Partida Rol por web

El enano consigue agarrar al mediano de la pechera y acto seguido lo levanta de la silla, con una facilidad bastante sorprendente, acercando su cara hasta estar frente a frente. Los esfuerzos de Rhean para aflojar la presa son inútiles, tan solo el sonido de las monedas sobre la mesa distrae la atención del enano del pobre Gnismh.

Se queda un rato mirando fijamente las monedas, como si creyese que al apartar los ojos de ellas estas fueran a desaparecer. Después su mirada se centra en Rhean, a la que mira con cara de sorpresa para luego pasar la mirada por cada uno de los miembros del grupo, como si estuviera analizándoos a cada uno.

Parece que al menos si tenéis con que pagar dice cogiendo las monedas con la mano libre tras unos tensos segundos ya estoy harto de ladronzuelos de tres al cuarto que se creen que pueden engañar a este viejo enano. Y eso va por ti amigo, si te pillo tratando de robarme otra cerveza te aplicare el castigo que le hacíamos a los ladrones en mi ciudad. Y te aseguro que no te va a gustar el enano suelta a Gnismh tras la amenaza, el cual cae sobre la silla dándose una pequeña culada.

Está bien, os dejo quedaros dice lanzando una mirada desafiante a los parroquianos de la posada, como si los estuviera desafiando a que dijeran lo contrario. Pero solo esta noche, y el pago por adelantado.

Sera mejor que empecemos de nuevo la conversación, esta no lleva a buen puerto. Bienvenidos a la posada “La espada Quebrada”. Mi nombre es Barek Gurnisson. ¿Qué van a tomar?

 Saco una bolsa con monedas y la dejo a la vista, luego miro a los otros viajeros para saber si van a irse o no. Suelto algunas - Una pinta, para mí y ese pequeño Bravucón - señalo a Gnimsh.

Observo entre divertido y ofendido la escena que llevan a cabo el posadero y, como no, el dichoso gnomo. La educación y tranquilidad de la paladina me asombra, pues en su lugar yo estaría deseando darle una lección de modales tanto al Gnimsh como al enano. Lentamente me acerco a la barra de nuevo y miro al posadero.

Veo que es bien merecida la fama de los enanos. Tan solo mostráis hospitalidad o educación cuando podéis sacar un claro provecho de ello... No obstante,  creo que sería descortés macharse así y despreciar la invitación de esta dama. Me giro hacia Naolind y el mago. ¿No os parece? Quizás podríamos quedarnos un rato más, ya que parece que por fin se ha calmado el ambiente... y continuar con las presentaciones.

Me siento en el mismo lugar que ocupaba hacía unos minutos y posé mi escudo a mi lado. Yo también quisiera una pinta, gracias.

Mientras esperaba a que me la sirviesen, miré intrigado a los demás viajeros. Solo unos pocos nos habíamos presentado y esperaba ansioso saber el nombre de aquellos extraños, pues siempre había desconfiado de aquellos que son reacios a darse a conocer.

-Tranquilo, tranquilo, "Barril Guarrinson"- le digo al enano, confundiendo su nombre a propósito- Que a Gnimsh el Único nunca lo verás robar en tu taberna- <<Tengo demasiada experiencia en hurtos menores como para que un enano lerdo hijo de un orco y un puerco pueda pillarme con las manos en la masa>>. Y dicho esto, poso mi culo con mayor comodidad de como me ha posado el pesado del posadero (valga la redundancia) en mi asiento, y bebo algo de cerveza.

-¿Y bien, Guarrison? ¿Cuánto hemos de pagarte por el alojamiento? ¿Y qué qué vamos a tomar? Pues yo diría que lo que estamos ya tomando, ¿o es que no ves que estamos bebiendo cerveza? Hum... Aunque quizás podría añadírsele algo de comida, la verdad- ahora miro a los otros, los que querían partir- ¿Y vosotros qué? ¿Os vais u os quedáis? Porque estar ahí, en la puerta parados, de pie, sin entrar ni salir, parece como que hace feo, ¿no?

Los gnomos teneis bien ganada vuestra reputación

Pienso en voz alta, sonriente y divertida por la compañía del ingenioso bardo, observo al enano quien ha podido acallar las hostilidades locales, al menos por ahora, y tan solo con un bufido

¿Qué hace aquí, Sr Enano, que en este pueblo sean tan mal recibidos los aventureros?

¿Quien proyecta esta sombra de consternación y desconfianda sobre los aparentemente mundanos lugareños?

Doy una vuelta a mi jarra de cerveza, sonriendo a Rhean, agradeciendo educadamente su invitación, y simulando dar un sorbito para probarla, dejando que una pizca de esa repulsiva bebida excite mis papilas gustativas produciendome un amargor que se extiende por la boca y parece infectar todo mi aliento

Puajjj

Me sorprendo ante el cambio de parecer del tabernero pero tras meditarlo un segundo de doy cuenta. El dinero el maldito y sucio dinero.

Mi humor no mejora al darme cuenta de en casa de que clase de persona estoy. sin embargo mantengo la boca cerrada que solo habla para:

-Otra pinta para mi por favor y si no es mucho pedir en una jarra limpia digo viendo en las que sirve a mis compañeros.

Dicho lo cual me callo y permanezco atento a la conversación que de aquí se inicie aunque cualquiera diría que estoy ausente.

Visto el cambio de planes, Naolind da media vuelta volviendo a su posición inicial junto a la barra. Es sorprendente como en cuestión de segundos las cosas dan esos giros. La joven se dirigió entonces al tabernero:

- Para mi otra pinta, si sois tan amable.

 Me siento junto a los demás, y suelto el resto de monedas que costean la invitación a la ronda de bebida. - Me llamo Rhean - digo sucinto. Alzo la pinta - Por una noche agradable bajo techo y un buen fuego! - y si alguno más decide alzarla, brindo con él. Luego doy un buen trago. 

Luego espero a que el resto se presenten para comenzar a hablar entre nosotros y poder preguntarle al posadero en un ambiente más distendido.

Rhean alzó su jarra al aire y yo hice lo mismo, asintiendo a la mujer. Al ver que por fin alguien más se decidía a darse a conocer, repetí lo que momentos antes había dicho al mago y la joven que iba a acompañarnos.

Habeis sido muy amable al invitar a beber a unos desconocidos, Rhean. Como decía hace un momento, soy Theoden, hijo de Thorin, y provengo de la tierra de Malaest.

Y tras decir esto en voz alta y clara, mirando a todos los presentes, di también un trago a la cerveza.

-Pues yo soy Gnimsh el Único- digo, bebiendo. Me levanto y le beso la mano a la tímida joven que se ha aproximado y ha pedido una pinta- ¡Pero cuánta belleza junta bajo el mismo techo! Debe de ser que las estrellas me piden que escriba algo bueno esta noche, que me envía musas por todas partes- le guiño el ojo, y vuelvo al asiento corriendo.

Tras tomarme un trago, un bueeeeen trago, miro de nuevo al enano.

- Por cierto, y ya que estamos, coincido con el señor de oscuro- <<debe ser tímido el chaval>>- en que la pulcritud de las jarras brilla por su ausencia, pero bueno, nada que no se pueda arreglar con un paño y un poco de agua.

<<Y jabón, so cerdo, que a ti tampoco te venía mal una ducha. Hueles como un orco que se ha rebozado en estiércol>> pienso, mirando al enano con una sonrisa de oreja a oreja

- ¡Ah! Y ya que estamos también...- comento, interrumpiendo de nuevo para beber- Antes escuchamos unas voces, y nos alarmamos pensando en que quizás hubiese alguien en apuros- o eso, o la parte de arriba de esto es un prostíbulo y hay algún cabrito pasándoselo como los dioses- ¿A qué se debía el griterío?

Naolind permaneció junto a los demás en silencio escuchándoles. No tardó en presentare cuando creyó conveniente, aunque su presentación fue bastante más escueta que el resto.

- Naolind.

Tan solo su nombre y una ligera sonrisa antes de alzar su jarra frente a los demás y después darle un pequeño sorbo posando a continuación la jarra nuevamente en la mesa.

Cerveza para todos entonces dice el enano mientras empieza a servir pintas con rapidez y maestría a aquellos que como el gnomo no se habían “servido” ellos mismos. Deberías de tener un poco más de cuidado con tus palabras pequeñajo, o algún día saldrás por la puerta de atrás de alguna taberna y eso no te gustara. Ya lo veras. Y en cuanto al precio, se paga por habitación y no por persona, así que dependerá del número de habitaciones que cojáis. Y de lo que consumáis antes por supuesto.

No siempre fue así elfa. Hubo un tiempo en el que a diario pasaban decenas de caravanas mercantiles y rara era la noche en la que no tuviera la posada hasta rebosar. Además eso hacía que el lugar estuviera bien protegido y fuera tranquilo, excelente para alguien que quiere una vida relajada al frente de un negocio.

 Pero como podéis ver las cosas cambiaron desde que las patrullas dejaron de pasear. Ahora son pocos los que se atreven en los caminos, y los que lo hacen no traen ni dinero ni buenas intenciones. He ahí el porqué de mi reacción y la de las gentes del pueblo. No se lo tengáis en cuenta. Ahora si me disculpáis tengo un negocio que atender, ¡Verlae, la mesa cinco está esperando el estofado! grita girándose en dirección a la puerta por la que había salido. Al poco veis como una mujer joven de pelo rojo se dirige hacia una de las mesas con una bandeja de estofado sin dejar de miraros con una expresión de agresividad en los ojos.

Dirijo a la jovencita una mirada tan desconfiada y fría como la suya propia, y no es hasta que esta gira la suya propia para atender a sus asuntos que me giro hacia el hospitalario grupo con una forzada sonrisa tratando de relajarme a mí misma mientras le doy vueltas a la jarra de cerveza espumeada.

Gracias por la cerveza Rhean

Me llamo Qüenya - Algunos enarcan las cejas mientras yo repito mi nombre una vez más con cierta costumbre- Cu-en-lla

He venido a investigar acerca de la decadencia de este pueblo y... uhmmm... no sé por donde empezar

Tal vez por los caminos, tal vez por las minas.... sea como sea, espero tener el menor trato con esta inhospitalaria gente

También habia pensado en forzar a alguno de los pueblerinos a hablarnos acerca de qué evita que venga la gente

Tal vez el guarda o matón del pueblo.... - Digo a la vez que registro la taberna con la mirada a la espera de que, a mis palabras, éste se revele poniendose en pie y vociferando su autoridad - .... o tal vez el jefe de esta tribu, errrhm, el alcalde o quien sea

Por fin el ambiente parecía relajarse un poco. Me tomaba mi cerveza en silencio observando los movimientos de todos cuantos estaban en la taberna y atento a la conversación que en la barra se estaba llevando a cabo. La elfa parecía muy predispuesta a dejarse conocer por los demás visitantes, lo cual me agradó.

Lástima que la elfa haya decidido dejarse acompañar por esa molesta criatura...

Al igual que vos, Qüenya, he sido atraído a estas tierras por las habladurías, decidido a investigar el mal que asola el lugar y derrotarlo. Una promesa me ata y no regresaré a mi hogar hasta verla cumplida. Al principio mi intención era la de vagar solo por los caminos. No obstante, habiéndome topado con otros cuya misión es similar a la mía, tal vez sería buena idea que colaborásemos e investigásemos juntos, si no tenéis inconveniente, por supuesto.

Mis ojos pasan de un visitante a otro a lo largo de toda la barra, tratando de dar a entender que mi propuesta se extiende a todo el que quiera aceptarla. Finalmente, mi mirada se posó en el gnomo cantarín.

En cuanto a vos, Gnimsh "el Único" (menos mal que es único. Otro más como este y me vuelvo loco) , ¿qué trae a un bardo a este lugar? Una tierra colmada de peligros no parece el lugar más apropiado para alguien tan poco discret... ejem, para alguien que dedica su vida a la música. ¿Pensáis acompañar a la señora elfa en su aventura o tal vez en recorrer los caminos en busca de una musa que inspire vuestras canciones?

-Vine aquí persiguiendo a una criatura salvaje, pero debo confesar que me dio esquinazo- miento como un bellaco- Pero bueno, si van a desentrañar misterios y a desfacer entuertos, ¿qué mejor que un bardo que les acompañe para que narre las aventuras y desventuras que corran?

Me pongo en pie en el taburete, y entono una alegre tonada.

No hay día que fama sin fin no se logre

si Gnimsh el Bardo tonada entone

si reza a nuestros Dioses todo logro

de este buen grupo que es tan valeroso.

Vuelvo a sentarme. Ya me he presentado, y ya les he dicho que me voy con ellos para cantar sus proezas y que pasen a la posteridad... Bueno, aunque "quizás" las adorne un poquillo cambiando un detalle aquí y otro allá...

"¡Qué bien! ¡Protección gratis! Con este puñado de guerreros rodeándome, estoy a salvo de todo mal, jejeje, bueno, eso siempre que no me maten ellos mismos, pero ya les cantaré algo bonito para que me admiren aún más..."

-Pues bien, una mente ágil y despierta es lo que os hace falta. Mi pluma tomará nota de todo, y mi lira recordará vuestras hazañas en los años venideros.

Y dicho esto, elevo mi jarra y me bebo lo que queda de cerveza.

 Me parece una gran idea la de Théoden - digo tras dar un buen trago a mi pinta - El largo viaje de la vida es duro sin otro compañero que el brillante orbe o la plateada luna. Estaría muy agradecida de contar con acompañantes aunque sea por unos pocos días, sean taimados silenciosos o elocuentes vivarachos, todos sois bienvenidos a compartir aventuras y desventuras.

Tras mi emotiva respuesta vuelvo a brindar con todos y echar otro trago. 

Yo también vine para servir de ayuda a las buenas gentes de esta pequeña población. Hacer justicia es mi oficio, y mi paga no es otra que ver devuelta la felicidad y el ánimo a sus gentes. Deseo fervientemente que todo vuelva a su ser y que la luz deshaga la oscuridad que se ha cernido sobre estas tierras.

- Yo me llamo Eko. Y en verdad vine aquí en busca de información. Pero dudo mucho que pueda encontrarla doy un largo trago a mi cerveza. Pero la verdad es que a mi también me resultado extraño todo lo concerniente a esta aldea y ese fue el motivo por que vine.

Escucho a todos y cuando todos han hablando pregunto.

-¿Que pensáis sobre lo de las habitaciones? ¿ Creéis que deberíamos dormir en habitaciones individuales o juntos? Por muy hábiles que seamos una persona dormida es fácil de sorprender...

Me callo y espero la reacción de los demás.

Creo que sería buena idea compartir habitación, pero habría un pequeño problema y es que hay tres mujeres. No me parece apropiado que una dama comparta el cuarto con un hombre, que además es un desconocido, toda la noche. Claro que no soy yo quien debe decidir eso. Por mi parte, apoyo vuestra sugerencia de compartir habitación.

Esta posada tiene tres habitaciones con dos camas y una con cuatro. Como ya he dicho antes se paga por la habitación y no por las personas, así que podéis repartiros como queráis comenta despreocupado el posadero ante las palabras de Theoden. Las habitaciones de dos camas tienen un coste de 3 piezas de oro la noche y la de cuatro camas 5 piezas la noche. Como ya os he dicho, el pago por adelantado.

Si lo que os ha traído aquí son rumores y habladurías yo os puedo contar la realidad: los caminos son ahora demasiado peligrosos y no hay quien se atreva a atravesarlos. Esa es la razón de la caída de Aenten. Si queréis ayudar al pueblo e impartir justicia hablad con los gobernantes de Malaest y decirles que rehagan las patrullas.

Si aun así seguís deseando hablar con el alcalde vosotros mismos. Se encuentra en esa mesa os señala una gran mesa circular al fondo de la posada junto a la chimenea en la que están sentados cinco hombres, la misma a la cual la camarera había acabado de llevar el estofado y de la cual volvía camino de la puerta de la que había salido. Pero yo tendría cuidado de mis formas elfa, si tratas a la gente por la fuerza serás tratada por la fuerza dice mirando directamente a Qüenya con un tono de voz que dejaba a las claras que era algo más que un aviso.

Miro hacia la mesa indicada por el tabernero pero no digo nada. Me limito a ver los movimientos de dicha mesa en silencio mientras bebo tranquilamente mi cerveza.