Partida Rol por web

Aine continuó ayudando a sus compañeros. Esta vez, utilizó su magia para ayudar a Rufus, el cual notó como la suerte estaba un poco más de su parte.

Los golpes habían sido brutales, los pobres ladrones, improvisados, no habían podido contra el recién consolidado grupo. Tras un fuerte golpe de Arek el último de los atacantes decide huir. Al irse alborotadamente la gente bajo el grito de las mujeres logran ver como cuatro marineros más armados con las mismas porras improvisadas salen de entre la gente e intentan huir, su emboscada fracasó antes de comenzar siquiera. 

Al escuchar a Arek gritarle a un tipo logran ver a alguien que no se alborotaba, era un humano que miraba curioso el combate mientras se apoyaba contra una pared a la sombra. El comentario del semiorco pareció causarle gracia pues rió por lo bajo mirando curioso al grupo.

Rufus trato de evitar que su agresor huyera. Podria tratarse de una mera excusa, pero para si mismo penso que asi le hacia un favor a la ciudad. No se necesita gentuza de este tipo.

La elfa se frotaba la espalda a la altura del golpe recibido. Su rostro mostraba un claro fastidio.

Adoro la hospitalidad humana... - dijo en élfico mientras miraba a sus compañeros y al hombre con el que parecía dialogar el semiorco que ceceaba.

Mientras los últimos miembros d ela emboscada huyen entre la multitud, un hombre joven, a quién le habría hablado Arek vestido con una túnica se les acerca mientras hace gestos con las manos para calmar un poco al semiorco: - Bien hecho; eso les enseñará a no meterse con los recién llegados - dice riendo mientras da un paso por encima de un cadáver. - Pero, ¿dónde están mis modales? Permítanme que me presente. Soy el hermano Egil, y precisamente estaba buscando a un grupo de gente como ustedes, que sean capaces de resolver situaciones comprometidas como ésta. Si me permiten invitarles una copa, me gustaría hablar con ustedes acerca de un trabajo. ¿Qué me dicen?.

Rufus miro al hombre y despues a sus compañeros. Era extraño que tras haber matado a 3 o 4 hombres se acercara otro sin mas a... ¡Ofrecer Trabajo! En fin... un trago y una propuesta de trabajo, no es algo que soliera rechazar pero tampoco sabia como iban a reaccionar sus compañeros. Penso para si mismo:

- Dejemos que sean las mujeres las que lleven la conversación... Al fin y al cabo es como si las pagaran por hablar.

Fue en ese momento en el que, evaluando la posible amenaza que pudiera representar el hombre, relajo su postura para no parecer tan amenazador. Bueno, no mas de lo habitual.

- Baztardoz, me he quedado con vueztra cara - dijo en voz alta Arek mientras se enrollaba el látigo en el brazo, enganchando la punta en un doblez de su armadura tachonada y sujetando el mango con una cuerda en la muñeca, dejando entreever que en cualquier momento el arma estaría dispuesta para lo que fuera necesario sin impedir movilidad. Se acerco hasta Argi ofreciendole su brazo, ya que por el sonido, el golpe fue bastante contundente. Y se quedo mirando a Aine pensando, esperemos que su diplomacia sea mejor que la mía.

Aine examinó al hombre de arriba a abajo. Le extrañó en cierta medida su templanza ante semejante espectáculo. Pero seguramente eso pasara con regularidad. Y si además estaba buscando un grupo como aquel, ese era el lugar indicado. Le escamaba un poco, sin embargo, lo directo que había sido.

- Buen dia, mi buen hermano...

-Sé que no son las mejores circunstancias y que pueden dudar en sus corazones por mis razones, pero creanme que mis intenciones son nobles. No creo que tampoco queramos estar aquí cuándo la guardia se haga presente.

El hermano Egil no parece sensibilizarse por los cadáveres y se sigue mostrando cordial con uds.

- En eso tiene razón - señaló Aine. - Nos vamos a buscar problemas si nos quedamos aqui. Seguramente no podremos evitarlos, pero una muerte en un muelle suele ser menos que una declaración de asesinato. Mi nombre es Aine, fiel seguidora de Oghma. Nos gustaría acompañarle si fuera posible, pero antes me gustaría decirle algo al resto de personas.

Levantó las manos y la voz - ¡Somos nuevos aqui! Pero no somos débiles e hipócritas. Estas personas nos atacaron queriendo esclavizarnos. Nuestras intenciones nunca fueron hostiles, pero ellos trataron de someternos por la fuerza. Ruego nos perdonen y acojan los dioses sus almas. No buscamos problemas, pero no dudaremos en defendernos. Sabed, hermanos, que tendreis antes un aliado en nosotros que un enemigo. Pero que nos defenderemos en caso de necesitarlo. 

Acto seguido se volvió hacia el hermano Egil.

- Si nos indica el camino a una posada donde pongan algo de beber y podamos hablar. Estariamos encantados de escucharle, hermano.

- Si... sera mejor moverse.

Rufus no es un hombre de muchas palabras, pero si de muchos pensamientos... y de algun que otro prejuicio. Por su mente pasaban varias cosas, las mas significativas eran las siguientes:

- Joder, habla por los codos... y a cualquier cosa lo llama defenderse. No querra decir: "¡Si se nos acercan el grandote nos defendera!" En fin, sigamosle el juego al monje un ratito, a ver a donde nos lleva... Y si es a tomar algo mejor, Aine podra hablar menos con la boca llena. Por otra parte... la canija paliducha esta está muy callada. Empieza a caerme bien.

No es que a Rufus le molestara el hecho de que la gente hablara mucho a su alrededor, era el hecho de que lo hiciera una mujer. Hablar mucho, gritar y ordenar son cosas de madres... y él habia (huido) dejado a la suya atras por ese motivo entre otros. No queria acabar con una mujer que fuera como ella, dandole ordenes y hablando sin parar hasta dormirse de agotamiento con la lengua seca. Madre no hay mas que una... gracias a dios xD

- Perfecto, guienoz hermano Egil, de la orden..., que habrá que refrezcar el gaznate y zobre todo Rufuz que ha hecho todo el trabajo - añadió esto último con un ligero puñetazo en el hombro al guerrero. 

Se deshizo un momento de Argi al comprobar que sus heridas no eran tan graves, que se note que hay una verdadera creyente en el grupo.- Dadme un zegundo, alguien deberá al menoz cerrarlez loz ojoz a los muertoz - lanzando una mirada despectiva a los supuestos clérigos.

El juego de manos es para que no se note por el publico lo que hago, la tirada de percepción la tiro por aquí para buscar objetos "valiosos"

La elfa agradeció con un mero asentimiento de cabeza al semiorco su ayuda y preocupación por el golpe recibido.

Serán saqueados en cuanto nos alejemos. - indicó a Arek al ver dónde se dirigía. - Si tienen una bolsa, bien podríamos llevarnos nosotros por las molestias causadads.

Su rostro no mostraba la más mínima preocupación por los tres cadáveres que adornaban el puerto.

Aine invocó el poder de su Dios Oghma para sanar al grupo. Solo quería curar a sus aliados, por lo que decidió dejar fuera a los marineros que les habían atacado. Que gastaran sus propios recursos y les sirviera de lección.

Egil sonríe a la vez que levanta una ceja cuándo se presenta Aine como servidora de Oghma, pero no deja de prestar atención al grupo en conjunto.

- Entonces siganme, no estamos muy lejos.

Tras dar vuelta en dos esquinas, caminar menos de medio kilómetro y sin salir de la zona de los muelles llegan a una pequeña taberna. Un pequeño cartel ondulante por el viento anuncia el comercio: "The Bilge Rat". Efectivamente, se trata de un típico tugurio portuario, tan sucio y cutre como su nombre indica.

Al entrar al lugar los recibe un pasaje desolado, las ventanas cerradas sólo dejan entrar finos rayos de luz, las bisagras rechinan al abrirse la puerta y un extraño humo carente de olor se escapa por la puerta al entrar el grupo: - Es mediodía, podemos hablar tranquilo, esto se llena de noche, cuando los marineros y trabajadores vienen a despilfarrar lo que apenas han ganado en el día.

Algunas mesas aún tienen las sillas montadas sobre ellas mientras un humano de unos treinta y pico barre por debajo, les dedica una mirada rápida y sigue con lo suyo. El padre saluda a la mujer tras la barra, de similar edad, que refriega una jarra a la vez que le devuelve una muy sutil reverencia Egil.

Tras acomodarse en una mesa y recibir la primer ronda de cerveza, por cortesía de el hermano Egil, notan que el alcohol que allí sirve no se condice con lo que pronostica el lugar. Al comenzar a beber, distenderse y acomodarse:

- La cosa es así... Hace un par de días, un hermano bibliotecario de mi templo desapareció sin dejar rastro. Por razones que resultan un tanto, ejem... complejas, nuestro sumo sacerdote ha declinado investigar el asunto. El hombre desaparecido, Lucius, es un buen amigo mío, y me temo que algo malo pueda haberle ocurrido. Estoy dispuesto a ofrecerles 75 piezas de oro a cada uno, 25 ahora y 50 al traerlo de vuelta al templo sano y salvo. Les proporcionaré toda la información que pueda, y les dispensaré curaciones si lo necesitan. ¿Están interesado?

La cara torcida de Rufus indicaba que sus pensamientos le ponian intranquilo. No hablaba demasiado, pero quizá pensaba de mas. Para el todo podía ser parte de una gran paranoia, pero no se le podia culpar, era ese razonamiento el que muchas veces le habia salvado el pellejo. Y sus pensamientos no reflejaban su comportamiento, ya que no se comportaba como una persona temerosa y perseguida. Era mas bien alguien al que le gustaba saber a lo que se enfrentaba, y enfrentarlo cara a cara con valor.

- Tantos problemas por un monaguillo... Ese tipo de cosas son las que resuelve la iglesia desde dentro. En cambio, segun el tipo este, los superiores se han negado a ir a buscarle. Eso solo puede significar dos cosas, o que ha descubierto algo que no debia y los superiores lo han silenciado o que ha ido a un sitio lo bastante peligroso como para que no merezca la pena el riesgo de ir al rescate. Sea como sea, no es bueno para nosotros si aceptamos. Sera mejor averiguarlo todo antes de encontrarnos de morros con los problemas y no saber a que nos enfrentamos. Ademas, el premio por traerlo son 300 monedas de oro a repartir entre 4... ¿que clase de monje, o monaguillo, o lo que sea, tiene un alijo de 300 monedas de oro? Desde luego Egil no es un cualquiera, deberiamos averiguar mas sobre el tambien.

- Mi curiosidad la capto cuando nos ofrecío venir a hablar, y acaba de ganarse mi interes. Pero no se puede ir a los sitios sin tener una minima información sobre ellos. Cuentanos mas sobre ese amigo tuyo, ¿en que andaba metido, y por que no iba a querer su "familia eclesiastica" ir buscarlo?