Partida Rol por web

En el mismo momento en que ambas cabezas se lanzaban contra el wilden, el destello  de la espada de Clevor ilumino unos segundos la estancia dejando sin una de las cabezas al constructo. Reculando de dolor, la criatura se revolvía  enfrente de ambos luchadores. Con los ojos incandescentes clavados en ambos contendientes, el constructo graznó abriendo sus fauces al maximo y de ella  salió un abrasador aliento de  algo parecido a llamas azules.

Por suerte, el cuello sin cabeza se cruzó en el camino de aquella llamarada evitando que golpease a Kettenbar y a Clevor. Furioso, el  constructo volvió a rugir   con mas fuerza...

Con un gesto Jerra cambia su bastón por su varita . Jerra busca una posición mas  adecuada para su siguiente hechizo. En este vuelve a recitar las palabras magicas para volver a convocar los rayos sobre su rival.

¡Ethys golpea con fuerza! le grito a mi compañero que se abalanza sobre el constructo para darle un zarpazo. Unas chispas azuladas saltan de éste y se posan sobre Kettenbar.

Tormenta, intenta invocar un latigo de espinas, que falla estrepitosamente.

Una vez mas, coordinados como un solo ser, los aventureros golpearon sin piedad al constructo que amenazaba sus vidas. Kettenbar repitió su  estrategia cercenándole parte de la madera que antaño había sido  la mesa de la estancia,mientras  Clevor asestaba un tremendo golpe en uno de los cuellos de la criatura. Esta ultima aulló de dolor cuando una de sus cabezas cayó inerte al suelo. Llena de furia,  el constructo intento flamear a los aventureros que tenia delante pero los continuos impactos  lo hicieron imposible.

Animados por los buenos resultados de sus compañeros, el resto convocaron fieros ataques contra la criatura. Shana volvió a  ordenar al su fiel espíritu guardián que se abalanzase contra la criatura, refulgiendo  tintes azulados sobre los compañeros mas cercanos durante su ataque. Estos últimos, se sintieron vigorizados para continuar defendiendo su vida.

Jerra se deshizo rápidamente de su bastón y alcanzó su varita  que inmediatamente  apuntó contra el constructo, expulsando una terrible descarga que dañó parte de la zona superior de la criatura.

Por su parte, Tormenta intentó convocar una vez mas la fuerza de la naturaleza sobre el constructo, con inocuos resultados...

Después del embite de la gran criatura todo el grupo le habia devuelto con creces el ataque y estaban causandole grandes daños, a pesar de que la criatura no cesaba su ataque.

Kettenbar seguia acometiendo sin ceder un palmo, lanzando sendas estocadas contra el constructo, controlando cada movimiento, listo para proteger a sus compañeros.

El ultimo golpe del wilden hace tambalear al constructo ,que da bandazos a diestra y siniestra hasta caer sobre la pared de las vidrieras.  Al sentir el  pesado impacto la pared comienza a resquebrajarse y un amplio boquete  da entrada a la brisa mañanera de la colina. El sol  saluda a los aventureros con sus agradables rayos que calientan sus cuerpos fríos de la noche anterior.

En ese mismo instante, lo que antaño era el constructo que amenazaba sus vidas,se  descompuso en la multitud de enseres que antaño eran la  decoración de aquella  sala tan iluminada. Sillas, partes de la mesa, copas  estalladas, cubiertos torcidos y un largo etcétera se dispersaba ante los ojos de los aventureros.

Sin embargo, un  sordo sonido como quien mueve  piedra contra piedra se adentraba en los oídos de los allí presentes. Solo cuando observaron como pequeños trozos del techo comenzaban a caer como si de lluvia se tratase,se dieron cuenta de que la torre no iba aguantar mucho mas de pie....

Tras la estocada final de Kettenbar, todo comienza a desmoronarse. Rápidamente me giro hacia donde se ha abierto el boquete en la pared y corro hacia la luz para intentar escapar de esta torre maldita y, ahora, condenada a la destrucción. Espíritus del viento guiad mis pasos hacia un lugar seguro...
Como si de una ráfaga de viento se tratara, corro todo lo rápido que mis piernas me permiten

Clevor, animado por la destcada unidad de combate en la que se habían convertido en medio de aquél caos, dio un paso hacia atrás mientras le señalaba con una mirada rápida el momento justo para abalanzarse a Tormenta. Sin embargo, no fue necesario, ya que Kettembar se encargó de dar el golpe de gracia al constructo, haciéndolo volver a su estado inicial y provocando un terrible impacto que les mostró la salida de la torre.

Todo parecía caerse, como si el cielo mismo se desplomara sobre sus cabezas, como si todos fueran a compartir el mismo destino de Deidos. El joven guerrero levantó el escudo que atajo una serie de adoquines que caian practicamente sobre su cuerpo. Klank, klonk... el sonido de la piedra contra el metal parecía retumbar como una forja mientras el cormyriano los apuraba ¡Vamos, afuera, no os detengais! ¡Jerra, quiero ese libro intacto!

Mientras tanto, iba saltando entre los cacharros ruinosos, usando el escudo blasonado con el dragón y el guantelete para tratar de ayudar al resto a salir ilesos del derrumbe.

Jerra se hecha a correr como alma que lleva el diablo.

Tormenta, al ver como se comienza a caer el techo, sale corriendo en su forma animal y no para hasta salir de la torre.

Kettenbar había logrado asestar el golpe final a la terrible criatura y estaba muy orgulloso de sí mismo, pero de repente, el techo se le empezo a caer encima. Sin pensarselo dos veces echo a correr, o eso intentó pues su espada se habia quedado clavada en la madera de uno de los enseres. Finalmente, tras apoyar una pierna sobre el objeto logra sacar su espada justo a tiempo para salir, evitando ser aplastado por la dura piedra por los pelos.

Como un rayo, los aventureros salieron  mientras la torre se colapsaba y se derrumbaba ante sus ojos.  Con el suficiente tiempo para recoger sus enseres y asegurarse de  que sus heridas no eran demasiado molestas, los aventureros se alejaron  una distancia prudencial para observar como la extraña torre se transformaba en un enorme tumulto de piedras y polvo.

BRROOOOOooOOOoooOOoOOMMMMM!

Un  tremendo estruendo como si un millar de truenos  golpeasen el cielo, resonó en los oídos de los aventureros y al instante, el silencio roto por el piar de las aves cercanas.

El sol en lo alto calentaba a los aventureros, el olor a hierba impregnaba sus fosas nasales y una brisa agradable sacudía su piel. Satisfechos vieron cono el joven Yelmut se acercaba  como alma que lleva el diablo acompañado por algunos lugareños, La cara de Yelmut reflejaba  miedo hasta que alcanzó a ver al grupo intacto y su expresión se torno de alegría.

- ¡Gracias a los siete sellos!- Alabó yelmut mientras se acercaba a los  aventureros.- Tema por sus vidas cuando oí un sonoro ruido en la noche. Me acerque al portalón y lo vi atorado con un montón de piedras.- señalo al grupo de aldeanos armados con palos y herramientas varias:- Me acerqué al pueblo y pedí ayuda para  abrir una brecha en la entrada. Acabamos de llegar cuando hemos visto como la torre se desplomaba. -

Respiró aliviado  mientras continuaba su alegato: - Veo que por suerte vuestro entrenamiento como aventureros ha resultado mas que satisfactorio para manteneros con vida.- levantó la vista y repaso a cada uno de los aventureros.- ¿Estáis todos bien? quizás alguna contusión o alguna molestia que os preocupe?. No se a que os habéis enfrentado pero  tenéis aspecto de estar muy cansados.-

Yelmut aguardó a que los aventureros respondiesen mientras reponía su aliento después de subir tan rápido como podía la colina donde antaño descansaba la torre...

Clevor se sintió aliviado al ver al aprendiz de mago llegar ileso y acompañado por un grupo de lugareños. Realmente había temido por sus destino luego de comprobar los fieros que eran los lobos en aquellos parajes. Primero, por su mente pasó Deidos, el astuto elfo cazador, luego, las heridas profundas que habían infligido las flechas kobold. Prefirió hablar de lo primero, lo otro podía esperar a estar en algún lugar tanquilo donde quitarse los pertrechos de guerra y tomar un baño.

Ha deaparecido el elfo conocido como Deidos Flechaplateada, por lo que hemos sobrevivido cinco de seis que han partido en la búsqueda del tomo de tu maestro. Su rostro severo no dejaba ver ningún atisbo de sentimiento, volvió su rostro hacia los restos de la inmensa torre. Allí quedará su tumba. Se volvió de nuevo hacia Yelmut, su semblante era piedra El resto de nosotros ha cumplido el contrato, Jerra tiene en su poder el tomo de tu antiguo maestro.

Tormenta, en su forma felina, salió indemne de la torre, y al ver al aprendiz, volvió a su forma humana, para escuchar como su compañero hablaba de lo que él sentía.

Siempre era triste perder a un compañero, por poco tiempo que lo haya sido, y este sentimiento no se diluye por haber finalizado la misión con éxito.

Agradezcamos lo que tenemos y asumamos la perdida de nuestro compañero. Era un gran elfo, que podría haber llegado lejos.

Yelmut bajo su mirada apesadumbrado al recibir la noticia de que uno de los aventureros había perdido la vida en el intento de  recuperar el libro del mago. Con un hilillo de voz donde se notaba la tristeza, el joven mago habló:

- Es una gran perdida, mis señores. Os acompaño en el sentimiento.- mirando hacia los enormes escombros, continuó:- Entiendo vuestro dolor  tanto o mas que vosotros el mio, ya que yo también he perdido a mi maestro y mentor.-

Se limpió los ojos de donde comenzaban a brotar las primeras lagrimas, y  intentando  aparentar menos dolorido, comentó:

- He podido escuchar ,maese Clevor , que habéis  conseguido  el libro de mi maestro.- Esbozó una triste sonrisa y continuó:- Es una  noticia agradable entre las tristes.-

Señalando a su carromato, el joven Yelmut continuó:

- Si lo deseáis, puedo llevaros a la ciudad en el mi carro y descansar en el gremio o en la posada cercana.-

Tras el subidón de adrenalina que me supone la carrera por salvar el pellejo, observo cómo se desploma la torre cual castillo de naipes frente a un vendaval, y respiro aliviada al ver que el resto de mis compañeros había sobrevivido también al derrumbe.

- Sin duda son grandes pérdidas, tanto la de Deidos cómo la de vuestro maestro y mentor, maese Yelmut. Pero ahora sus espíritus han vuelto a ser uno con el mundo... al final todo vuelve a su estado natural y el equilibrio se mantiene.

Guardo unos segundos de silencio en memoria de los caídos. Sin duda había sido una noche bastante agitada pero habíamos cumplido nuestro propósito.

- Aceptaremos gustosos ese viaje de vuelta al gremio Yelmut. Te estaremos muy agradecidos.