Partida Rol por web

La Tercera Via

[Partida] 0.2 El Sendero Predilecto

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20/03/2015, 19:11
Director

Tyr en el 189º era del rey en el año del Desierto Adormecido, 36 días después del sol bajo.

Tres días, en tres días el mundo de una persona podía cambiar radicalmente, y, paradójicamente, pasar apenas como un suspiro mal contenido. Tres días habían pasado desde que aceptaseis la extraña propuesta de aquel no menos curioso trío y os unieseis a la Tercera Vía. Tres días en los apenas os habían podido comenzar a iniciar en lo que era el grupo y una tarea mucho más titánica de lo que los más pesimistas temían. Tres días durante los cuales la Casa Atrea había sido intervenida y destruida al resistirse al arresto por orden del rey hechicero Kalak en persona.

Por lo que sabíais la Alianza del Velo (un grupo secreto de magos que usaban magia no profanadora y se enfrentaban a los que la usaban y que supuso toda una sorpresa para casi todos) había conseguido mantener ocultos sus intereses en la casa. Y la supuesta resistencia les había permitido destruir documentos y hacer desaparecer a personas a las que se daba por muertas. Pero aun así había sido una masacre. Las tropas y los templarios iban con esa intención, prestos a apropiarse de los esclavos de la casa para las legiones que trabajaban en el ziggurat y una de las pocas minas de hierro independientes.

El objetivo de Nimrod al sabotear las minas quedaba ahora claro. No solo había eliminado a un poderoso aliado de la Alianza si no que había obligado a Kalak a actuar de forma rápida y precipitada lo que hizo que los nobles se mostrasen aun más beligerantes ante el rey hechicero creyendo que podían ser los siguientes. Todo un doble golpe de efecto por el precio de unos pocos esbirros.

Pero el grupo no habia estado sentado esperando el siguiente paso de Nimrod. Habían contactado con un anacoreta que podría descifrarles la mención a la Espada de Rajaat al tiempo que habian enviado otra expedición a Giustenal (a pesar de los grandes riesgos que implicaba). Su red de agentes en la ciudad estaba en máxima alerta y vosotros... bueno tenían un trabajo para vosotros, aunque de la manera que os convocó Kern estabais seguros de que no os iba a gustar.

Cuando os reunisteis en el salón de la casa de huespedes que el grupo había puesto a vuestra disposición os esperaban ya el anciano y hombre joven, semidesnudo y con los músculos aceitados.

- Os presento a Tandras Sul. Ocupará el lugar de vuestro camarada caido y os ofrecera algo de músculo que a buen seguro necesitareis.- Dijo el anciano en su tono calmo habitual.

- Si.- Dijo respondiendo a vuestra expresión.- El grupo ha decidido asignaros una tarea, o más bien asignaros que elijais vosotros una.- Explicó el anciano con una sonrisilla, como si riese un chiste privado.

Kern os presentó tres misiones que el grupo tenía pendientes en la zona de Tyr y que se ajustaban (poco más o menos) a vuestro perfil. La primera consistía en asaltar una base “extraoficial” de los templarios donde retenian para interrogar a individuos problematicos de alto rango. La idea era arrasar la base y liberar a los prisioneros consiguiendo así aumentar la enemistad contra Kalak. La segunda, y posiblemente la más peligrosa, consistía en infiltrarse a través del coliseo en los subterraneos del ziggurat sin ser detectado para recopilar la mayor información posible. La tercera consistía en tirar de otro de los hilos que habíais descubierto. Por vuestra descripción el grupo había conseguido seguir la pista de las cajas donde llegaron los gith hasta una pequeña compañía de mercaderes que había salido de Tyr hacía una semana en dirección Urik.

Obviamente Kern no podía deciros mucho más dado que de las misiones que no escogieseis cuanto menos supieseis mejor. El anciano os animó a considerarlo en grupo y os dejo solos con el nuevo tras hacer mención al honor que suponía que os dejasen elegir en vuestra primera misión.

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21/03/2015, 16:50
Kaireen

Cuatro días. Era sorprendente cómo en cuatro días podía cambiar todo tu mundo, volver tu vida del revés, y… Kaireen suspiró, porque lo que seguía a ese "y" era demasiado confuso y complicado como para expresarlo coherentemente, aunque solo fuera en el interior de su propia mente. Primero, el encargo de Denna, que había sacudido de forma tan violenta aquellos anhelos, temores y frustraciones que había guardado dentro de sí, toda su vida. Luego… todo el resto. Kaireen aun no se lo podía creer. La Casa, destruida. La mayor parte de sus conocidos, esclavizados o asesinados, o algo peor. De acuerdo, ella siempre había sentido resentimiento hacia la Casa, una consecuencia… o reflejo, si se quería mirar así… de su condición de esclava. Pero también la había amado, ¿cómo podía ser de otra forma? Ellos habían sido todo su mundo, desde que había nacido. La habían educado, la habían dado un… unas posibilidades… que iban más allá de lo que cualquier esclavo podría esperar. No había sido mala vida, de no ser porque odiaba sentirse una propiedad en manos de otros.

¿Cuántos se habrán salvado? Kaireen quería preguntarlo, pero no sabía si era bueno que conociera esa información. No si más tarde les apresaban… con gusano o sin gusano, la información estaba mejor limitada y compartimentada, supuso.

De modo que cuando Kern llegó con un trabajo para ellos, al fin, Kaireen casi le saltó encima para abrazarlo. Cualquier cosa menos permanecer en inactividad, comiéndose la cabeza, haciendo especulaciones, pensando… a Kaireen le hubiera gustado que de verdad existiera alguna fuerza superior ante la que quejarse o poder culpar, o pedir ayuda (no sabía cual de las tres cosas, o si las tres)… pero, más allá de la supersticiones, era un alivio poder hacer algo. Cualquier cosa.

Claro que no llegó a saltar al cuello del anciano. Kaireen era demasiado retraída, demasiado consciente de sí misma, para traicionarse de esa forma con una expresión emocional semejante. Pero saludó al sacerdote con más palabras de las que usualmente usaría, y se lo quedó mirando, por un momento, medio implorante. Preguntándole sin palabras si había algo que ellos pudieran saber de la suerte de sus conocidos…

Kern distrajo su atención presentando el joven forzudo que le acompañaba, y ella asintió, nada sorprendida de que el grupo hubiera escuchado sus palabras de tres días antes, cuando les resaltó la obvia carencia de su equipo. "Dada la muerte de Grommekh, nos hemos quedado algo faltos de músculo", había dicho ella. Bueno, músculo parecía que no les iba a faltar, después de todo… Kaireen estudió al nuevo recluta con la frialdad desapasionada que la caracterizaba, preguntándose qué clase de hombre sería en realidad y, pese a todo, enterrando en cierto rincón de su mente ciertas consideraciones estéticas acerca de aquel cuerpo atlético que de todas formas no venían a cuento ahora mismo.

-Bienvenido a nuestro pequeño equipo, Tandras -dijo ella, con una leve inclinación de cabeza a modo de saludo-. Yo soy Kaireen. -Sin apellido, claro, ¿qué esclavo tenía algo así? Aquello se había perdido cuando esclavizaron a su madre… miró a los otros, dejando que se presentaran por sí mismos-. La ingeniera del grupo. Y... em... tyriana... -dado su acento, aquello no debía ser una novedad. Sonrió sin humor, reservando para más tarde su condición de arcanista, y se sentó para escuchar lo que Kern tuviera que decirles.

Y, como siempre, lo hizo atentamente y sin interrumpir, aunque una leve expresión de sorpresa rompió la barrera de su aparentemente impasibilidad habitual. Elecciones, les daban elecciones. Ella no había esperado eso. Estaba más acostumbrada a que ejercieran la autoridad sobre ella, pero era algo más que aquello. No esperaba que en una organización donde el secretismo era una ley de supervivencia les dejaran conocer más de las intenciones de actuación futura que las que les atañeran personalmente a ellos. ¿No era aquello arriesgado…?

-No os disculpéis, anciano. No me esperaba que nos dejareis conocer lo suficiente para presentarnos una elección, siquiera. Nos habéis contado más que suficiente -respondió Kaireen, con educación-. Por mi parte… ya que naturalmente me pliego a la opinión de la mayoría... rechazo la primera oferta. No es que no me muera de ganas de patear culos templarios, malditos hijos de… de… los peores mutantes del desierto -después de todo, no era cuestión de insultar a las pobres madres de aquellos tipejos, que ya tenían suficiente con haberlos criado-. Y ciertamente me gustaría rescatar a aquellos que estén bajo su "hospitalidad". Pero ya que nos hemos comprometido, quiero dar todo lo que pueda de mí misma.

Sí, nada de escoger el trabajo aparentemente más fácil… Si quieres un trabajo bien hecho, encárgalo a alguien competente y de confianza; si quieres un trabajo perfecto, hazlo tú misma, había sido uno de sus lemas en su época de ayudante del mayordomo de la casa. Puedes esperar de otras personas un trabajo meticuloso, pero si lo que pides es algo que requiera hasta el último gramo de la voluntad de una persona, sólo puedes tener la seguridad de un esfuerzo así si lo realizas tú misma…

-De modo que elijo la segunda o la tercera opción. Sobre todo la segunda; Kalak debe ser detenido, y no me parece bien que la gente se vaya pasando esa responsabilidad como si de una patata caliente se tratara. Me da miedo asumirla, pero estoy dispuesta a hacerlo -explicó Kaireen-. Aunque no niego que tampoco me importaría terminar lo que empezamos en esas minas, así que la tercera opción no la descarto tampoco. Pero, por responsabilidad moral -agua fresca, en verdad que eso sonaba demasiado… ¿cursi?- creo que debo votar por la segunda opción, la que me parece más urgente, en caso de que en verdad consideréis que nuestro equipo está capacitado para afrontarla.

Kern les dejó a solas. Le caía bien aquel vejete, siempre considerado. Bueno, ella ya había dado su opinión. Esperó a ver lo que opinaban los otros…

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23/03/2015, 22:02
Arkleris

Por fin de nuevo a la vida de aventurero a la que estaba acostumbrado. habían pasado cuatro días y necesitaba estirar los músculos. De nuevo en movimiento, agradecía volver a la vida a la que estaba acostumbrado. No le importaba morir ni tenía miedo a nada. Había  pasado la noche al aire libre como solía hacer algunas veces cuando estaba preocupado: No habí nada que no solucionara na buena bocanada de aire puro. Entonces estaba ese Kern y las tres misiones, una a elegir. No era bueno elegiendo, pero no importante, la vida sin acción era demasiado insulsa como para poder disfrutarla y saborearla. Sus ojos casi salían de sus órbitas ante la perpectiva de un nuevo trabajo.

En principio no tengo ningún problema por ninguna de las dos misiones pero si tengo que elegir, creo que me quedo con la segunda opción. 

Desvió su mirada al resto. Había hablado pero estaba dispuesto a hacer lo que fuera para volver a ser útil. 

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24/03/2015, 00:08
Ukos

Ukos no llevaba tanto tiempo en la casa Atrea como el resto de sus hermanos, pero aun así se había acostumbrado al ambiente. La perdida y destrucción de la morada que habitaba le resultaba incomodo, molesto y muy irritante. Migrar siempre era desagradable. Y lo peor era que podía notar la aflicción de algunos de sus compañeros por la perdida del que habían llegado a llamar hogar. El tal Nimrod pagaría por aquello y eso Ukos podía jugarlo por su Madre y su Manada. Era algo tan seguro como que el Sol Oscuro abrasa la tierra. Como inexorable como las tormentas sepultan ciudades enteros. Tan cierto como la maldad de los Reyes Hechiceros.

Tras los tres días de huida, finalmente Kern se presentó con el guerrero que había pedido Boca-de-Jefe y con sus misiones y su risilla mientras las anunciaba. Sinceramente el hafling no sabía mucho de los humanos, pero no entendía que broma tan graciosa era mostrar unas alternativas a un grupo que había perdido todo lo que conocían.

-Yo, Ukos-dijo el mediano golpeandose dos veces rápidas el pecho izquierdo con el puño derecho mientras se presentaba a Tandras. Como era habitual, Ukos no se mantenía completamente erguido sino que andaba medio acuclillado apoyandose en sus manos de vez en cuando para avanzar.- Yo no saber que tener jefe-brujo para ciudad, pero Ukos creer que encargo de hilo acercar a hombre traidor. Él buscar "Tres-vía" y querer destruir ella. Yo decir que nosotros perseguir y cazar el antes que el cazar nosotros. Pero Ukos no saber mucho, si Boca-de-jefe pensar que jefe-brujo ser peligro entonces, deber parar primero.
 

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24/03/2015, 18:23
Tandras Sul

De la noche a la mañana, el destino podía cambiar. No es que los cambios se realizasen en periodos de tiempo cortos, pero sí las ejecuciones de determinados trabajos, que culminan una preparación previa de meses, quizá años. Y de esta manera es como Tandras, se encontraba allí, con un grupo de esclavos.

Él ya había aceptado, lo que parecía ser una propuesta que no tenía marcha atrás. El entrenamiento, el espectáculo y las labores como soldado ocasional de una casa de esclavos en Urik lo habían llevado hasta donde se encontraba. Pero al fin se enteró por parte de un anciano a qué se debía su presencia.

-¿Músculo contra Kalak? –el esclavo se quedó por un momento blanco, pensando si aquello era una locura o una broma, para darse cuenta de que no lo era-.  Oh bien, sabía que era arriesgado mi próximo trabajo, pero esto es una locura. Un simple guerrero no puede hacer frente contra el poder de un rey hechicero, aunque veo que esto no es tan simple como parece. Parece que planeáis a largo plazo…

Tandras no podía negarse, aunque una parte de él lo quisiera. Parecía una locura debido al titánico trabajo que había aceptado sin saberlo. Y por supuesto, le parecía una gran paradoja que él como esclavo fuera ahora a luchar contra la tiranía de un rey hechicero.

El fornido gladiador salió de su estupefacción cuando lo saludaron sus nuevos compañeros.

-Mi músculo estará disponible para que el grupo viva un día más –dijo un tanto preocupado, y a modo de saludo-. E ignorad mi pinta de duro cuando tratéis conmigo, salvo si nos encontramos frente a desconocidos. Nos vendrá bien en ese tipo de situaciones –dijo poniendo una expresión confiada y un poco bravucona, casi amenazante, dando a entender que a ellos les protegería y pobre del que se cruzase en su camino…

El gladiador se sorprendió con aquello de tomar una decisión; normalmente solo tenía que acatar órdenes. Aun así vio con buenos ojos no actuar por la fuerza de buenas a primeras, ahora que comenzaría a actuar clandestinamente. Apenas conocía a los allí presentes, y la fuerza bruta podía ser buena en el uno contra uno, pero tenía que trabajar en equipo.

-Lo del zigurat suena interesante. Muchas batallas se ganan con la planificación antes que con el combate, y creo que puede ser de gran ayuda recoger algunos datos de allí. Igualmente, si llega el momento de hacer frente a los templarios… -dejó la frase inacabada, como ardiendo de ganas de encontrarse cara a cara con alguno de ellos.

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29/03/2015, 15:38
Akiva

Habian pasado cuatro días desde la reunión con los mentores de la Alianza del Velo. Cuatro largos días con sus tres largas noches, que habian pasado factura en las fuerzas de la joven clériga. Amargas lagrimas habían brotado casi sin descanso desde la noche en que fue iniciada, junto a sus compañeros, en los secretos del movimiento rebelde. Sus mejillas, llenas de polvo, aparecian surcadas por gotas de sudor. Su cabello, apelmazado y enredado, ya no mostraba la eterea belleza de una melena cepillada y perfumada. Sus manos, acostumbradas al trabajo domestico, estaban ahora hinchadas por las horas de cuidar a los heridos, transportar materiales y acarrear viveres. Sus labios, antes carnosos y delicados, estaban ahora resecos y cortados por la ausencia de agua, voluntariamente negada en favor de los que más lo necesitaban o de los esfuerzos de su devoción.

Sus tatuajes de henna, de vistosas formas y cuidadosos trazos, habian desaparecido bajo los golpes, las raspaduras y la suciedad, sacrificados al poder de la magia que habia desplegado contra los esbirros de Kalak o los tenebrosos dones del Rey-Hechicero. Sus ropas habian servido de vendajes improvisados o de torniquetes cuando habia surjido la necesidad.

Por fortuna, todo habia terminado.

La Casa Atreas habia sido desbandada. Sus bienes, saqueados. Sus propiedades, entregadas a los Templarios y acolitos del Rey-Hechicero Kalak. Sus nobles, ajusticiados. Sus esclavos, llevados a la minas reales o a los campos de trabajo del Zigurat. El polvo se habia asentado y se habia bebido la sangre derrabada, con la avidez del sediento y el ansia del habriento.

Cuando Akiva acudió a la reunión, en una discreta y humilde casa de huespedes de la ciudad, algo en la mirada de la joven clériga habia cambiado. Una determinación a toda prueba se vislumbraba en aquellos ojos entristecidos y ojerosos. Sin embargo, seguia mostrando su sonrisa de sincera alegria al reencontrarse con sus camaradas.

Tambien se inclinó para saludar al anciano mentor de voz calmada, permitiendose un momento de duda ante la imponente presencia del atletico desconocido. Sin embargo, el rostro de la joven se ensombreció al mencionar el porque de la presencia del luchador y su tarea. La muerte de Thrylad seguia fresca en el recuerdo de Akiva, que se culpaba de su desaparición en la mina. A regañadientes, guardó silencio y atendió a las explicaciones de su mentor.

"Vaya... Apretar los dientes y continuar... Elecciones, elecciones... Elegir entre rescatar a posibles aliados contra Kalak, descubrir todo lo posible sobre el nuevo monumento del Rey-Hechicero o seguir la pista de los Gith de Nimrod  a traves del desierto... Todas tareas importantes... Todas necesarias..."

Con un suspiro se unió a la conversación, presentandose y apoyando sus puntos de vista con respecto a las misiones encomendadas por Kern.

- Akiva, de la Cas...- Akiva se trabucó, enfrentada repentinamente al dilema de como presentarse a un desconocido... o de sí debía confiar en él.- Akiva, de Tyr. Gracias y bienvenido, Tandras.

Se inclinó para despedir al anciano Kern y se volvió para departir con sus camaradas.

- Me disgusta dejar a inocentes sufriendo cuando puedo hacer algo para solucionarlo pero... Si descubrimos que se propone el Rey-Hechicero, puede que hallemos respuestas para algunas de las preguntas pendientes...

"Y, despues, podemos arrancar a los prisioneros de las garras de los Templarios... y salir en busca de Nimrod..."

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06/04/2015, 16:55
Arkleris

Saludos Tandras, no tengo el placer de conoceros.

Saluda al bravo, al parecer, gladiador. Entendía su ansiedad por dar merecido a uno de esos presentuosos templarios, ávidos de poder. Aunque eran tiempos difíciles y no estaban en disposición de elegir, ¡no quería elegir!. Pero siempre había una encrucijada y debía tomar un camino. Nuestras vidas eran una burla a s libre aldebrío y se había acostumbrado a ello, de hecho se había aferrado a ello. ¡Liberar a Tyr de la opresión del malvado y ambicioso rey hechicero! Sonaba como una ironía, un burdo chiste: Un grupo de esclavos que habían negado su libertad por hacer lo correcto. Sonaba como a una broma.