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La Tercera Via

[Partida] 2.0 Las Columnas de Tyr

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01/04/2015, 17:37
Director

Tyr en el 189º era del rey en el año del Desierto Adormecido, 36 días después del sol bajo.

El zigurat llevaba décadas apropiándose progresivamente de la vida de Tyr. Al principio como una curiosidad, otra excentricidad del tirano inmortal que regia sus días y sus noches. Pero poco a poco fue convirtiéndose en algo más, una obsesión para el rey hechicero y sus templarios, y una carga que no hacía más que crecer para los ciudadanos desde el más bajo de los esclavos hasta el más poderoso de los nobles. La ciudad había perdido riqueza de una forma tangible en los últimos años, cuando prácticamente toda la mano de obra y los nuevos impuestos fueron destinados a acelerar la construcción de un monstruo que ya empequeñecía a las dos titánicas construcciones de Tyr, el palacio y la arena. Pero a medida que aumentaba en tamaño la obra otra cosa crecía aun más, el secreto.

Para comenzar nadie conocía el propósito de la construcción. Y si bien al principio todo el mundo asumió que era otra obra era ensalzar, todavía mas, el ego del rey hechicero, en los últimos años resultaba patente que había algo más tras ello. Los rumores por supuesto era muchos, pero la información fidedigna nula. Ni siquiera entre los altos rangos de los templarios se sabía exactamente que propósito perseguía el zigurat, el por que de tales prisas o que pasaba en su interior. Lo que si se sabia era que desde el principio de la obra ninguno de los esclavos y arquitectos que se ocuparon de interior tenían permiso para hablar con nadie ni de las más mínimas especificaciones, y a medida que se fue terminando y se trajeron artesanos mas especializados se pudo comprobar un hecho claro pero oculto entre las enormes cifras de la obra. Los esclavos que se ocupaban de las entrañas de la mole jamas volvían a ser vistos.

La organización tenía a un hombre infiltrado en la seguridad del zigurat, no muy adentro claro, pues todos los responsables eran fanáticos a Kalak a los que este además leía periódicamente. Y este hombre tenía un plan que podría lograr infiltrar a un grupo, aunque sería difícil que no fuesen detectados, y por eso hacía falta un buen grupo. Es decir, vosotros.

Realizaríais el contacto previo en una casa segura del grupo. Kern no podía deciros mucho sobre el contacto pues solo sabía quien era Grim. Pero sabía que era bastante paranoico con el tema de la seguridad (la suya obviamente) y que era de difícil trato. Pero en cualquier caso era vuestra única opción.

Acudisteis a la casa segura, en mitad de uno de los barrios menos seguros de Tyr, tomando las precauciones que os había indicado Kern y a sabiendas de que deberíais esperar una hora antes de que se presentara Grim con su contacto. Y cuando estos se presentaron, desde luego la sorpresa fue mayúscula.

Grim se quitó una capa de mendigo, de las que se usaban para protegerse del sol, muy parecida a la que llevaba su acompañante. Pero al contrario que Grim este la llevaba sin gracia de modo que se notaba que era un disfraz. También el rostro del recién llegado encajaba poco en su disfraz. Pálido, con cierto atractivo, de una blandura engañosa y maquillado a la moda templaria. Al parecer Grim esperaba que pusieseis vuestras vidas en manos de un templario.

Se llamaba Trettor, tenía un cargo a un tiro de piedra de la cúspide en la Orden de Hierro, es decir la policía secreta de Kalak, los que se encargaban de los asuntos delicados (y habitualmente sucios) y de la seguridad del rey hechicero. Se comportaba de forma irritante, petulante y despectivo con vosotros. En definitiva, una versión especialmente odiosa del típico templario pagado de su cargo. Incluso se permitió lanzar unas miradas apreciativas a Akiva que habrían hecho sentirse orgulloso a cualquier tratante de ganado.

- En serio Lammar- Que era como se empeñaba en llamar a Grim.- ¿Esto es lo mejor que voy a obtener de ti y de tu misteriosa organización? No digo que no sean ejemplares llamativos, o al menos alguno de ellos lo es. Pero lo que busco en este momento no es entretenimiento.

- Tretor, son de confianza y ya han demostrado que saben apañárselas. Es lo mejor que hay, y no necesitas esforzarte tanto por ser odioso, te aseguro que te odiaron en cuanto entraste por la puerta.- Le dijo Grim en un tono calmado, cargado de paciencia obligada pero con una buena dosis de frustración.- No alargues más esto y diles que requerirás de ellos, necesitaran prepararse y mentalizarse.

- En fin... supongo que tendré que ceder, abnegado que soy, pero mientras sepan quien manda...

- Saben perfectamente que son autónomos, pero estoy seguro que prestaran atención a tus observaciones mientras estén en tu terreno.- Dijo Grim interrumpiendo de forma mecánica al templario pero mirándoos serio al enunciar la última parte.- Ahora, al grano.

- Al grano, je, eso tiene gracia. Bueno el plan de entrada consta de tres partes.- Explicó el templario poniéndose serio.- Un primer grupo, que sois vosotros, se infiltrará en el puesto de control del coliseo. El objetivo sera simular otro vano intento de revuelta esclava para desorganizar y distraer a los senderistas que cubren el complejo. Un segundo grupo, del que no necesitáis saber más, se ocupará de que el funcionario de mando del nuevo turno y su acompañante no llegan nunca a su puesto por lo que yo y ella- dijo señalando a Kaireen casi que con fastidio- ocuparemos su lugar y nos ocuparemos de abrir un hueco entre la guardia del complejo. Si todo ha ido bien en ese punto tendréis entre 30 y 45 minutos para conseguir todo lo que podáis, sin alterar nada ni provocar alertas, y salir. Ya me ocuparé yo de sacaros.

- ¡Por el dios-rey Lammar no se han enterado de nada!- Protestó el templario terminada aquella explicación.

- Creo que la estupefacción que ves en sus rostros no la origina la incomprensión si no la incredulidad, Tretor.- Respondió Grim con una sonrisilla maliciosa en los labios.- Bien ¿Alguna pregunta? Nuestro contacto es un hombre ocupado y cuanto antes salga de aquí más seguro para todos.

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02/04/2015, 12:46
Kaireen

Kaireen no dijo nada camino a la casa segura. No era el momento. Con la promesa de la incursión, al fin algo en lo que ocupar su mente y distraerla de sus preocupaciones, había recobrado su aplomo habitual. Sentía miedo -¿cómo no iba a sentirlo, ante lo que les esperaba?-, pero era un alivio ponerse al fin en movimiento. Y Kaireen no era la clase de persona que se deja bloquear por sus temores.

Ni tampoco por sus sentimientos. En cuanto llegaron a la casa, se quitó el velo que la había protegido del sol, y sacudió su melena oscura, al tiempo que examinaba el lugar. Los anhelos acerca de libertad y el duelo por la casa habían quedado relegados también en segundo plano. Ahora debían centrarse en el trabajo. Y en cómo salir vivos de él…

Mientras los otros buscaban un lugar para sentarse y se acomodaban, ella habló discretamente a Akiva, en voz baja. No tanto por dejar fuera de la conversación a los otros -si querían escuchar, que lo hiciesen-, sino por respeto al dolor de su amiga.

-¿Sabes algo de tu familia? ¿Pudo contarte Kern si alguno de ellos… está a salvo? -la pregunta no era solo por Akiva, aunque principlamente fuera por ella. Los parientes de su amiga eran lo más cercano que Kaireen había estado de disfrutar de una familia, aunque solo fuera a través de los ojos de Akiva, desde que muriera su propia madre. Había sido grato observar aquella unidad familiar, aunque no formase parte de ella...

Pero finalmente buscó también un lugar donde sentarse, un lugar donde descansar mientras sus inquietas manos se entretenían jugando con el velo, al que dobló y volvió a desplegar y replegar una docena de veces. Sonrió a sus compañeros, una sonrisa leve, fugaz. Se alegraba de tenerlos a su lado. Era bueno no tener que pasar por aquello sola. Y, lo mejor de todo, eran competentes. Como antigua capataz, era difícil no apreciar aquello. Miró a Tandras, la incógnita.

-Parece que vamos a tener que esperar un buen rato todavía. No eres de Tyr, ¿verdad, Tandras? Tu acento es extranjero… -La voz de Kaireen era amable, indicaba que si no quería hablar de sí mismo, ellos no lo presionarían, pero si quería hacerlo, sería agradable conocerlo en un poco mejor-. Nosotros éramos esclavos de la misma Casa. Aunque no todos han vivido allí toda su vida… -sonrió al mediano y al explorador, animándoles a contar sus historias, si querían. Se preguntaba cómo había acabado el mediano esclavizado; tenía que haber una buena historia allí: estaba muy lejos de su gente. Hasta ahora sólo habían oído retazos de ella… ¿Y Arkleris? ¿Habría nacido en la casa, como Akiva y ella misma? Ella no había conocido a todos los esclavos; habían sido tantos…

Kaireen no sentía la necesidad compulsiva de otra gente de hablar por llenar los silencios vacíos. Se sentía cómoda esperando en silencio y pensando en lo que les esperaba. Pero eso no significaba que no le gustase estar entre la gente; de hecho siempre había tenido un gran curiosidad por la conducta humana, una curiosidad surgida de su talento telepático innato. Es bueno que todos nos conozcamos mejor. Y ya no hay razón para el secreto. Si nos apresan, nuestras historias pasadas carecen de importancia. Lo importante, esperemos, se irá con el gusano…

Lanzó un suspiro casi inaudible cuando Grim llegó, trayendo el final de la espera y de la incertidumbre cargada de tensión y miedo. Al fin podemos ponernos en movimiento, al fin podré dejar de pensar en todo lo que podría salir mal. Pero aquellas confusas emociones fueron borradas ante la visión del acompañante del semielfo. ¿Un templario? El rostro de Kaireen adoptó su expresión impenetrable habitual, la máscara que siempre había usado delante de los templarios las pocas veces que había tratado con ellos. En aquellos tiempos había practicado una especie de invisibilidad, ocultándose en la mayor autoridad de Pimp. Sin duda ahora podría usar a Grim de esa forma…

No. Kaireen casi frunció el ceño ante la mirada que aquel tipejo dirigió a Akiva. Cerdo. Su primer impulso fue interponerse entre él su amiga, cortándole la visión para proteger a Akiva. En sus tiempos de capataz nunca había tolerado abusos hacia los trabajadores a su cargo, de la misma manera que no había ejercido una autoridad inflexible, pidiendo solo competencia y dedicación a cambio de dirección y respeto, una actitud que le había funcionado sorprendentemente bien. Pero se frenó por la presencia de Grim; respetaba a aquel hombre y le creía un buen juez de personas…

De modo que se relajó, esperó y observó, con el rostro impasible, siendo el paso que había dado hacia Akiva, para adelantarla, lo único que delató aquel primer impulso. Observó aquel rostro maquillado, arrogante y detestable, y escuchó sus palabras, y el intercambio con Grim. Ah.

De modo que aquel saco de repelente arrogancia no era tal, o al menos no era tanto. Kaireen sostuvo la mirada del templario, sin inmutarse por su gesto de desprecio hacia ella, serena, firmemente. Sí, aquella actitud era en buena parte una prueba para comprobar de qué pasta estaban hechos… ¿podía culparle por querer a poner a prueba a aquellos que iban a arriesgar su pellejo? Kaireen decidió que no necesitaba contestar a aquella pregunta, ni importaba si le caía mal aquel tipo. Con tal de que hiciera su parte…

Espero que hayas juzgado bien, señor Grim. Espero que sea de fiar… porque nuestras vidas quedan también sus manos.

-He entendido perfectamente lo que habéis contado, señor Tretor -intervino finalmente Kaireen, en respuesta al último comentario del templario, y haciendo un leve gesto de reconocimiento hacia Grim en contestación a su réplica de apoyo hacia ellos. La voz de la joven era neutra; cortés, pero sin más sentimientos-. Simplemente me gusta escuchar primero y hablar después. Se dicen menos estupideces si sabes de lo que estás hablando.

Sostuvo la mirada del otro. Sí, y es mi forma de probar a las personas. Dejar tiempo para que se muestren cómo son, para que muestren lo que quieren… ¿hemos pasado tu prueba, templario?

-Intento hacerme una idea de lo que nos espera… una vez dentro del ziggurat, ¿hemos de temer de encontrarnos con más gente, deberemos fingir que somos trabajadores del lugar? ¿O no es el caso? ¿Puedes contarnos algo más del lugar? -Kaireen pasó a hablar al otro de una forma más informal, más relajada. Incluso le dedicó una sonrisa amable, tanteando el terreno, para ver si Tretor aceptaba una especie de camaradería, o prefería situarse en un plano superior de arrogancia templaria. Daba igual, ella aceptaría cualquiera de las dos cosas, mientras él cumpliese su parte. Sería más fácil si él prescindía de la superioridad, claro…

Y asintió con la cabeza cuando él contestó que no esperaba que hubiera apenas gente en el interior, aunque no podía contar mucho más. Kaireen le creyó cuando él afirmó que no conocía más.

-Ahí no entran ni los templarios de más alto rango, tan solo unos pocos elegidos a dedo por el rey dios (que además suelen tener corta vida), y esclavos (que no salen directamente) -explicó Tretor.

-Entiendo -dijo reposadamente Kaireen, sopesando las opciones-. Muy bien. Te acompañaré y fingiremos ser los funcionarios del cambio de turno, entonces. ¿Algo que yo deba saber para no meter la pata? ¿Esperas que yo haga algo, o solo tener la boca cerrada? -había un leve, sutil, humor en aquella última frase-. Me gustaría conocer también algo de esos planes de salida… que no son precisamente un detalle menor en esta incursión.

Se volvió hacia Grim. -Y… ¿algún consejo de última hora? -Aquí o en privado.

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06/04/2015, 22:07
Ukos

Cuando llegaron a la casa franca a esperar a Grim, Ukos fue a recostarse en el suelo cerca de los pies de Kaireen. Mientras estaba echado el mediano miraba fija e intensamente a Tandras. Ukos solo había ido un par de veces a las luchas de gladiadores y sentía bastante curiosidad por aquellos que llamaban gladiadores: luchadores soberbios que luchaban en inútiles batallas sin sentido solo para que los cómodos se diviertan.  Por supuesto sabía que algunos eran obligados, pero otros eran voluntarios ¿Como era aquello posible? La sociedad humana se escapaba a la comprensión del mediano. Sería Tandras uno de los obligados a luchar o uno de los locos que iban a morir por cuenta propia.

Cuando la humana comenzó a hablarle al musculoso humano, el halfling la miró. En realidad sabía bastante poco de que hacía su manada antes de juntarse, pero tampoco era sorprendente, Lual también era bastante esquiva y misteriosa acerca de su pasado. Quizás fuera un costumbre humana dejar el pasado en el pasado.

-Muy ayer Ukos vivir en desierto con Lual. Lual ser kirre y ser madre de Ukos, pero ella cambiar piel. Ella enseñar todo lo que Ukos saber y no muy ayer llevar Ukos con Grim, para que Grim mandar Ukos. Ser palabra de Ukos a Lual.- Dijo el mediano como si estuviera contando algo poco interesante y no hubiera mucho más que contar. En realidad, de vez en cuando aun soñaba con su madre y en el día en el que se separaron, pero le habían enseñado a controlar su mente desde muy pequeño y eso era de lo mejor que se le daba.

Ukos se quedó nuevamente mirando fijamente al gladiador expectante de su respuesta, pues en realidad le interesaba mucho saber cómo había acabado allí con su manada.

Cuando Grim llegó con el templario, Ukos arrugó la nariz y casi soltó una carcajada de la ridícula indumentaria que llevaba el "cómodo". Sin embargo, Grim le había explicado una vez las nociones más básicas de la sociedad humana, por lo que el halfling sabía que a los "cómodos" no les gustaba que se riesen de ellos, así que se aguantó... un poco.

Cuando explicaron el plan, quedaba bastante claro cuál iba a ser el papel del mediano en todo aquello.

-Yo ser bueno contra otros que usar mente- dijo a sus compañeros golpeándose el pecho con la palma de la mano refiriéndose a los senderistas- yo poder parar mente de otros para que no cambiar mente de manada. También poder bloquear mente de pastores de esclavos- terminó refiriéndose a los guardias que presumiblemente mantendrían vigilados a los esclavos-

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08/04/2015, 00:34
Tandras Sul

El gladiador tenía la mente llena de dudas. ¿Había firmado una sentencia de muerte con la pertenencia a aquel grupo? Qué más daba en un mundo como aquel. Si él no hubiese luchado día a día por sobrevivir, no se encontraría allí mismo, así que sobrevivir y luchar eran sus dos máximas.

Ahora se encontraba con sus compañeros, y de seguro que todos tendrían dudas sobre su procedencia, sus capacidades, etc. De hecho, al llegar a la casa segura fue casi lo primero que mostraron, de no ser por que intentaron disimular algo su curiosidad, o por cortesía, o respeto. El caso es que él se esperaba que le preguntasen, y así fue.

-Claro que no soy de Tyr, seguro que lo notáis en el acento. Procedo de Urik, un lugar bien majo, donde la gente sufre al igual que aquí. No conozco siquiera si tengo familia viva, porque nunca la he conocido; por lo que a mí respecta, siempre he sido un combatiente esclavo. O al menos eso han querido hacer de mí.

Tandras se encontraba reflexivo, mientras volvía la vista atrás. Había sido mucho lo vivido y lo sufrido, pero en parte gracias a ello se había hecho más fuerte. Y de hecho, sus palabras eran pronunciadas con la decisión y confianza de un guerrero victorioso.

-Seguro que os planteareis qué tipo de persona soy, o me han dejado ser. Está claro que alguien que lucha por sobrevivir, y a quien no le tiembla el pulso con la espada. Pero eso no significa nada, puesto que es lo que me han obligado a ser. Ahora soy alguien fuerte y respetado. Pero eso no significa nada ante otro esclavo, puesto que soy su igual –todo esto lo decía con la seriedad y serenidad características de alguien que ha dado el mismo discurso en distintos lugares.

Tandras observaba la cara de los presentes; quería dejar claro que él era un guerrero, y que no era inocente; muchas vidas habían sido arrebatadas por sus manos. Unas injustamente, y otras, quizá lo merecieran. Pero quería hacer que entendiesen que sobre todo él tenía que luchar por sobrevivir, y que en el fondo seguía siendo un esclavo.

-Y al final me dieron a elegir un trabajo. ¡Me dieron a elegir! No sabía siquiera qué escogía, por el secretismo con el que trataron el tema. Pero ahora entiendo el porqué. En parte me alegro; ahora puede que sienta que no lucho solo por mí, sino por otros. No sé, espero que no sea una ilusión efímera…

Seguía teniendo muchas dudas, y una de ellas era la procedencia y circunstancias del resto de sus compañeros.

-Yo he sido cortés y he hablado de mí. Y no os preocupéis, la curiosidad es normal en estas circunstancias, así que yo no negaré que también siento curiosidad por saber de vosotros. Contadme lo que podáis y queráis; vamos a pasar tiempo juntos y no nos viene mal conocernos.

El tiempo pasó más rápido de lo que esperaba para el fornido Tandras, cuando llegaron Grim y… aquel templario. Tandras examinó con la mirada al templario, al igual que éste lo examinaba a él. No tenía motivo alguno por el cual disimular en aquel momento; él era un esclavo, y tenía en frente a un templario, aunque por otra parte el gladiador entendía qué era ser mirado con odio.

-Respecto a lo de ser llamativo… siempre se podría buscar una ropa que no me marque mis formas; seguro que llamaré la atención solo por mi tamaño, y mejor disimular lo que pueda- dijo esto último mirando el menudo tamaño de sus compañeros; los esclavos normalmente no solían estar bien alimentados, a menos que su dueño quisiera exhibirlos como una pieza ejemplar.

Sobre la propuesta de crear un simulacro de revuelta… en parte le pareció interesante, pero le apesadumbró la idea. Seguro que tras un intento de revuelta, lo más leve que podrían sufrir algunos esclavos era la tortura; otros tantos posiblemente morirían. Claro, que el mundo no era justo, y muchos morían injustamente. Y todo esto debido a la actuación que se iba a llevar a cabo.

Después de todo, seguramente estén condenados” –pensó haciendo alusión a los trabajadores de algo tan secreto y ambicioso como un gran zigurat.

-Y sí, la estupefacción no es a causa de nuestro grado de entendimiento, sino de la sorpresa –confirmó rápidamente, para que se quitase de la cabeza aquel templario aquello de que posiblemente el grupo lo formaba un puñado de locos descerebrados-. Para simular una revuelta… ¿qué tal darnos algo de información sobre los esclavos que allí trabajan? Deberíamos poder incitarlos, y quizá haya algunos más predispuestos a ello que otros. Al menos, si no información personal, sí información sobre la situación del lugar, sucesos, condiciones, para poder ponernos en su pellejo fácilmente y actuar como es debido.

Las indirectas eran inútiles, así que el gladiador fue directo en todo momento. Quería información, planes de acción, y algo que hiciese posible llevar a cabo aquel trabajo. Mostraría que él era competente, y sobre todo, a un templario.

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09/04/2015, 14:41
Arkleris

Arkleris escuchó a sus compañeros. Escuchó al pequeño y salvaje mediano que se había adaptado al grupo como Arkleris lo había hecho.

Extraño tu poder mental, pequeño Ukos - sonrió - Ojalá tuviera tu potencial amigo, pequeño eres más grande tu valía.

¡La familia!. El explorador suspiró cuando Kaireen lo mencionó.

Hace mucho, mucho tiempo que no sé nada de mi verdadera familia.

Sus ojos reflejaron tristeza y melancolía.

No siempre fui esclavo - comenta con voz queda - Nací libre bajo un sol ardiente y corría por el desierto libre y respiraba el polvo del desierto a mi antojo.

Sus ojos miraban el suelo. Aquel hombretón quería saber de nosotros y era justo. Si debían trabajar juntos debían saber uno del otro.

Mi tribu se dedicaba a las incursiones, pero un mal día un pillaje se truncó en una fatalidad que me llevó a tener grilletes y pronto comenzaría a echar de menos la libertad que había gozado.

Se había sentido desdichado toda su vida. Los esclavos no habían conocido la libertad por lo que no la echaría de menos.

Y me sentí como cuando un pájaro que vuela libre es apresado en una jaula - su voz no sonaba amarga, reflejaba un carácter neutro, como si realmente no importara - con el tiempo he aprendido a amar esa jaula, de hecho, si me abrieran la puerta, probablemente no deseara salir, paradojas de la vida.

Levantó la cabeza y aclaró su garganta. Se sentía incómodo, prefería no hablar mucho de su vida. Aunque entendía que debía hacerlo. 

- ¿Queda mucho para llegar? - comenta tratando de cambiar de tema.

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10/04/2015, 16:46
Akiva

Akiva acudió a la reunión tomando todas las precauciones que la Velada Alianza habia considerado oportunas y algunas más que habia aprendido en los últimos cuatro días. La sombra del palacio del Rey-Hechicero contribuia y aumentaba el frio de la noche, obligando a la joven clériga a arrebujarse en sus propias vestiduras. Sin embargo, era la imponente estructura del Gran Ziggurat del Kalak la que atraía la mirada de Akiva... Recortado contra el cielo nocturno, contribuia como nada a aumentar el recelo, el temor y la ira de la ex-esclava.

La improvisada espera sirvió para que Akiva se felicitase por encontrar a sus amigos y camaradas de armas bien de salud y con buena presencia de animo. Agradeció la oportunidad de sentarse junto a Kaireen y compartir confidencias con ella, mientras esperaban a que su contacto se reuniera con ellos en la casa de huespedes.

- Los que se salvarón están todo lo bien que pueden estar... Creo que los am... Que los señores de la Casa se temian algo y aquellos que trabajaban en el hogar fuerón vendidos a otros que cuidaran bien de ellos. Me temo que los demás estaran trabajando en el zigurat de Kalak.

La joven clériga se extendió unos pocos instantes más, hasta que el dolor del recuerdo hizo que dejase morir la conversación con Kaireen, sumiendose en sus propios pensamientos. El ambiente, cargado de tensión y anticipación, no era propició para la charla banal. "Por eso tengo interes en ir a ese maldito Zigurat y destruirlo..."

Por fin, en el momento señalado, se produjo una llamada a la sencilla puerta de la casa. Instantes despues, una nueva llamada volvió a romper el silencio imperante. Acto seguido, Akiva descubrió que una de las figuras embozadas que habían entrado erán Grim de Nibenay y un individuo de mirada descarada y actitud petulante que lo delataban como uno de los servidores del Rey-Hechicero; un Templario.

Por un instante, la mirada lasciva que le dirigió hizo que Akiva se moviese ligeramente tras la sombra de Kaireen y bajase la vista. La subita necesidad de frotarse son fina arena hasta sollarse la piel hizo que la joven se estremeciera...

Sin embargo, un brillo extraño en los ojos del llamado Tretor hizo que Akiva se replantease su actitud y decidió salir de detras de Kaireen e inclinarse respetuosamente para saludar. Se decia que los Templarios tenian grandes poderes, pero Akiva estaba segura de que los suyos eran igualmente temibles.

Tomo asiento y escuchó con atención el plan de Tretor y su propia participación en el...

"No es un mal plan... Aunque estamos en manos de este individuo, ya que Kaireen estara a solas con él, mientras nosotros nos jugamos la vida contra los esclavistas..."

Akiva guardó silencio, pendiente de las respuestas que pudieran obtener las preguntas de Kaireen, Arkleris y el recio luchador, Tandras Sul. En el último momento, decidió expresar en voz alta un pensamiento nacido de la esperanza.

"¿Y que sucedera si logramos que la revuelta deje de ser una simulación para ser un hecho? ¿Hay lugar donde llevar a aquellos esclavos que sigan nuestros pasos?"

Algo en lo más profundo de Akiva le decía que no le iba a gustar la respuesta... No más que las insinuaciones de Arkleris o la mirada fingida lubrica del llamado Tretor.

Notas de juego

Siento el retraso. :(

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15/04/2015, 18:48
Kaireen

/antes de la llegada de Grim y el templario/

Kaireen hizo un gesto de sorpresa, intentando desentrañar a qué se refería el mediano con eso de que su madre era un kirre. Supuso que se trataría de un rango o algo así propio de una sociedad tribal.

-Cuánto más nos cuentas de tu gente, Ukos, más parecen un misterio -dijo, lo más cerca de un comentario risueño que Kaireen era capaz. La joven no llegó a sonreír, pero miró con aprecio a su pequeño compañero. Le hubiera gustado hacer más preguntas, pero se daba cuenta de lo difícil que era explicarse al mediano, con su limitado conocimiento del idioma.

Escuchó con simpatía a Arkleris cuando contó su historia, aunque hizo un gesto de sorpresa ante su afirmación de que ahora no desearía abandonar la esclavitud incluso si se la hubieran ofrecido en otras circunstancias. Nunca dejaba de asombrarse de cómo tanta gente podía acostumbrarse tanto a su condición que luego les atemorizaba incluso intentar vivir por su cuenta. "Yo no habría temido", pensó Kaireen por enésima vez, con un punto de melancolía.

-Lo lamento, Arkleris -dijo seriamente-. Mi madre nació libre también. No estoy segura, pero creo que acabó como esclava por algún tipo de comercio ilegal que salió mal. La verdad es que nunca me habló mucho de su pasado. Ni de mi padre, siquiera… yo era muy niña cuando mi ella murió. Todo lo que ella podría haberme contado cuando creciera un poco, ahora se ha perdido.

Se encogió de hombros. -Yo nací en la casa, y tengo que agradecer a que ésta fuera tan especial todo… lo que he aprendido. En cualquier otro sitio la vida mi vida habría sido mucho más miserable… y no me habrían dado educación alguna. -Miró al nuevo, que había dicho que era un gladiador-. No puedo imaginarme vivir para matar o morir, como en tu caso. Sí, tuve mucha suerte… -Suspiró-. Aunque nunca he tenido muchos amigos de verdad. Pero por alguna razón la gente confiaba en mí. Creo que era porque siempre he intentado ser sincera y justa. Así que tampoco podía decir que estuviera sola, no realmente. Aun así…

Kaireen intentó una tímida sonrisa. -Aun así envidiaba lo que tenía Akiva, una familia de verdad. Siempre me he preguntado lo que sería tener parientes. He tenido muchos compañeros, y unos pocos amigos de verdad, entre los cuales Akiva es la más querida. Pero no recuerdo lo que es tener una familia…

Desechó aquello con un simple movimiento de la mano. -Pero sería de ingratos quejarme de mi suerte, que no ha sido tan mala. He sido una esclava toda mi vida, pero nunca he pasado hambre ni los abusos que otras casas dan a sus propiedades vivientes. He tenido que trabajar duro, pero no he tenido que deslomarme en los campos o en las minas, o calentar camas por orden de mis amos. He podido acceder a unos conocimientos que ni la mayor parte de los nobles podrían imaginar, y los considero más valiosos que todas las joyas y privilegios que esos aristócratas mimados poseen. Y ahora tengo una oportunidad de cambiar el mundo...

Y musitó, muy bajo: -No, no me quejo...

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15/04/2015, 20:08
Director

Tyr en el 189º era del rey en el año del Desierto Adormecido, 36 días después del sol bajo.

El templario miro al gladiador como si acabase de decirle que sin conocer la historia personal del kank no podía montarlo. Y tras un momento de estupefacción se rió con autentico humor tras la intervención de Akiva.

- Ya, muy bueno. No, los esclavos son solo vuestra coartada para neutralizar, preferiblemente de forma contundente y definitiva, a los psionicistas de control. A los esclavos los eliminaran por completo las tropas que acudan a sofocar la revuelta, ya me he ocupado de ello. Así que no hace falta que os preocupéis por ellos, ni son una variable en el plan ni serán testigos de nada.- Explicó el templario creyendo, al parecer, que vuestra preocupación era debida a si los esclavos serían una molestia.

- Ya sé que los esclavos son poco más que mulas de carga para algunos, pero conocer la situación personal ayuda a integrarse y pasar desapercibido. Aunque bueno, ya veo que está todo planeado... -dijo Tandras de manera un tanto ruda y con expresión ácida, pensando en la cantidad de vidas que iban a ser arrebatadas.

- Por vuestra mirada diría que lo mantener la boca cerrada y seguirme sumisamente os resultará bien difícil mi ilegal señorita.- Añadió Tretor girándose hacía Kaireen con una extraña sonrisa que os impidió saber si hablaba medio en broma o tan solo medio riéndose de la mujer.- Oh no, vos tendréis un papel bien activo, el de otra dama recién fallecida (o al menos sera una recién fallecida cuando empiece el plan) con talentos poco habituales.- Dijo puntuando esa última palabra con unos gestos sinuosos de sus dedos.

- Pero del plan de salida, como he dicho, es cosa mía. No necesitáis saber más.- Respondió el templario endureciendo la mirada.

- Tretor no se fía de vosotros Kaireen, no te lo tomes a mal no se fía de nadie.- Explicó Grim interviniendo.

- ¿Difícil? Depende de vuestra competencia, supongo. Pero no es mi estilo interferir con un buen plan ni con quien lo ejecuta bien. Creo que estás presuponiendo mucho -contestó reflexivamente Kaireen-. Así que un papel activo, ¿y cuál será? Resulta más fácil actuar con tino si se sabe lo que se está haciendo.

El templario se encogió de hombros ignorando la pregunta de Kaireen sobre la huida. La mujer no pareció darle mayor importancia lo que sorprendió a más de uno. A cambio el templario le contó con pelos y señales que uno de los dos asesinados el día de la infiltración sería su personaje. Nadessa de Gulg, una necromante que nuestro rey robo a la Oba y que venía a la ciudad para “potenciar la productividad de los trabajadores del zigurat”. Tretor contó a Kaireen lo poco que sabía de la fría y aborrecible mujer, pero era más que suficiente para suplantarla frente a aquellos que la conocían aun menos.

Una vez aclaradas todas vuestras dudas el templario os emplazo en una casa cerca del coliseo antes del amanecer dentro de tres días. Tras lo cual se marcho dejandoos con Grim y sin molestarse en despedirse.

- Tretor es todo un personaje, pero sabe lo que se hace. Ademas de que es lo mejor, único, que hemos conseguido.- Dijo Grim al ver vuestras caras al marcharse el templario.

Pero Grim enseguida os puso a trabajar. Teníais que estar descansados, en forma y bien pertrechados para el día en cuestión. Además os informó de que un pequeño grupo operativo aguardaría a cierta distancia del coliseo y llegaría hasta vosotros (si es que estabais lo suficientemente fuera de la seguridad templaria) en caso de necesitarlo. Os dio dos pequeñas ramas resecas, si cualquiera de ellas se rompía el equipo lo detectaría y sabría donde se encontraba la persona que lo hizo.

-No es que no me fie de Tretor, o más bien de lo que le conviene a Tretor. Pero a veces tiene ideas muy particulares de lo que es aceptable para conseguir resultados. Y eso sin contar que es más que posible que para cuando salgáis del ziggurat ya este muerto.- Comentó Grim en un tono que os hizo pensar que había algo en el papel del templario que no os contaba. Y suponíais que tampoco os iba a contar.

 

Tyr en el 189º era del rey en el año del Desierto Adormecido, 39 días después del sol bajo.

Los dos días y medio de plazo habían pasado en un santiamén y os habían dejado a las puertas de la sastrería en donde Tretor os había citado. Una mezcla de deseo por empezar aquella misión absurda y pavor por que empezase os embargaba mientras abríais la puerta del negocio, vestidos como ciudadanos libres, y decíais la clave que os había dicho Grim al aburrido dependiente.

- Hoy suenan cascabeles sobre la montaña clara.- Dijo Akiva al aburrido enano que se limitó a señalar la puerta de la trastienda mientras él se levantaba para asegurar la puerta y vigilar que nadie os venía siguiendo.

En la parte de atrás os esperaban seis muchachas, todas bonitas, delgadas, con un visible collar de esclavo en sus delicados cuellos. Cuatro eran humanas y otras dos elfas, y ninguna habría cumplido aun la veintena, a un par seguramente les quedaban bastantes años para ello. Todas se os quedaron mirando como animalillos asustadizos, aunque había en ellas más inquietud y vacilación que miedo.

- El trabajo no se hará solo y no os queda mucho tiempo chicas.- Dijo la voz de Tretor desde la esquina donde estaba sentado haciendo ponerse a las muchachas en marcha hacía vosotros para tomaros medidas y adaptar ropa. No os quedaba ninguna duda por la rapidez con que habían reaccionado a su voz, aquellas esclavas eran del templario.

- En un rato vendrá Aghar, uno de mis muchachos. El grupo que se encargara de los psiónicos le seguirá a él, los guardias le conocen y no pondrán pegas.- Os comunicó el templario poniéndose de pie mientras las muchachas comenzaban a forcejear con algunos al parecer pretendiendo quitaros las ropas allí mismo.

- ¿Alguna duda de última hora?- Dijo el sonriente templario enfundado en el uniforme oficial de la Orden de Hierro, y por la cantidad de metal de adorno que llevaba encima suponíais que le iban muy bien las cosas.

Notas de juego

Acordaos de indicarme ya sea antes de poner el turno o en notas el equipo que vayais a pedirle a Grim. Y tener en cuenta que tendreis que cambiaros de ropas y no podreis llevar cosas muy aparatosas (nada de arietes portatiles).

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18/04/2015, 15:47
Kaireen

A Kaireen le costó mantener el rostro neutro cuando el templario habló con tanta despreocupación de sacrificar esclavos. Lo que en realidad hubiera deseado hacer es abofetear a aquel desgraciado, pero… el mundo funcionaba así. Los esclavos eran ganado, carne sacrificable. Incluso, parecía, para la Alianza. Y aquella noble gorda aun la había llamado a ella poco realista. Ningún noble tenía idea de lo que significaba ser esclavo, ninguno.

Y algunos que lo habían sido parecía que lo habían olvidado, también…

Kaireen miró al señor Grim por un momento, el rostro impasible, pero sabiendo que él la conocía lo suficiente para reconocer el malestar que sentía. Aunque por otro lado entendía que algunos sacrificios eran inevitables. Pero…

Parecía que el tal Tandras pensaba igual que ella. Naturalmente, como gladiador debía haberse sentido como la susodicha oveja llevada al matadero más de una vez. Maldito seas, templario.

-Por vuestra mirada diría que lo mantener la boca cerrada y seguirme sumisamente os resultará bien difícil, mi ilegal señorita -decía Tretor en ese momento, pasando a explicar cuál sería su parte en el plan. Kaireen se mantuvo impasible ante la burla; las pullas la resbalaban. Sólo esbozó una leve sonrisa, medio irónica, medio ácida, cuando el otro imitó el lanzamiento de conjuros mediante sinuosos (y totalmente inadecuados) movimientos de sus dedos. Parecía que Grim había contado a aquel templario unas cuantas cosas sobre ella. Supuso que era inevitable, aunque eso no implicaba que tuviera que gustarle. Debí haber advertido a Tandras también, cuando estuvimos hablando antes. Dirigió una mirada disimulada en dirección al gladiador, para ver cómo reaccionaba.

Pero aquello no era importante. Sin perder la calma, Kaireen corrigió las presunciones del templario, preguntándose de dónde las habría sacado. Tal vez los profanadores con los que estaba acostumbrado a tratar fueran así. A Kaireen, que estaba más acostumbrada a seguir órdenes que a impartirlas (pese a que hubiera actuado de capataz de esclavos en algunas ocasiones, no había dejado de ser sino la mandada de otros), se le antojaba una conducta caprichosa y estúpida en un momento en que el plan dependía de la cooperación de todos ellos. Claro estaba que no se fiaba de aquel tipo… podría ser difícil seguir algunas de sus órdenes, si creo que podría traicionarnos para salvar su propio pellejo, reconoció para sí misma.

Por el momento, sin embargo, no veía problemas en hacerlo. Reemplazar a una nigromante… no había esperado aquello. El asesinato de una profanadora (sin duda era una profanadora, si trabajaba para Kalak) le traía sin cuidado. Pero, ¿podría dar el pego suplantándola? Kaireen se analizó a sí misma, sin miedo de afrontar el reto, pero sin querer hacerse falsas ilusiones acerca de su competencia. Para empezar, aquella maga debía ser mucho más poderosa que ella. Y la necromancia no era el campo en el que había recibido más educación. Muchos preservadores la veían como una especialización más afín a los profanadores, y ella misma no estaba especialmente interesada en el levantamiento de muertos vivientes, lo que a sus ojos no era sino una prolongación de la esclavitud incluso más allá de la muerte. Pero, sí, decidió, mientras escuchaba lo que el templario le contaba de la tal Nadessa de Gulg. Debería ser capaz de hacerlo, mientras no tuviera que lanzar conjuros delante de otro profanador. Pero conocía lo suficiente para engañar en una interacción superficial, e incluso podría ser divertido actuar como aquella mujer durante un rato. Y después de todo, no es que fuera a ser necesario levantar ningún cadáver. Lo cual era buena cosa, dado que aquel tipo de conjuros estaban tan lejos de sus posibilidades como las lunas de sus manos. "La Alianza no debería mandarme a mí, deberían haber escogido a otra maga más poderosa", no pudo menos que pensar Kaireen.

Pero el templario se cerró en banda a la hora de hablar del plan de huida. El señor Grim intentó disculparlo. Kaireen torció el gesto, pero no veía alternativas. Tretor no quería escucharla, estaba claro. Y dependían de aquel bastardo, aquel excremento de kank, que olía peor que cualquiera de  las deposiciones de aquellos bichos, por cierto. Intimidarle, coaccionarle o intentar dominarle mediante magia (incluso si esta última opción no fuera tan problemática en los de su clase) parecían decididamente contraproducentes. Aquello podría volverse contra ellos en el peor momento, si aquel hombre decidía que prefería traicionarlos y mimar su ego herido a la recompensa que Grim le hubiera prometido, fuera cual fuera.

Y, pensando en eso, ¿cuál sería? Kaireen no podía imaginarse que aquel templario fuera leal a la causa. ¿Cuál recompensa le habría tentado lo suficiente para imponerse al conocimiento de lo que Kalak le haría, si le descubría ayudando a unos saboteadores de su adorado proyecto? Kaireen se preocupó aun más. No me fío de este tipo, no me fío nada…

La maga mantuvo una estudiada neutralidad. Prefería que el templario no supiera de sus crecientes sospechas. Parecía que tendrían que ir a ciegas, después de todo… pero pensaba mantenerlo bajo estrecha vigilancia. Y ya podía rezar porque sus plegarias fueran efectivas si le descubría intentando traicionarlos.

Se alegró cuando Tretor se marchó. Sólo había estado junto a él un rato, y ya sentía ganas de lavarse para quitarse la sensación que aquel hombre taimado, desdeñoso y untuoso le había dejado.

-Tretor es todo un personaje, pero sabe lo que se hace. Además de que es lo mejor, único, que hemos conseguido -dijo Grim.

-Decir que es lo único que habéis conseguido no es que diga mucho en su favor -contestó Kaireen, duramente, dejando caer su máscara de fría impasibilidad. Con Tretor lejos de allí no le importaba mostrar su preocupación-. No me fío de él, señor Grim. ¿Qué razones creéis que tiene para no traicionarnos? O peor, ¿cómo sabéis que no está jugando a dos bandas, que no está fingiendo para atrapar a la Alianza? Si caemos gracias a él, podría salir bien parado si dice que fingía ayudarnos para atraernos a una trampa. Parece algo tan propio de los de su clase. Y… ¿qué le habéis prometido? Yo diría que el templario medio debería pensárselo muy bien antes de dejarse arrastrar por la avaricia dada la atención que está dedicando Kalak a su adorado ziggurat.

Kaireen recogió la rama que Grim les dio, nada convencida de aquello les fuera a ser útil. Le parecía casi imposible que aquel grupo pudiera entrar en el ziggurat sin que todos sus defensores les cayeran encima al instante, cuando ellos mismos iban a tener que actuar de forma tan complicada para actuar. No, estaba casi segura de que una vez iniciado el plan, dependerían de sus propios medios. Tal vez aquel equipo pudiera ayudarles en la salida… y eso demostraba que Grim no se fiaba tampoco de que Tretor cumpliera su parte.

-Si pretendéis que Tretor muera en esta operación, parece que las sospechas del templario no están fuera de lugar, tampoco -señaló Kaireen suavemente-. Por la luz de Ral, que cada vez temo más que su plan sea arruinar nuestra operación. No parece un tipo estúpido. Pero si es así, no somos nosotros, simples peones, los que les interesamos, señor Grim. Querrán a nuestros líderes. A vosotros.

Miró al semielfo para ver cómo reaccionaba. Pero finalmente se encogió de hombros y dijo: -Necesito hablar contigo… acerca de los conjuros de los que podría disponer. Y si podría acceder a algún recurso extra más. -Era la primera vez en su vida que Kaireen hablaba libremente acerca de su arte delante de testigos, y se sintió muy extraña haciéndolo. Pero el tiempo de las imposturas había pasado, parecía. Al menos, en aquel círculo. No sabía si sentir alivio o terror por ello-. Cualquier consejo sobre lo que nos espera, el tipo de protecciones que conozcáis o sospechéis con que podamos tropezarnos, o lo que esperáis que encontremos será bienvenido también. Me ayudará a decidir qué estudio.

Kaireen suspiró levemente.

**************

Al fin había llegado el día. Kaireen siguió a sus compañeros en silencio, preocupada por todo lo que podría salir mal, preocupada por depender del templario. Que, por cierto, tenía una mente barroca, dada la contraseña escogida. Se preguntó por qué algunas personas parecían sentir la necesidad de buscar señas que hasta un subnormal reconocería como sospechosas, si eran oídas por quien no debía.

Kaireen trató con amabilidad y dulzura a las esclavas de Tretor, entendiendo cómo se sentían. Aunque titubeó un momento, sosteniendo las manos de la muchacha que intentaba ayudarle a quitarle las ropas, en un repentino acceso de timidez. Pero se encogió de hombros y dejó de estorbar los intentos de la chiquilla. Después de todo, sus compañeros no la preocupaban. Y que Tretor mirase, si quería.

Lanzó un resoplido desdeñoso en respuesta a la última pregunta del templario. Se iba a negar a contestar a la pregunta que él bien sabía que ella quería preguntar, así que, ¿para qué perder el tiempo?

-No -contestó Kaireen, lacónicamente, mientras dejaba que la joven esclava hilvanara apresuradamente las ropas de la nigromante para ajustarlas a su talla-. La suerte está echada.

Notas de juego

comento en el off topic sobre el equipo, pasaros por allí, chicos :P

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19/04/2015, 12:15
Ukos

Ukos tenía una inteligencia bastante prominente, pero se había desarrollado más como una astucia primitiva y animal que como una inteligencia estrategica y táctica, por lo que dejó a sus compañeros planificar los pormenores del plan. El ya sabía lo que se requería de él, acabar con los mentalistas enemigos, y era todo lo que necesitaba saber. Los dilemas morales entre la esclavitud poco le importaban. Lo único que le preocupaba era mantener a su manada a salvo, y se esforzaría al máximo para mantenerlos seguros. Le incomodaba que Boca-de-jefe fuera a estar lejos de ellos, y no podrían ayudarla si necesitaba ayuda, pero no había mucho que pudieran hacer si ese era el plan.

-Yo no tener dudas, pero necesitar cosas. Honda para atacar enemigos lejos y daga que Ukos poder esconder para luchar enemigos cerca.- dijo el mediano
 

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20/04/2015, 16:55
Akiva

El rostro de Akiva paso del palido mortecino al rojo carmesí hasta recuperar su tono habitual al escuchar la naturalidad con la que el contacto de Grim de Nibenay descartaba sus planes de fuga y sentenciaba a los esclavos a una muerte horrible por el simple y mero hecho de ser una distracción.

Algo frágil y valioso murió en el interior del alma bondadosa de la joven clériga, que tuvo que recurrir a toda su fuerza de voluntad para no prorrumpir en lagrimas alli mismo. Apretó los puños tanto que sus uñas laceraron las palmas de sus manos y haciendolas sangrar.

- Entendido... señor Tretor.- Akiva respondió entre dientes, tratando de controlar el despreció que empezaba a sentir.

La profusión de detalles que ofreció sobre la persona que encarnaría Kaireen terminó de asentar la opinión que la joven tenía de su contacto. Sin embargo, fue la rápida aceptación de esta lo que perturbó a la muchacha. Ladeó la cabeza para mirarla discretamente, pero desvió la mirada con rápidez, para evitar que esta se diera cuenta.

Cuando por fin Tretor abandono la estancia, Akiva suspiró y se relajó, ignorando el dolor de las palmas de sus manos. Suspiró de nuevo, molesta por lo vital que parecia ser este en todo el asunto y por la confianza que el señor Grim parecía haber depositado en él.

Aceptó la rama seca que Grim les tendía, consciente de su importancia.

- Gracias, Grim. Esperemos que no sea necesario usarla.

La guardó con cuidado antes de volver a asentir y escuchar la respuesta a las preguntas de sus compañeros.

"Tengo mis conjuros para defenderme o atacar, si fuera necesario. Supongo que un uso creativo de los mismos podran sustituir a mis bastones."

- Supongo que no deberia ser extraño que un ciudadano libre de Tyr lleve encima una daga de hueso o de piedra, Ukos.- Akiva apoyó a su compañero, consciente de lo importante que era que todos estuviesen preparados para completar la misión exito.- Yo, por mi parte, necesitaré un suministro de agua adicional y un puñado de cosas más... Cosas sencillas, no os preocupeís.

El rostro severo de Akiva desmentía cualquier intento de añadir algo de humor. La visita del templario la habia afectado profundamente y se le notaba.

- Señor Grim, confió en vuestro criterio para escoger aliados y espero que lo que sea que ofrece Tretor a nuestra causa no signifique que hemos sacrificado nuestros ideales... más alla de lo que ya lo hemos hecho.

La respuesta de Grim tranquilizó a Akiva, que se despidió de sus camaradas con una inclinación, despues de recibir las últimas instrucciones asi como la clave secreta.

- Entendido, señor Grim. Nos veremos.

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20/04/2015, 17:35
Akiva

Habian pasado dos dias y medio desde la reunión con Grim y el templario Tretor. Akiva habia estado nerviosa e intranquila durante algunas horas despues de aquel acontecimiento, discutiendo consigo misma. A pesar de todo, habia tomado una decisión y se habia preparado a conciencia para la incursión nocturna dentro del malhadado zigurat de Kalak.

Se habia purificado y lavado con fina arena para poder realizar unas ablaciones de agua, necesarias para comulgar con los maltratados y huidizos espiritus del agua que aún quedaban en Athas.

En comunión con los mismos, realizó sus ofrendas para conseguir congraciarse con ellos y guardar en lo más profundo de su alma los conjuros y encantamientos necesarios para su misión. Satisfecha con el poder que ocupaba su mente, recogió todos sus útiles y se aprestó a reunirse con sus compañeros.

Armada con el poder de la palabra, espetó el santo y seña al posadero y se dejó conducir al apartado donde esperaba reunirse con Grim. Sin embargo, su sorpresa fue mayuscula al encontrarse con media docena de jovenes esclavas. Los rasgos exoticos de las muchachas elfas competian con la limpida belleza de las humanas. Akiva miró en derredor, tratando de encontrar explicación en ellas o en sus compañeros.

-Bue... buenos... Propicias...- Akiva tartamudeó, intentando hilvanar una frase coherente. Palideció visiblemente cuando la voz de Tretor anticipó la aparición de este, escapando de las sombras de un anonimo rincón.- ¡¿Tú?!

Su estupor la inmovilizó mientras las jovenes esclavas, siguiendo las instrucciones de Tretor, empezaban a desnudarles y a arreglarles las ropas. Bajó la vista, mitad por impulso ante la visión del uniforme de la temida Orden de Hierro de Kalak, en parte para mirar a las esclavas.

Entrecerró los ojos, conscientes de que aquellas muchachas eran propiedad de Tretor. Apartó a manotazos a las jovenes, tratando de evitar que la desnudaran delante de aquel odioso personaje y mantener un atisbo de dignidad antes de responder a las preguntas del templario.

- Tengo muchas preguntas, Tretor... Pero no hablaré hasta que os hallaís vuelto cara a la pared.

Akiva alzó el mentón y apretó los puños, lista para encajar el golpe y, si era necesario, descargar su poder contra él.

Notas de juego

He sacado a Kaireen del correo, porque creo que estan solos Arkleris, Tandras, Ukos y Akiva. En caso de que no sea así, modificalo, por favor.

Gracias, Director.

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20/04/2015, 18:44
Grim de Nibenay

- Por eso tranquila. Tretor tiene mas interés que nadie en averiguar que hay en ese zigurat. Podéis confiar completamente en él, hasta que hayáis salido del zigurat.- Respondió Grim con una sonrisa triste y extraña.- Pero no voy a deciros lo que busca, la confidencialidad fue parte de nuestro trato. Y de momento el esta cumpliendo con su parte.

- Me has entendido mal Kaireen.- Siguió diciendo el semielfo quien sin embargo no se ruborizó lo más mínimo por que la muchacha lo implicase en un asesinato.- Pero Tretor tiene sus propias ocupaciones mientras estáis dentro del zigurat. Ocupaciones que posiblemente le maten. Algo indeseable a esas alturas, pero que no puedo impedirle emprender.

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20/04/2015, 18:45
Tretor

Tretor permaneció unos largos segundos impasible mirando a Akiva seriamente, hasta que de repente comenzó a reírse a carcajadas.

- ¿Por que? ¿Acaso veré algo que nunca haya visto? ¿O es que crees que tienes algo especial que te hace mejor que otras?- Preguntó el templario mirando a la muchacha como si fuese una niña.

- Bha, no respondas, no quiero tener que desollarles las espaldas por retrasarnos.- Añadió el templario dándose la vuelta y apoyando la espalda en un estante mientras las esclavas contenían la respiración.

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20/04/2015, 20:23
Kaireen

Kaireen reprimió un suspiro de exasperación al oír a Tretor. Naturalmente, templario y esclavista…  qué modales podían esperar de él. O qué consideración hacia ellas, a las que seguramente no veía mejor que a sus esclavas.

-No dudamos que tengas mujeres de sobra, Tretor. Se trata simplemente de un poco de cortesía -dijo Kaireen, en un tono mesurado libre de crítica o de aspereza. Después de todo, regañar a aquel tipo de gente era como tirar arena en el desierto: un acto redundante e inútil. Y ya era sorprendente que hubiera accedido a hacerlo; esperar que lo hiciera de buen grado y sin soltar una grosería ya hubiera sido mucho-. Cortesía que te agradecemos -y de nuevo no había ironía en su voz, sólo una educada cordialidad que ocultaba el sarcasmo del comentario. La ironía encubierta era un viejo truco defensivo de esclavo, una forma inofensiva de revancha verbal… quizá la única que podía permitirse un esclavo.

Dirigió una mirada comprensiva a Akiva. "Mejor ignóralo…"

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20/04/2015, 20:41
Akiva

Akiva enrojeció súbitamente, presa de la ira y la frustración. Habia tratado de mantenerse firme durante el silencioso duelo de miradas con Tretor... y el templario la habia derrotado con una sonora carcajada y una velada amenaza sobre las consecuencias de su soberbia.

La joven clériga bajó la vista y contempló los rostros asustados de la esclavas, viendo su propio temor reflejados en ellos.

"La peor pesadilla de un esclavo... Ser castigado por culpa de un error no cometido... Por el capricho de un visitante o de un amo negligente... No puedo permitir que ellas paguen por mi soberbia..."

El tintineo del metal de la armadura de Tretor fue como una señal para que las lagrmas arrasaran las mejillas encendidas de Akiva, que alzó la mirada y la cruzo con la que le dedicó su comprensiva amiga. Agradeció su intervención con una tremula sonrisa y tomó aire con lentitud. Tardó unos instantes en tranquilizarse lo suficiente como para poder plantear sus preguntas al templario.

"Este es el camino que escogí... Quedarme para servir... No soy una mujer libre... Sigo siendo una esclava, a pesar de todo... No debo olvidarlo."

- Gracias... Tretor de Tyr.- Akiva se expresó en terminos similares a los empleados por Kaireen, siguiendo el uso de los esclavos que vivian bajo las ordenes de amos caprichosos. Era importante mostrarse respetousa sin que se pudiese sobreentender ningún asomo de burla. "Pero tu cuerpo esta lleno de agua roja, de sangre y te juro que no dudaré en hacer que sudes sangre a la menor oportunidad, reduciendote a un montón de gimoteante basura..."

- Mis preguntas son sencillas, señor. Supongo que habreís pensado como acercarnos a un lugar tan bien guardado y protegido, asi que me gustaria saber cuanta oposición esperamos, cual es la distribución general del lugar, a cuantos esclavos vamos a tener acceso, si existen depositos de armas, de herramientas o de agua cerca y si hay animales cerca.- Akiva se dejó hacer, tratando de entorpecer lo menos posible a las costureras esclavas. Aunque la desnudez de su cuerpo no era un problema para ella y Tretor parecia estar cumpliendo con su parte del trato, la joven tuvo que reconocerse a si misma que estaba avergonzada, muy avergonzada.- Las respuestas que me deís pueden variar la forma y manera en la que organicemos la distracción necesaria para que vosotros cumplaís con la tarea encomendada.

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21/04/2015, 19:35
Tretor

- ¿Cortesía? No somo amiguitos ni vosotras sois damas ¿Que pinta la cortesía aquí? Menuda tontería.- Refunfuñó Tretor respondiendo a Kaireen, más molesto por lo que parecía considerar una “tontería” que con intenciones de insultar a nadie (aunque tampoco parecía preocuparle el que lo hiciese).

Y de nuevo aquella risa sin humor, como si fuese algo que hubiese aprendido en vez de surgirle naturalmente, salió de Tretor cuando habló Akiva.

- ¿Que como os acercareis? Caminando por la puerta, por eso unos vais conmigo y el resto con Aghar. Ambos conocemos la distribución y no se para que puñetas necesitas saber donde esta la cocina. No te va a dar tiempo de ponerte a limpiar la vajilla. Los esclavos no son importantes, y hay mas de un centenar de guardias entre el zigurat y el coliseo. Por eso vamos a armar el menos jaleo posible y ocuparnos solo de lo imprescindible para plan. Sin ser creativos ni intentar sacar a dos millares de roñosos de allí ¿Estamos?- Dijo el Templario saliendo de la posición en la que estaba pero sin pegarle ni un vistazo rápido a Akiva, con los ojos fijos en los de la muchacha como un saurio de las arenas con su presa.

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21/04/2015, 20:35
Kaireen

-Ni soy una dama ni quiero serlo -replicó Kaireen. "Y mucho menos quiero ser tu amiguita"-. Aunque ya veo que sé mucho más de cortesía que tú.

La expresión desinteresada de la maga indicaba que haría oídos sordos a ulteriores groserías. Esperaba que las esclavas acabaran pronto de ajustar las ropas. Aunque tal y como el templario las estaba tratando, no se extrañaría que se pusiesen aun más nerviosas y se retrasen al cometer un error. Pero asintió para sí misma, aprobadora, al ver que las lágrimas de Akiva se secaban y se encendía su espíritu combativo. "Ignóralo, es un necio. Sólo puede hacerte de menos si tú lo dejas. Si dejas que sus palabras sean aire, no podrá disminuirte ni herirte..." Le hubiera gustado establecer un enlace mental con su amiga y decirle todo aquello telepáticamente, pero tal vez necesitara sus exiguas reservas de energía psíquica para la aventura que les esperaba, y más teniendo en cuenta que iba a quedar separada del grupo. No... era mejor ahorrar fuerzas ahora.

Su propia inexpresividad no varió ante la respuesta de Tretor a Akiva. "No, no vamos a poder rescatar a los esclavos, pero voy a tenerte vigilado bien de cerca. No voy a permitir que se te vaya la mano, mi buen excremento de kank", pensó Kaireen, al tiempo que dedicaba a la muchacha que la atendía un leve roce amable en el brazo, esperando que resultase tranquilizador, o al menos, confortante en algún grado.

Pero la respuesta del templario era reveladora, también. Parecía que no se había dado cuenta del por qué de algunas preguntas de Akiva. "Creo que no sabe que es sacerdotisa. Bien. No tiene por qué saber demasiado de nosotros".

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22/04/2015, 00:33
Tandras Sul

Tandras no tenía duda alguna desde el principio. Aquel templario tenía el carácter de un templario, y no podía esperar mucho más de él, salvo un trato aún más arrogante. Prácticamente todos sus compañeros se horrorizaron con lo que allí iba a suceder. Sí, morirían muchos inocentes, y por mucho que no le gustase era algo que no podía evitar. Una vez se hubo marchado el templario, notó la evidente cara de desasosiego por parte de sus compañeros.

-Sí, va a ser una masacre lo que suceda allí dentro –dijo al resto-. Pero creo que desde que Kalak decidió construir su zigurat, muchos inocentes estaban sentenciados. Quizá en nuestra mano no esté salvarlos a corto plazo, pero quien sabe en un futuro. Se supone que queremos ponerle las cosas difíciles a Kalak, ¿no?

Hizo una pequeña pausa; no quería que le malentendieran, así que concretó algo más.

-Por el mero hecho de querer enfrentarnos a él, muchos inocentes morirán. Y difícilmente se puede cambiar el mundo en un par de días. Por desgracia… la barbarie está sólidamente implementada. Pero ante todo ello, hay que seguir luchando. Es lo que me he dicho mucho  tiempo, y bueno, he llegado a vosotros. Por supuesto, cada uno aportará lo que pueda a esta lucha –dijo pasando la vista desde el curioso mediano, hasta la recién autoproclamada “maga”, pasando por la sacerdotisa-. Más que nunca, ahora que tenemos alguna oportunidad, hay que luchar. Con uñas y dientes o con… ¿magia? – dedicó una mirada curiosa a Kaireen; ahora todos actuarían ilegales así que, no debería extrañarle demasiado que contasen con un mago en sus filas.

Quizá pudiera parecer un discurso estudiado o habitual de boca de un gladiador. Quizá otros grupos hubiesen intentado lo mismo antes, y fracasaran. Pero el mundo no tenía nada que perder si se seguía intentando aquella tarea. De hecho, quizá perdiese más si se resignaba a ser gobernado por los tiranos actuales.

Y si de algo entendía Tandras, era eso de seguir luchando. Pero sin un motivo, toda lucha podía parecer vacía. Por ello, intentó infundir en sus nuevos compañeros su espíritu luchador.

-Grim, cualquier arma me bastará, aunque prefiero alguna espada o lanza, y alguna robusta y discreta daga para por si acaso, y quizá alguna honda también. Por lo demás, ropa que pueda ocultar dentro fácilmente algunos objetos de los que llevemos, o necesitemos portar una vez adquiridos allí dentro. Quizá algo de cuerda oculta bajo la ropa también nos venga bien, nunca se sabe.

Después de hablar sobre algunos preparativos, prefirió sacar algún tema de conversación poco trascendental con sus compañeros. Disfrutar de un rato de tranquilidad, era bueno para todos. Así se sentirían algo más relajados dentro de lo posible.

Tras el par de días establecidos, cuando llegaron a la sastrería acordada. “Hoy suenan cascabeles sobre la montaña clara” escuchó de boca de Akiva, una frase muy poco habitual en ningún contexto de ninguna conversación.

-Más que cascabeles casi son campanas –comentó hacia Akiva, haciendo un símil entre aquella frase tan poco discreta y el sonido mucho más amplio que el de unos cascabeles.

Tandras no se sorprendió mucho de que aquellas esclavas quisieran tomarles las medidas, ni de que hubiesen sido escogidas precisamente jóvenes y bellas. Como siempre, caprichos de esclavistas. Tampoco se apartó o mostró disimulo cuando le intentaban desvestir. Su cuerpo era algo de lo que debía estar orgulloso y sus cicatrices lo marcaban como a un guerrero experimentado, así que dejó que lo desvistiesen lo necesario para tomar cuantas medidas considerasen oportunas. Ni la ácida mirada del templario, ni la de sus compañeros o la de las esclavas le iba a causar ningún tipo de rubor, aunque él sí tendría el detalle de apartar la mirada para quien lo sintiese.

La tensión con el templario era más que evidente, y también era una buena idea que aquel esmirriado de Tretor viese su fornido cuerpo, para resultar silenciosamente amenazante. De hecho, pasó por alto todas las groserías, y estaba dispuesto a terminar con aquello cuanto antes. Era odioso tener que aguantar a gente como él, pero…

-No os preocupéis, si se os escapa alguna punzada y toca la carne, he sufrido algo más que pequeñas punzadas –dijo suavemente a una de las esclavas, que en el fondo parecían algo tímidas-. No se me escapará ninguna queja para que vuestro amo no enfade.

El luchador se encontraba poco hablador frente al templario, y esperó a que finalizasen aquellos arreglos.

-Espero que podamos acabar cuanto antes –dijo a sus compañeros, dando a entender que se encontraba ansioso de actuar, y quitarse de su vista a aquel odioso individuo.

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22/04/2015, 23:44
Ukos

Ukos no sabía mucho de la sociedad humana. Sabía que se regía por la ley natural, el fuerte gobierna y dispone del débil. Sin embargo no entendía que los nobles fueran unos pintas que, por algun motivo y sin fuerza alguna, gobernaban por encima de gladiadores y guerreros. Y también sabía que aquel fantoche estaba molestando a su Manada.

-¡Eh tu "cómodo"!- dijo haciendo alarde de su completa ausencia de modales y exhibiendo todo el barbarismo de su especie- Si tu humillar más manada de Ukos, Ukos quebrar tu con mente, poner tu en suelo y abrir tu con mordiscos. Entonces devorar carne, tripas y tendón. Beber sangre y tuétano. Escupir huesos y compartir alegría con Manada, pues limpiar mierda de ciudad. Asi que dejar de tonterías, hacer trabajo y callar.- Dijo mientras dirigía al templario una mirada salvaje, que le mostraba que no mentía y que mas le valía centrarse en su trabajo, en lugar seguir abusando de su puesto para lanzar pullas a las dos mujeres.