Partida Rol por web

La Tumba de Anhk El-Durss

[Prólogo] Las Obligaciones de una Ascendida

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18/11/2021, 18:54
Narrador

GHELDANETH, 12 DE MARPENOTH, INVIERNO DEL AÑO 1368 CV

Habían pasado casi seis meses desde la ascensión de Nepthis y las peores predicciones de Jotnar se habían cumplido. Nepthis se mantenía ocupada la mayor parte del tiempo y aunque a la compañía de la Barba Insondable no le faltaban los trabajos, todos éstos habían sido de menor importancia y ni Nepthis, ni Lurzca habían podido ayudar en ninguno de ellos. Tan solo Amessis parecía mantenerse fiel a "la familia" que había creado entorno a su negocio y aunque no habían dejado de verse, ya nada era como antes y eso le hacía estar muy triste. 

Además eso no era lo peor. La política se había mezclado demasiado con la fe y aunque para Jotnar la diferencia siempre había sido una línea muy fina, había empezado a afectarle también a él y es que un grupo de dementes seguidores de Isis habían empezado a seguirle por todo exigiendo que les consiguiera una audiencia con "la ascendida", pues aunque ya habían comparecido ante ella, no parecían haber quedado satisfechos con el resultado de sus conversaciones.

Al fin y al cabo, era de prever que una diosa se encarnase en el cuerpo de una mortal, no era algo que sucediera todos los siglos y evidentemente causó un gran revuelo entre los diferentes defensores de las distintas religiones de Mulhorand. La idea de mantener oculto aquello, no fue escuchada por Nepthis y eso provocó lo que era de esperar, numerosas peregrinaciones al Templo de la Ascensión, en el cual Bac'cai se afanaba por preservar sus tesoros y sus secretos.

Pero no sólo era visitado el Templo de la Ascensión, sino que el Templo de Hathor en Gheldaneth había visto incrementadas las visitas de forma ostensible. Todo el mundo quería ver a Nepthis o lo que era lo mismo, a la encarnación de Hathor sujeta a las leyes mortales. Algunos por mera devoción, otros en busca de consejo y los que meramente por interés. Todas las iglesias que se consideraban aliadas de la de Hathor, acudían día si y día también con exigencias, pues todos los credos de Mulhorand sentían una enorme envidia de la iglesia de Hathor. Todos querían que su máximo representante pudiera optar a ascender como lo había hecho Nepthis y así, de alguna forma, volver al sano equilibrio que imperaba antes del día de la ascensión.

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18/11/2021, 19:42
Narrador

Cada día era lo mismo. Atender sin descanso a todos aquellos fieles y sacerdotes de Hathor, pero también de otras religiones que acudían sin tregua hasta las dependencias de la ascendida. Es mañana habían aparecido con demandas, un variopinto grupo de sacerdotes que decían haberse puesto de acuerdo para exigir a la máxima exponente de la fe de Hathor en Gheldaneth, el secreto por el cual había logrado su ascensión.

The Life Of An Ancient Egyptian Priest Explained | All About History

Un clérigo de Anhur era quien parecía llevar la voz cantante de dichos asociados, pero un sacerdote de Horus-re le seguía de cerca. El grupo lo acababan de conformar un clérigo de Geb, una sacerdotisa de Isis y un sacerdote de Osiris. Nepthis estaba ya al límite de su paciencia. Ya les había dicho con anterioridad que no tenía la clave de todo aquello, pues sólo sabía que para ascender se necesitaba un símbolo solar y sólo Bac'cai tenía uno, si el guardián del Templo de la Ascensión no se lo cedía, ella no podía hacer nada y so querían ascender, deberían hallar el resto de símbolos solares dispersos por todo Mulhorand.

Suerte que Lurzca prácticamente nunca se separaba de su lado. Sí, era brusca y no tenía demasiada asertividad, sin embargo a veces eso era lo que alguien necesitaba para zanjar una situación no deseada y llegado el momento Lurzca intervenía poniendo fin a las audiencias y logrando que Nepthis reposara un poco. Ese momento parecía haber llegado y una mirada de la mestiza hacia su protegida presagiaba el fin de la visita de aquella gente que podía llegar a ser odiosa, sin embargo, seguían siendo altos representantes de las más importantes religiones aliadas de la de Hathor y no podía despacharlos de una manera tan brusca, por lo que le hizo un gesto a la mestiza para que esperara.

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18/11/2021, 20:03
En-Nesyri

- ¡No lo entiendo! - Exclamó En-Nesyri, clérigo de Anhur. - ¿Cuál es la razón, madre favorecida, por la que la iglesia de Hathor niega a la iglesia de Anhur la posibilidad de que su líder ascienda como lo ha hecho usted? - Preguntó por enésima vez. - Siempre hemos tenido buenas relaciones y no sólo eso, sino que también tenemos enemigos comunes. - Tomó aire. - ¿No cree que sería más sencillo mantener a raya a los sectarios seguidores de Sebek, si tanto la iglesia que usted representa, como la que yo encabezo estuvieran en equilibrio? ¡Es más, deberíamos estar todos en las mismas condiciones! - Guardó silencio y trató de rebajar su tono. - Disculpe, pero es que... - Negó con la cabeza. - Es que no entiendo sus negativas...

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18/11/2021, 22:26
Narrador

Amessis estaba cansada de descansar. Llevaba más de doce horas en su cómodo lecho, entre cojines de terciopelo y aroma sándalo procedente del incienso que estaba quemando. Veía a Jotnar algo diferente, pues los trabajos no abundaban en los últimos tiempos y aunque Nepthis le había dicho que nada iba a cambiar, en realidad no lo había podido cumplir. Esperaba que sus labores burocráticos aminorasen con el paso de los días, luego de las semanas y ahora de los meses, pero estaba siendo todo lo contrario.

Ella por su parte vivía bien. No tenía preocupaciones económicas y hacía la gran mayoría del tiempo lo que le venía en gana. No obstante era bastante aburrido el no tener nada que hacer nunca salvo contadas ocasiones. Y eso le fastidiaba, pues una de las cosas que más le gustaba era la sensación de no tener nada que hacer, pero como se solía decir por ahí, "lo bueno si es a paladas, también acaba cansando a cualquiera". 

Y ese era su caso. Quizás por ello decidió salir a dar una vuelta. El bazar debía estar abarrotado a esas horas de la mañana, sin embargo se le estaba acabando el incienso y eso si que podía llegar a ser un problema. Se arregló, cogió algunas monedas del fondo común, al fin y al cabo no tenía que costear únicamente ella que la sede de la compañía oliera bien, y se marchó en busca de los puestos de incienso del mercado local.

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18/11/2021, 22:44
Arsinoe

¿Amessis? - Preguntó una voz femenina a su espalda.

Amessis sólo miró de reojo. Pero cuando la vio se le cortó la respiración por unos instantes.

Arsinoe... - Pronunció su nombre en su mente. - ...mierda...

Y es que aquella mujer le sacaba de quicio. Llevaba semanas atosigándola y ya no la aguantaba más. Arsinoe era la principal sacerdotisa del templo de Horus en Gheldaneth y si bien ya se conocían de antes de la ascensión de Nepthis, nunca antes habían tenido un contacto tan estrecho. Algo que al principio no le molestó a Amessis, pero a medida que las exigencias aumentaban, empezó a querer perderla de vista.

- ¡Amessis! - Exclamó. - ¡Estoy aquí! ¿Has podido concertar una audiencia con la ascendida? ¡Amessis, necesitamos tu colaboración!

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18/11/2021, 22:53
Narrador

Cocotilio regaba el patio, mientras que Cebollito utilizaba una pequeña pala para trasplantar una maceta a otra. Los pequeños aguacatos correteaban por ahí realizando algunas trastadas aquí y allá, su naturaleza felina al fin y al cabo era muchas veces incontrolable y siendo aguacatos jóvenes más todavía.

No es que hubiera visitas todos los días, pero cuando las había, se preguntaban que representaba aquella escultura de un horrible hombre gordo que presidía el patio. La respuesta siempre era la misma: "ya estaba aquí cuando compre el edificio", a lo que indudablemente seguía la pregunta: ¿y por qué no lo habéis quitado? La contestación era obvia: "¿sabes lo que pesa eso?".

Fuera como fuera, estaba siendo una mañana bastante tranquila. El jardín ya había recuperado el esplendor que había perdido desde la última vez que salieron de viaje y esta vez si Jotnar estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para que nunca más se volviera a secar. Si tenía que desviar un río para que pasara por el patio trasero de su casa, lo haría. Por suerte nadie le había importunado esa mañana y había podido acabar sus labores de jardinería sin molestas interrupciones, aunque eso iba a cambiar...

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19/11/2021, 09:54
Danya El Sharawii

La campana que anunciaba que alguien estaba frente a la puerta sonó. Jotnar estaba apurando la última regadera cuando alzo la voz para decir: "¡ya va!", pero o no escucharon su voz, o decidieron por alguna razón insistir, pues la campana volvió a sonar y el enano remugando, decidió atravesar el patio trasero de su morada dejando al mando de sus quehaceres a su fiel coquito jardinero.

Para cuando llegó frente a la puerta la campana sonó una tercera vez y enfurruñado agarró el picaporte y abrió. Lo que encontró del otro lado fue algo un tanto extraño. Al otro lado se encontraba una joven humana, muy bella, la cual estaba siendo escoltada por dos enormes mercenarios armados con kopesh y parapetados con corazas. Por la vestimenta de la joven y sobre todo por el símbolo que colgaba de su cuello, un Ankh y estrella sobre un disco solar, era evidente que se trataba de una sacerdotisa de Isis.

- Soleados días. - Saludó. - Que la dama generosa esté con vos. - Le deseó. - Mi nombre es Danya El Sharawii y usted creo que es Jotnar el jardinero. No creo que me equivoque, ¿verdad? - Le preguntó con una sonrisa amable. - Me han dicho que su jardín es espectacular. ¿Tendría a bien enseñármelo?

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19/11/2021, 10:31
Nepthis

Nepthis se arrellanó en su silla y meditó unos momentos la respuesta que le iba a dar a En-Nesyri. Los argumentos que había utilizado con él hasta aquel momento no habían funcionado, de modo que intentó formular unos nuevos.

Yo tampoco lo entiendo del todo, aún después de todo el tiempo que ha pasado —opinó con la vista todavía en el suelo, pellizcándose la barbilla—. Los dioses no escriben cartas ni instrucciones. Ni siquiera a sus Encarnaciones o a sus oráculos. Lo he sugerido, en mis oraciones. La sabiduría de los dioses es un misterio para los mortales.

Nepthis reflexionó durante un largo rato, tras el cual levantó la mirada hasta el representante de Anhur en Gheldaneth.

Pero tened claro que no se trata de lo que yo quiera, Alto Sacerdote. A decir verdad, creo que no se trata tampoco de lo que usted desee. O de lo que la Iglesia de Anhur y Hathor anhelen, o de lo que sería mejor para este bendito país. La Ascensión trata de lo que los dioses ansían. Ellos no conceden milagros para servir a nuestros fines, sino a los suyos propios.

»La Ascensión tiene un propósito. Soy la herramienta de Hathor, no su obra. Y si me he convertido en su herramienta será por un motivo importante y urgente. No es fuera, en los sagrados salones de La Madre Cariñosa, donde debéis buscar las respuestas a vuestras preguntas, Alto Sacerdote. Sino dentro. Dentro de vuestra iglesia, de vuestros corazones. En vuestras oraciones. Escuchad al General de los Dioses, y cuando haya una guerra que deba librarse, tal vez entonces necesite un Ascendido que guíe a la victoria a las tropas de Mulhorand sobre las fuerzas oscuras de Set y Sebek.

 

Nepthis elige un 10 en Persuasión para un total de 21.

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19/11/2021, 17:46
Jotnar

Jotnar estaba empezando a preguntarse seriamente qué pintaba en Mulhorand si aquello que lo había hecho quedarse en Mulhorand ya no estaba. Quizá debía simplemente irse por donde había venido; últimamente no tenía la sensación de que tal cosa fuera a importarle a nadie por más de diez minutos. Y el jardín siempre podía llevárselo.

Justo todo aquello que no quería que pasase había terminado pasando, todas las palabras bonitas se habían quedado en eso: palabras bonitas. Y se sentía estúpido por haber confiado en cualquiera de ellas alguna vez. A la hora de la verdad en Mulhorand sólo importaba la gente de Mulhorand y los dioses de Mulhorand. Todo lo demás era completamente irrelevante. Él formaba parte de todo lo demás, siempre había formado parte de todo lo demás, y jamás iba a dejar de formar parte de todo lo demás.

Lo único en lo que podía invertir el tiempo sin sentir que lo estaba tirando era el jardín, pero no era como si pudiera pasarse el resto de su vida en el jardín, así que tampoco es que cambiase mucho. El enano no era feliz y no tenía razones para intentar aparentar lo contrario; ya no había bromas, ni comentarios graciosos, no tenía ilusión, no tenía ganas de nada, odiaba en lo que se había convertido su vida, estaba simplemente amargado. Pero no era suficiente, siempre tenía que haber alguien dispuesto a amargarle un poco más, y en aquel momento el método parecía ser sonar la campana.

Tras abrir la puerta se quedó unos segundos mirando la peculiar estampa que tenía delante. Maravilloso, más clérigos de Isis. La Dama Generosa podía ser un poco menos generosa con la pesadez de sus fieles. Pero quién era él para cuestionar a los dioses. O a nadie.

«También soy Jotnar el irrelevante» pensó «Pero lo que más te guste»

La gente solía preguntar por "el dueño de la Compañía", pero sí, también soy jardinero—terminó por suspirar con un encogimiento de hombros. Lo de ir a una compañía de mercenarios para preguntar no por aquello para lo que en teoría se iba a una compañía de mercenarios, sino por el jardinero, resultaba un poco deprimente—. ¿Puedo preguntar quién le ha dicho eso, señorita Danya?

La idea de hacer pasar sin más a un completo desconocido del que no sabía nada a la parte privada de la compañía no lo seducía en absoluto. Y las preguntas no hacía daño a nadie.

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20/11/2021, 02:06
En-Nesyri

Entiendo lo que decís, madre favorecida, pero tenéis que entender la preocupación del resto de iglesias. - Replicó entonces En-Nesyri. - Vuestra nueva naturaleza deslumbra a muchos de nuestros creyentes y debilita nuestra fe. - Señaló a Lurzca. - Y aquí tenéis la viva muestra de ello. Vuestra guardaespaldas, que otrora fue educada y criada en la fe de Anhur, abandonó su fe por seguiros a vos y a la diosa a la que representáis. - Realizó una breve pausa. - Y no me malinterpretéis. No estoy celoso de vos, ni pretendo retener a ninguno de mis fieles que viendo vuestra elevación decidan redirigir sus oraciones hacia un nuevo dios por el que empiecen a sentir mayor devoción. - Negó con la cabeza con una sonrisa triste. - Pero si es cierto que juntos conformamos la punta de lanza en la más que inevitable guerra que libraremos tarde o temprano contra las fuerzas de Set y Sebek. Si llegado ese momento tan solo hay una iglesia fuerte, estoy más que convencido que nuestras posibilidades de victoria decrecerían.- Miró a los ojos a Nepthis. - Debemos aunar fuerzas para que vuestra ascensión no sea la única que se produzca entre las fuerzas del bien.

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20/11/2021, 02:28
Lurzca

Lurzca frunció el ceño al escuchar aquellas palabras por parte del Alto Sacerdote de Anhur. No le gustaba como la involucraba en un tema tan sensible como aquel, pues si bien era cierto que ahora profesaba devoción por Hathor ya que ya profesaba similar devoción con anterioridad por su amiga Nepthis, eso no quería decir que hubiera dejado de lado a Anhur. Los sacerdotes del Halcón de Guerra la habían adoptado y la habían criado en su fe. Les estaba agradecida y también le estaba agradecida a Anhur.

Ella seguía viviendo siendo consecuente con sus enseñanzas. Amaba Mulhorand y la protegía y caería sobre sus enemigos como si le hubieran hecho daño a su propia familia. Siempre mostraba bravura y valor en combate y protegía a tus hermanos de armas. Pocos clérigos había que llevasen tan a raja tabla las enseñanzas de Anhur y estaba convencida de que el tal En-Nesyri no representaría mejor que ella los valores del Campeón de la Fuerza Física. No, ella no había rechazado a Anhur, sino todo lo contrario, lo estaba representando mejor que nunca pues Nepthis protegía Mulhorand y ella protegía a Nepthis.

Fue a decir algo, pero cerró la boca y se tragó sus palabras. No era precisamente de sacerdotes con lengua viperina de quien debía proteger a la Madre Cariñosa, no, de ese tipo de ataque se podía defender sola y mucho mejor de lo que una simple mestiza podría llegar a hacerlo nunca. Por ello se contuvo y se mantuvo firme, mirando de forma inquisidora a aquel hombre que venía a sembrar discordia, pese a decir que pretendía hacer todo lo contrario.

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20/11/2021, 02:40
Danya El Sharawii

Verá... - Sonrió aquella mujer. - Es algo que se sabe, mi buen Jotnar. - Se quedó mirando unos instantes al enano. - Lo cierto es que ya antes de los sucesos del Templo de la Ascensión ya se hablaba de la belleza de su jardín, señor Jotnar, pero desde luego, desde aquello, todavía se habla más. - Pausó su discurso unos momentos. - Entonces, ¿podría verlo? - Volvió a solicitarle.

Los guardaespaldas de la sacerdotisa no habían abierto la boca. De hecho, prácticamente no le habían quitado ojo de encima. Al fin y al cabo él era un enano en un mundo de humanos y aunque se les permitía a otras razas morar entre ellos, tener posesiones e incluso comerciar, muchos de esos mismos humanos que muchas veces les necesitaban para tantas y tantas cosas, les seguían viendo como extranjeros y seguían sintiendo desprecio por ellos.

Mis hombres podrían quedarse aquí afuera. En la puerta. - Sugirió Danya. - No creo que me hagan falta para disfrutar de su preciosa creación. - Volvió a sonreír. - Reseph me dijo que no me defraudaría y que no sería una perdida de tiempo. - Jugó aquella baza esperando que acabase por convencer al enano.

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20/11/2021, 18:11
Amessis

Qué pereza todo. Eso pensaba Amessis con todo el tema de Nepthis. Estaba feliz por ella, pero qué pereza le daba pensar en todo el tema de la ascensión y en todos los feligreses buscando hablar con la sacerdotisa de cualquier manera. Ella había podido descansar y la verdad, necesitaba un descanso de tanto descanso.

Miró a un lado y a otro buscando donde esconderse cuando oyó la voz de Arsinoe. Aquella pesada no dejaba de atosigarlos a todos con su insistencia. Como no tenía dónde huir, no tuvo más remedio que dirigirse a ella esforzándose por sonreír.

-¡Arsinoe! Qué agradable sorpresa. ¿Qué te trae por aquí? Ah, ¿te refieres a Nepthis? Claro, le dije que querías verla, ¿su ayudante no te ha dado ya una cita? Qué raro. Vuelve a visitar su templo de curación, seguro que te hacen un hueco. Venga, hasta luego.

Y trató de escabullirse por un callejón.

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21/11/2021, 15:25
Arsinoe

Vaya... - Respondió contrariada la sacerdotisa. - No, no he recibi... - Pero Amessis hablaba mucho y muy rápido y ella no tenia tiempo a responder a sus preguntas. - Tendré que... - La nigromante la interrumpía constantemente, tenía sin duda prisa. ¿Podía ser que tuviera que ir al lavabo? - Yo hablaré con...

La nigromante empezó a caminar más rápido. No se daba cuenta de que todavía tenía algo que decirle. Siempre había tenido un concepto de aquella mujer acerca de que era un tanto despistada, difusa quizás, pero ese día se mostraba especialmente distante. Sin duda tendría muchas cosas en la cabeza. Y es que ser parte del círculo más íntimo de la "ascendida", posiblemente trajera aparejadas bastantes responsabildiades.

¡Amessis! - Gritó más fuerte la sacerdotisa al ver como la nigromante empezaba a avanzar más rápido y giraba hacia un callejón. - ¡Amessis! ¿No me oyes?

Era evidente que no le oía. Arsinoe apresuró la marcha y cuando Amessis empezó a correr, ella también lo hizo, sin quedarse atrás los dos enormes guardaespaldas que la acompañaban y protegían en todo momento.

¡Amessis, detente! - Le ordenó. - ¡Tengo que...! - Chasqueó la lengua. Si perdía la fuerza por la boca, se le iba a escapar.

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21/11/2021, 15:34
Guardia

¡Amessis, deténgase! - Gritó uno de los guardias. - ¡El templo de Horus se lo ordena! - Alzó la voz.

Si bien Arsinoe no parecía tan impositiva como sus propios guaridas y parecía querer utilizar la diplomacia para conversar con la nigromante, sus propios guardias parecían más inclinados a detenerla por la fuerza mediante un gran placaje y eso sin duda sería algo que iba a doler bastante, pues esos brutos ligeros, no parecía que fueran precisamente.

¡Alto! - Gritó el otro guardia. - ¡Alto a la guardia! - Repitió la orden.

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21/11/2021, 18:40
Nepthis

Nepthis se encogió de manos.

Como ya he dicho no está en mis manos Ascender a nadie, Alto Sacerdote, por más conveniente que nos resulte en la lucha contra Set y Sebek —repitió la Encarnación de Hathor con una paciencia infinita, que miró a Lurzca—. Y tampoco quiero hablar por nadie más que mí misma. Especialmente cuando esa persona está delante.

La Madre Favorecida asintió, cediéndole la palabra a Lurzca.

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22/11/2021, 04:05
En-Nesyri

El sacerdote asintió con la cabeza. Parecía satisfecho con lo que escuchaba. Miró entonces a Lurzca y tras unos segundos de silencio, finalmente habló.

Nepthis os invita a hablar Lurzca. - Le dijo a la mestiza. - ¿Por qué no resolvéis mis inquietudes?

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22/11/2021, 04:11
Lurzca

La mestiza frunció el ceño. Realmente no parecía demasiado contenta con aquello. Miró a aquel hombre. No solían gustarle los hombre de fe, no al menos los que ocupaban tan altos cargos en sus respectivas iglesias. Solían ser demasiado arrogantes y creer saberlo todo, tener la verdad absoluta. No, Lurzca no deseaba responder a las inquietudes de aquel hombre, pero al fin y al cabo no creía tener elección. No responder a aquel hombre podía tomarse como una ofensa, por lo que no le quedaba otro remedio que saciar la curiosidad del Alto Sacerdote.

- Nunca he abandonado mi fe. - Dijo finalmente. - Amo a Anhur, pero también le debo lealtad a Nepthis y también a la Madre Dedicada. No creo que sean dos cosas incompatibles.

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22/11/2021, 04:22
En-Nesyri

En-Nesyri negó con la cabeza. Las explicaciones de Lurzca no acababan de convencerle, eso era evidente. Guardó silencio unos instantes hasta que finalmente volvió a dirigirse a la mestiza.

Si vos lo decís, tendré que creerlo. - Afirmó. - Supongo que es posible amar a un Dios y deberle lealtad a otro. - Afirmó. - ¿Qué creéis usted, Nepthis? - Le preguntó a la encarnada. - ¿Lo veis posible?

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24/11/2021, 14:41
Jotnar

Pues es todo un misterio que se sepa porque nunca le he mostrado mostrado mi jardín a nadie.

Jotnar arqueó una ceja. El jardín formaba parte de la zona privada de la Compañía y nadie salvo sus miembros podían pasear por él. Es más, ¿qué tenían que ver los sucesos del templo con que se hablara o se dejase de hablar de su jardín?

«Si empiezas mintiéndome vamos mal... »

Se armó de paciencia. Probablemente lo que quería era hacerle la pelota pero no estaba de humor para aquello. Lo segundo sin embargo, al ser una clériga de Isis, al menos podía tener algo de sentido. O no.

Ah, el bueno de Reseph—añadió—. ¿Cómo le va en el templo? ¿Le conoce de allí?