Partida Rol por web

Melissa portaba su ballesta pesada con ambas manos. Era sólo un disparo el que podría hacer, pero con suerte sería suficiente para alejar a la peluda araña que seguro se abalancaría sobre ella. ¿Es posible que ser pelirroja las atraiga más? quizás se tendría que haber llenado de barro o tierra para disimular su color. Empieza a buscar con la mirada por el suelo, con esa idea recurrente en la cabeza, algo de tierra suelta o barro, pero tras una segundos de histeria se obliga a tranquilizarse y evitar pensar cosas como esas. Se vuelve a meter en el medio de la formación y se protege con ellos.

Esta vez no oirán a la guerrera ofrecerse voluntaria, como siempre, para explorar, ahora callada y con mirada nerviosa, se coloca en medio de la formación con su ballesta cargada.

Una vez completamente preparado y con la sangre hirviendo de la tensión Grim se coloca al principio. - Bueno seré una armería andante así que no pillaremos a nadie desprevenido por lo que todos estaremos en peligro de ataques sorpresa por lo que me parece una buena idea ir intercalándonos. Puede que ir el primero no sea lo más peligroso.- Dice con una sonrisa tras su poblada barba.

Al final Grim decide colocarse en cabeza, era la opción más lógica teniendo en cuenta nuestras habilidades, él es más guerrero que yo y puede aguantar mejor los golpes:-Decidido entonces, me quedo con la retaguardia.-concluyo diciendo. 

Acto seguido desenvaino mis armas, compruebo sus filos y las vuelvo a envainar.

-Su forma de actuar?- preguntó Domochievski. -Si sabes algo que no nos hallas dichos, es mejor ir hablando- le indicó al tiempo que miraba la lampara de Grunt un tanto pensativo, realmente no sabía que tan bueno sería eso o que tan malo, aunque lo mas probable es que fuera bueno. Quien fuera que viviera en aquella cueva, seguramente estaba acostumbrado a la oscuridad, eso era una desventaja.

Los otros comentarios de la elfa, Domochievski simplemente los ignoró. Sabía de sus amplias capacidades y por ello siempre le confiaba múltiples tareas de trascendencia, pero no le gustaba que asumiese un papel jerárquico por militares mas experimentados como el bretoniano o el mismo.

-Al frente irán Lorantha y Grunt, tras ellos quiero a Walter y Alfred con su alabarda. Los dos primeros pueden ver bien en la oscuridad y a demás son buenos exploradores, Walter y Alfred podrán completar el trabajo. Cuando descubran al enemigo, tú deberás pegarte a una pared para permitir que los demás carguen- le indicó a Lorantha. -Al centro quiero a Grim y a Melissa con su arco. Traes ellos iremos Kurt y yo. Al final irán Nathan y Sir Hugo, justamente uno para vigilar bien la retaguardia y el otro para explorarla-.

Al final es Domochievski quién nos organiza, después de que nosotros propusiéramos otra variante, estando Grim al frente. Pero Domochievski es el experto y le haremos caso esta vez. Me desplazo hasta la vanguardia del grupo donde me espera Lorantha:-Para que pueda ver bien en la oscuridad tendré que estar unos pasos por delante del resto del grupo, si no la luz de las antorchas y la lámpara no me dejarán ver bien. Quédate cuatro pasos detrás de mí.-le comento a Lorantha. 

A continuación, desenvaino mi espada y la coloco junto a mi cabeza, con el filo hacia delante y me adentro en la oscuridad de la cueva.

La alabarda se quedo abajo porque pensé  que aquí seria mas  fácil luchar con espada y escudo.Respondo algo fastidiado al ver como mi decisión  puede echar al traste la estrategia del  kislevita .Quizàs puedan atarla y subirla pero no me gustaría arriesgarla si no es imprescindible .

Gruño un poco cuando el kislevita da las ordenes, no me llamaba demasiado la atención tener que luchar con una alabarda en el interior de un túnel y mucho menos cuando tenía que llevar una lámpara para no terminar siendo la cena de alguna sabandija gigante. Pero suponía que tendría sus razones para mandarnos colocarnos de esa manera.

- Pues nada con alabarda y al frente....esto me recuerda servir con las tropas imperiales.

Con suerte no habría algo que nos hiciera salir corriendo y perdiendo la posición mientras nos acribillaban a balazos.

Domochievski había hablado, y el mercenario no tenía ni ganas ni motivos para discutir, así que simplemente asintió mientras se dirigía a ocupar su puesto, con la ballesta en las manos. No era especialmente sigiloso, y menos con la cota de malla... Y, desde luego, sus ojos no se adaptaban bien a la oscuridad, así que no tenía mucha fe en su desempeño en aquellas tareas. 

Con una mirada furiosa a Domochievski Grim se apartó para dejar pasar al Grunt y el resto de vanguardia. Con el entrecejo fruncido se colocó junto a Melissa cuyo arco sería de mucha ayuda o eso esperaba y se preparó para defenderla en caso de comenzar una batalla. Lo habían quitado de la primera fila y eso le molestaba una vez que se había decidido a avanzar el primero pero no rebatió la orden, no era el momento. - Maldita sea vamos a darles una paliza! - Gruño esperando a que comenzaran a avanzar y dispuesto a soltar toda su frustración contra cualquier criatura que se dejara asomar el hocico.

La elfa se encongió de hombros tras las instrucciones de Domochievski, volvió a guardar sus espadas y tomó de nuevo el arco, dejando una flecha preparada para disparar a la menor oportunidad. Si iba a ir en cabeza, además de poder cubrir a su compañero enano, era más que probable que tuviera la oportunidad de realizar un ataque a distancia antes de dejar paso al resto del grupo para el combate tal y como le había dicho el kossar.

Sin más dilación, y unos pasos detrás de Grunt, empezó a caminar hacia el interior de la cueva, caminando con cautela intentando que sus pisadas no sonasen, lo cual, con la chatarrería que la seguía no iba a ser muy complicado. Como iba en vanguardia, intentó dar con el rastro del Jaime, pero la piedra era una superficie poco apta para dejar huellas, así que nada encontró que le pudiera sugerir que encontrarían al mediano más adelante.

De todos modos, su excelente vista y gracias a la tenue iluminación generada por las lámparas, escrutaba cada saliente y cada recoveco de la caberna en busca de cualquier tipo de criatura o del desaparecido líder.

Avanzó a la par que el resto, como un elefante en un cacharrería. Movería cada roca, levantaría los hombros  cada vez que chocaría contra alguno de los salientes de roca.

Igual pretendían ser sigilosos siendo casi una docena armados hasta los dientes... Ni que fueramos exploradores expertos todos...

Apretó el puño en el pomo de la espada, y miró alrededor. Tampoco veía mas lejos que el compañero que tenía delante... Así que esperó caminando lo mejor que podía.

-Ya es tarde para pensar en eso- dijo Domochievski en relación a la respuesta de Alfred sobre la alabarda -Ya lo lamentarás cuando nos topemos a esas cosas-. Y con sus palabras, el grupo inició la marcha en las posiciones que habían acordado. Avanzaban rápido y con cierto sigilo, aunque era poco probable que alguien acostumbrado al silencio de aquella cueva no les escuchase acercarse con rapidez.

Avanzaron cerca de 25m en línea casi recta hasta que llegaron a una pequeña bóveda interna 12x6m, una exploración rápida les hizo ver que no había ningún peligro allí. Fue en ese momento cuando Grim con cierta curiosidad, creía reconocer algo en el suelo, y fue Lorantha quien poniendo atención en ello dio la alarmante noticia de que había huesos a lo largo del camino, eran pocos, algo dispersos y en su mayoría pequeños; pero no obstante aquello, eran un mal indicio.

El camino continuo en un solo sentido dando una vuelta prominente hacia la derecha para luego seguir derecho un largo tramo de mas de 25m. Ahora, el grupo se había detenido de nuevo, se encontraban en una nueva bóveda y esta era mucho mas grande que la anterior, de al menos unos 15m de diámetro y probablemente mas pues la luz no alcanzaba a iluminar toda su extensión.

Empezamos a avanzar hacia la oscuridad de la cueva y el camino empezó a estrecharse. Grim encontró huesos, desperdigados a los largo de túnel. Mal asunto.Seguimos avanzando y encontramos una bóveda en mitad de túnel, que se extendía hacia ambos lados unos metros, al otro extremo de veía la continuación del túnel. Detuve el grupo y Lorantha y yo entramos y cubrimos ambos lados de la bóveda:-Despejado.-dije en voz baja e hice una señal al resto para que avanzaran y alcanzamos el túnel siguiente. 

Avanzamos durante un tiempo más por el largo túnel. Era un poco más largo que el anterior pero se hizo eterno hasta que encontramos otra bóveda, hice otra señal para que el grupo se detuviera de nuevo:-Lorantha, Walter.- dije en voz baja y les hice una señal para que avanzaran por la pared izquierda de la bóveda:-Alfred.-volví a decir y le indiqué mediante señales que me siguiera a lo largo de la pared derecha de la bóveda:-El resto, esperad.-terminé de decir en voz baja. 

Con la espada desenvainada me adentré en la oscuridad e la bóveda.

A Grim le recorrió un escalofrío, aquella cueva tenía huesos tirados por el suelo. - Bueno con un poco de suerte al mediano no lo querrán de plato principal estas bestias, así que no lo matarán tan pronto...- Intentó consolar al resto mientras seguían avanzando por la cueva. Los sonidos se amontonaban mientras las armaduras, escudos y armas golpeaban piedra o entre sí haciendo que por la cueva resonaran muchos sonidos. Sin duda sabían que habían entrado intrusos y estarían preparados. Maldiciendo no podían hacer nada más que mantenerse alerta a las paredes por las que iban avanzando por si había alguna abertura extraña que pudiera indicar pasadizos laterales o trampas.

Con el particular traqueteo de su armadura y sin poder remediarlo, el bretoniano siguió la estela de Domo. Habían mencionado que había huesos por la zona... A saber si alguno era de Jaime. La gruta era enorme. Seguro que algo les acechaba. Aquello estaría lleno de recovecos desde los que atacar... Mas valía tener la mano, y la espada sobre todo preparada para lo peor. Algo le decía que iban a salir de allí a golpe de acero.

Dama... Protégeme...

Con ayuda de la luz que daba la lámpara que Grunt me había prestado, seguía los pasos de este y los de Lorantha hacia el interior de la cueva. Que algunos de mis compañeros señalaran la presencia de huesos dispersos en la boca de la cueva no hizo nada para menguar con el miedo irracional que me causaba a entrar de nuevo bajo tierra. Aunque intentábamos acallar nuestro ruido caminando mas despacio y con mas cuidado, el ruido que causaban nuestras armas y armaduras era ensordecedor. - O son sordos o ya saben que estamos aquí. 

Podía ser cosa mía pero aun con la luz no conseguía ver nada a mi alrededor, siendo así no podía mas que confiar en los compañeros que teníamos en punta. Grunt hizo una señal para que Alfred y yo les siguiéramos al interior de lo que parecía una gruta. - Mal asunto.... Le seguí con reticencia al interior, esperando que lo que abitara esa cueva se hubiera ido.

Huesos. No sabía qué esperaban encontrar el resto, pero a él no le pillaba de sorpresa. En las cuevas de las montañas se decía que vivían muchos monstruos y seres hostiles, como pieles verdes. Era natural que dejaran por allí los restos de sus comidas. Por supuesto no le hacía gracia, pero aquello era irrelevante, iba a tener que echarle huevos sí o sí. Sin embargo, lo que sí le pilló por sorpresa fue el arrebato de Grunt. Parecía que el plan cambiaba de nuevo, y el mercenario se detuvo, indeciso. 

La guerrera sostiene firmemente el arco corto, con la flecha puesta en él. Sus ojos se mueven de un lado al otro, mirando el techo y el suelo con nerviosismo. Con la boca fruncida se queda con el grueso del grupo digan lo digan. Va justo detrás de un enano, Grimm creo que se llama, que le deja disparar por encima de él y a la vez puede defenderla si se acercan mucho.

Siguen avanzando, hasta llegar a una bóbeda, tras indicar que hay huesos, la palabra nido se instala en su cerebro. Estamos en su comedero, es su comedero, temenos que encontrar rápido al mediano y salir de aquí. Que necesidad de entrar aquí por todo lo sagrado...