Partida Rol por web

Steligad se sonríe al ver el resultado de todo aquello. Al final resultaba que el troll de puerta se iba a ver obligado a hacerles de guía.

.-Nosotros hemos llegado con buena disposición. Ni queremos problemas, ni los queríamos antes de que os hicieran llamar. No hay objeciones-.

Su sonrisa se corta abruptamente al darse cuenta de que aquellos hombres habían conseguido seguramente lo que querían. Con buena o mala intención estar al tanto de lo que veían a hacer aquellos extraños. Después de aquella llegada, si alguien de la guardia estaba implicado los vería venir muy de lejos. Un oscuro presentimiento se adueña del mercenario. A partir de ahora, más les valdría comer de sus propias raciones.

El guardian pone un poco de mala cara y dice:

- Pero bueno, ¿a qué esperan? ¿Me dejan que los guie por el castillo? ¿Quieren que les lleve hacia donde está el rey?

El ofrecimiento flota por el aire, en cierto modo...

Mientras tanto, alguien malvado les observa, a punto para atacar, pero LOS PERSONAJES NI SIQUIERA LO SOSPECHAN...

En este momento tres flechas, surgidas de quien sabe donde, impactan en los cuellos de Robin Destroyer, Solon "Cabalga-tormentas" y Streit Furianzo. Al instante, nada más las flechas dan en sus cuellos, sin duda por el efecto de un veneno mortal, los tres caen muertos e immóbiles al suelo. Ya nada puede salvarles; el veneno les ha matado al instante. En este momento se oye un mensaje telepático en el aire:

- Así han acabado ellos, héroes que aun seguís vivos!! Si no queréis perder igual la vida, rendios!

El mensaje telepático se acaba nada más decir esto, y todo sigue igual, con la excepción de los tres cadáveres en el suelo.

El guardián de la puerta no se lo puede creer, está asombrado.

El tiempo no se detiene...

Mientras tanto, en un templo orco, una voz majestuosa resuena con impaciencia... ¿Quien será? Más tarde lo sabréis...

Desenfunda.-¿Que?-. Steligad mira a un lado y a otro. ¿Es que se han quedado petrificados? .-¡Guardias!¡Haced algo maldita sea!-. Intenta mirar en la dirección en la que hubieran podido venir las flechas. Más allá de aquella amenaza, había unos atacantes, unos asesinos, y debían al menos darles caza.

Bueno, ¿qué queréis hacer? ¿Iros a buscar a los asesinos? ¿Entrar en el castillo buscando al rey? Junto a vosotros tres sólo hay el guardián que os hará de guia (el soldado que guardaba la puerta se ha largado hace un momento y no puede haber oido nada; puede que haya ido a orinar un rato).

Tomad una decisión, y rápido, puesto que los asesinos puede que se larguen pronto como no hagáis nada al respecto...

Y no esperéis salvar a vuestros amigos. Estan muertos como una piedra. El veneno era muy rápido y letal.

Pasa el tiempo...

-Sal de mi cabeza!- gritó Orgon mientras se golpeaba la frente, intentando conseguir que aquel mensaje telepático cesara en su cometido. 

Acto seguido, observó como aquellos compañeros con los que no había intercambiado palabra alguna en todo aquel tiempo, caían al suelo producto de un ataque cobarde. Era difícil que el enano sintiera pena o tristeza por alguien que no conocía lo más mínimo, pero si que en su interior nació una rabia ya que consideraba que, acabar con la vida de una persona mediante venenos y bajo en cobijo de las sombras, no era noble. 

Se giró hacia la dirección por donde habían llegado los proyectiles y gritó:

-Cobardes! Salid de vuestro escondite y enfrentaros cara a cara con la muerte!

Orgon dio unos pasos hacia una dirección indeterminada, iniciando una carrera hacia los responsables de aquel asesinato. Pero frenó de inmediato su carrera ya que no estaba convencido cual era el origen real de aquel ataque. Si comenzaba a correr, podría estar perdiendo el tiempo. Un tiempo que les era necesario.

-Habéis visto por donde escapaban? 

Si nadie estaba seguro de la respuesta a aquella pregunta, lo mejor sería entrar y evitar nuevas pérdidas en su limitado grupo.

Haced todos los jugadores máximo una vez una tirada por inteligencia. Esta tirada es intransferible a ningun otro jugador. Nadie puede hacer dos o más tiradas.

Es de inteligencia -5. No es fácil averiguar esto del tiro a escondidas.

Es decir: tirad 1d20, sumad 5 al resultado y comparadlo con vuestra inteligencia. Si sacáis un resultado igual o menor a vuestra inteligencia, habéis logrado averiguar de donde venían las flechas. Podéis ir allá. En cambio, si sacáis un resultado superior a vuestra inteligencia, NO habéis logrado averiguar de donde vienen las flechas (mala suerte).

Espero vuestras tiradas. ¡¡Buena suerte!!

Aunque el enano miraba de un lado a otro para determinar el origen del ataque a distancia, no fue capaz de saber por donde habían aparecido las flechas. Aquello reafirmó su determinación en creer que utilizar arcos y ballestas, era signo de cobardía. Si querías matar a un hombre, lo más honroso era hacerlo cara a cara, sintiendo como la sangre del enemigo salpicaba tu rostro.

El guardián que os hace de guía coge un cabreo y va y dice:

- Bueno, para qué dudarlo... los asesinos han huido con tiempo de sobra (no digo que sea culpa de quien sea) y no tenemos tiempo que perder... Os acompañaré a los tres a donde está el rey. Y como alguno de vosotros se niegue a seguirme, llamaré a más guardianes y se irá de pleno al calabozo. Venga!!

Nadie se niega (yo os dirijo automáticamente) y, así, Steligad "el sombrío", Orgon Pasofirme y Predilecto entran con el guardián a dentro del castillo.

El castillo está bastante bien decorado, pero no es nada que sea del otro mundo considerando que es un palacio de provincia. Algunos tapices, algunos cuadros, alguna alfombra, los guardianes que hacen guardia celosamente, algun que otro administrativo trayendo papiros y alguna que otra persona más...

... pero vuestro guardian no os deja quedaros a observar los detalles, sinó que se dirige a una escalera cercana, os hace subir al segundo piso y, tras recorrer un cierto pasillo, llama a una puerta muy bien decorada, mientras dice a quien sea que esté dentro:

- Majestad, mi rey, ¿estáis ahi?

Suena una voz:

- Largaos, por favor!! Dejadme lamentarme!! Es el fin del reino y, quizás, de todo nuestro planeta!! Mi ignorancia nos ha llevado al final!! Buaaaaa!! Buaaaa!!

El guardian dice:

- Es el rey, sin duda he reconocido su voz. Y me apuesto mi sueldo de tres meses a que hace referencia a la trompeta del valor. ¡¡De verdad, no sabia que el asunto era tan importante!! ¡¡Que el planeta podría estar en peligro!! En fin, ¿qué creéis que deberíamos hacer, héroes? ¿Entramos a pesar de todo?

Pasa el tiempo...