Partida Rol por web

Más gente entraba en la estancia, e incluso el posadero mismo hablaba amistosamente con los invitados. Monjes y soldados compartían la mesa con la dama y se bebía y reía y jugaba a las cartas. Era como si no hubiesemos invitados por un gran señor, sino como si estuviesemos en la taberna del pueblo. Cerca mio, el tabernero hablaba con uno de los recién llegados sobre el señor Giovanni. No pude evitar alzar mi voz y preguntar. -¿Y quién es el señor Giovanni? - Inquirí en mi alemán manchado por mi acento árabe. -Hablamos mucho de él, pero no sé quién es ni lo conosco de ningún lado. ¿Es acaso un conde? ¿Un sacerdote? ¿Un obispo? -

-¡Claro Paul! ¡Cuantos mas mejor!- digo indicandole con un gesto que se acerque y se siente-¿Kavi has dicho,no?, ¿tu donde crees que esta la carta? Yo creo Miguel que esta en la derecha-Cuando la Duquesa dice a Paul que se retira-Es una pena que al final el juego no le parezca inocente, mi querida Marquesa, espero que al menos no tenga baja opinion de nosotros

Tras un rato jugando, oye al Sarraceno preguntar-Estoy igual que tu, Moro, no tengo ni idea de quien es el señor Giovanni,  pero si me invita a un banquete ...¿algo querra de mi no?

-Hermano- digo dirigiendome a Clemente- No parece tenerle mucho aprecio...¿le ha echo algo el señor Giovanni?

-Y en lo que me contesta y no lo hace...-¡¡Posadero!! ¡¡Por favor un poco de estofado y agua por aqui, empiezo a tener hambre!!

Gracias señora Duquesa, dice el soldado, yo realmente poco sé del señor Guiovanni-  se escucha otra vez el bufido del monje que sigue tomando su sopa con cara de asco- solo sé que  él es un hombre que necesita y aprecia los buenos soldados, por eso les pido por favor que hableis bien de mi para que me  den el trabajo, posible así pueda mandarle plata a mi familia.... Dios y los mios estaremos agradecidos por siempre.

Dice el hombre mientras toma las cartas.

Estoy listo para empezar.

El señor Claudios Guiovanni- dice el Posadero en tono alto para que los presentes escuchen- es el gran señor de estas tierras, dueño y amo de este lugar, es una persona muy importante.

Dice él  diciendo cosas positivas del señor

Es un hombre generoso y que busca el bienestar de su pueblo.

Sonrie.

Para mi es un honor tener en mi casa a tan honorables amigos del señor Guiovanni y me encantaria que pasaran una buena velada en esta mi casa.

— Sentémonos, hijo, y disfrutemos del pan (…) con mi hermano de Fe.

El mercenario asintió. Tendría que cuidar su lenguaje para no ofender a ninguno de ambos, pero no sería mal entrenamiento para su entrevista con el señor Giovanni. Si bien Arpád era un hombre de relativa buena cuna, años de lucha entre soldados y levas habían llenado su vocabulario de términos y frases hechas que era mejor no pronunciar ante patrones, señoritas y representantes de Dios.

-Por supuesto.- El moreno rara vez decía más de lo que quería decir, “mente concisa en boca concisa”.

Al escuchar el nombre del otro monje recordó sus modales y procedió a presentarse. -Mi nombre es  Alexei del linaje Baróti. Soldado al servicio de la guerra contra el infiel turco, aunque actualmente retenido en estos parajes por una herida de batalla.

Se sentó en una esquina de la mesa suspirando aliviado, al menos no estaba tan mal como para llevar muletas. Por lo visto no era el único cojo de la región.  

-¿Díganme, hermanos, han oído recientemente alguna noticia de interés en sus viajes?- dio un trago a su jarra. –Lo único reseñable que ha llegado a mis oídos ha sido el asunto de la disputa del conde con su hermano*.

Después de haber cenado prácticamente en silencio, o por lo menos con toda la reserva y tranquilidad que el imperante jolgorio permite; que la anciana me entregara las aromáticas flores que portaba e intercambiara unas lacónicas palabras conmigo, la mendiga se sume en una evidente modorra de la que no quiero desvelarla.

Miro a mi alrededor, abrumado por la cantidad de exóticos peregrinos que han recalado en el caserón; temiendo, además, que algunos de ellos se encuentren en el lugar también convidados por el tal Guiovanni, me agobio imaginándome partícipe de tamaña muchedumbre así que, dando por satisfecho mi apetito y siendo el caso que no soy dado a escuchar música, jugar naipes o participar en cualquier tipo de conversación o cháchara cortesana, opto por huir de la Sala.

El tabernero Segismundo faena tras la barra y es a él a quien me dirijo tras haberme levantado en silencio para no importunar a la vieja: - Me ha parecido que aseguraba que disponíamos de nuestras estancias en el piso de arriba - dirijo mi mirada hacia el supuesto nivel superior -. Estoy cansado - justifico innecesariamente - podría mostrarme mi alcoba, iré a acostarme - requiero.

Escuché cómo el tabernero fallaba al contestar mi pregunta. Ni siquiera había sido capáz de darme un título para referirme al señor Giovanni, sino que simplemente era el dueño de todo esto, como cualquier hombre con su feudo. Lo que había dicho el otro hombre me preocupaba. Era cierto, algo querrá de nosotros, y nunca me habían tratado con esta amabilidad en mi vida. Desconfiaba enormemente.

A fin de saber un poco más, me levanté y le pedí algo de comida al posadero mientras me acercaba a la mesa donde jugaban cartas, más concretamente cerca de entre uno de los soldados (Liam) y el fraile (Clemente) que parecían seguir hablando del tema de Giovanni.

-¿Les molesta si me uno? - Les pregunté a ambos

Volvi a mirar a la Duquesa-Viuda de Sforza-y finalmente conteste:

-Provengo de la ciudad de Vallaid,pero si bien soy español,también estuve en Francia,y en Roma,mi vida es noma de y nunca me quedo mucho tiempo en un mismo lugar,y ya que todos los aquí presentes de alguna u otra manera están sacando sus chapas,ya sea de nobles,guerreros,o curas o frailes,yo también tengo mi propia chapa para remarcar,soy un gitano, y lo admito a mucha honra.

Luego mire el juego de cartas,y las mire detenidamente,ese juego ya me lo habían enseñado otro gitano francés y mientras lo hacía otro niño o una mujer mientras concentraba las miradas de todos los espectadores les robaban las monedas y sonreí y le dije a Miguel:

-Amigo Miguel,esta bien si quieres engañar a los demás con este simple juego,pero yo soy gitano y este mismo juego lo jugué en Vallaid,Sevilla,Madrid,París e incluso en Roma,así que permite me participar aunque sea una mano.

Seguí concentrado y luego cerré los ojos e indico con mi dedo la carta que es el AS de corazones y dije:

-Esta es amigo,dale vuelta.

Espere la respuesta de Miguel.

Suspiro y agrego:

-Bueno,suele pasar,a veces me equivocaba,pero no siempre era a propósito,oye Miguel,¿sabes jugar al poker?

Mientras digo esto espero a que el vuelva a mezclar las cartas y sin decir cual es la carta correcta me fijo nuevamente e intento adivinar silenciosamente donde se encontraba.

Sonrió y me levanto de mi asiento para decirle en el oido a Miguel:

-Ya descubrí el truco,te diré solo a vos,la carta se encuentra en.......

Y le digo donde se encuentra la verdadera carta,después de todo,al ser gitano esta clase de juegos de engaños eran fácil para mi,pero por suerte no era un juego donde se jugaba mi cabeza en ello,aunque estaba acostumbrado a esta clase de juego aún si fuese mortal y me di vuelta para decirle a Lian:

-Lian,todos los aquí presentes,tenemos nuestros propios campos de batallas,el de ustedes están en el fragor de la batalla,la de la duquesa es un poco mas sutil y es importante las normas dado que su campo es el de las cortes,los hermanos aquí presentes su campo de batalla es el espiritual,mientras que el mio es una mezcla de los de todos aquí presentes,soy gitano,por ende tengo que poseer conocimientos de pelea como los guerreros,conocimientos de etiqueta y también espiritual,dado que en muchos países aunque no les guste admitirlo,o miran a otro lado o giran la cabeza,pero a mi raza los cazan como si fuésemos perros.

Espere la respuesta de todos.

-Claro, puedes unirte, no paro de decir que cuantos mas, mejor- Digo, dirigiendome al sarraceno-La vida se podria considerar enterita un campo de batalla, Kavi,  si nos ponemos a "filofosar"-( Si, pronuncio mal filosofar, 1 punto en academicismo no da para mas)

Tras jugar un rato, comerme el estofado, hablar un poco con cada uno de la sala y averiguar porque el Padre Clemente odia tanto a Giovanni, me despido y me voy a dormir  

Mientras el gitano habla de los campos de batalla y juega con las cartas, me paro y me acerco a Liam para agradecerle la aceptación que me dio. La verdad, siendo que de donde yo vengo los demás soldados habían tardado bastante tiempo para aceptarme en su grupo, me sorprendió enormemente que me diga que sí tan abiertamente.

Una vez que eso estuviese hecho, me acercaría a la mesa de los jugadores a observar las cartas. —Debería haber traido mis tabas. — Pensé. Así como tantas otras cosas, no esperaba que en este viaje hubiese juegos de ese estilo en la mesa.

Luego de pararme y acercarme a vos, mientras estás yendote para las habitaciones, para darte las gracias murmuro. — ¿Puedo saber qué dijo el monje sobre el señor Giovanni? —

     Después de escuchar y ceder el asiento a Paul para dejar que el y Lucca, su propio guardia participa serán en el juego de poker que se iba a iniciar después de que el gitano adivinara y propusiera el juego, más que considerar inapropiado continuar en la mesa de juego, la dama se disculpó con los allí presentes para acercarse a la mesa de los religiosos por darse cuenta que el mayor bufo al mencionar el nombre del señor Geovanni, después de presentarse y pedir un asiento en la mesa, juntó a su dama dijo:

       " Por favor señores, podrían permitirme platicar un momento con ustedes? "

Mientras hago mi juego de manos con las cartas entretengo a mis nuevos compañeros. Rio cuando los presentes fallas. desde luego, soy hábil y rápido, Muy rápido.

-Jajajaj- Rio abiertamente. Incluso cuando mi compañero Kavi  cree acertar el truco del juego de naipes. - Amigo mio, no hay mas engaño que el que uno no quiere ver.  Es solo cuestión de habilidad. Sin embargo acepto su descubrimiento  ante unos ojos rápidos como los suyos. -

Después me dirijo a los demás con mi sonrisa en los labios.- Yo procedo de una familia adinerada, Franco- Castellana. Si, adinerada, pero repudiado por ella. También he sido soldado en la batalla reciente de los cien años...- Comento a los "soldados" de la sala

- ... No la vi nacer, desde luego.. pero si la terminé...o mas bien , la vi terminar. Mi carácter me ha llevado a muchos sitios, algunos de los cuales he salido mal parado. De hecho, he estado viviendo con unos trileros gitanos durante un largo tiempo... de ahí esta habilidad, Monsieur .  Le debia la vida hasta que su patriarca murió. Buena gente , sin duda. Me enseñaron mucho. Bueno y malo,  no lo voy a negar. Pero su  disposición en la vida era bastante acertada.-

 Saludo a la dama mientras se levanta para hablar con el resto .

- Pero no sigamos sin llenar nuestros estómagos. La charla es buena, pero  la noche es larga y sera mas entretenida si disponemos de algo de comida y bebida.- Comento mientras hago una señal al posadero para que nos traiga bebida y el estofado.

-No... creo que el poquer es algo desconocido por mi, pero ...- digo mirando a los que están a mi alrededor.- ..Seguro que usted nos enseñará, ¿porque no? Sera divertido!! Y cuantos mas mejor.. aunque coincido con el señor... ...no se su nombre, disculpe... el juego de cartas, cuando se va de las manos se convierte en un problema.

Asiento silenciosamente a la respuesta que me da Miguel y luego al escuchar hablar de la comida recuerdo que el posadero no me trajo aún mi pedido y agrego:

-Concuerdo contigo Miguel,lo mejor sería comer mientras jugamos,no me parece extraño que esos gitanos no te hayan enseñado el poquer,por que al fin y al cabo aunque por el momento eras compañero de la kumpañia,ante los ojos de ellos seguías siendo un gajo,el juego que les voy a enseñar,se juega únicamente entre gitanos,pero como actualmente no estoy en mi kumpañia y seguro que deberemos de trabajar juntos esta es una forma divertida de matar el tiempo,por favor Miguel,saca la baraja de cartas que posees así pueda comenzar a explicarles acerca del juego.

Espere la respuesta de Miguel.

     Después de escuchar y ceder el asiento a Paul para dejar que el y Lucca, su propio guardia participaran en el juego de poker que se iba a iniciar después de que el gitano, de quién desconfiaba por la fama de delincuentes que tenían, adivinara y propusiera el juego, más que por considerar inapropiado continuar en la mesa de juego.

         La dama se disculpó con los allí presentes para acercarse a la mesa de los religiosos por darse cuenta que el mayor bufo al mencionar el nombre del señor Geovanni, después de presentarse y pedir un asiento en la mesa, juntó a su dama susurro:

       " Por favor señores, podrían permitirme platicar un momento con ustedes?  Porqué soy reciente viuda de noble abolengo, me consideró una devota creyente que ha sido invitada también por el señor Giovanni y temo sea inadecuada mi presencia en dicho lugar si se da alguna fiesta escandalosa, pero en su invitación me ha indicado tener en su posesion los restos e importantes papeles de mi finado marido "

El mercenario se levantó de inmediato, reprimiendo un gesto de dolor a apoyar la pierna en el suelo, y se acercó a separar la silla de la mesa y ayudar a sentarse a la mujer de la nobleza.

-Nadie dirá nunca de Alexei Baróti que le negó asiento en su mesa a una dama que permanecía en pie.

Sentandose de nuevo: -Yo también he sido invitado a presencia del señor Giovanni y aunque en su carta no se especificaba motivo, dudo que se trate de algo que no sean negocios. Si viajamos juntos a esa casa, podéis contar con mi acero para defender vuestro honor si algún rufián intentara insultaros o… agrediros de cualquier otra manera. Pues aunque sea mercenario y mi espada trabaje a cambio de dinero, no he olvidado las normas morales que rigen cualquier sociedad digna de llamarse sociedad y no barbarie.  

Terminando mi plato de estofado, pobre en cantidad pero rico en sabor, alzo la mirada hacia la chimenea viendo la pequeña fiesta que se está formando alrededor del calor del fuego. Juegos de "hazard", juegos de naipes, risas... que recuerdos de mi tierra natal. Me gustaría unirme a ellos....pero no es el momento.
A mi alrededor, tal variado grupo de personajes la mayoría sin conocerse, con tan sólo en común una invitación. Invitación de un anfitrión desconocido salvo por el posadero cuyas opinión sobre él...son sólo de adulación y sumisión. Me hacen estar alerta y me impiden unirme a la fiesta.
Embriagado por la alegría del resto de invitados y mis propios pensamientos me dispongo a levantarme e irme a descansar.
-"Posadero, buen hombre, ¿podría indicarme cuál es mi habitación?" le digo amablemente.
Al subir por las escaleras me cruzo con otro visitante que también ha optado por ir a descansar.
-"Largo camino hasta llegar aquí, ¿verdad?" mientras subo le hablo -"Mi nombre es Victor, no quisiera parecer maleducado. Pero un buen sueño es lo mejor que se apetece"