Partida Rol por web

Por su parte Aurelio Breogan Cibran, tranquilamente en la orilla espero a que el resto del grupo decidiera regresar de motus propio a la orilla en la que se encontraba, aunque entre la bruma y la neblina este creía ver uno o dos dramas distintos ocurrir cual espectáculo de sombras.

-Pos sí que non teñen presa ningunha... -Comentaría tan tranquilo y seco como en su llegada- ¡Daos presa ou algunha criatura volverá a atacaros!.

El bardo no se hacia responsable de la vida de sus compañeros cuando estos decidían darse un chapuzon de forma tan arbitraria a pesar de las amenazas de los tiburones de rio que claramente habian ido contra ellos. Un rio no era un buen lugar para luchar ni para tocar la gaita.

El joven halfling se lanza a por el pescador y consigue agarrarle con una fuerza sobrehumana. Que un mediano pudiese tirar de un hombretón como Krogarov era raro pero no era ni de lejos lo más raro que verían aquel día. El lago está tranquilo y tanto el pescador (tosiendo y maldiciéndoos) como la niña están tranquilos. Se odian, pero no se matarán estando vosotros en medio. Comenzáis a remar hacia la orilla y Rurik, atento a las profundidades del lago, sostiene su hacha y su símbolo esperando a que de aquellas oscuras y gélidas aguas emergiera una nueva amenaza.

Comida y el pescador van tras vosotros, en la barca del pescador.

-Mi familia querrá daros las gracias, valientes guerreros. Os invito al palacio que tenemos en Vallaki y seréis debidamente recompensados. 

Aunque le habla a su salvador, su voz ronca y estridente se escucha perfectamente desde la embarcación que le precede.

-Mediano, cuando lleguemos a la orilla debéis ir a ver al burgomaestre. Él os explicará todo lo que está pasando en el pueblo, ¿me oyes? Hay que acabar con la família Wachter antes que ellos y su impío dios acabe con todos nosotros.

Después del frenético paseo en barca y haber conseguido salvar tanto a la niña como al pescador que quería sacrificar a la hija de la familia, que el tal Bluto afirmaba ser la culpable del nuevo culto al dios tiburón; por fin ganaron la orilla al tiempo que el efecto pernicioso de la empanada había cesado.

Sin mostrar demasiado pudor, el brujo se aprestó a quitarse las ropas mojadas, así como las botas de las sacó una considerable cantidad de agua. Vestido solo con el pantalón, el semielfo se puso a escurrir sus ropas y sacudir su poblada melena negra junto al pañuelo vistani que siempre llevaba sobre ella.

Mientras terminaba de vestirse se dirigió al grupo en primer lugar al pequeño halfling que había mostrado un valor inesperado..

Compañeros.. dijo con voz solemne, carente de su habitual rintintín sardónico, debo pediros disculpas, en especial a tí, mi buen amigo Comida, lamento haberte tirado del bote.. una voz en mi mente me tenía sometido desde que la anciana nos dio de comer esa maldita empanada.. ahora tenemos demasiadas cosas de hacer, pero pienso volver a visitarla para pedirle explicaciones, pues una voz me indujo a llevaros a todos al lago y a empujar por la borda a nuestro valiente Comida.. 

Acercándose al mediano, le puso la mano en el hombro de modo amistoso y con una sonrisa, hincó la rodilla para ponerse a su altura y mirarle a los ojos.. perdoname pues te he juzgado mal, pequeño amigo, has demostrado un coraje y una fuerza muy fuera de lo común.. te pido disculpas por haber sucumbido a la influencia de quien sea que intentaba manipularnos, además he de decir que te has ganado mi admiración por tu valentía y arrojo.. - poniéndose de pie, miró al resto de sus compañeros - .. al igual que todos vosotros.. gracias a tus notas, Aurelio, esos escualos no llegaron a hincarnos el diente.. has resultado providencial en tu apoyo desde la orilla, muy buen trabajo.. al igual que Corayma y Rurik que han demostrado una gran diligencia en vuestras decisiones.. veo que con vuestras habilitades, unidas a mi innegable saber hacer -añadió bromeando, recuperando su tono de granuja burlón- .. creo que podemos formar un gran grupo de investigación.. lo cual nos lleva a ti, pequeña Arabela.. dijo mirando a la niña.. háblanos de tu familia y del culto a ese dios tiburón..

No puedo evitar comerme con los ojos a Zildjian cuando le veo vestido únicamente con sus pantalones. Una prenda que, de estar los dos solos, me hubiera gustado arrancarle. Tal vez sea algo mayor para mí, pero lo encuentro verdaderamente apuesto, especialmente en comparación con el resto de mis compañeros de desventuras.

Guapo y, además, adulador; aunque está por ver si diría las mismas cosas de mí si llegar a conocerme realmente. De momento, no ha visto nada.

En cualquier caso, tiene razón en que las cosas no nos han ido mal. Ni la niña, ni el pescador han resultado muertos y lo más que tienen que lamentar algunos de mis compañeros es haberse llevado un buen chapuzón. Ni tan mal, teniendo en cuenta que el de Comida buena falta le hacía y que el de Zildjian me ha alegrado la vista.

—No sé a vosotros, pero a mí lo del palacio me suena bien.

El peligro ha pasado. El aire ya no huele a la promesa de sangre y la situación está en paz. Y esta situación relajada hace que Comida deje de ser el ser arrojado, dispuesto e imparable que ha sido durante un momento para volver a ser lo que es casi todo el tiempo:

El Tonto'r pueblo.

— Ah, el burgomaestre.... Pofalen ¿Invita a panes? ¿A papas? ¿A papeo?  — En sus ojos directamente ya no se ve al ser que era antes. Ese ser vuelve a ser prisionero de la fétida y podrida sesera del halfling más tonto de todos  — Compis, entonces ¿La misión está cumplida ya? ¿Si? ¿Si?  — dice con ganas de seguir al grupo a donde sea.

— Por cierto, no hay problema, Taar. Siempre viene bien un chapuzón ¿A quien no le va a gustar un baño en unas aguas del siglo primero? — Comida es que ni se entera del peligro en el que estuvo. Si bien si aun conservase el uso de facultades mentales, propondría llevar primero a la ñiña con su familia, y despues de una manera más subpreticia visitar al burgomaestre. como nos ha dicho el pescador.
Nuestro trabajo para con Stradh es resolver el misterio del nuevo dios, el dios-tiburón.

Aurelio Breogán Cibrán, aún empapado por la lluvia y con la gaita colgada a la espalda como si fuera un estandarte torcido, se apartó un mechón de pelo de la cara y se tomó un momento antes de hablar. Había observado a todos: al brujo con sus disculpas solemnes y su chulería de vuelta, a Corayma con esa media sonrisa que escondía pensamientos que Aurelio prefería no imaginar, a Comida con su bendita inocencia que parecía sobrevivir incluso a los tiburones.

-Ben, ben… pois xa está. Unha meniña viva, un pescador medio tolo fora da auga e nós, mollados coma parrulos no Entroido. Xa podía saírnos peor a xogada. -Se giró hacia Zildjian y asintió con respeto. -Oe, non pasa nada, rapaz. Todos temos momentos nos que a cabeza non manda e outro poder nos leva. O importante é que a rapaza está a salvo, e que agora todos sabemos que na empanada daquela vella había máis que peixe. Xa volveremos falar con ela… con calma, e coa gaita se fai falta.

Luego, dio una palmada al hombro de Comida, sonriendo con ternura.

-E ti, meu pequeno heroe… que non se diga que un baño non esperta. Sen ti saltando coma un foguete non estariamos todos aquí contándoo. Así que deixa de dicir que es o parvo do pobo. Se cadra ti ves menos cousas que outros, pero cando hai que saltar, saltas. E iso vale máis que mil discursos. -Finalmente, volvió la vista hacia Arabella, la niña, y se agachó un poco para que sus ojos quedaran a su altura. -O do palacio soa moi ben, si. O importante é levarte primeiro a casa, que a túa familia che dea a aperta que mereces. E logo veremos que facemos co tal deus tiburón.

Se incorporó, ajustó la correa del mandoble que arrastraba por el barro y añadió con media sonrisa.

-Porque se hai un deus novo que quere roubarlle o pan... ou o peixe... aos meus compañeiros, xa pode prepararse para unha boa alborada coa miña gaita.

El hombre del sombrero ladeado le hizo una pregunta a Arabella y su mirada era tan penetrante que la niña no tuvo más obligación que responder:

-Venimos de Tidemore, un pueblo en el dominio de Darkon, a orillas del Mar Nocturno. Supongo que no tenéis ni idea de dónde está eso, ¿verdad? Nunca habéis cruzado las brumas. Hace meses el burgomaestre del pueblo nos declaró a mi y a mi família ciudadanos non-gratos y nos obligó a exiliarnos. Mi madre tiene cierta habilidad con la magia y gracias a ella pudimos cruzar las fronteras entre Darkon y Barovia para lograr llegar hasta aquí.

Dicho esto se desabrochó los dos primeros botones de la camisa para dejar ver un collar dorado con un diente de tiburón atado a éste.

-Sekolah nos protege. Es una deidad que viene de más alla de las orillas de Darkon. Salvó a mi madre una noche de tormenta en el que naufragó su barco y ahora nos protege a todos. Es el señor de las aguas, de todas las aguas. Y ha reclamado este lago como suyo también. Todo aquel que quiera obtener los frutos de este sitio ahora debe postrarse ante el Dios Tiburón. Muchos en el pueblo ya lo han hecho, solo los necios como Bluto siguen fieles a ese tal "Strahd". ¿Qué ha hecho Strahd por las gentes de Vallaki? Se mueren de hambre y cuando desaparece alguien (algo normal por estos lares), no hace nada para investigarlo. ¿Acaso tiene algo que ver con estas desapariciones? En cambio Sekolah cuida de los suyos, les da alimento y les protege. ¿Quién es el malo en esta historia?

-¡Silencio, arpía deslenguada! Strahd es el señor de este Lago y de toda Barovia y toda esta sarta de herejías terminará de un momento a otro. ¿Por qué... por qué no les dices lo que exige tu madre a cambio de "la lealtad"? ¿Por qué no les explicas lo del ritual? 

Comida se rasca la cabeza y le murmura por lo bajo a Corayma, a quien tiene por la persona más inteligente del lugar

"Oie... Dicen que ese Sekolah es un dios, pero Stradh dijo que no habia dioses en nuestro mundo. A lo sumo Lathander, el misericordioso Señor de la Mañana, que nos ha enviado a un buen amigo como Rurik"
"Es raro eso de un dios que ande. Y sobre todo un tiburón que ande"

Dicho esto, el pobre tonto se imagina a un tiburón caminando, usando las aletas a modo de piececillos, y con un halo de santidad mientras un grupo de chiflados primitivos le rezan y le adoran, y con susodicho tiburón con un medallón al cuello "Por si no os queda claro, soy un diox",

¡La imagen de Comida de lo que viene siendo una deidad es poco divina, ciertamente!

Rurik desembarcó dándole la mano a la niña para que de forma elegante desembarcara. Miró a la niña con esos ojos benevolentes de un clérigo. Le quitó importancia al pescadero: - Deberías de saber que tanto el asesinato como el suicidio están condenados por cualquier Dios. Date por satisfecho de que tu alma no se haya perdido del todo. Ahora ve a la ciudad e intenta calmarte. No quiero estar escuchando estos comentarios deslenguados y de puro odio. 

Después se dirigió a los demás: - Yo acompañaré a la joven hasta su hogar. Quiero quedarme tranquilo de que no sufre más incidentes. Comentó.

Intento prestar atención a las cosas que dice la pequeña fanática mojada, pero me resulta complicado porque esto es una jaula de grillos. El pescador, gritando; Comida, susurrando; y Rurik haciendo la guerra por su cuenta... Igual se piensa que nos quedaremos aquí sentados a la orilla del lago a esperar su regreso, mientras él disfruta del recibimiento palaciego y se queda con cualquier posible recompensa.

En fin, volvamos a lo importante, que no es ni reírme con las bromas de Comida, ni molestarme por la naturaleza intrínsecamente codiciosa de los enanos; ni, desde luego, defender a Strahd frente a las acusaciones de la niña a la que Zildjian ha llamado Arabela. Quién sabe, igual se conocían de antes.

—Parece que tu dios es muy generoso —le digo a la muchachita, dedicándole una sonrisa amistosa—. ¿Qué es lo que pide a sus adoradores a cambio de protegerles y garantizarles una pesca abundante?

Aurelio Breogán Cibrán escuchó con paciencia, con la gaita descansando cruzada en la espalda y el mandoble hundiendo su punta en el barro. Mientras Arabella hablaba del Mar Nocturno, de Darkon y de su dios tiburón, el gallego mantenía el rostro sereno, pero sus cejas se fruncían con cada palabra.

-Así que Sekolah, ¿eh? -murmuró, dejando que el nombre pesara en el aire. Dio un par de pasos, acercándose lo bastante para ver bien el diente colgado del cuello de la niña, sin invadirle el espacio, pero mostrando interés. Se cruzó de brazos, resoplando por la nariz. -Non me cabe dúbida de que cres o que dis, meniña. Pero hai unha cousa que me rabuña por dentro: os deuses de verdade non andan facendo favores tan baratos. Sempre piden algo a cambio… e xeralmente, ese algo non é pequeno.

Giró lentamente la cabeza hacia Bluto, luego de nuevo hacia Arabella.

-E se é certo o que di este home… que hai un ritual polo medio… entón temos que falar claro. Mira, eu non son home de cortar cabezas por gusto nin de chamarlle herexe a quen reza a quen lle apeteza. Xa teño bastante con que me digan a min que a miña terra non vale nada. Pero se ese deus vos dá peixe a cambio de sangue… entón iso non é fe, é extorsión. -Entonces, el bardo sonrió, cansado pero amable, como si quisiera calmar la tensión de la niña y del pescador por igual. -Strahd é o dono das brumas e o que corta o bacallao en Barovia, iso sábeno ata os nenos. Pero non vén aquí a darvos pan nin peixe. Xa, xa o sei. E aínda así… se permitimos que un novo señor faga o mesmo, pero vestido de tiburón, ¿Onde queda a diferenza?.

Se encogió de hombros y añadió en tono más bajo, con un deje casi de chanza:

-Eu, polo menos, nunca vin un tiburón con sotana nin coa gaita ao lombo. E se algún día aparece un camiñando pola estrada, aínda hei compoñerlle unha muiñeira. -Luego, con gesto grave, miró directamente a Arabella. -Pero tes que dicirnos a verdade, meniña. ¿Que pide o voso Sekolah realmente? ¿Que é ese ritual? Sen iso, non podemos axudarvos nin a ti nin a túa familia.

El brujo miró con gesto de cierta compasión al pescador defenestrado al cual se dirigió con voz animosa, tratando de reconfortarlo de alguna manera.. entiendo sus palabras, maese.. pero no es necesario tomarla con la niña.. la devolveremos con su familia y les preguntaremos todo sobre ese culto.. y sobre ese ritual al que os referís.. aunque no estaría mal, oír vuestra versión primero para ver en que se diferencia en lo que puedan contarnos.. - en ese momento se acerca al hombre para susurrarle en bajo- .. después de todo, si son fanáticos de ese Sekolah, quizá no nos cuenten toda la verdad.. así pues, contadnos buen hombre.. y tened por cierto, que haremos todo lo que esté en nuestra mano y más, para que todo hombre, mujer o niño de este pueblo, no vuelva a pasar hambre y pueda alimentarse de los frutos de este ominoso lago..

Sacando algo de tabaco con hiervas de uno de sus saquillos, Zildjian pudo comprobar, aliviado, que los saquillos de cuero impermeable habían conservado su "picadura" seca, de modo que sacó una larga pipa de madera y aliñó su cazoleta para prenderla para calentarse y relajar el ambiente, ciertamente tenso, mientras esperaba la respuesta del pescador.

Arabella suelta un par de estornudos. Está muy mojada y necesita una manta y volver a casa.

-Qui... quiero ir a ca, ca, casa -dice temblando la niña.

-No hablaré más sin la presencia del burgomaestre. Me encontraréis con él en su palacete. Ahora, por favor, dejadme pasar, no quiero saber nada más de esta maldita niña y su horrible família.

Bluto baja la cabeza y comienza a caminar en dirección a Vallaki.

Aurelio Breogán Cibrán se echó hacia adelante con la misma ternura con que un viejo trovador se inclina ante un público humilde. Al ver a Arabella temblar, no hubo en él ni un atisbo de grandilocuencia: dejó el mandoble con cuidado sobre la tierra y, sin pensarlo dos veces, deslizó su capa alrededor de los hombros de la niña.

-Vaiche abrigar, pequena -murmuró, la voz cálida como un brasero- Non me importa que veña mollada, que a gaita vaia ben ou mal; agora o que importa é que non te conxelessedes por camiño.

Se arrodilló un instante, acomodando la capa para que la niña no la note demasiado áspera, y le clavó a Arabella una sonrisa suave, de esas que intentan hacer creer que el mundo aún guarda sitios seguros.

-Xa levámosche á familia, e logo ao burgomaestre -dijo, dirigiéndose al grupo con calma firme- Unha nena ten que estar cos seus primeiros, non deambulando soa polas ribeiras. Corayma, se podes, achega a manta e axuda a cubrila. Rurik, acompáñame: Irei primeiro coa rapaza á casa e averiguarei que pide esa muller. E se Bluto quere irse, que vaia; non lle colemos a capa nin a espada. Cada quen coas súas eleccións.

Levantó la vista hacia el pescador que se marchaba, y su sonrisa se torció un poco, ya sin mostrar ironía sino determinación.

-Se Sekolah pide algo inocente, axudámoslles; se é ritual de sangue, entón eu lle canto áquel deus unha copla tan longa que nos pase por enriba do lombo e non volva a pedir nada. Pero antes hai que saber. Hoxe a prioridade é que Arabella chegue a casa quentiña.

Tomó a la niña con cuidado en dirección al pueblo, manteniéndola cerca del pecho para que su calor corporal ayudase a secarla. Mientras caminaba, murmuró para ella, en voz baja, una tonadilla sin palabras, un arrullo de trovador, para calmar sus temblores, mientras iban en marcha hacia el hogar de la pequeña.

Comida mira al grupo, y tira un poco de la manga de Taar

"Señor alto, señor alto ¿Quien cree que nos daría mas papeo de los dos, el burgomaestre, o los papis?"

Zildjian sonrió ante la pregunta del pequeño comida.. umm.. no te sabría decir amiguito, pero supongo que si llevais a la niña con sus padres, os recompensará debidamente y que menos que una buena comida caliente.. los burgomaestres suelen ser gente ocupada y altiva sin apenas tiempo para gente como nosotros.. ¿pero quien sabe?.. creo que estaría bien que algunos de nosotros acompañemos a la niña mientras otros visitamos al burgomaestre.. luego podriamos reunirnos en la taberna local para ver que hemos averiguado, así cubriremos más terreno en menos tiempo.. ¿qué decís? yo iré con nuestro pescador a ver que nos cuenta el burgomaestre.. ¿alquien más quiere venir? dijo añadiendo con sonrisa torcida mirando a Corayma..