Partida Rol por web

La sombra del mal

1. Extraños rumores

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06/07/2010, 22:11
Director

Extraños rumores llegan desde el pueblo de Aenten, y nuestros aventureros parten a descubrir que hay de cierto en ellos.

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06/07/2010, 22:12
Director

Aenten fue en el pasado uno de los pueblos más fundamentales en la econimía de Malaest, e incluso llego a considerarse más importante que alguna de las grandes ciudades. Situado en un valle donde se juntan las carreteras que unen la capital Fereith con las extensas llanuras agrícolas del norte del país, así como con el importante puerto mercantil de Baroli, siendo un punto de encuentro para comerciantes de todas las regiones. Eso unido a la mina de oro situada a escasos kilómetros del pueblo hacía que gran parte de la economía de Malaest y casi de Valeria giraran en torno a Aenten.

Pero esos tiempos quedaron atrás junto con la gloria del gran reino de Malaest. En cuanto el número de guardias en los caminos empezó a bajar, los asaltos a las caravanas fueron en aumento, hasta el punto de que era necesario casi un pequeño ejército para atravesar un camino antaño libre de peligros. Y eso era algo que muchos comerciantes no podían permitirse, de forma que cada vez menos caravanas pasaban por Aenten. Esto hizo que muchos comercios tuviesen que cerrar, y mucha gente tuvo que emigrar a otros pueblos en busca de una manera en la que ganarse la vida.

Ahora mismo Aenten es lo más parecido que se puede encontrar a un poblado fantasma. Más de la mitad de las casas están deshabitadas, y muchas de ellas en un estado lamentable, en las cuales es imposible vivir. Solo queda un comercio abierto en todo el pueblo, la posada “La espada quebrada” la cual hace tanto de lugar donde dormir para los pocos que osan aventurarse por los caminos como de tienda que sustenta a los restantes miembros del pueblo.

Recientemente han llegado unos extraños rumores. Al parecer el número de ladrones en los caminos que llevan a Aenten han disminuido hasta casi desaparecer, pero pese a todo no se han restablecido las rutas comerciales, y el poco oro que conseguía salir de la mina ha desaparecido por completo desde hace unos meses. Al parecer las gentes del pueblo se han vuelto completamente hostiles, y hacen que las pocas caravanas que aun se atreven en los caminos se vuelvan por donde han venido, echándolas del pueblo como si fuesen portadores de la peste. Y son estos rumores los que os han llevado hasta aquí.

Ya sea en busca de aventura, por deseo de ayudar o por cuestiones personales, todos habéis acabado en Aenten. El día se encuentra ya cerca de su fin, en unas horas la oscuridad será completa y el viaje peligroso para un viajero solitario. Quizá podáis encontrar descanso en la posada, pese a lo que digan los rumores…

Notas de juego

Chicos una cosa. Pese a que todos entráis por separado en el pueblo, en este primer post marcar a todos.

Recordar que tenéis que acabar el post en la posada. Podéis hacer una entrada triunfal por el pueblo o intentar pasar completamente desapercibidos, pero me temo que el final en la posada es obligatorio.

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07/07/2010, 02:48
Eko

Dos días de camino desde la ultima aldea que vi y Aenten se extiende ante mi. Su aspecto es desolador y nada hospitalario pero la noche se cierne sobre mi y me veo en la casi obligación de encaminarme hasta allí.

Una vez comienzo a caminar por sus calles comienzo a pensar si no habrá sido una mala idea entrar y en lugar de ello haber pasar la noche en la intemperie bajo las estrella como ya había hecho otras veces. Pero conforme se acercaba a una posada que sin darse cuenta, ya que estaba ensimismado en sus pensamientos, apareció entre los demás edificios sus pensamientos fueron cambiado. Ya no le importaba las miradas que le lanzaban los lugareños. Estaba sintiendo algo, algo que no sabia lo que era pero le hizo acelerar su paso hacia la posada.

Notas de juego

Master dixit: porchot, que el pueblo es Aenten, que Malaest es el pais. Que como tengas que recorrer todas las calles del pais para encontrar la posada lo llevas claro xD

Edit porchot: Ala!! mi primer post en D&D y la primera en la frente! XD

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08/07/2010, 23:48
Qüenya

Los rumores me llamaron la curiosidad, la curiosidad me pidió que siguiera mi instinto, mi instinto me pidió que siguiera mi corazón, mi corazón me pidió que siguiera mis pies, y mis pies me llevaron al camino, el camino me trajo a Aenten....

¡ Este pueblo es una ruina ! - Sentencio al poner mis pies sobre lo que parece la calle principal, una calle polvorienta, llena de tierra y totalmente desolada, miro a un lado y al otro y echo a andar levantando el polvo a mi camino, la malla de mi armadura ligera tintinea al contacto con la empuñadura de la espada que asoma en mi cinturón, a mis espaldas, un carcaj de flechas y un arco largo sobre una poco abultada mochila.

Un hombre joven.... jejeje, lo que para mí sigue siendo un niño, descansa adormilado a la sombra de un porche, sobre una chirriante mecedora que parece movida por la inexistente brisa de la tarde, el cielo ya se tiñe de naranja y los últimos rayos del sol señalan la hora de encontrar refugio.

No me costaría nada encontrar lugar donde pasar la noche acomodándome en el bosque, pero he venido aquí por los rumores, y la promesa de aventuras que ellos representan, y no me marcharé sin verificar cada uno de ellos

Perdone buen hombre, ¿ sabe donde puedo sacudirme el polvo del camino, reposar los pies cansados, y saciar mi sed ?

El tipo arruga los morros, y parece coger saliba para lanzar un esputo, sin embargo, la cantidad de armas que llevo encima son suficientes para que capte la indirecta, que pese a mi género, raza y estatura, no es prudente desafiarme en solitario, por lo que, casi con desdén me señala un ruinoso edificio en cuya puerta hay un letrero colgante con una espada rota.

Sin decir ni mú y girandome con precaución, me encamino hacia la susodicha taberna, abriendo ambas puertas y esperando un mínimo recibimiento, algo me dice, que no me iré a dormir sin pelearme con alguien.... los humanos son tan salvajes, primitivos, y predecibles.... aiiisss

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09/07/2010, 02:05
Gnimsh

¡Jo! ¡Todo el día corriendo, huyendo de una vieja loca a la que le canté una bonita canción! ¡Mira que enfadarse por entonar tan bellos versos al sonar de mi lira!

¡Ay! Vieja, vieja

que en el río estás lavando

Agachada junto al agua

parece un sapo vomitando...

Pues se ve que no le sentó muy bien mi melodía, no, que salió detrás de mí como alma que lleva el diablo. ¡Hacía tiempo que no huía de una criatura tan peligrosa, pardiez!

Tomé un papel y una pluma que había tomado "prestados" en la última posada en que pernocté, y comencé a relatar mis hazañas de aquel día:

<<...y el apuesto gnomo luchó contra una peligrosa bestia impía que no supo apreciar la magnificencia de su melodía, el candor de sus versos inocentes y refinados. Asustada por la destreza del gnomo en el manejo de la espada, la bestia salvaje acabó huyendo, perseguida por el incansable Gnimsh el Único, hasta darle esquinazo en una espesa arboleda...>>.

-¡Sí, señor! ¡Qué magnífico relato! Bueno, "quizás" haya adornado un poquito la verdad, pero bueno, yo creo que "en el fondo", se parece algo a lo que pasó hoy...

Hablando conmigo mismo, tratando de convencerme de que no había falseado totalmente la verdad, mis tripas comenzaron a rugir.

-¡UishNinmshperoquéhambrequetienes!- parecían quererme decir. Mis manos se posaron en mi vientre, y un nuevo rugido ensordecedor decidió darme conversación- ¡Damedecomeryaquetengohambre!

"Pues tendré que buscar dónde demonios tomarme una buena cena... Y ya de paso, a ver si encuentro una cama en la que pasar la noche. dos días a la intemperie, y durmiendo en árboles, han sido suficientes. Por mi nombre, Gnimsh el Único, último héroe de Malaest, que esta noche yo duermo en caliente, y con el estómago lleno".

Con tales profundísimos pensamientos, mis pies me fueron conduciendo hacia una ciudad dormida (o muerta, para ser más exactos). Allí, de pronto, a lo lejos, vi una figura esbelta y muy femenina.

-¡Demonios, una elfa!- digo, en voz alta y clara, mirando ojiplático a la criaturita armada hasta los huesos que se encontraba en el camino, hablando con uno de los lugareños. "A ver si sabe dónde hay una posada o algo. Bueno, cualquier excusa es buena para acercarse a una abrazaárboles tan bonita. Además, no me vendría mal un poco de protección..."

Saco mi papel, y mi pluma, y prosigo con mi narración, mientras avanzo hacia la elfa.

<<...y el apuesto gnomo se aproximó a una bellísima elfa, una ninfa de los bosques, una delicada criatura que se encontraba perdida en medio de aquella tenebrosa y hostil ciudad, para ofrecerle su protección. Nadie tocaría a tan hermosa criatura mientras El Único se hallase cerca de ella...>>.

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11/07/2010, 18:31
Naolind

Hacía días que no llegaba a ningún pueblo, probablemente se había vuelto a perder, pues hace ya 2 días que debería haber llegado a su destino. Aún tenía comida para unos días más, pero Naolind esperaba no continuar perdida durante mucho tiempo más. Aún no se había acostumbrado a ese tipo de vida migratorio, y el hecho de permanecer aunque fuese un par de días en una ciudad y no verse tan sola la reconfortaba. Continuó caminando, se hacía tarde.

Cuando estaba a punto de darse por vencida un día más, y buscar un lugar donde pasar la noche, a lo lejos divisó un pueblo. Hizo un último esfuerzo ese día apurando sus pasos hasta llegar a él.

Se adentró en las calles de Aenten, aquel lugar era casi tan deplorable como lo era el camino que no hace mucho había dejado atrás. Continuó recorriendo sus calles, hasta que por fin alcanzó a ver el maltrecho letrero de lo que parecía ser una taberna, “La espada quebrada”. Sin dudarlo ni un instante, Naolind entró con la esperanza de poder pasar allí la noche.

 

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12/07/2010, 12:43
Rhean

Caminando por aquellas polvorientas calles, observaba con sorpresa y pesar los edificios viejos y faltos de mantenimiento que aun se erguían desafiando a la gravedad. Ya en Batoli me habían hablado acerca del mal que había aquejado este pueblo en auge, y que con el paso de los meses había degenerado de tal forma que sus habitantes se habían vuelto hostiles, hoscos y ermitaños. 

Que ya no solicitaban ayuda, ni hacían nada por devolver el esplendor y el bullicio de cualquier ciudad comercial, a su urbe. Tan solo parecían esperar a que su ciudad muriese sin más. 

Para mí todo eso no era más que una cuestión de Fe en la bondad divina. Habían pasado por unos duros tiempos en los que nada les había ido bien y se habían cansado de luchar. Sin siquiera una recompensa, viendo como sus vecinos y amigos se marchaban a otras ciudades, los que se quedaron se habían alejado de todo y ya sólo les quedaba su vida solitaria. Desconfiaban de los forasteros y malvivían con lo que tenían sin decidirse a hacer esfuerzo alguno para mejorar su situación.

No tenían Fe, no tenían esperanza y no tenían ganas de vivir. Tan solo sobrevivían... ya lo había visto en otros pueblos, era algo lamentable y triste.

Con todo esto en mente, me había decidido a hacer lo posible por ellos, no podía más que esperar que mi ayuda fuera recibida de buen grado. 

 

Paso firme, mi cota de malla refulgiendo débilmente a la luz mortecina del atardecer, con la cabeza bien alta abrí la puerta de la única posada de aquel viejo y medio muerto pueblo. Miré a los parroquianos y viajeros un segundo antes de entrar. Aquí y ahora empezaré mi obra. - musité casi como un rezo a mi dios.

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14/07/2010, 13:45
Théoden

Llevaba varios días viajando por las solitarias sendas cuando por fin me crucé con una amable anciana que llevaba una cesta. Supuse entonces que vendría de algún pueblo cercano y fui hacia ella para que me orientase. Al principio la mujer se asustó ante mi presencia y no puedo reprochárselo, pues los antaño tranquilos caminos y las pacíficas ciudades están ahora infestadas de bandidos que atacaban sin piedad a todo aquel con que se encontraban sin tener en consideración edad o rango. Me acerqué con mi habitual paso firme, pero tratando de hablarle con voz suave y tranquilizadora y un atisbo de sonrisa en la boca.

Buena señora, llevo días vagando por los caminos y durmiendo bajo el cobijo de los árboles, pero mi cuerpo ansía poder descansar como es debido. ¿Sabéis de algún lugar en el que pueda hospedarme esta noche?

Aunque con desconfianza, la buena mujer me dijo que siguiese hacia delante hasta llegar a un gran árbol más alto que todos los demás junto al cual había un desvío que iba en dos direcciones opuestas y, después, tomase el camino de la derecha. Así lo hice. La noche empezaba a ceñirse sobre mí, así que puse la mano en la empuñadura de mi espada y aferré bien el escudo.

Los caminos no son seguros en la noche. Debo estar preparado.

Por fin atisbé a lo lejos lo que parecía un pueblo. Al llegar a él me di cuenta de algo.

¡Vaya! La anciana no había mencionado nombre alguno cuando me indicó a dónde dirigirme y, como por un milagro, ha resultado ser el lugar mismo al que me dirigía cuando abandoné mi hogar. 

Me adentré en las polvorientas calles. Los pocos hombres con que me cruzaba me miraban con desconfianza y temor; las mujeres con desconfianza e interés. Llegué por fin a una poco lujosa posada, la única del pueblo, por lo que parecía.

Ya he llegado. Os dije que vendría a Aenten y así lo he hecho. Ahora debo cumplir el resto de mi promesa...

Di un paso adelante, empujé la puerta y entré en la taberna de la posada.

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14/07/2010, 21:50
Director

Con paso cansado por la caminata, los seis atravesáis las desoladas y desiertas calles de Aenten hasta llegar finalmente a la posada. Las pocas personas que veis por la calle se alejan rápidamente por los callejones, o simplemente se meten en sus destartaladas casas y cierran puertas y ventanas a cal y canto.

Finalmente llegáis a la posada. Se trataba de un edificio de piedra de dos plantas, no excesivamente grande para lo que acostumbran a ser las posadas de los caminos, y más en el caso de uno tan transitado como en un tiempo lo fue el de Aenten, ya que era aproximadamente del tamaño de una y media de las casa del pueblo. Eso sí, era con diferencia el edificio mejor conservado de todo el pueblo. Encima de la puerta hay un cartel de madera, bastante deteriorado por el paso del tiempo, en el que se puede ver el dibujo de media espada, y donde a duras penas se alcanza a leer el nombre de la posada “La espada quebrada”.

Vais entrando uno a uno en la posada, y os encontráis con dos detalles que os llaman mucho la atención. El primero es una enorme cabeza de toro perteneciente a un minotauro que se encuentra colgando de la pared que hay detrás de la barra. Sin duda parecer ser el trofeo de alguna cacería. Una bastante peligrosa, a juzgar por el enorme tamaño de la cabeza.

La otra es el recibimiento y el comportamiento de los parroquianos. No solo por las miradas llenas de aprensión que os lanzan, sino por el comportamiento. Y es que cuando llegasteis había varias mesas libres, pero nada más veros entrar, los que estaban en la barra se fueron a coger las mesas libres, e incluso alguna mesa con un grupo numeroso se dividió para así ocupar varias mesas. Para cuando os quisisteis dar cuenta, no quedaba libre más que la barra.

Otro detalle bastante curioso era que no se veía a nadie con delantal o pintas de posadero, solo los parroquianos sentados en frente vuestra lanzándoos esas molestas miradas. Aun así alcanzáis a oír una fuerte voz en un idioma que desconocéis proveniente de una habitación que se encuentra junto a la barra de la posada.

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14/07/2010, 23:12
Qüenya

Gracias por el piropo, me llamo Qüenya, es un placer El Único

Cuando la elfa y el gnomo entran en la taberna, no parece que haya más problema en Aenten que la hostilidad con los forasteros. pero Qüenya ríe con sarna, dando una palmada al Único para que se camine con ella mientras a paso lento y acercándose a la barra exclama sonoramente

Ahhh que gusto da tanta hospitalidad

¡ Justo nos han dejado la barra de la taberna, mi lugar favorito desde donde observar cuanto me rodea !

¿Intuyo que nadie servirá un trago a quienes entran en Aenten por la más pura y noble causa que limpiar vuestras rutas de forajidos y ladrones con tal de que este vuelva a ser el pueblo del que me hablaron vuestros abuelos en alguna taberna del oeste ?

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15/07/2010, 23:35
Théoden

Entré despacio en la posada, fijándome en todo cuanto había a mi alrededor. Mientras inspeccionaba el lugar mis ojos se posaron en una imponente cabeza de minotauro que se hallaba en la pared.

Oh, qué maravilla... Sin duda es el reflejo del valor de un hombre, aunque miré a los extraños y andrajosos hombres que me rodeaban dudo que ninguno de ellos sea el que realizó tan grandiosa hazaña.

Mientras observaba más de cerca aquel trofeo me di cuenta de que, de repente, todos los que se hallaban en aquella taberna corrían a ocupar las pocas mesas que quedaban libres. Incluso grupos de hombres que sin duda habían estado juntos charlando hasta entonces se separaban para no dejar una silla libre que o pudiese ocupar. Entonces llegaron a mis oídos unas palabras sarcásticas. Aquella voz, aquel tono, solo podían pertenecer a una raza; sin duda era una elfa. Miré hacia la barra, el único lugar que los hombres habían dejado libre, y allí vi sentada a la dueña de aquella voz, que iba acompañada de una extraña y pequeña criatura. Me acerqué lenta y silenciosamente a la barra mientras oía cómo ella continuaba hablando en voz alta, para que la oyesen todos los presentes. Me senté lo bastante cerca como para poder oír cuanto dijesen, pero lo bastante lejos como para que nadie pensase que tenía algo que ver con ellos.

Puse mi escudo a mis lado, pero no posé mi espada.

Este sitio no me inspira mucha confianza; mejor estar alerta. Si no estuviese tan cansado y tan hambriento, me iría de aquí inmediatamente. Miré al interior de la barra, en busca del posadero, pero no le veía. Eché un vistazo a toda la taberna, pero ni rastro de nadie que pareciese dispuesto a atender a los visitantes. Qué extraño, ¿dónde estará el posadero?

Finalmente, al igual que la elfa, me decidí a hablar.

¿Es que nadie atiende a los visitantes aquí?

Mientras esperaba a ver si tras mis palabras alguien acudía a atender la barra, escuché algo procedente de una habitación cercana. Una voz extraña hablaba en una lengua desconocida para mí.

Ojalá pudiese entender lo que dice. Esa voz, junto a las odiosas miradas de esta gente, me incomodan enormemente. Pero no debo dejar que ninguna de esas cosas me perturbe. He venido en busca de una misión con la cual pueda cumplir mi promesa y ninguna otra custión debe ocupar mi mente. Pero esa voz... quisiera saber de qué están hablando en esa habitación. ¡Oh, vamos, tranquilízate! Es la primera vez que te alejas de tu hogar y por es estás nervioso, pero no hay nada de qué preocuparse.

 

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17/07/2010, 22:57
Eko

Una vez estoy entrando en la taberna me doy cuenta del nombre ya que anteriormente estaba ensimismado en mis pensamiento.

Un nombre que explica en parte la actitud de la aldea.

Me doy cuenta de que no soy el único que entra conmigo y que no me cuesta demasiado darme cuenta de que son al igual que yo extranjeros.

Un vario pinto grupo si señor.

Dos de ellos en actitud de la defensa del que se siente incomodo hablan.
Tomo asiento sin abrir siquiera la boca y contemplo la estampa.
Los lugareños parece como si estuviesen acorraladas por los visitantes.

Carraspeo un poco para aclararme la voz y pronuncio una sola frase como intentando aliviar el ambiente:

-Y...¿que tal es la cerveza de aquí?

Notas de juego

Como dije al principio soy super novato en D&D así que espero no haber metido la pata y que no exista la cerveza XD.

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19/07/2010, 00:47
Gnimsh

Heme aquí entrando en la posada del brazo de una hermosa elfa -¡qué suerte la mía!-, cuando veo que todos los presentes se apartan de la barra como si tuviésemos la peste. En ese momento, me huelo las axilas...

Ugghh!- Vale, no tengo la peste, pero a-pesto. Hace dos días al menos que no me ducho, y huelo a orco. Necesito una ducha pero ya, y de paso, y ya que estamos, una buena cena y... ¡Venga! ¡Tiremos la casa por la ventana! ¡Hoy también quiero cerveza! Total, como me voy a ir sin pagar la cuenta, puedo permitirme ser más exigente por una noche.

Pasan los minutos, y allí no atiende ni el tato. ¿Es que no pueden contratar ni a una enana con berrugas para atender en aquella apestosa posada? Pues yo no me voy a quedar sin comer...

-Averquéesloquetienenporahí- digo, a la velocidad del rayo, mientras me encaramo al mostrador y paso al otro lado. Comienzo a husmear en los estantes- ¿qué puedo servirle a la más bella de las elfas?- oigo carraspear a un guerrero de los típicos, que hace poco que se acaba de sentar. ¡Bah! Rubiales de ojos claros y cuerpo atlético... Apuesto hasta mi lira a que no tiene ni un gramo de cerebro. ¡Sin duda que no es rival para el Único!- ¡Ah, sí! ¿Y qué quiere el humano que nunca toma el sol?- ¡Mira que es pálido el condenado!

yo sigo trasteando, ajeno por completo a la rudeza y poca simpatía de los presentes. Si nadie me sirve, me sirvo yo solito, que tengo hambre. Y si no les gusta que meta las zarpas en cocina ajena, que salga el posadero y nos sirva algo, que para eso tiene un negocio.

 

 

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19/07/2010, 13:31
Théoden

Mientras esperaba pacientemente, vi cómo la pequeña y extraña criatura saltaba la barra y comenzaba a urgar entre las bebidas como si aquella fuese su posada.

Qué criatura más ridícula. ¿Qué hace una elfa acompañada de un ser así?

De pronto, la criatura me despierta de mis pensamientos al preguntarme de tan brusca manera qué es lo que quiero tomar.

¿Humano que nunca toma el sol? Pero, ¿quién se ha creído esta especie de duende tan poco favorecido? Bah, no vale la pena perder el tiempo peleando con este... este... ¿qué clase de criatura será esta?

Miré a la criatura a los ojos y le respondí educada aunque seriamente.

Me tomaría una cerveza si gustases en servírmela tras atender a lo que desee la dama a la que acompañas, gracias.

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20/07/2010, 00:25
Rhean

 Al entrar me doy cuenta de que el ambiente que se respira en el interior es muy similar al de afuera. Carraspeo y digo en voz alta - Buenas noches tengan, no se preocupen buenas gentes de tan agradable y pintoresco pueblo, pues soy un alma viajera que solo busca pernoctar aquí y tomar algunas viandas antes de continuar mi camino.

Y si les parece, les invito a todos a una ronda de cerveza, pues beber y comer sola, no es lo mejor para el espíritu.  - Tras decir esto, me acerco con aire insigne hasta la barra y permanezco en pie esperando a que llegue el posadero.

Y no puedo evitar fijarme en la diminuta persona que anda trasteando con los enseres de la taberna, y que, como me he podido dar cuenta, se trata de un viajero y no del propietario del negocio. - Pequeño, deberíais volver a vuestro asiento, pues a nadie gusta que otros tomen sus cosas. - El tono no es alto, pero tampoco bajo, autoritaria y apremiante. - Si no lo hacéis, os advierto que podéis meteros en un lío.

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20/07/2010, 00:37
Gnimsh

-No creo que me meta en un lío, humana- digo, mientras localizo las jarras de cerveza- Sólo me voy a servir la jarra gratis a la que nos acabas de invitar- voy pasando las jarras con presteza, mientras entono una canción:

-Para Quenya, la elfa de increíble belleza / para la paladina pedante y de cartera suelta / y para el guerrero que de chica la melena nos lleva...

Antes de que se den cuenta, ya tienen una jarra de cerveza ante ellos, y hay otra frente a mí.

-Atusaludpaladina- le digo a mi ritmo habitual de conversación, y me bebo la jarra de un trago- Bueno, al menos la cerveza es mejor que la hospitalidad de los presentes- digo, en voz alta. La verdad es que me importa un mediano lo que piensen los lugareños- Y ya que ya somos todos amigos íntimos, ¿qué os ha traído por estos lares? Yo perseguía a una bestia que se me escapó...

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20/07/2010, 00:52
Rhean

 ¡Sal de ahí, gnomo! ¿Acaso no os enseñan en vuestra tierra modales? ¿cómo podéis comportaros de esta forma en un lugar en el que sois un completo extraño? - inquiero airada. Debéis ser un buscalíos que pasa más tiempo en la celda de la guardia, que en las calles de cualquier urbe. - Comento al tiempo que intento agarrarlo y llevarlo al otro lado de la barra.

Estad quieto y no volváis a hacerlo o tendré que hacer algo para remediarlo. Luego me vuelvo hacia los parroquianos - Por favor, acercaos y avisad al posadero, para que os sirva las jarras, y podamos hablar con él del precio de las habitaciones.

Y por último me vuelvo hacia el resto de viajeros - Ya que os la ha servido, e igualmente pago yo, podéis beber... y... aunque no me guste el comportamiento de este tipo, me ha quitado las palabras de la boca. ¿Qué hacéis por aquí, compañeros del camino?

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20/07/2010, 11:51
Naolind

Naolind permaneció paciente en una esquina de la barra esperando a ser atendida. Desde su posición observaba divertida la escena del gnomo con los recién llegados. Realmente la joven que recriminaba la actitud del gnomo tenía razón, aquellos no eran modales, sin embargo guardó silencio sin intrometerse en conversaciones ajenas, pues menuda forma de dar ejemplo sería aquella.

Girándose sobre si misma observó al resto de ocupantes de aquella taberna. A parte de esa extraña manera de hacerles de lado, ocupando todos los sitios del local, le extrañó que ninguno dijese nada, ni contestasen a ninguna de las preguntas de los recién llegados. Y más extraño aún, ¿el propietario del local? ¿Es que no estaba allí? Porque si allí estuviese ¿dejaría al gnomo pasar tras la barra y hacer lo que le viniese en gana? 

Volvió a dar la espalda al resto de la taberna, mirando al frente en la barra y observando de nuevo al curioso gnomo. No pudo contener una sonrisa al escucharle cantar, ocultándola tras su mano, la cual colocó discretamente sobre su boca.

 

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21/07/2010, 18:27
Director

Los habitantes del pueblo observaron desde las mesas sin moverse como los aventureros se acercaban a la barra y comenzaban a pedir bebida, sin responder a ninguna de las preguntas lanzadas. Tan solo cuando el gnomo se puso tras la barra parecieron reaccionar, comenzando a cuchichear entre ellos.

Y fue el momento en el que la humana intenta sacar al gnomo cuando uno de los parroquianos más viejos se levanta y os dirige las primeras palabras que oís desde que entrasteis en el pueblo. ¡Largaros de aquí, los extranjeros no son bienvenidos en este pueblo! os dice con voz baja pero tajante.

Como si estas palabras hubiesen roto alguna especie de encantamiento, el resto de las gentes del pueblo comienza a increparos y a deciros que os larguéis ¡Eso, eso, iros del pueblo! ¡No nos gustan las gentes de fuera! ¡Volveos por donde habéis venido! os dicen varios grupos de jóvenes sentados en diferentes mesas.  Estas palabras son más altas que las del anciano, pero carecen de la contundencia de aquellas. Incluso os parece notar un ligero deje de miedo, pero no sabríais decirlo con seguridad.

Mientras, desde aquella habitación os vuelve a llegar aquella atronadora voz. ¡No, no y mil veces no! ¡No dejare que cometas semejante locura! oís esta vez en un perfecto común, seguido de otra frase en aquel extraño idioma. Sin duda se trata de una voz masculina. Pero esta vez la maldición es seguida por otra voz, esta vez de mujer, la cual también grita llena de furia ¡si madre estuviese viva hubiese hecho lo mismo! ¿Acaso te has vuelto un cobarde?

Notas de juego

Rhean, si intentas levantar a Gnismh por encima de la barra necesito que me hagáis una prueba de fuerza. Me tiráis cada uno un D20 + modificador de fuerza, el que saque mas gana.

Además de eso, hacerme cada uno una tirada de Averiguar Intenciones y otra de Avistar. Las tiradas son un D20 + el número que tengáis en la columna total de la habilidad correspondiente en la tabla de habilidades.

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21/07/2010, 19:04
Rhean
- Tiradas (2)

Notas de juego

 Si te parece, podemos obviar la tirada de fuerza, y lo dejamos en algo meramente interpretativo, por la cosa de no andar ya de tirada en tirada.