Partida Rol por web

La Sociedad Fénix 2

Achnacarry (Capítulo I)

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16/12/2012, 14:23
Prudence Urquart

La sonrisa de satisfacción era imborrable de la cara de Prue desde que acribilló al sargento. Phénix y ella se vieron tan embargados por la alegría que hasta realizaron su extraña danza de la victoria (otro chascarrillo de borrachos en el supuestamente representaban como bailaban sobre la tumba de alguien).

Tener que pasar el circuito le pareció una cabronada suprema -¿Esto que es? ¿En venganza?- exclamó. Poco a poco se iba reconciliando con el mundo, los suyos y ella misma, lo cual iba en beneficio de su descanso, a mitad de sueño se despertó, de nuevo había visto Talbot manor destruido, vacío y en silencio. Paseaba por las ruinas recorriendo lo que en otro tiempo fueron habitaciones llenas de recuerdos, hasta los jardines estaban calcinados y llenos de socabones. Un destello llamó su atención, algo entre los girónes de la fuente de bronce con forma de fénix, de los rosales muertos estaban brotando nuevos tallos geminados... Salió de su cama para meterse en la de Phénix y seguir durmiendo abrazada a su querido primo.


Ponerse en formación al día siguiente la hizo ponerse nerviosa, se avecinaban cosas importantes.
Cuando Will nombró a Churchil, sabía que todos y cada uno de ellos se rieron mentalmente exclamando "WINCHI!!!!". Observó al coronel para ver si hacía alguna mueca mientras ella se aguantaba la risa.
Tener a MacDonald delante de ella la hizo abrir una amplia sonrisa, recibió la boina y se la colocó con una inusitada coquetería (era muy femenina, pero cuando la situación era propicia para ello) y guiñó un ojo con picardía. Cuando el sargento se bajó los pantalones y le enseñó el tatuaje casi se cae de culo de la risa.

-Es usted la ostia MacDonald (jajajajaajajajajajaajajaja), me siento honrada (jajajajajajaajajajaja) ande, tapese antes de que alguien lo tome como una invitación, está  poniendose en peligro (jajajajajajajajaja)

Dijo esto último mirando a Remí descojonado de la risa. Ya algo más calmada aunque con los ojos aún llorosos y gesto divertido continuó poniendo tono teatral

-Las crónicas hablarán de la épica batalla de Northkilktown que enfrentó a los paladines de los clanes McDonald y Urquart

Estrechó fuertemente la mano de su ex entrenador

-Buen trabajo sargento. Muchas gracias. Y le acepto esa botella de wisky cuando quiera, a la salud de Escocia! (jajajaja)

Posteriormente, tras unas cuantas muestras de alegría entre ellos miró a Phénix -Hay algo que aún tengo que hacer- les dejó para acercarse a Adrienne, se quitó la gorra.

-Tía yo...
se mordió el labio inferior bajando la vista

-yo... lo siento mucho...
la abrazó y empezó a llorar y a llorar como no lo había hecho desde que supo la noticia. En ese momento se hizo real para Prue y pudo comenzar el proceso de duelo. Después de un rato, sorbiendose los mocos de la llantina hizo un esfuerzo por poder hablar

-Haremos que tío Durand y todos vosotros os sintais orgullosos. Lo juro...

Adrienne supo reconocer en esa mirada la decisión de Irving y Candance, un Urquart siempre cumplía su palabra, siempre, por muy alto que fuera el precio a pagar...

Después de una cariñosa charla se despidieron, logicamente su tía quería hablar con Remí. Se quedó allí sola, un poco descolgada por un momento, mirando de reojo a Talbot. De nuevo la picardía volvió a ella tiñendo cada gesto y movimiento. Caminó hacia él volviendo a ponerse la recién adquirida gorra.

-¿Que tal me queda?

Cualquiera que la viera alucinaría, con las manos cogidas tras la espalda y girando uno de los tobillos, como una quinceañera.

-Estoy recordando... cierta promesa detrás de un matorral...

Se alzó de puntillas, impulsandose abrazada a él y le plantó un besazo digno de una película de Hollywood

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16/12/2012, 17:10
Katerina (Katja) Rustámovna Rustámova

Por fin había finalizado el entrenamiento y todo lo que vino después fue más relajado, hasta la marcha con obstáculos. La manera en que descansé aquella noche y la mitad de la mañana siguiente fue digna de una reina y así me sentí por más que las camas no eran de lo mejor: después de dormir arriba de un árbol aquello era el palacio Peterhof para mí.
El momento de recibir las boinas fue muy emotivo y no pude evitar que los ojos se me pusieran vidriosos al recibir el discurso de la señora Rosseau, no fueron tanto sus palabras como su entonación y esos sentimientos que podían palparse detrás de sus afirmaciones, lo que me tocó la veta sensible. Hubiera preferido no pasar esa vergüenza de ver mis sentimientos expuestos frente a mis compañeros, pero qué más daba, mejor que supieran que bajo esta fachada de pedernal que había forjado el Kremlin también había un corazón de mujer.
Qué decir del culo de MacDonald... me quedé sin palabras y sin aliento de tanto reír. Ya al ver que se estaban dispersando a mi alrededor dije -¡Pues yo me voy a tomar unos vodkas, que bien merecidos me los tengo! ¿Quién me acompaña?

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16/12/2012, 20:26
Richard Cahun

Saludó a todos uno a uno, estrechando las manos de todos menos la de la dama Rosseau a la que se la besó como el caballero que no era, pero que se esforzaba en ser. Las palabras del sargento escocés estarían en su cabeza desde entonces, no se consideraba un buen líder, pero si algo sabía es que un líder era tan bueno como los hombres y mujeres que comandaba, observó a su alrededor y sonrió satisfecho, pues aquellos hombres y mujeres eran de lo mejor que había visto. Ojala hubiesen estado junto a él en Francia.

MacDonald demostró que cumplía sus apuestas con honor y todos rieron y jalearon al sargento, él incluido, estaba mucho más relajado, era lo que tenían los permisos. Iría a beber con sus compañeros y a pasar una buena juerga, las últimas horas las dedicaría a escribir a Constance una carta que nunca enviaría.

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17/12/2012, 18:55
William Talbot

El coronel parecía dispuesto a llevar mucho más allá la propuesta. Pero no lo haría allí, delante de todos. Para eso tendrían el permiso. La miró con expresión dulce, muy diferente a la que había tenido durante el entrenamiento.

-Prepara una maleta cuando quieras, que vamos a ver a tus padres -le dijo.

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17/12/2012, 18:57
Adrienne Rosseau

La señora Rosseau había esperado a que dejara de besarse con William para contestar a sus primeras palabras. Se acercó luego y le sonrió, despacio. No sabía muy por qué estaba pidiendo disculpas, pero podía intuirlo.

-No te preocupes, niña. Estabas muy lejos de aquí y no pudiste enterarte. Además, tu tío murió de la manera que siempre quiso: dando la vida por aquellos que le importaban. Ya era muy viejo, y la espectativa de morir en la cama por una enfermedad le tenía algo crispado.

Le acarició su pelo naturalmente desordenado de forma maternal.

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17/12/2012, 19:19
Rémi Phénix Rosseau

Phénix aún recordaba el grito de frustración de MacDonald cuando fue abatido y la posterior danza de Prue y él antes de caer exhausto al suelo entre grandes carcajadas, mientras se mantenía en pie para recibir los honores por haber superado su fase de entrenamiento.

Cuando Little Mushroom se detuvo a su lado, entregándole la boina, este la cogió y se la colocó con gracia francesa. Se cuadró respondiendo al saludo de aquel pequeño gran hombre y no dudó en responder a su comentario.

-Sargento, tenga por seguro que si he superado las dificultades a las que se refiere se lo debo a usted. Y a ellos -añadió en referencia a sus compañeros-. Es un gran instructor. Y otras cosas, pero eso lo dejaremos para cuando compartamos un buen whiskey.

Sonreía como un niño, mirando a su madre mientras esta hablaba y a la que guiñó un ojo cómplice cuando pasó a su lado. La había echado enormemente de menos durante aquel tiempo que iba desde su partida al Brasil para buscar a Prue hasta el presente. Hubiera querido estar con ella. Ayudarla a superar el duelo, pero sabía que era mucho más fuerte de lo que él sería jamás. Y entonces llegó la gran revelación. MacDonald y su promesa de tatuarse una nalga. Ver su culo sonrosado, lampiño y ligeramente rebotero, con la seta grabada en él, le provovó un inevitable acceso de risa. Una visión ante la que no pudo guardar silencio.

-Por Dios, MacDonald, que no me entere que ese culito pasa hambre.

Las risas pronto fueron coreadas por unos y otros en un momento en el que el recuerdo de una larga caminata, marchando con una mochila llena de piedras, parecían pertenecer a otra vida. Y la vida regresaba a sus cauces de normalidad. Se rompieron filas, cada uno empezó a moverse como en un salón de baile y él se acercó a Adrienne, que en aquel momento había sido convenientemente monopolizada por Prue. Aguardó en un discreto segundo plano. Prue necesitaba hablar con su madre, decirle lo que escuchaba estaba diciendo y necesitaba hacerlo a solas. Oyó a ambas, dejando en su recuerdo las palabras de Adrienne acerca de cómo quería morir su padre y sonrió con tristeza para sí.

Cuando Prue se separó de ella, Phénix se acercó a su prima y la abrazó con fuerza. Un abrazo cargado de fuerza y sentimiento. Un abrazo que hablaba de toda su vida anterior, del dolor y de la pérdida del presente reciente, ambos compartidos, y de la esperanza en el futuro.

-Gracias, Prue. Ella jamás lo diría en voz alta, pero sé que necesitaba tus palabras, tu pésame -dijo en un susurro a su oído, antes de besarla en la mejilla-. Y ahora es mi turno para estar con ella. Tenemos mucho de lo que hablar.

Se despidió con un guiño y un gesto de la mano antes de encontrarse con Adrienne.

-Mamá -dijo abrazándola y besándola - ¿Cómo te encuentras? Y por favor, nada de paños calientes. Solo la verdad. Te has puesto ciega a chocolate, ¿verdad? -dijo consciente de la pasión de su madre por aquel producto, especialmente cuando estaba deprimida-. Bueno, ya has oído. Estoy de permiso y espero que puedas dedicarme algo de tu tiempo. Buena parte de él, de hecho.

Fue entonces cuando la voz de Katja se impuso como un trueno sobre los cuchicheos de las diferentes conversaciones.

-¡Pues yo me voy a tomar unos vodkas, que bien merecidos me los tengo! ¿Quién me acompaña?

Phénix soltó una nueva carcajada ante la espontaneidad de aquella mujer.

-Me temo que yo no. Al menos, no de momento. Tengo otros planes -dijo tomando de la mano a Adrienne-. Y después, bueno, hay cierto casco enemigo que debo devolver a su dueño. Con intereses.

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17/12/2012, 20:04
Eric Rusell

Eric saluda tanto al sargento como al comandante, así como a la señora con cordialidad. Al fin y al cabo, habían cumplido las expectativas. Su entrenamiento fue superado por éxito y se embarcaban en una nueva (y arriesgada) "aventura". Las misiones que les mandarían a partir de ahora serían de vital importancia para vencer en la guerra que abatía el continente. Y eso gustaba al australiano, que solo pensaba en la acción en el campo de batalla. Para eso fue entrenado.

Ahora por el momento tocaba descansar y desfogarse. Y la idea de irse a algún bar a tomar algo fuerte le motivaba.

Creo que me uniré a las señoritas en su idea de ir a tomar algo. Es mas, es mi deber, alguien tiene que protegeros de tanto aprovechado que anda suelto.

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17/12/2012, 20:54
Adrienne Rosseau

Su madre le miró cuando dijo aquello del chocolate. Entonces puso una cara como entre fastidiada y cogida en falta, torciendo el gesto como si dijera "ya estamos otra vez", aunque con un mohín gracioso. Luego miró a su hijo y como le cogía la mano. A veces seguía teniendo cosas de niño pequeño. Y para una madre su hijo siempre era el niño que una vez había tenido entre sus brazos, y que no era más que una cosita preciosa a la que había parido con gran dolor, pero que luego le había recompensado al ver crecer un pequeño angelito en este mundo.

-Claro que si. Podemos ir con tu prima a ver a los Urquart si quieres. Tu tía Candance seguro que se alegra de verte.

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18/12/2012, 00:26
Katerina (Katja) Rustámovna Rustámova

-¡Excelente Rusell! -exclamé apretándole un hombro con suavidad -Ven porque quieres emborracharte, en cuanto a nosotras -miré divertida a Persia -No creo que seamos del tipo de mujer de la que se puede uno aprovechar, de todos modos es apreciada tu caballerosidad -le guiñé un ojo.
Estaba de una pieza con eso de que la señora Rosseau era la madre de Phénix, los veía un tanto apartados hablándose con una dulzura que me reconfortó a la distancia y el beso de Persia y el coronel, ¡eso sí que no me lo esperaba!
-¿A dónde podríamos ir sargento? -le pregunté a MacDonald -¿Puede recomendarnos un buen lugar para beber? De más está decir que está invitado también si nos quiere acompañar...

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18/12/2012, 02:33
Prudence Urquart

El ambiente distendido, y sobre todo el poder acercarse a sus familiares estaba resultando la mejor medicina del mundo. Recibir el abrazo y los besos de los Rosseau la emocionó profundamente.
Disfrutó del beso de vuelta de Will mientras la estrechaba aún más contra sí, cuando quería era muy cariñoso, cuando quería... y aquella muestra de afecto frente a todos sus compañeros "de trabajo" era algo absolutamente inusitado que la llenó de alegría.
Estaban mirandose como tortolitos cuando escuchó a Katia clamando vodka a voz en grito, se rió sonoramente.

-¿Te importa si antes lo celebramos con los compañeros? Les prometí que lo haría cuando le diéramos una lección a McDonald, me parecería feo no hacerlo...

Puso morritos y pestañeó comicamente, un gesto muy años 20 que aún conservaba.

-Salgamos de fiesta esta noche y mañana temprano vamos a casa ¿Sí? Anda... que hace mucho que no bailamos...

Esa mirada traviesa era irresistible y quería decirlo todo. Esa noche prometía ser como las primeras, un nuevo comienzo para ellos y un bonito recuerdo con el que soñar en los duros momentos de las próximas misiones.
Tiró de él, cogidos de la mano y con sonrisa de tonta, para acercarse al grupo

-No se si encontraremos vodka Katia, pero te vamos a enseñar lo que es el wisky de verdad. Y McDonald claro que viene (jajajajaajajajajaa)

Con el coronel cogido de un brazo agarró al sargento por el otro

-A ver donde nos lleva eh? Que hay que dejar bien alto el bastión escocés

Sonreía pletórica, así era ella, divertida, llana y preocupada por todos. Miró hacia atrás, Remí se quedaba con su madre, lo comprendía pero le iba a echar de menos.

-Primito, si cambias de idea ya sabes, sigue el eco de mi risa!

Prue cuando reía con ganas era como una soprano de ópera, se la oía a leguas. Algo sorprendente para un cuerpo tan pequeño, como sus ronquidos...

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18/12/2012, 18:49
Rémi Phénix Rosseau

-Parece que el viaje a casa de tía Candance se va a retrasar -dijo un sonriente Phénix-. ¿Ves, mamá, cómo siempre ella tuvo la culpa arrastrándome por el camino de lo disoluto y de los placeres de la vida? Y yo siempre he sido débil. Debe ser esta sangre francesa mía que me convierte en un bon vivant. Y de eso, tienes la culpa tú -dijo echándose a reír al tiempo que plantaba un beso en la mejilla de Adrienne-. ¿Te importa si me uno a la celebración? Sería muy desconsiderado de mi parte rehusar el celebrar nuestro éxito, ¿verdad? -dijo poniendo cara de niño bueno-. Sabía que dirías que sí. Lo he visto en tu mirada -dijo a su madre que no había abierto la boca-. Prueeeee, esperaaaaa -gritó echando a correr tras ella, una imagen demasiado habitual y recordatorio de sus múltiples y descarriadas aventuras.

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20/12/2012, 00:33
Director

Tras montarse en un par de jeeps, condujeron durante dos horas hasta llegar a Edimburgo, donde estaba la auténtica marcha. No lo sabían, pero era el día nacional de Escocia (30 de noviembre), y el pub de Finnegan estaba lleno hasta la bandera. Les costó encontrar una mesa, pero al final, por respeto a los galones de sus uniformes, una pareja se marchó al poco de que llegaran. La música del fiddle sonaba junto a los pisotones acompasados de los irlandeses y los escoceses que se habían sumado a la fiesta, y el alcohol corría a raudales.

Prudence tardó dos segundos en soltarse la melena. Si es que la traía puesta.

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20/12/2012, 04:10
Prudence Urquart

Cuando Remí decidió incorporarse corrió hacia ella levantandola en peso. Una estampa que distaba poco de la del primer día en Achnacarry, cuando acabarron bañados en barro. Prue gritó de alegría y cosquillas. No paró quieta en todo el viaje, iba en el jeep en cabeza y casi los mata a todos del susto por que la muy loca a punto estuvo de salir rodando por la carretera.

Llegando al pub ya estaba medio ronca, sin embargo al entrar y recordar que era san Andrés se le abrieron los ojos como dos soles a la vez que emitía un agudo grito muy folklórico. Empezó a saltar al ritmo de la música mientras se abrían paso entre la multitud, el lugar estaba abarrotado pero la hechura y cara de Cahún ayudaron a avanzar rapidamente sin codazos.
Una vez en la mesa tiró al fondo boina, chaqueta y corbata, se sacó la camisa, la anudó a la altura de las costillas, se remangó y abrió el escote dejando apenas un par de botones de tope. Miró a los chicos y gritó (era la única manera de medio entenderse entre el bullicio)
-¡¿Que quereis?!
Les vio debatir y responder algo pero no se enteró de nada, aún así alzó el pulgar en gesto afirmativoLuego cogió a Katia de la mano para arrastrarla con ella
-¿Conoces la expresión "pregunta tú que tienes tetas"? Pues vamos, así nos atenderán antes
No le dio lugar a recular, serpentearon medio bailoteando hasta llegar a la barra. Como ambas eran mas bien bajitas se apoyó en el reposapies y se impulsó sobre la barra como si se asomara al borde de una piscina dejando ver ampliamente el escote. Hizo un gesto animando a Katia a que hiciera lo mismo. 

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20/12/2012, 09:17
Katerina (Katja) Rustámovna Rustámova

Me dejé arrastrar entre risas, la desfachatez de Persia me resultaba encantadora, la imité y yo también me solté el cabello, me gustaba llevarlo de lado cuando lo tenía suelto. Había realmente muchas personas en las calles de Edimburgo y el pub parecía que iba a vomitar gente de un momento a otro, aunque me temo que era más posible que la clientela saliera a vomitar de él. Los muchachos se acomodaron en una mesa cerca de una ventana que dejaba contemplar la alegría que reinaba en las calles, los días festivos distaban de ser así en Moscú, solían ser más parcos en alegría y más fuertes en bebida aunque todavía no había visto beber a mis compañeros... Algo que sin duda tendría remedio pronto. Me desabroché la camisa hasta donde nacía el corpiño, me subí las mangas (hacía mucho calor, por lo menos allí adentro) y reclinándome sobre la barra dije al cantinero -Ey! Queremos unas bebidas por aquí, ¿Nadie puede ayudar a una dama sedienta? -sonreí y le hice ojitos*.

Notas de juego

*Pestañear repetidamente y sonreír.

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20/12/2012, 20:51
Eric Rusell

Eric se dejó llevar por las dos mujeres a uno de los bares de Edimburgo. Conocía el lugar lo suficiente como para saber moverse, pero no lo suficiente como para ir a un buen bar para echar un trago. Claro que el lugar daba igual siempre y cuando uno pudiera llevarse algo al gaznate. 

Tras entrar en el bar de Finnegan y ver el ambiente, el australiano solo pudo sonreír. ¡Bendita Escocia! las pintas y el whisky bailaban ante sus ojos y ya tenía ganas de llevarse un buen trago de esos elixires. Se sentó junto con sus compañeros en una de las mesas libres -suerte tuvieron de encontrar una- y sonrió animadamente al ver el "desmelene" tanto de Prue pero sobretodo de la rusa.

Bendita madre patria rusa- dijo- y sus mujeres que alegran la vista de este pobre australiano.

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20/12/2012, 22:12
Katerina (Katja) Rustámovna Rustámova

Me reí pícaramente -La madre patria le da a sus hijas todo lo que necesitan, y a veces un poco más -lancé una carcajada inclinando la cabeza un poco hacia atrás, luego lo miré y le dije -Vamos a ver cuánto aguantas tomando, como te dije, nunca se sabe con quien anda uno hasta que se bebe con la persona y estoy muy interesada en compartir unos cuantos tragos contigo - "Y saber si tienes resistencia, porque lo que te voy a dar te va a dejar muerto", pensé para mí mientras le sonreía de costado; tamborileé los dedos sobre la barra con impaciencia -¡Por las barbas de Belcebú me muero de sed! -alcé la voz un poco para ver si esta vez obtenía la atención del barman.

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21/12/2012, 01:28
Prudence Urquart

Prue algo impaciente, los camareros tras la barra no daban a basto, decidió tomar una medida... extrema.
Tiró de la camisa de Katia abriendola del todo y le estrujó los pechos mientras gritó con una potencia asombrosa

-¡¡¡EH BARMAN!!! ESTAS TETAS TIENEN SED Y YO TAMBIÉN! NECESITAMOS WHISKY!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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21/12/2012, 23:33
Rémi Phénix Rosseau

Phénix que se había subido a la mesa para bailar, casi se cayó de culo al escuchar gritar a Prue.

-Richard, no me negarás que mi prima es una de las mujeres más elegantes con las que te has cruzado en tu vida, ¿verdad? Tiene ese toque de sutileza y oportunidad que la hacen única -dijo entre carcajadas-. Pero creo que necesita algo de ayuda masculina.

De un salto bajó al suelo y en tres zancadas se colocó junto a la barra sobre la que se aupó para saltar, finalmente, al otro lado ante el estupor del barman.

-No me mires así, MacAlgo. Estás hasta arriba y necesitas ayuda. Y estas señoritas también. ¿Qué decíaS que queriais? -dijo mirando con total descaro los pechos de Katja-. Pero antes que nada. ¿Nos conocemos de algo? Me recordáis a ciertas gemelas muy sedientas ellas. ¿O eran gemelos? -dijo nuevamente entre carcajadas al tiempo que cogía una botella de whiskey del aparador y unos vasos y empezaba a servir-. Se paga religiosamente, eso sí, y Prue, las gaitas y demás mandangas están bien pero, ¿sabes qué necesitamos aquí? -dijo a su prima con una sonrisa cargada de malicia y picardía-. ¡COOOOOOONGAAAAAAAAAAAAA!

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22/12/2012, 03:32
Director

La fiesta se había animado con las tetas de Katja, sin duda. Ya les habían puesto unas pintas cortesía de la casa, pero la escena de Rémi estuvo a punto de saldarse con una genuina pelea de bar escocesa. El barman se quedó quieto, mirando como cogía la botella de whisky, y luego sugería lo de la conga. Luego comenzó a reirse, y el ambiente volvió a relajarse.

Uno de los parroquianos se acercó a Remi y le miró. Era un mostrenco de aspecto patibulario y grandes patillas pelirrojas. Se quitó un palillo de la boca, acertó a la escupidera esputando a tres metros y luego le miró, tocando su pecho con el dedo índice como si le señalara.

-Tu y yo, francés. Duelo de bailes céilidh. Ahora.

Los parroquianos hicieron hueco y él comenzó a taconear, con un ritmo creciente del fiddle. Las reglas eran muy sencillas: el que no podía mantener el ritmo debía pagar la ronda a quien lo perdía. Pero al final, ambos acababan bebiendose una pinta antes del siguiente desafío. Las reglas le parecieron lo suficientemente justas a Rémi.

Notas de juego

Una tirada de Interpretación [Danza]

xD

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22/12/2012, 13:26
Rémi Phénix Rosseau

-De acuerdo -dijo Phénix entre carcajadas-, aunque no sé bailar eso. Mis piernas se harán un nudo. Pero luego, escocés, te marcas un vals conmigo - apuró la pinta, secándose la espuma de la boca con una manga, tras lo cual miró un segundo a Prue, a  la que guiñó un ojo y empezó a taconear con la gracia de un pato mareado sin sentir vergüenza alguna.

- Tiradas (1)