Partida Rol por web

El enano viendo el poder del bicho al que se enfrentan decide retirarse para obligar al monstruo a entrar en el pasillo . Hagamos que se mueva y no pueda descargar todo su potencial esta vez

La gárgola os intenta dar caza con un movimiento violento.

Brishinrsson ya no duda , no hay tiempo así que sin pensarlo da un pequeño paso que lo coloca pegado al monstruoso ser y decide primero calibrar la robustez del ser antes de aplicar toda su fuerza en el golpe . El primer golpe parece que golpea al ser profundamente , pero el segundo no parece ser tan efectivo .

Veremos si te gusta mi hacha especial que rompe piedras como si fuese madera , le dice al ser con fuerte rabia.

Lyra no paraba de llorar, por Alexis, y porque tenía miedo, veía bastante probable morir en ese momento. Estaba a punto de poner un muro y decirles a todos que se retirasen, que no podían luchar contra algo así, cuando el enano atacó. Ya solo quedaba tratar de luchar y ver si alguno podría sobrevivir.

De sus dedos salió un chorro de fuego que impactó en la gárgola y se mantuvo, después, con un gesto, el arco pasó de los dedos de la chiqulla a Pan, quien lo mantuvo en contacto.

Dolorido por el contundente golpe, Ceren retrasa la posición para evitar las garras de la gárgola y poder lanzarle de nuevo el mismo sortilegio.

La gárgola ahora arremete contra el enano y lo destroza brutalmente como si fuera mantequilla. 

Quizá éste no era el mejor camino para llegar hasta Acererak, a pesar de estar oculto tras el fresco.

Era simplemente imposible, Lyra lo intentó, de nuevo, con una mínima esperanza. Moriría demasiado joven. La vida no pasó ante ella, pero sí le vino a la cabeza el absurdo pudor de hacía un rato para vestirse su piel psicocinética, lo importante eran cosas como esta, no como aquella.

En cuando utilizó su poder, se giró y fue hacia la entrada.

- ¡Corred!

Pan podría haberse salvado, podría haber volado rápido y quedar en lugar seguro, pero para el pequeño constructo la vida no tenía sentido sin su creadora, así que simplemente se posó en el hombro de la pequeña. Compartiría su destino. 
 

El poder de Lyra es una vez más inútil ante la gárgola que ya se ve resquebrajada por los daños sufridos.

-¡Huye, niña! ¡HUYE!--ordena Ceren Wyran a la psiónica sin dejar pábulo para réplica alguna--Sal de este maldito lugar. Sólo podré cubrirte unos segundos más. ¡VETE!

Después el alma predilecta de Heironeous volvió su atención a la muerte que se le venía irremediablemente encima para mirarla a los ojos sin miedo. Sorprendentemente tranquilo, el apuesto aasimar se mostró por fin dispuesto a encontrarse con su amada deidad en un nuevo plano de existencia. No obstante, antes de dejarse llevar por el destino, Ceren conjuró otra oleada sónica para dañar algo más a la gárgola y emplear hasta el último aliento para tratar de ayudar a Lyra.

La resquebrajada gárgola corre hacia Ceren para soltarle un fuerte golpe con una garra.

Lyra no quería perder al último de sus compañeros.

No podía, simplemente, dejarle así.

Su llanto se convirtió en un grito de rabia y angustia, su cuerpo se tensó como si estuviese bajo los efectos de un rayo eléctrico, en sus ojos estallaron algunos capilares, su nariz y sus oídos comenzaron a sangrar y el corazón palpitó con toda la fuerza que era capaz.

Después, todo sucedió como si su propia alma estuviese en el rayo de fuego que salió de sus dedos.

- ¡Aaaaaahhhhhh! -gritó como si estuviese loca

El poderoso alarde de fuerza que ha desplegado Lyra destroza en mil pedazos a la gárgola que en pocos instantes se convierte en poco más que polvo.

Un collar brillante queda tendido entre sus restos.

Ceren no podía creerlo. Había sido un auténtico milagro, una nueva prueba de fe que Heironeous le había planteado. Cuando la criatura sucumbió al sobrenatural poder de la niña, el alma predilecta cayó de rodillas y se puso a orar. Al cabo de unos segundos, todavía exhausto y aturdido, el aasimar abrazó a Lyra con fuerza para darle las gracias:

-Eres digna de que te vuelva a acompañar al interior de este infierno en busca de respuestas. Pero ahora debemos regresar para buscar refuerzos. Tú y yo solos jamás lo lograremos.

Sin más, el luchador divino hizo caso omiso de la joya que quedaba entre los restos de la bestia mientras caminaba hacia los dos compañeros caídos.

-Gracias. Gracias, amigos, porque nos habéis salvado la vida. Honraremos vuestros cuerpos como es debido.