Partida Rol por web

El grito llamó la atención de Hinazuki, que no perdió detalle a la reacción de Ninya. Instintivamente se preparó para rechazar un ataque cuando Nin se acercó. Escuchó sus palabras, pero no se relajó los músculos. Vio entrar a Jaster con el bribón de Roxo detrás y las armas desenfundadas. Iba a preguntar qué pasaba, pero Jaster habló por sí mismo.

“No me gusta. No tengo armas, más que el escudo. Tengo que ir por mi espada.”

Jaster se esfumó tan rápido como había venido. Nin empezó a moverse también. Hinazuki salió disparada hacia el pasillo en cuanto Nin la dio la espalda, no pensaba quedarse a esperar a esos mercenarios.

-¡Responderás de Kalida con tu vida!- alcanzó a gritar antes de desaparecer por la puerta.

Descolgó su escudo, dispuesta a abrirse paso a golpes si fuera necesario.

De acuerdo, voy a la izquierda con Bubú

Bubú y tu os desplazais hacia la zona izquierda del bosque, una vez os vais acercando podeis observar como podríais aprovechar la situación para darles una oportunidad a los demás. Es un momento propicio para tratar de atemorizar a los guardias desde la espesura.

Una vez te has situado, puedes ver que hay cierto eco debido a las formaciones rocosas de vuestro alrededor, tratas de buscar una forma de amplificar el grito de Bubú mediante un convencional cuerno improvisado, intentarás simular una invocación de una gran bestia y gritos de barbaros acercándose.

Una vez Shin y Ross están en su lugar, te cubres haciendo parecer que llevas el hábito de un mago y utilizas un palo a modo de cayado mientras gritas al son:

Dejadles y desapareced!! traeré al peor de los demonios del averno para exterminaros!!!........ PACIFICUS TOTALIS!!!! VEN A MI BUBÜ GRAN DEMONIO DEL BAJO INFIERNO!!!!!!(tras 2 seggundos se escuchan los gritos de bubú a través del cuerno improvisado, aparentando ser una criatura gigantesca)

Una vez realizado esto, retrocedes hasta la espesura, donde no puedan verte y tratas de mover arboles y provocar pequeños desprendimientos de rocas que simulen el paso de una gran criatura. Tras ello tratas de simular el grito y los sonidos de barbaros corriendo a través de la espesura directos hacia ellos.

GRGRGRGRGRGG, aRGHG.....(SONIDOS DE GUERRA)

Espero que funcione y les de una oportunidad a los demás..... Tras preparar todo, te escondes en la espesura sin perder vista del campo de batalla y a la espera de los guardias.

Tus compañeros ya se habían alejado uno hacia cada lado cuando en el interior de tu mente escuchaste algo, levemente.-Cuidado con el del caballo…aun tienes que cumplir tu promesa…- En un principio no entendiste lo que era, pero poco a poco te diste cuenta de que seguramente había sido uno de los pensamientos de Umbra.

Roxo miraba la habitación cómo si fuese el infierno mismo, el sitio donde sabia que una sola palabra fuera de lugar y acabaría muerto probablemente.

"Vaya puntería tiene el principito, traerme a una sala con 3 magos y una inquisidora yo me largo en cuanto pueda, no parece que vaya a conseguir nada con esta gente"

Roxo fue acercandose hhaciael pasadizo por donde habían entrado Jaster se giro con intención de atravesar aquel pasillo nuevamente, con lo que Roxo fingió estar simplemente inspeccionando los alrededores, de forma bastante lamentable hizo ademán de seguir a Jaster, pero entonces la inquisidora le siguió, gritando a amenazaslas cuales no sabia muy bien a quien dirigía la chica.

Cuando la inquisidora se hubo marchado y Nin ya estaba bajando las escaleras Roxo empezó a sentirse raro.

-¿Que te pasa debilucho? No eres capaz de moverte, no eres capaz de tomar una decisión - Era el propio Roxo quien estaba hablando, pero su voz, su posición, incluso su aura* habían cambiado completamente.

-Callate, tengo que pensa' no es como si me fue'a a mete' a un pasillo con t'es magos po' las buenas, pe'o tampoco voy a segui' a esa inquisido'a, doña "mandomucho"-Roxo creía en todo momento que aquellas palabras las estaba pronunciando en su cabeza, hablando consigo mismo, insultandose para que llegase a tomar una decisión. Pero no era así, Roxo hablaba con fuerza, alto y claro, mientras que la otra instancia que le invadía hablaba de forma más tenue, con una voz más grave y honda.

-¿Por que no les matas? Ahí abajo seguro que esta oscuro, lo pprimero, primero a Nin, luego a Kobato, y por último a esas dos chicas jjajajajajajjaja, será divertido ver como lo hacemos-  

Roxo sacudió la cabeza rápida y fuertemente, como intentando aclarar la mente, intentando que aquellos "pensamientos" se alejaron,ajeno a lo que estaba diciendo.

-No voy a hace' nada de eso, ese chico fue capaz de pa'a'nos a todos en tan sólo un segundo, la niña casi me incine'a y la ot'a es capaz de hace' ve'dad cosas que no existen, y la ot'a a sabe'lo-

"No me puedo quedar aqui sin hacer nada, pero tampoco quiero seguir a nadie, no se que hacer" 

En ese instante Roxo sustrajo una moneda y la tiro al aire, atrapandola y tapándose con la otra mano al caer 

"Escudo voy con Jaster, corona voy con Nin"**

Roxo destapó ka moneda poco a poco, y vio como en la moneda había un escudo grabado.

-No queda otra, me toca salir- Roxo guardo la moneda, desenfundar la daga y salio por donde había venido, intentando no hacer ruido por si algún otro mercenario hubiese bajado, y siguió así hasta la puerta que daba al pasillo que llevaba al salón donde había estado esa mañana.

"Espero no haberme equivocado "

-Muy bien yo iré a la derecha.

Voy lo más sigilosamente posible a la parte derecha del claro, preparado para emboscar al guardia más cercano.

"Aún no ha empezado mi trabajo, pero no puedo permitir que le hagan nada. Debo defenderlo a toda costa... defenderlos a todos." De pronto escucho unas palabras parecidas a un hechicero invocando una bestia maligna... pero esa voz es inconfundible, al menos después de haber pasado varios días con él. "Bravo Mordeim. Espero que al menos puedas distraerles para que Shin y yo entremos más fácilmente."

Hinazuki corrió de vuelta a la habitación por la que había entrado esta estaba vacía. Al asomarse por el pasillo con cuidado y alerta lo único que escucho fueron los sonidos de acero chocando. En el suelo yacía el cadáver de un soldado, portaba una armadura que reconociste casi al instante, eran los mismos soldados que habías acompañado durante la realización de la purga.

Sin mucha mas distracción fuiste hacia la sala en la que habías dejado tu espada, seguía allí, apoyada en la mesa, solitaria. Junto a ella no había ningún otro arma. Eso significaba que todos estaban armados.

La situación era sumamente extraña, Jaster permanecía en pie cerca de la puerta con una dejando entrever una mirada de preocupación hacia Serara mientras los tres soldados le rodeaban. Antes de que estos pudieran hacer ningún movimiento el grito de Mordeim se escucho en el pequeño claro. Lo continuo un chillido que hizo intercambiar miradas a los soldados de forma asustada, pero antes de que pudieran hacer nada el que parecía el capitán hablo desde su montura.- Mantener filas, nuestro trabajo es acabar con los herejes y sus criaturas del mal, yo me encargare de ese.- Dijo mientras bajaba del caballo y miraba hacia donde había venido el grito intentando descubrir donde se había metido el causante de aquel grito pagano. Después del movimiento de unos arbustos su rostro mostro una sonrisa y desenfundo dos espadas de su cintura. Comenzó a caminar hacia la dirección en la que se había escurrido Mordeim sin miedo alguno.

-Te pediría que te entregaras, pero no estoy de humor para llevar prisioneros. Casi prefiero pelear con esa aterradora bestia de la que hablas.- Dijo en un tono bastante convencido mientras movía el hombro derecho de forma rotativa como aquel quien calienta o estira antes de hacer un movimiento habitual.

Esta claro que no se han amedrentado.Parece que el capitán se acerca para convertirme en lonchas. Debo regresar junto con Shin y Ross, yo solo no puedo hacer nada contra el, unicamente distraerle para que Jaster acabe con sus secuaces mientras tanto. Tratas de correr los más rápido posible y de forma sigilosa por la espesura del bosque hasta llegar a Ross y Shin, mientras tanto Bubú observa tu alrededor para advertir cualquier cosa y señal del capitán acercándose.

Recogió su arma y salió tan rápido como había entrado. Preparada para combatir, Hinazuki corrió de vuelta a la habitación donde previamente estaban Nin y Kalida. Paró solamente para recoger una antorcha, que llevó en la mano del escudo, colgándose el mismo a la espalda. Siguió el mismo recorrido que usó para ir a la habitación, por lo que esperaba no encontrarse a nadie. Pensando en la oscuridad de la ruta de escape que había planteado Nin había olvidado el cádaver de su antiguo compañero, y tropezó con él. Cayó bruscamente, dañándose la rodilla y la cabeza, que rebotó levemente en el interior del casco ya que iba mal sujeto.

Más o menos recuperada, se dispuso a recoger sus pertenencias, las cuales había dejado caer de sus manos. La espada estaba al lado de la cabeza del cadáver, e Hinazuki vio su rostro. Era Gero, la mano derecha del capitán, un luchador imbatido en los entrenamientos.

“Sólo alguien muy fuerte podría haber acabado con él sin sufrir ninguna herida grave. No puede haber sido ninguno de aquellos niños. Me resulta complicado pensar que Nin pudiera matar a nadie, así que las posibilidades son reducidas. O el árbitro de Azur ha vuelto o el rey sabe defenderse. Espero de corazón que no sea la primera.”

Antorcha y espada en mano, Hinazuki se dispuso a saltar a la trampilla a buscar a Nin. No pensaba quedarse a pelear contra sus antiguos compañeros. Además, existía la posibilidad de que el capitán Urlos estuviera con ellos. Y por encima de todo no quería que aquellos niños se vieran involucrados con la inquisición. La iglesia no perdona, sabía bien de primera mano.

Absorta en sus pensamientos, Hinazuki se topó de bruces con Roxo. No esperaba encontrarse a nadie todavía allí. Instintivamente cargó contra él dispuesta a cortarle.

Cuando se dio cuenta de quién era ya era tarde. Soltó la espada y la antorcha para evitar heridas mayores y se preparó para el inminente golpe.

Al ver como Hinazui se abalanzaba hacia el sin dar explicación Roxo se puso en posición de defensa, pero en cuanto Roxo vio como la muchacha soltaba la espada y la antorcha que portaba, entendió que no quería dañarle, o por lo menos no mortalmente.

"Me habrá confundido con un mercenario, o a lo mejor me quiere impedir el paso, sea como sea no pienso dejar que ocurra"

Roxo hizo rápidamente un giro de 180 grados sobre su pierna izquierda, dio un paso hacia delante con la derecha, para separarse un poco más de Hinazuki, salto dando nuevamente un paso en la pared mas cercana y ejecutando un mortal hacia atrás con las manos a la espalda, encogiéndose lo mas que pudo sobrevolando a Hinazuki que avanzo sin chocarse con Roxo y efectuando un aterrizaje con una pierna flexionada y la rodilla de la otra sobre el suelo, mientras apoyaba el puño izquierdo en el suelo y blandía con el brazo extendido la daga en su mano derecha. Si aquello lo hubiese hecho en la plaza de Albino sin duda hubiese recibido una gran cantidad de aplausos y ovaciones, incluso alguna que otra moneda de más al finalizar.

Una vez en el suelo Roxo se acerco donde estaba la antorcha y la recogió, con su mano derecha, mientras que la daga ahora estaba en su mano izquierda.

-¿Estas loca o que te pasa?- Grito Roxo enfurruñado-¿Quien espe'abas que saliese de hay dent'o?- mientras decía todo aquello Roxo se fue acercando a donde había caído la espada y la piso con la pierna derecha ejerciendo fuerza y cargando el peso en ella.

-Dejémonos de tonte'ías, ¿has visto a algún me'cena'io mas? y ¿donde esta Jaste'?-dijo más calmado- ¿o es que no piensas segui' a tu 'rey?- esta ultima pregunta la dijo con un tono burlón que remarco bastante con intención de que lo notase -¿o es que p'efie'es mete'te ahi abajo con t'es magos? desde luego los de la inquisición sois mas 'ra'os que un pe'ro ve'de, voy fue'a a ayuda' a Jaste', tu sab'as que haces, pe'o no me pienso move' sin una 'respuesta cla'a-

"A ayudar y en cuanto vea la oportunidad a salir de aquí lo mas rápido que pueda, incluso aquí debería estar más atento, no me quiero llevar otro susto como este"

"No hace falta que me lo digas..."Pensó Shin hacia sus adentros en respuesta a la voz que habia escuchado..

Cuando Mordeim llamo la atención del capitán lejos de Jaster, Shin respiró lentamente una ultima vez, y con las dos dagas empuñadas se lanzó contra la pierna de uno de los soldados. Esperando que los otros dos le siguieran y le cubrieran las espaldas.

"Parece que esto ya ha empezado. ¡¡Daré lo mejor de mi!!"

Después de este pensamiento para darme fuerzas me tiro a por el soldado más cercano, con la intención de inmovilizarle en la medida de lo posible, aprovechando la ventaja que me pueda otorgar la espalda y la sorpresa, para dejarle lo más asequible para que lo rematen los otros dos.

"Mordeim, espero que puedas ayudarnos con estos y luego intentemos pararles los pies al capitán entre todos."

De entro los arbustos cercanos Shin y Ross salieron con cuidado, avanzaron los pocos metros ya atacaron a sus rivales por la espalda, Shin acuchillando en la pantorrilla a uno de los soldados con dos ataques rapidos mientras que Ross Sujetaba por la espalda inmovilizando parcialmente a uno de los soldados. La pelea habia empezado. Ya no habia vuelta a atras.

Tras las heridas causadas en la pierna, su objetivo aun se mantenía en pie, no era le momento de cesar el ataque. Por suerte el oponente aun le daba la espalda*, debía acabar rápido con él para poder ayudar Ross.

-¡Mordeim, maldito mago miedica sal y lucha o seré yo el que te rebane después¡, Me debes una muy grande por esta Jas, mas te vale ocuparte del grande.- Con suerte las palabras de Shin llevarían la atención del capitán hacia Mordeim, o conseguirían que Mordeim saliera de su escondite. Tambien esperaba que Jaster acabara rápidamente con su adversario directo y fuera tras el capitán.

-¡Jaster, ayúdame con este y vayamos a por el que está libre! ¡Shin debería estar bien por el momento! ¡Luego ya nos centraremos en el jefe! Grito a Jaster con la intención de que nos ayude con el enemigo. 

"No tengo ninguna intención de golpear a nadie, aún así, si fuera necesario para salvar a alguien... tal vez..."

Bueno Bubú tenemos aguantar al cuchillitos, y confiar en que Shin y Ross.... lleguen a tiempo.

Hinazuki miraba fijamente los ojos de Roxo. Seguía habiendo algo raro en ellos. “Debería preguntarle por eso. Aunque no creo que conteste. No parece fiarse de mí por pertenecer a la inquisición.”

-¿Por qué estás tan nervioso? Si quisiera hacerte daño ya lo habría hecho hace tiempo. No entiendo por qué no confías más en mí, bribón.- Hinazuki se tomó unos segundos para pensar. -¿Cómo alguien como tú, que se ha criado en las alcantarillas, puede aborrecer a la iglesia? ¿Cómo puedes dirigir tu odio hacia quienes hacen lo correcto? Creo que sólo buscas una excusa, un medio para escapar de la vida en las calles, y necesitas culpar a alguien.-

Sus ojos reflejaban un leve brillo de inseguridad. Caminó lentamente hacia Roxo con los brazos cruzados, hasta ponerse a su altura. –Voy a salir fuera. Kalida debería estar segura, ya la buscaré más tarde. Verte aquí me ha recordado algo, así que he cambiado de planes. Suspiró levemente, sabiendo que Roxo no sabría a qué se refería. –Jaster debería estar seguro con la inquisición. No le harían daño. Creo.- Dijo, muy poco convencida de sí misma. –En cualquier caso, si llegase a ocurrirle algo, estoy segura de que ese tal Renard le sacaría las castañas del fuego.- Hinazuki no apartaba la mirada de los ojos de Roxo. La inquietaban. –Y además, creo que tengo miedo de que me reconozcan y me lleven de vuelta a la iglesia.-

Suavemente Hinazuki tocó el hombro de Roxo e hizo un ademán de sonreír, que quedó en un mero movimiento de labios. –Tienes algo que me pertenece y necesito. ¿Me lo devuelves? Luego podemos subir juntos.-