Partida Rol por web

La torre de Dios

Capitulo 1.- Guardianes de las bestias.

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16/12/2019, 22:49
Director

El día despertó gris. 

No era para menos.

Tres semanas atrás un tipo de treinta años se había hecho con materiales ilegales y montado su propia pistola de pulsos, estrenando tan peligrosa arma contra dos compañeros vuestros que estaban patrullando el sub-nivel dos. Uno de ellos, el más afortunado, recibió un impacto de violencia similar a un rayo, en la cabeza. Falleció en el acto. El otro corrió peor suerte, el pulso le toco la columna y un segundo en el tórax le socarro varios órganos vitales.

Las buenas noticias para su familia y las malas son las mismas, han llegado esta mañana a primera hora. El agente Thomson esta fuera de peligro....vivirá... vivirá con la mitad de su cuerpo sustituido por implantes artificiales, un babero para que no se manche la ropa y un pañal para el mismo fin.

Después de eso las redadas que llevabais meses reclamando se han hecho efectivas, hay más de cuarenta detenidos en "la jaula" y la cantidad de artículos peligrosos incautados ha llenado casi media planta, dejando patente que algo va rematadamente mal en la seguridad de los sótanos.

Van a rodar cabezas por esto. Es algo que todo el mundo sabe. Alguien a estado haciendo la vista gorda en las fabricas de reciclado y a permitido que materiales peligrosos salieran por la puerta de detrás, o algo peor. 

Mientras, la gente de los sótanos esta cada vez mas cabreada por las redadas y la tensión crece en los sub-niveles.

Para terminar de arreglar la mañana, de nuevo, como cada tres o cuatro días a aparecido la "loca de la niña perdida". Una mujer que sufrió un aborto hace más de veinte años, por el abuso de sustancias prohibidas, pero que asegura que una pareja de agentes le quito a su bebé recién nacido para venderlo a una mujer del distrito cinco... como si alguno de esos niños ricos quisiera criar una rata de los subnivles como suya.....o como si no pudiera llevarse el que más le gustara de C.A.M.

Como nunca las desgracias van solas, hoy es el día que se abren las plazas de reclutamiento para nuevos agentes y todo el distrito uno es un follón de tres pares de... narices.

Por si todo eso os parece poco, recibís un mensaje en vuestros buscas. El General quiere veros, YA, en su despacho.

 

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17/12/2019, 02:28
Victoria Lieners
Sólo para el director

Como toda mañana, Victoria despertó bastante temprano, como siempre solía hacer. Lo primero que hizo, fue prepararse para ejercitar su cuerpo. Nunca era una buena idea comer antes de hacer ejercicio, ni tampoco comer apenas habías terminado de hacerlo. Por esa  razón, acostumbraba a levantarse lo suficientemente temprano, aunque no tanto, para poder fortalecer su cuerpo como era su rutina. Abdominales, brazos, espalda, hombros, piernas, etc. Todos los músculos que necesitaba mantener en buen estado... y una buena golpiza a la bolsa de boxeo que se encontraba en el medio de su pequeña residencia. Le encantaba golpear esa maldita cosa, al menos cuando no tenía algo que golpear que estuviera vivo. - Joder... - Se expresó de buen humor, como si se hubiera quitado una pesada carga de encima, antes de enfriar su cuerpo con un buena ducha que se deshiciera del sudor sobre su piel. Parecía una buena mañana... exceptuando el hecho de que los días anteriores habían sido bastante problemáticos para ella. Sea lo que fuera, luego de un rato de esperar, tras haberse aseado, no se demoró en prepararse algo para desayunar... lo más cercano a lo que podía llamar un buen desayuno, aunque ciertamente algo que no podía comparar con lo que sea que los del distrito cinco debían de comer. - Niños mimados. - Murmuró, antes de suspirar y concentrar su mirada en el techo de su residencia. Tendría que, pronto, reventarle la cabeza a golpes a alguien que se lo mereciera, o de lo contrario empezaría a estresarse. Era eso, o encontrar a alguna chica bonita con quien pasar un buen momento. "Johnny", su bolsa de boxeo, sólo podía satisfacerla por cierto tiempo.

Lo peor había sido todo lo que había sucedido durante los días anteriores. El asunto de la pistola de pulsos no había hecho otra cosa más que empeorar el humor de la capitana, la cual había golpeado a "Johnny" más de lo usual durante aquel día en el que había descubierto lo que le sucedió a dos de sus compañeros de seguridad. - Cabrón hijo de perra... - Espetó de mal humor al recordar aquello, considerando que era hora de aplicar un poco de puño de hierro sobre esa clase de bastardos. Toda aquella situación olía a mierda, y ella, junto con el resto, debía de lidiar con esa clase de situaciones. Con respecto a eso, había algo de lo que Victoria estaba segura: no tendría piedad con nadie que tuviera alguna relación con lo que había ocurrido. Cuando uno de los suyos caía de esa manera, la joven capitana se lo tomaba muy personal, como si hubieran asesinado a un integrante de su familia. Por esa razón, no hizo otra cosa más que sonreír en el momento en el que las redadas se hicieron efectivas, a pesar de las consecuencias sociales que dichas redadas habían causado en la actitud de la población de los sub-niveles. Estaba más que claro que aquello les causaría problemas, si bien a la capitana le importaba una mierda. Nadie se metía con los suyos, y no tenía problema en usar la violencia cuando se trataba de enviarle un mensaje a varios de esos bastardos. - No les importa si tienen seres queridos que esperan que regresen a ellos... yo tampoco tengo que sentir pena cuando les hago tragar los dientes. - Masculló de mal humor, luego de haber recordado aquel tema, no tardando en suspirar para luego continuar con lo que ella llamaba "desayuno".

Mientras terminaba de desayunar, no pudo evitar pensar en el asunto de la "loca de la niña perdida". Todos parecían asegurar que estaba loca, si bien Victoria tenía algo de dudas respecto a esa cuestión. Era posible que estuviera equivocada, que la mujer estuviera realmente loca, si bien... ¿qué sucedía si no era así? Tenía que reconocer que era difícil imaginar que alguien de los distritos superiores se robara a una niña de los niveles inferiores, en especial cuando podrían obtener cualquier niño que desearan de C.A.M. Si bien, también era posible que existiera algún motivo en particular por el cual podrían secuestrar a una niña en particular. Sea lo que fuera, de momento, no había mucho que pudiera hacer al respecto, si bien no dudaría en investigar aquel tema, si es que tenía el tiempo necesario para hacerlo. Esa clase de cosas eran algo que Victoria no toleraba para nada. No obstante, mientras pensaba en aquello, el mensaje inesperado de su General llamó su atención por completo, haciendo que la joven enarcara una ceja debido a la urgencia del mensaje en cuestión. - Espero que no sea sobre los reclutas... Odio tener que pasar por esa mierda. - Se dijo a sí misma, esperando que fuera algo relacionado con el cabrón que le había disparado a dos de sus compañeros de trabajo, incluso si realmente lo dudaba. El asunto de las plazas de reclutamiento le provocaría unos buenos dolores de cabeza, estaba segura de eso, aunque peor era tener que lidiar con la burocracia de la Torre, algo que jamás le desearía a otra persona, ni siquiera al peor de sus enemigos. Aún así, recordando que debía de mover su trasero, no dudó demasiado en abandonar su pequeña residencia, con la intención de descubrir qué demonios quería el General.

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17/12/2019, 09:04
Axel Hansen

Habían sido unos días bastante duros desde lo ocurrido. Las noticias sobre Thomson no mejoraban las cosas. El cómo quedó... No sabría decir si era una buena noticia o mala.

Con la llegada de las redadas al menos conseguimos incautar montones de cacharros, a cada cual peor. La lista de detenidos no hacía más que crecer. Y eso era un arma de doble filo. Abusos de poder, violencia... En cuanto empezaran a circular esos rumores, ciertos o no, nos enfrentaríamos a algo muy gordo.

El día de hoy amanece con algunas novedades; Además de la loca de siempre, se han abierto las plazas de reclutamiento. do normal sería una buena noticia, pero con lo sucedido, dedicar mas guardias al papeleo un día en el que el nivel se llena de gentes de los sótanos... Solo puedo esperar que no pase nada.

Estoy en la comuna, a mitad del desayuno, cuando me llega el aviso del General. ¿Mi reacción? Mirar incrédulo el busca. Pocas veces me ha llamado para ir. Generalmente, da una orden que va de oficial en oficial hasta que finalmente, llega a mi.

Me visto lo más rápido que puedo, tratando de que l uniforme quede correctamente cuadrado. Entonces, me pongo en marcha hacia su despacho.

Allí, en el umbral de la puerta, me cuadro y saludo como corresponde, para a continuación ir junto a los demás convocados, colocándome en el lado de la fila que me correspondería por rango

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17/12/2019, 17:20
John Callahan

Se evitaban las redadas para no mover el avispero, eso era hasta comprensible pero Callahan ya había dicho como mil veces que de vez en cuando hacia falta meterse allí abajo, que la gente supiera que estaban presentes y no se les olvidara, que no se podía bajar solo hacer una mierda de patrulla de tanto en tanto o bajar solo cuando la fiesta ya estaba liada.

Al final paso, un soplapollas con mucho tiempo libre se monto su puta pistolita y uso a dos compañeros como malditas dianas. Como siempre, después de que pasan las cosas se buscan los remedios y las jodidas redadas, con los agentes cabreados por la muerte de un compañero no sirvieron para arreglar la situación. 

Algunos agentes sacaron las porras eléctricas sin necesidad, solo para desquitarse con quien menos culpa tenía y John, que nació en ese puto subnivel, se metió por el jodido medio.... Le casco a un oficial que se paso de la ralla con un pobre crío... y dos putas semanas arrestado....

Como parte del castigo, después del arresto, le pusieron a atender reclamaciones... y la loca de la niña perdida le toco a él.

Señora, lleva más de veinte años con esto... aquí consta que tuvo un aborto, que no llego a nacer.....- intento explicar a la señora, que en el fondo le daba pena y no quería mandar a la mierda, pero que no era consciente del esfuerzo sobrehumano que Callahan hacía para mantener la paciencia después de ver a su compañero como un maldito vegetal. 

La mujer no atendía a razones, seguía manteniendo que le robaron una niña, nada mas ni nada menos que dos agentes de la central SUR. Vale, en todos los cestos había manzanas podridas, algunos agentes podían estar untados para hacer la vista gorda pero llevarse niños recién paridos era tocar otro nivel. Se negaba a pensar que la corrupción llegara a tanto.

Bueno señora.- dijo queriendo probar algo nuevo, cambiar de táctica ya que no entraba en razón y sacudirle un guantazo no era una opción valida, aunque se lo estaba ganando.- Digamos que tiene razón, alguien muy rico del Distrito cinco se llevo a su hija, hace veinte put... años. Esa niña seria ya mayor, se habría criado con todo tipo de lujos, ¿Cree que lo dejaría todo para venir a vivir con mama, a la cloaca?.

Por alguna razón la mujer se puso a llorar y se marcho corriendo ¿En serio nunca se le había ocurrido la posibilidad de que fuera su aborto el que no quisiera saber de ella?

John se encogió de hombros y se metió de lleno con el puto papeleo hasta que recibió la llamada del general. No supo si alegrarse o no, por un lado se libraba del jodido papeleo, por otro igual le enviaban a contar reclutas o algo semejante. 

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19/12/2019, 09:23
Sgto. Nathan Dyson

La concentración era necesaria para cualquier trabajo. Una predisposición a hacer lo que se debía, un reglamento claro y preciso ayudaba al igual que la formación precisa. Eso y sobretodo no tener un orangután de pelo largo -en contra del protocolo- hablando en voz tan alta que resonaba en todo el cubículo -en contra de las recomendaciones del manual de trato al usuario. Se masajeó el puente de la nariz sin apartar la mirada del monitor mientras escuchaba las quejas del tendero del nivel 2. 

Concentración y hacer bien el trabajo se repitió.

Tomó por enésima vez la misma queja de la misma persona con la misma profesionalidad que exigía su puesto. La misma profesionalidad que le había metido en aquel agujero. Terminado de tomar nota de la denuncia miró a Jhon que terminaba de despachar a la mujer. Inspiró profundamente preguntándose como había podido terminar en el mismo lugar que su compañero de promoción. Bueno, peor que su compañero de promoción, porque a Callahan no le habían degradado.

Un diminuto tick apareció en su ojo derecho. Suspiró y respiró. Compartir aquella sala con Jhon era un recordatorio constante e hiriente de lo bajo que había caído. Callahan había zurrado a dos compañeros, él había arrestado a quien debía -con el pequeño inconveniente de ser niñatos del distrito 4 jugando a ser machos en los mismos disturbios por la muerte de sus compañeros.

El mundo tenía un terrible sentido del humor.

De nuevo se masajeó el puente de la nariz y suspiró tratando de recomponerse. Cuando llegó el siguiente habitante de la Torre para poner una nueva denuncia le escuchó con toda la atención que era capaz de fingir. Quizá pulsaba las teclas con demasiada fuerza, o simplemente quizá era por el rictus de su cara o su mirada pero cualquier observador avezado podría percatarse de que su tensión iba en aumento. Él había hecho su trabajo, había cumplido con su deber y ahora en reconocimiento le habían enterrado vivo entre papeleo y las deposiciones verbales de Callahan.

Miró subrepticiamente el reloj del ordenador. Solo habían pasado tres minutos desde que lo mirara por última vez. Sonó el teléfono y al simio amaestrado le daban permiso para largarse de ahí.

Genial.

Ya sabía quien tendría que hacer su trabajo.

Habían pasado 50 segundos desde que mirara el reloj.

Hoy tenía que pasar la pensión a su ex.

Decían que el infierno estaba fuera de la torre.

Dyson empezaba a tener dudas. 

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19/12/2019, 17:01
General

El despacho del General, visitado frecuentemente por algunos y en ocasiones contadas por otros, siempre estaba limpio y ordenado pese a poderse encontrar en el objetos muy variados.

Sobre una mesa podía verse el libro de un tal Charles Darwin que aseguraba que la especie humana provenía del mono. Muchos aseguraban que Callahan era la prueba viviente de ello, aunque nadie se lo decía a la cara. También había un busto de un señor con barba vestido con una sabana y otros artículos cuando menos curiosos.

El General les esperaba sentado tras su mesa, les había hecho esperar fuera para que entraran todos a la vez y de este modo no tener que repetir nada ni perder el tiempo.

Señores.- dijo sin hacer distinción, pues para el General todos eran miembros de la misma unidad y el sexo de los mismos no le importaba en absoluto.- Gracias por venir, tengo una misión para ustedes. Dentro de un par de horas llegara un técnico del distrito tres. Quiero que le custodien y guíen por los subniveles, hemos tenído muchas averías en los conductos de la calefacción últimamente y va a hacer una revisión a fondo. Tal como estas las cosas no quiero arriesgarme a que lo secuestre algún pandillero para pedir rescate ¿Preguntas?

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19/12/2019, 17:47
Victoria Lieners

Al llegar al despacho del General, la capitana recorrió la mirada a su alrededor, sin ignorar lo limpio que siempre se veía aquel sitio en particular. No había duda de que ese viejo le daba mucha importancia a la limpieza, a diferencia de ella, cuya residencia parecía más un basural, bueno, en gran parte. Después de todo, no tenía a nadie que limpiara por ella, y Victoria prefería utilizar su tiempo libre para otra clase de cosas, como entrenar o salir a beber algo y fracturarle la nariz a un pobre idiota que pensara que era una buena idea meterse con alguien como ella. - Joder... - Murmuró, aún asombrada por la limpieza y lo ordenado del lugar en cuestión. Tenía que reconocer que aquello era algo de respetar, por parte del General. Si bien, en cuanto su mirada se concentró en el libro que se encontraba sobre la mesa, no pudo evitar esbozar una mueca de desagrado. Ese tal Charles Baween o Daqueen, o algo, era un cabronazo de primera. Aún se acordaba de que había leído algo relacionado al hecho de que la había llamado mono. Cabroncete desgraciado. Si le hubiera tenido cerca, le habría aplastado la cabeza a golpes. El único mono era Callahan, seguro, con todo ese vello extra. - Mono tu abuela. - Masculló de mal humor, como si el tal Tabwin estuviera presente en ese momento. No obstante, tenía que reconocer que el General era alguien ciertamente culto, a diferencia de ella que nunca había llegado a comprender toda esa mierda de la evolución, en especial cuando le importa una puta mierda toda esa basura. ¿De qué servían todos esos libros cuando te perdías de lo que verdaderamente importaba? ¡La vida misma! La vida era para disfrutarla, bebiendo hasta el cansancio, para que al día siguiente te estallara la cabeza por la jaqueca, o incluso darse de golpes con un montón de borrachos, o acostarse con un rostro bonito que quería alegrarte la noche.

Sí, podían quedarse con su puta evolución, ella quería disfrutar la vida como correspondía. - Como el idiota vestido con la sabana esa. - Murmuró mientras mantenía su mirada sobre el busto que se encontraba en el despacho del General. No tenía ni idea de por qué tenía algo así, era algo que siempre se había preguntado. ¿Acaso le gustaban los hombres? No podía negar que no lo hubiera pensado en algún momento, si bien siempre había imaginado que a ese viejo le gustaban más los jóvenes delicados y sin mucho vello en la cara, al contrario de ese sujeto del busto. No obstante, no iba a criticar los gustos del General, todos tenían sus gusto, como ella, que le gustaban los rostros bonitos y ciertamente de menor altura que ella, aún más si eran tímidas. Le encantaban las chicas tímidas. - No hay problema, General. Siempre puedes contar conmigo. Nadie mejor que yo para cubrir traseros. - Aseguró de buena manera, aunque ciertamente informal para estar hablando con un superior. Nunca había sido de respetar esa clase de mierda, principalmente porque Victoria solía valorar más una actitud directa y sincera, antes que toda esa basura de la "etiqueta". Sin embargo, al escuchar la información de la misión a la cual había sido asignada, su expresión no tardó mucho en ensombrecerse. El motivo de ello era bastante simple: había mucha tensión en los niveles inferiores, y no había duda de que podrían encontrarse con mucha mierda mientras escoltaban al técnico. Aún así, eso no quería decir que se acobardara ante esa clase de peligro. Nunca había sido alguien que tendiera a acobardarse, y aquella no sería la primera vez que lo hiciera. Si alguien intentaba ponerle un dedo encima al técnico, no dudaría en dejarle la cabeza como un plato, por los golpes que le propinaría al responsable. - Me quedó muy claro. ¿Cuánto a "fondo"? Y... ¿algo más que debamos saber? Las cosas no están muy tranquilas allí abajo. - Se expresó con cierta frialdad en su voz, recordando aún lo que le habían hecho a dos de sus compañeros. Todavía necesitaba desquitarse con alguno de esos pandilleros infelices, luego de lo que le habían hecho a esos dos, incluso si el pandillero que se metiera en su camino no era el responsable. La expresión que reveló en ese momento dejaba muy en claro que no estaba de humor.

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19/12/2019, 23:00
John Callahan

John se tensaba un tanto cuando estaba enfrente del General, era una de las pocas personas a las que respetaba así que nada mas entrar se quedo en posición como si fuera un buen oficial. Era de las pocas veces que se acordaba de seguir el reglamento a pie de la letra e imaginaba que Dyson se alegraría por ello, si es que resultaba que podía sentir algo no fuera el palo metido por el culo.

El libro de los monos ya lo había visto antes. En una ocasión se atrevió a ojearlo mientras esperaba una bronca. Venia a decir que un pez subnormal se follo otro pez subnormal y tuvieron niños... diferentes, que se debieron aparear entre ellos y tener mas bichos especias hasta que a uno le salieron patas y se salio del agua. La cosa seguía por el mismo camino, bichos anormales copulando entre si a ver que cosa rara salia luego, hasta que apareció un mono... Como teoría explicaba bastante bien porque había tanto gilipollas suelto.

El general explico la misión y la capitana hizo sus preguntas. Lieners tenía muy mal carácter pero había que reconocer que el uniforme le sentaba de maravilla.

John  carraspeo antes de hablar.- Señor ¿Por que un técnico de arriba? ¿Por que no uno de los que van siempre y ya se conocen los niveles?.- pregunto viendo que algo estaba fuera de lo común.

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20/12/2019, 17:02
Sgto. Nathan Dyson

Al final tambien le habían citado a él al despacho. Se preguntó que había pasado aquella vez para que le llamaran junto a Callahan. Quizá su compañero de promoción había vuelto a colarle media docena de casos en su cajón o si había agredido a alguien más -para variar- y le requirieran como testigo. Pero no iba a tener esta suerte. Tenía la sensación de que se había separado de la Suerte a la vez que de su mujer.

Sintió como la tensión se apoderaba de su cuello y espaldas. Gruñó algo, esperó a que alguien lo relevara y salió detrás de Callahan. Dyson había entrado tenso al despacho del General. No podía olvidar que la última vez que entró ahí dentro perdió sus galones así entró dentro del despacho como si se tratara de un campo de minas. Saludó como se debía a diferencia de algunos, estaba seguro de aquello, y esperó a que le dieran permiso para sentarse y lo hizo en silencio.

No sabía si el General era un creyente de los viejos métodos y religiones o un simple coleccionista. Pero se trataba de alguien cultivado, de eso estaba seguro. Las reliquias antiguas que guardaba sin duda así lo indicaba. Justo como no eran ninguno de los dos otros oficiales sentados en la sala. Callahan había sido alguien insufrible durante toda su carrera y delante de ambos estaba la que debía ser la mujer de su vida... La capitana Millers, bronca, zafia y unos cuantos adjetivos que dudaba que ninguno de aquellos dos entendieran. Apenas se fijó en el novato que estaba ahí sentado. 

La tensión se volvió un dolor de cabeza punzante.

Empezó a escuchar las órdenes que daba el Capitán. El mundo se oscureció un poco más al pensar en lo que sería una misión como la que estaba encomendando. Una misión con... Ellos.

Aparentó serenidad y guardó silencio.

Quería irse a casa.

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21/12/2019, 19:35
Axel Hansen

Cedo el paso a los tres oficiales, entrando en último lugar al despacho del General. Atravieso la puerta algo nervioso, pocas veces había estado aquí y siempre había sido por temas de importancia.

Dentro, no puedo evitar echar un discreto vistazo a la estancia; bastante limpia y ordenada en comparación con los dormitorios, y repleta de antigüedades más que curiosas. El libro me hizo mirar por el rabillo del ojo al Sgto. Callahan debido a esa fama que tiene, reprimiendo a duras penas una suave carcajada. 

El general nos cuenta el motivo por el que nos ha llamado. Mientras le escucho, miro su parche, pensando si realmente estaría tuerto o lo llevaba por a saber qué motivos. 

Escoltar a un civil del distrito 3 no es moco de pavo, menos aun siendo este un técnico, y mucho menos aun teniendo en cuenta la situación de los subniveles. Parpadeo repetidamente, digiriendo las órdenes, asimilando lo que nos tocaría hacer. 

Llegado el turno de las preguntas, espero a que mis superiores formulen las suyas en primer lugar. -Señor- Saludo, en primer lugar, cuando intuyo que es mi turno de abrir la boca. -¿Hay mucha gente al tanto de eso? ¿Qué posibilidades hay de que la información se filtre?- 

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23/12/2019, 01:10
General

El general asintió y tomo nota mental de vuestras preguntas para responderlas en orden.- Tan afondo como sea necesario, Capitana. Estamos hablando de posibles sabotajes dentro de la torre, incluso es posible que otros técnicos estropearan cosas al arreglar otras para volver a facturar por su trabajo. En este momento todos los técnicos habituales están bajo sospecha hasta que sepamos que pasa. Creo que eso también responde a una de las preguntas del agente Callahan. 

El General se tomo un segundo para pensar en sus siguientes palabras.- He seleccionado presonalmente a este técnico, es un apasionado de su trabajo, con unas capacidades muy superiores a su puesto habitual, del mismo modo que les he seleccionado a ustedes porque sé que harán un trabajo magnífico.

El general camino hasta el libro que explicaba como los descendientes de peces "subnormales" había logrado convertirse en la especie dominante y mandar hombres al espacio.-Sé que la cosa esta revuelta por allí abajo, por eso recogerán al técnico en el montacargas D y bajaran con él aprovechando la hora en la que llevan al sótano la comida excedente a los niveles altos. Aparte de ustedes y el subdirector de operaciones tácticas no se ha informado a nadie de esto. Como entenderán, si se difunde la idea de que hay un saboteador en la torre podría cundir el pánico, o algo peor, salirle imitadores.

El General coloco el libro en una estantería. Adoraba los libros en su formato más primitivo.-  Nadie se sorprenderá por haber doblado la seguridad de los técnicos dadas las circunstancias pero mantengan un perfil bajo. Traten de no llamar la atención.- pidió mirando expresamente a John.

El general asintió con la cabeza.- Bien, si no hay mas preguntas tienen dos horas libres antes ir a recoger al técnico. Se llama Ethan O´connor.- dijo entregando un sobre cerrado al sargento Dyson.- El muchacho también es algo fanático de la seguridad. Me pidió que le diera esto a uno de mis agentes para saber que realmente les mandaba yo.- dijo el hombre.- En intendencia hay una caja de herramientas preparadas que tienen que llevarle, no olviden cogerla antes de irse.

El General ya no tenía nada más que aportar ni decir, estaba esperando que os despidierais o hicierais una última pregunta. 

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23/12/2019, 11:58
Victoria Lieners

En cuanto el General mencionó la palabra "sabotajes", los ojos de la capitana no hicieron más que abrirse de par en par. Al principio, había imaginado que eran averías habituales, cosas de técnicos, de rutina. Sin embargo, ahora que lo había dicho su superior, estaba claro que no era así, que era algo mucho más serio, algo que podría joder a todos en gran medida. ¿Quién era el puto suicida que estaba realizando aquella clase de averías de manera voluntaria? ¡Todos vivían en ese maldito lugar! - Joderrr... me cago en todo. - No pudo reprimir aquellas palabras mientras intentaba "tragar" la gravedad de aquel asunto. Si llegaba a descubrir al responsable, no dudaría en aplastarle la cabeza a golpes hasta que no pudiera moverse. Aquello era algo con lo que no se debía de jugar. Un pequeño problema de mantenimiento podría convertirse en algo realmente grave, en especial cuando se trataban de los conductos de la calefacción. - Pensé que era algo normal. Sabotajes... eso es un problema. - Asintió para sí misma, mientras se mentalizaba respecto al hecho de que no harían otra cosa más que encontrarse con problemas allí abajo. Aquello era algo más que claro. Si había un culpable detrás de todo eso, no había duda de que buscaría hacerle daño al técnico que debían de escoltar... o incluso intentaría algo contra ellos. - Hijo de puta. - Masculló, realmente cabreada, considerando la posibilidad de que el ataque a sus dos compañeros pudiera estar relacionado con las recientes averías. Alguien estaba planeando algo en particular, y eso no le agradaba a Victoria en lo más mínimo. No pudo evitar apretar sus puños con fuerza, antes de esbozar una sonrisa sádica que dejaba en claro lo que deseaba hacerle al cabronazo que estaba haciendo esa clase de mierda en su puta torre. No tendría piedad con alguien así, con un bastardo que se atrevía a dañar aquello que aseguraba la vida de todos. Sus compañeros tendrían que hacer un gran esfuerzo para que Victoria no estrangulara al responsable en cuanto le pusiera las manos encima.

La explicación respecto al técnico fue algo que realmente le importó muy poco, principalmente porque no toleraba demasiado a esos cerebritos de mierda. No eran más que unos putos nerds que se creían mejor que ella, sólo porque sabían reparar cosas. Ella sabía dispararle a cosas y no se creía tan grande... bueno, en realidad, sí lo creía pero no solía echárselo en la cara al resto. O tal vez sí. No importaba. De cualquier manera, poco le importaba la identidad del técnico en cuestión, en especial si el General confiaba en el talento del mismo. La palabra de su superior era suficiente para ella. El General jamás la había decepcionado, al menos de momento. Cuando lo hiciera, su opinión cambiaría por completo, si bien, por ahora, no tenía razón para hacerlo.  Por otro lado, comprendía la preocupación del General respecto a que aquella información fuera del conocimiento de muy pocos. La mención de sabotajes en la Torre, no haría otra cosa más que alimentar la preocupación entre los habitantes, e incluso poner en juicio la competencia de los encargados de la seguridad, algo que ninguno de sus compañeros deseaba en lo más mínimo. - Comprendido, General. Esto queda entre nosotros. - Afirmó en un tono serio, comprendiendo la seriedad del asunto, antes de observar al resto de sus compañeros, esperando que estos supieran mantener la boca cerrada. También parecía que deberían de evitar llamar la atención cuando se encontraran en los subniveles... algo más que comprensible. Aún así, no pudo evitar observar, con cierta curiosidad, el sobre que el General le había entregado a Dyson, preguntándose cuál sería el contenido del mismo. - Lo que necesitábamos, un rarito. - Murmuró de mal humor. Por algo detestaba a los malditos "listillos". - Bueno, Callahan, tú encárgate de esa caja de herramientas. Yo me voy a tomar un café a la tercera planta. - No había duda que, por su tono de voz, la mención de sabotajes no había hecho otra cosa más que ponerla nerviosa, intranquila. Necesitaba algo para calmarse un poco antes de comenzar la misión, por lo que esperó hasta que el General le diera el permiso para retirarse, para poder disfrutar de su maldito café.

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24/12/2019, 20:08
Sgto. Nathan Dyson

Les he seleccionado a ustedes porque sé que harán un trabajo magnífico.

Ante aquellas palabras Dyson enarcó una ceja pero guardó silencio al repasar a cada uno de ellos. Estaba al mando la Capitana Lieners, más conocida por ser una bomba con una espoleta muy sensible y que le encantaba disparar a la gente. El Sargento Jhon Callahan cuya lista de amonestaciones por violencia indiscriminada, uso excesivo de la fuerza -y la mejor hasta el momento cagarse en el holocasco de un residente del segundo distrito- era tan larga que si la colgara del domo de la torre aún llegaría al jodido suelo y lo sabía porque aproximadamante el 70% de las amonestaciones habían sido suyas.

Luego estaba él. Un Capitán degradado recientemente y un novato que se quedaba embobado mirando el parche del General. Todo aullaba a futuro desastre. Como si el General hubiera reunido a todas las manzanas podridas para poder justificar un desastre o librarse de ellas.

Tragó saliva mientras tenía muy claro que el cariz de aquello era muy chungo. Se preguntó si tendrían la palabra cebo escrita en la frente y si a alguno de los genios que le rodeaban habían tendido la misma sensación. Miró a Jhon y recordó la cara del ciudadano con su holocasco y tuvo la respuesta.

Si algo iba a ser era entretenido.

Se levantó de la silla, saludó y se dispuso a disfrutar de poco más de una hora de tranquilidad antes de descender a las entrañas de la tierra con un equipo que seguro el señor Darwin tendría mucho que estudiar. 

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25/12/2019, 00:06
John Callahan

John conocía al general como si hubiera salido de sus mismos huevos, era un padre para él más que un jefe, el único que entendió que defecar en un holocasco había sido la mejor de todas las peores opciones donde podría haber liberado el vientre, el fallo gordo fue no avisar de la presencia del regalito... En fin, cosas que pasan. De todo se aprendía y de eso John saco en claro que las salsas que se dejan bajo los focos no son más nutritivas cuando les salen cosas verdes.

Claro señor, puede contar con nosotros.- dijo John palmeando la espalda de Nathan antes de ir por la caja de herramientas con una alegría que no era ni medio normal. Tomo la caja y la levanto como si no pesara para cargarsela al hombro. Callahan era un verdadero animal, en mas de un sentido.

- Os espero en el punto de reunión.- aseguro mirando a sus compañeros e hizo el gesto de saludo añadiendo.- Que disfrute de su café, capitana.

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26/12/2019, 11:17
Axel Hansen

"Traten de no llamar la atención". Esas palabras del General suenan un poco a mala broma teniendo en cuenta el temperamento de la mitad del equipo.

Callahan no me preocupa demasiado. Puede ser bruto, pero tiene buen fondo. La Capitana... Me conformo con que se espere al regreso para liar una de las suyas.

Con la misión en mente, solo resta saludar como es debido antes de proceder a abandonar la oficina del jefe.

-Allí nos vemos- Respondo a Callahan. -Capitana. Sargentos- Me despido con un ademán con la cabeza. 

Recorro los pasillos de vuelta a la comuna. Antes de prepararme para la misión, debo acabar ese desayuno que dejé a medias... Si aun sigue ahí

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26/12/2019, 23:26
Director

Pasaron los minutos y la hora llego. 

Tanto el técnico como sus forzosos guardaespaldas no podían evitar sentirse algo incómodos con la situación pero allí todos eran profesionales.

La capitana recibió la tarjeta de acceso al Distrito, nivel y planta donde un muchacho esperaba para ser recogido. La mujer contaba con una impresionante musculatura que nada tenía que envidiar a la de sus compañeros. Uno de los sargentos portaba al hombro una pesadisima caja de herramientas como si fuera la cosa más liviana del mundo mientras otros dos portaban sus armas reglamentarias en todo momento a mano y listas para ser usadas.

Al menos todos habían sido puntuales.

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26/12/2019, 23:37
John Callahan

Cargar con la caja no le importaba, tampoco pesaba tanto pero el puto hilo musical del ascensor le estaba tocando los cojones a dos manos. Entendía el motivo por el que la gente de la parte de arriba se suicidaba, si tenía que escuchar esa mierda cada vez que bajaba y subían preferían morir, algo completamente comprensible.

Al llegar arriba la puerta se abrió y John pudo ver un muchacho que estaba seguro de que no podía cargar el solo ni con el asa de la caja...- Vamos, venga.... no me jodas.... murmuro a nadie en particular entendiendo que la cajita la iba a cargar él todo el puto camino.

-¿Usted es el técnico?.- pregunto esperando haberse confundido y que solo fuera un pobre ciudadano que estaba allí por jodida casualidad

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27/12/2019, 00:57
Ethan O'Connor

El joven levantó la vista de la pantalla táctil al escuchar las puertas del ascensor, sonrió al ver al grupo de guardias que lo custodiarían, y más aún al ver el tamaño de la caja de herramientas que portaba uno de ellos. Se paró y guardó la pantalla en su morral, el cual se colgó al hombro, y tomó una caja de herramientas de dimensiones mucho más modestas. 

Se acercó a la puerta y cuando el hombre de pelo largo lo interpeló, le tendió la mano - Ethan O'Connor, soy el técnico asignado a la misión. - asintió - ¿Con quien tengo el gusto? - preguntó mirando primero al que había hablado, pero también a los demás, especialmente a la mujer. 

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27/12/2019, 01:10
John Callahan

- El gusto no sé con quien lo tendrás, chico, a mi me van las mujeres.- aviso John medio en broma, medio en serio ya que había oído que en ciertos niveles altos les daba igual carne que pescado. Tendió la mano aceptando el saludo del técnico y se presento.- Sargento John Callahan, mis compañeros el sargento Dyson, la capitana Lieners y el oficial Hansen. Ya que todos nos conocemos, por favor, meta su culo en el ascensor que vamos con prisa y queda mucho viaje todo para abajo.- dijo dejando la caja pesada cerca de los pies del técnico por si quería mirar algo.

- ¿Alguna vez a estado en los subniveles?.- pregunto con interes.

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27/12/2019, 01:29
Victoria Lieners

Tras abandonar el despacho del General, la capitana no dudó en dirigirse al tercer nivel, con la intención de disfrutar de una buena taza de café, si bien, en el fondo, lo que más esperaba era tener la posibilidad de darse de golpes con algún idiota de los "listillos" de la central NORTE. Lamentablemente, para su mala fortuna, no se encontró con ninguno de ellos, por lo que tan sólo pudo disfrutar de su café, y un buen momento de reflexión, en el cual no pudo evitar pensar en el asunto de los sabotajes. Aquello era algo que realmente la preocupaba, principalmente porque se le hacía difícil pensar en la posibilidad de que existiera alguien tan suicida como para considerar semejante accionar. Alguien así... debía de ser un maldito loco de mierda. - A esos es mejor corregirlos desde el principio... - Murmuró de mal humor, antes de continuar con su café, notando que había fracasado en distraerse de todo aquel asunto. El asunto de los sabotajes, y lo que le había sucedido a dos de sus compañeros, no hacía más que acrecentar su deseo de aplastarle la cabeza a alguien que realmente se lo mereciera. Durante esos últimos días, no había hecho otra cosa más que acumular una buena dotación de tensión en su cuerpo y mente. Era como una maldito mal augurio, algo que le decía que las cosas no harían más que empeorar en el futuro, y, ciertamente, esa clase de mierda era algo que ella no podía aceptar, incluso si significaba que haría las cosas más interesantes para ella. Sea lo que fuera, no tardó mucho en regresar a su hogar, dispuesta a descansar un poco, antes de la hora acordada en la que deberían de buscar al supuesto nerd, del cual esperaba que no acostumbrara a hablar demasiado, o de lo contrario sería ella la que atentara contra su vida. Bueno, en realidad, no le mataría, aunque tal vez le propinaría un buen puñetazo en la mandíbula para cerrarle la boca.

Luego que pasara el tiempo suficiente, no perdió tiempo en dirigirse al lugar acordado, tras hacer uso de la tarjeta de acceso que le había sido entregada. Uniformada y preparada, notó que Callahan había llegado antes que ella, con aquella caja de herramientas que le había encargado que buscara. - Bien. Una cosa menos de qué preocuparme. - Dijo con total tranquilidad, antes de concentrar su mirada en el nerd que se suponía que era el técnico al cual deberían de cuidarle el trasero. Odiaba las misiones de escolta, si bien no había mucho que pudiera hacer al respecto. El viejo había hablado, y no podían hacer otra cosa más que decir "sí" y hacer las cosas bien... o tener que soportar los reproches para nada agradables de su superior, entre otras consecuencias en las que prefería no pensar demasiado. - Parece uno de esos "cerebritos", así que supongo que sí. - Le dijo a Callahan, antes de encogerse de hombros, esperando que el "técnico" le mostrara alguna clase de identificación que le permitiera comprobar su identidad. No obstante, al escuchar al tal Ethan, no pudo evitar suspirar frustrada, sabiendo que sería esa clase de sujeto. - Capitana Victoria Lieners. No necesito que me presenten, Callahan. - Respondió de manera simple aunque ciertamente cabreada, sin darle mucha importancia a la presentación en sí. No estaba allí para forjar amistades, sino para descender a los malditos subniveles y solucionar el maldito problema de los sabotajes. - Nada de placer. Tú realiza tu trabajo que nosotros te cubriremos el culo. - Afirmó con total determinación en su voz, sabiendo muy bien que no podían darse el lujo de permitir que el técnico hallara su fin allí abajo, no cuando necesitaban que las reparaciones se llevaran a cabo como era debido. - Menos charla, más acción. Cuanto menos tiempo pase allí abajo, mejor. Descendemos y regresamos. Si alguien intenta jodernos, le jodemos el culo. - Sin decir nada más, se giró en sus pasos, esperando continuar su camino hacia donde debían de dirigirse.