes la crisma.

Grim se quedó mirando como subía el bretoniano con cara de pocos amigos y luego soltó un bufido - Los enanos no estamos para subir como lagartijas por los muros, no se si seremos capaces de subir sin que nos rompamos los cascos unos cuantos. No habrá otro camino? los que se hayan llevado al mediano no habrían podido subir por aquí cargados con uno de los cuerpos no? - Aún así se quedó debajo preparado por si debía agarrar la cuerda del bretoniano impidiendo que se deslizara por el precipicio si se soltaba del muro y comenzaba a rodar hacia ellos.