Partida Rol por web

La última cena

El arte del buen comer

Cargando editor
25/10/2009, 21:22
Valentina

La joven hija del posadero se acerca a ti, sonriente y servicial. Lleva un vaso de vino, y un plato de longanizas y verduras-espero que disfrutéis de vuestra cena, mi señor-te mira con cierta suspicacia-quizá es atrevido por mi parte preguntaros, pero habiento tanta gente distinta hoy en la posada una se confunde... ¿sois vos también invitado del señor Giovanni?

Cargando editor
25/10/2009, 21:26
Director

El hombre te mira de soslayo, pero no responde. Prosigue su perorata. Es un susurro desesperado, del cual sólo logras descifrar algunas palabras sueltas e inconexas "Giovanni, el mal, demonios". El posadero se acerca a la mesa, sirviéndote vino y comida caliente, en concreto longanizas y verduras hervidas. Te sonríe, servicial, y luego posa su mirada sobre el monje. Puedes percibir cómo su expresión se torna disgustada. No sabes qué puede haber pasado, pero Segismundo se aleja, airoso.

Cargando editor
25/10/2009, 23:05
Arno Daversa
Sólo para el director

 Me contengo un bostezo al ver acercarse a la joven, el viaje habia hecho mas mella de lo que suponia. Le agradezco el servicio con una sonrisa.

-Muchas gracias.

Toma la copa pero antes de llegar a mojarme los labios escucho la pregunto de la joven, dejo la copa sobre la mesa.

-Ehm... si  yo tambien soy uno de sus invitados, aunque aun no he tenido el placer de conocerle personalmente...

Tras humedecerme los labios con la copa.

-Espero que esta pregunta no le ponga en un compromiso... ¿ha tenido ocasion de conocer al señor Giovanni? ¿que clase de persona es?

 

 

Notas de juego

 Bueno creo que ya le estoy cogiendo el punto al pj... es por definicion una "buena persona"... amable y servicial (sin llegar a ser tonto :P); mañana completo añadiendo a la ficha su naturaleza segun esto :).

Cargando editor
26/10/2009, 22:57
Dante Vittone

Asiente suavemente con la cabeza, a medida que el posadero le susurra al oido. Al final de la charla, se queda callado, con cara de decepción. Comienza a comer de la comida que el posadero acaba de dejar en su mesa, bajándola de vez en cuando con algún sorbo de vino. Mira alrededor, haciéndo incapié en todas las personas que hay en la sala, fijándose atentamente en cada una de ellas. ¿En qué diablos estará pensando el señor Giovanni al reunirnos?

Cargando editor
27/10/2009, 03:56
Branko Bramante

Sin saber mucho que decir y un poco preocupado por su falta de habilidades sociales, pues en realidad no es que guste mucho conversar, mira a los presentes, todos estan en mesas distintas y el mas cercano es ese hombre herido al lado de el. Mientras come le pregunta un poco apenado. Disculpe, parece que usted tambien ha viajado para llegar aca? o me equivoco?

Cargando editor
28/10/2009, 12:51
Simone di Tomasso

Escucho el murmullo del pobre clérigo, tratando de sacar algo en claro. A todas luces parece temer de alguna forma al señor Giovanni, tal vez por motivos fundados, o siendo solo los desvaríos de un loco. Aun así la mejor forma de proceder en estos casos es observar, y escuchar, al menos hasta saber algo más de la curiosa situación.

Cargando editor
31/10/2009, 00:33
Paul

Así es buen hombre-contesta el muchacho-he viajado hasta aquí, buscando un oficio, pues los mios dependen de mí, y he quedado tullido por la guerra contra los invasores turcos... Y por ello he dejado de servir a la patria como soldado-mira hacia su pierna herida, lamentándose-vos habéis sido invitado a ese banquete del que tanto se habla últimamente, ¿no es así? He oido que el Señor Giovanni está contratando bastantes hombres para que formen parte de la guardia que vela por sus terrenos... ¿habéis oido algo de esto?

Cargando editor
31/10/2009, 00:42
Hermano Clemente

El hombre se santigua, y mira alrededor. Por primera vez posa sus ojos en ti. Son profundos, dos pozos llenos de miedo y ansiedad. Se te acerca al darse cuenta de que le estás observando-Dios nos guía, buen hombre, Dios me guía y me lo ha dicho...-se acerca algo más hacia tu persona, y te susurra-ese hombre... Claudios Giovanni...-su nombre suena con desprecio, asco, miedo, y todo a la vez-ese hombre es el demonio... ¡El demonio! y en su hogar se profana la palabra de Dios... Se cometen heregías ¡sacrificios de sangre! ¡Adoraciones al Mal!-se lleva una mano al pecho, y se aferra de nuevo a su crucifigo-Escuchadme... y no desatendáis mi advertencia, si acudís a él, no habrá salvación para vos, seréis pasto de las llamas del infierno y ni siquiera la misericordia del Señor podrá salvaros... ¡Es el Demonio!¡El Demonio!-sus ojos, exageradamente abiertos, se clavan en los tuyos, para luego alejarse. Entonces se levanta y mira hacia la puerta. Alguien más ha entrado en la taberna.

Cargando editor
31/10/2009, 00:51
Valentina

Lamento deciros que yo tampoco le conozco personalmente, pero he oido hablar mucho de él-declara, mientras limpia con un trapo viejo las sillas que se encuentran a tu alrededor-dicen que su fortuna es inmensa... Que posee prósperos negocios, es un hombre bastante respetado. También se dice que padece una extraña enfermedad, aunque de eso poco podría comentaros, pues es algo de lo que nadie conoce muchos detalles-la moza levanta la vista, dirigiéndola hacia la puerta. Alguien más ha llegado a la taberna.

Cargando editor
31/10/2009, 00:56
Director

La puerta de la taberna vuelve a abrirse, con un quejumbroso sonido, dejando pasar una leve pero intensa ráfaga de viento frío. Por el umbral aparecen entonces dos figuras.

Una de ellas es femenina. Una joven que no aparenta tener más de diecisiete años, de tez pálida y cabellos largos, rubios y rizados. Sus formas bajo las ropas de porte noble que la atavian, dejan intuir que se trata de alguien de constitución delgada. Su expresión está cargada de curiosidad. La otra figura se descubre ante los presentes como un hombre, de cabellos igualmente rubios y de una belleza innegable, incluso para los hombres. Lleva también ropajes nobles, aunque de una riqueza mayor que los de la mujer.

Segismundo se acerca enseguida a los recién llegados, dándoles la bienvenida. Ambos parecen bastante contrariados, pero el calor de la chimenea llama, el hambre atenaza las entrañas y el cansancio reclama un receso. No tardan en tomar asiento en la mesa más cercana a la puerta, ocupada ya por el guerrero de cabellos oscuros.

Cargando editor
01/11/2009, 14:54
Dante Vittone

Observa a los nuevos comensales al llegar a su antes solitaria mesa, mientras esperan que se sienten y se pongan comodos.

Buenas noches, vuestras mercedes, espero que hayan tenido un buen viaje hasta este lugar - dice, aunque más por modales que por amabilidad - Espero que el señor de Stavlaquia no tarde en hacer acto de presencia ante nosotros.

Coge su copa de vino y echa otro sorbo, mientras come del plato que le han servido tranquilamente, saboreandolo más que deborándolo.

Cargando editor
01/11/2009, 17:13
Sor Katarina

Como rápidamente, con algo de prisa, aunque no sé muy bien por qué. Realmente me siento fuera de lugar en este sitio, lleno de gente, sobre todo tan lleno de hombres, demasiado juntos, de los que sé que no se irán dentro de minutos, sino que pasarán la noche conmigo, seguramente, bajo el mismo techo.

Miro alrededor, examinándolos con algo de temor. Parece haber soldados, hombres de libros, nobles, ¿mercaderes quizás? Después de comer imagino que pasaré a hablar con el hermano. Esperaré a que el hombre que habla con él lo deje solo, no quiero interrumpir. Realmente sé que no tiene nada malo estar en una habitación con ellos mientras yo me mantenga pura, pero la falta de costumbre y sobre todo la lejanía de mi Buda natal me abruman. Supongo que son demasiados cambios en muy poco tiempo. Con algo de suerte, la estancia en casa del señor Giovanni no se alargará demasiado y volveré al convento aún con un buen trecho de primavera delante de mí antes del verano.

Esperando a que el monje se quede solo, voy terminando de comer, mirando de reojo de vez en cuando.

Cargando editor
02/11/2009, 15:45
Simone di Tomasso

Parece que la situación no ha cambiado nada, casi todo el mundo espera, expectante, a que el señor Giovanni haga acto de presencia, aunque por lo que se podría no venir hasta mañana, teniendo las habitaciones pagadas.

Cargando editor
02/11/2009, 15:46
Simone di Tomasso

Dígame, buen hombre, ¿en que se basa para hacer esos comentarios?.-Tal vez no sea prudente hablar del anfitrión de uno en un lugar que salvo nominalmente le pertenece, pero el cebo ha sido bueno…

Cargando editor
02/11/2009, 21:14
Branko Bramante
Sólo para el director

Oh entiendo. Miro al hombre herido. Debio ser un gran exfuerzo venir en esas circunstancias. Le sonrio. Y sobre el tema de la guardia me temo que no es de mi conocimiento, en realidad he venido con algo de ignorancia  respecto a muchas cosas. Como del plato mientras lo hago. No se si usted me pueda documentar al respecto...

Cargando editor
02/11/2009, 21:18
Branko Bramante

Mientras converso con el joven de al lado sigo comiendo con avidez.

Cargando editor
04/11/2009, 23:51
Arno Daversa

 ¿Enfermedad?... ¿Podría ser que precisara de mis servicios?... no no tenía sentido... habia mil y un medicos mejores que yo a los que poder acudir... los mayores maestros de Italia estarian encantados de trabajar para él.

-Bueno... muchas gracias de todos modos señorita Valentina, aunque teniendo en cuenta la situacion solo es cuestion de tiempo que tenga el placer de conocerle.

Comence a comer, la comida sobre la mesa tenia una pinta excelente... y las horas de viaje aun me pesaban.

Cargando editor
06/11/2009, 17:46
Hermano Clemente

¿Que en qué me baso?-su puño se cierra, fuertemente, alrededor del crucifijo-¿Acaso se le pregunta a Dios en qué se basó para crear la tierra? ¡Yo sé que ese hombre es el Mal! ¡Salváos ahora que estáis a tiempo!-sus susurros ásperos se alejaron al mismo tiempo que sus pies le conducían lejos de ti. El hombre santo abandonaba la mesa, y se acercaba a la barra, procurando quedar lejos del posadero.

Cargando editor
06/11/2009, 17:53
Paul

Sí, creedme que me ha costado lo suyo... No es fácil... Vos parecéis muy comprensivo...-te sonríe-veréis, a los alrededores llegó la noticia de que el señor Giovanni estaba contratando varias partidas de hombres, para su guardia personal. Yo no soy ganadero ni agricultor señor, sólo conozco el oficio de la guerra, solo sé ser soldado, y ahora que quedé incapacitado la patria no me acepta... Soy pobre y necesito un medio para ganar dinero, si tan sólo alguien me recomendase al señor Giovanni, o a uno de sus siervos... Podría empezar mañana mismo, las ganas no me faltan señor, ¿vos podríais tener ese detalle conmigo? Quizá es mucho lo que os pido... Pero es necesario, os lo ruego-su rostro grave te decía que no estaba mintiendo

Cargando editor
06/11/2009, 18:07
Valentina

Os envidio. Ojalá hubiera sido yo invitada a un banquete de postín como ese al que váis...-suspira-aunque viendo a algunos de los invitados, creo que yo podría haber sido uno de los escogidos perfectamente-niega con la cabeza, contrariada-como sea, disfrutad de nuestra hospitalidad señor, cualquier cosa que necesitéis... Podéis comunicármela-volviendo a esbozar una sonrisa, se aleja para internarse de nuevo en las cocinas.