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La última cena: Crónicas Giovanni

Escena 2: La gran cena

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17/05/2016, 15:24
Kavi

Sin mediar ni una palabra mas hago mi ingreso en la carreta tan elegante y me dispongo a dormir en ella lo que dure el viaje,así de esta manera,cuando sea el momento de cenar no solo tendré un buen apetito sino además estaré mas que descansado y listo para el trabajo nocturno que me esperaba por delante.

Ahora era una cuestión de esperar a que los demás también subieran y poder comenzar nuestro viaje sin mas demoras.

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17/05/2016, 16:02
Alexei Baróti

Me levanto y oteo la estancia, me visto y bajo  mirándo el castillo sin perder un matíz, todos los acontecimientos se han sucedído tan rápidamente... Pero normalmente mi vida es así miro las posibles salidas,los lugares por donde se van los críados, es deformación militar, paseo tranquilamente por las estancias hasta llegar a la principal.

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17/05/2016, 16:06
Alexei Baróti

Escucho el ruido del carruaje miro por las ventanas y voy a la puerta para verlo de cerca, es impresionante.

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17/05/2016, 19:58
Abdul Al Hazim

El cochero no quería dar su brazo a torcer, y la verdad ya me estaba empezando a enojar. Una cosa era pedirle que se deshiciese de sus protectores, lo cual ya era un insulto, y otra muy diferente, y mucho peor, era decirle a una dama que tenía que dejar a sus doncellas personales atrás y confiar en las que el conde ponía a su disposición. ¿Pero quién se creía que era?

Olvidando parte de mi decoro, y luego de ver esta falta de vergüenza, me dirigí hacia la duquesa. —Mi señora, si me disculpa, no hace falta que tome en cuenta las palabras de esta plebe. — Dije en voz baja, pues todavía no me hervía lo suficiente la sangre como para hablar a lo alto. —Lo que este hombre está proponiendo es áltamente indecoroso. Si el señor Giovanni quiere que se desnude de toda protección y sirviente personal, lo mínimo que podía hacer era venir a pedirlo en persona, y ni siquiera como una órden, que no puede dar a alguien de la cuna de la que usted nació. — Hice una pausa. —Sepa que estoy con usted en esto. — Como alguien que iba atrás de un conde en toda ocasión, sabía cómo funcionaba la corte, a pesar de no tomar lugar en la misma, y esto era totalmente descarado.

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18/05/2016, 06:22
Vladimir Romanov

El parco gigantón había sido de los últimos en retirarse a sus habitaciones. Y lo había hecho sumido en el mismo insondable y sugestivo silencio que lo había arropado durante toda la velada. Apenas si había cruzado un par de palabras con el posadero, solo lo justo y necesario como para asegurarse una cama confortable y el estómago caliente, y tras ello simplemente se había retirado al rincón más apartado de la barra para dar cuenta de su plato. Con exasperante parsimonia, de paso, según pudieron notar los que se hallaban más cercanos a su posición.

Y si algunas de las diversas escenas que se fueron suscitando durante la velada consiguió generarle alguna reacción, en verdad nadie podría asegurarlo. Pues sus serenas e inescrutables facciones no dieron ni la menor muestra de ello. De hecho, la mayor parte del tiempo (más precisamente, tras las extensas presentaciones efectuadas por el llamado Lothar) permaneció de espaldas a los demás comensales, apoyado indolentemente sobre la barra para dar cuenta de su cena sin molestarse siquiera por lo que ocurría con los demás concurrentes.

Durante el día siguiente, permaneció la mayor parte del tiempo recluido en su habitación, dignándose a bajar al comedor central bien entrada la tarde, cuando ya la mayoría se disponía a abandonarlo.

Una vez allí, su conducta se había mantenido tan enigmática como durante la noche anterior. Pues apenas si había probado bocado (solo unos pocos mendrugos de pan), y pronto se había vuelto a retirar a su habitación, donde permaneció en completa soledad hasta que el cochero enviado por el Sr. Giovanni hizo su aparición.

Para muchos, aquella fue la primera vez en todo el día que pudieron ser testigos de su presencia. Y a pocos les pasó desapercibido que las gastadas ropas de viajero que llevaba aquel sujeto eran exactamente las mismas que portara la noche anterior. No se trataba de vestimentas andrajosas o cubiertas de inmundicia, por supuesto. Bien por el contrario, parecían de delicado estilo y buena factura, pero se encontraban tan viejas y gastadas que habían perdido toda la elegancia que alguna vez quizás supieran tener.

Y algo similar ocurría con la recia espada que colgaba de su cinto.

Aunque tampoco es que alguien gozara de suficiente tiempo como para hacer un análisis más exhaustivo. Pues el sujeto no había perdido tiempo en introducirse al coche enviado por Giovanni, apenas demorándose algunos instantes para dedicar unas pocas sencillas reverencias a modo de saludos para aquellos que se cruzaban circunstancialmente en su camino.

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18/05/2016, 06:27
Vladimir Romanov
Sólo para el director

Notas de juego

Por si te sirve de algo, Romanov se ha pasado la mayor parte del día durmiendo en su habitación. Sabe que la velada quizás termine extendiéndose hasta bien entrada la madrugada, de modo que procurará estar bien alerta la mayor cantidad de tiempo posible.

Y por eso mismo se ha sometido a un régimen casi de ayuno, tomando solo la cantidad suficiente de alimentos como para no viajar con el estómago vacío. Una tripa llena implica saciedad, y también somnolencia. Por el contrario, Vlad busca mantener sus sentidos alerta, y nada mejor para ello que el contínuo aguijonazo del hambre entre las costillas.

Por supuesto, todo ello es a mero nivel narrativo. Ya verás si te interesa usarlo para algo.

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18/05/2016, 16:39
Relicta, el Abandonado

Fray Piccolomini se había escabullido a su aposento en el mismo instante en que sir Lothar se había negado a su propuesta de acompañar al hermano Clemente hasta su alojamiento. No es que el franciscano se sintiera especialmente satisfecho con la decisión del mayordomo de Claudius Guiovanni, pero bien sabía que la nobleza no solía tomarse muy a bien que alguien le llevara la contraria, aunque fuera este un siervo de Nuestro Señor...

Al alba, el fraile se despertó con las primeras luces, dispuesto para los rezos que dictaba la Regla de San Francisco. Fue un día de silencio y serenidad, paseando por los bosques y los campos que rodeaban la posada. Giuliano estaba más que acostumbrado a la soledad y la muda reflexión. Algunos aldeanos pudieron verle arrodillado junto al cauce de un brillante arroyo, con los ojos cerrados y las manos sujetando su cayado, como la viva imagen que aparecía en los tapices que solían colgar de las paredes de las iglesias. Fue una jornada de tranquilidad y contemplación, que terminó con las primeras sombras del atardecer y la llegada del carruaje de la Casa Guiovanni.

Mientras el resto de invitados se reunían alrededor del carromato, fray Giuliano entró a la posada para agradecer al mesonero la comida y el techo que había tenido a bien ofrecer al monje. Después salió al patio frontal de la hostería y se dirigió hacia el cochero.

— Buenas tardes, hijo —comentó con una sonrisa calmada y afable—. No tengo más equipaje que el que porto sobre los hombros, así que no tendrás que acarrear nada por mi parte.

Cuando ya tenía un pie en el estribo del carruaje, escuchó a la duquesa pronunciar su nombre.

 Ve con Dios, hija. Un servidor prefiere alejarse de ostentaciones y viajar en la carroza que nuestro anfitrión ha preparado para nosotros.

Fray Giuliano desapareció de la vista al adentrarse en el espacioso vehículo, saludando con un ligero cabeceo y una beatífica sonrisa a los que ya habían subido antes que él.

— La paz del Señor sea con vosotros —dijo a los presentes, antes de sentarse junto al delgado Jean Baptiste.

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18/05/2016, 18:27
Lian Mcornagac

Acepte la palmadita de Miguel apretando los dientes y tratando de esbozar una fallida sonrisa...pese a todo toque su mano con un par de palmaditas en señal de amistad,  para mostrar que aceptaba sus palabras.-Voy a tener que declinar la oferta de "la muchacha", creeme, para estas cosas como pude dolorosamente comprobar, tener la pierna herida si importa-Dicho eso ofreci mi mano a la noble Marianna, pues parecia esperar que alguien le ayudara-Creo que ayer no me presente, puede llamarme Lian.- Le digo haciendo una ligera reverencia con la cabeza y a continuacion monte yo, valiendome de la recien adquirida vara.-Sabia que iba a necesitarla-.Le digo a quien lo quiera oir, con una sonrisa de satisfaccion, contento de lo precavido que habia sido, y me siento al lado de quien sea,tras colocarme la falda escocesa para que no me haga arrugas bajo las posaderas, preferiblemente al lado del perfumista pues nunca olian mal, ya que o bien llevaban su mejor perfume o una mezcla de todos los que habian estado fabricando, u olian a alcohol, lo cual no era desagradable-Digame, ¿lleva por casualidad alguna muestra de su mejor obra?-Le digo al señor Baptiste, para pasar el viaje

Notas de juego

En esta epoca la falda escocesa no existe, pero existe otra cosa muy parecida que es mas larga y cuyo nombre me voy a ahorrar,pues es muy raro y no me voy a acordar, lo digo para los fanaticos de la historia y el trasfondo, que sepan que se que no es asi, pero lo escribo por conveniencia :D.

 

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18/05/2016, 23:50
Jean Baptiste

En un santiamén, y en menos que canta un gallo, me veo flanqueado por dos de los invitados que anoche estaban en la Posada: A un lado se sienta el religioso mientras que en el otro lo hace el tullido de la exótica vestimenta...

¿lleva por casualidad alguna muestra de su mejor obra?

Porqué me habla? En París nadie haría algo así... La gente camina, transita las calles ignorándose unos a otros... Sin duda esto debe ser lo que Baldini me había prevenido acerca de "los contratiempos del viaje"; incidentes para los que debía estar preparado...

Miro a uno y otro lado, inquieto, aferrándome a la pequeña daga que porto en el cinto; dejando que el viciado aire del interior de la carreta ascienda por mis sensibles fosas nasales y acaso me revele las ocultas intenciones de mi interlocutor... Qué quiere??? Mi mejor obra??? Aún no he hecho mi mejor obra! Sin duda estoy muy lejos de hacerla, mucho más que el largo viaje que hice hasta aquí, así que... - No... - balbuceo como respuesta a su demanda. Agacho la cabeza empequeñeciendo, deseando volverme invisible, que el tullido me deje tranquilo y no vuelva jamás... Jean Baptiste no habla con la gente. Jean Baptiste crea perfumes, obras de arte. Jean Baptiste solo habla con Baldini y desconoce el motivo por el que está en este recóndito lugar del Mundo y no creando en su laboratorio de frascos, esencias y anaqueles.

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19/05/2016, 06:41
Director

Notas de juego

Me parece excelente.

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19/05/2016, 06:43
Director

Notas de juego

¿y al fin que decides?, ¿viajas con el grupo o te quedas con tus sirvientes?

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19/05/2016, 06:45
Marianna

La paz sea con usted- le responde la mujer cuando ve que el religioso entra a la carroza, mientras aunque no lo pareciera esta pendiente de las conversaciones de los demás, esta chica parecia tener buen oído. Miraba el horizonte mientras poco a poco los demás van entrando.

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19/05/2016, 06:52
Roderigo

Roderigo ayuda acomodar las cosas de los presentes mientras  mira de reojo como el militar que parece no estar dispuesto a que la Duquesa vaya acompañada, realmente esta esperando que hacer, y mientras eso dice.

Mis señores tengo que partir, no puedo esperar más... - Dice en voz alta- Por favor, no molesten a la señora, esperare cinco minutos.

Dice mirandolos a todos

Ponganse cómodos, el viaje no será muy largo, pero temo no llegar a tiempo.

Notas de juego

Espero a la Duquesa.

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20/05/2016, 23:20
Duquesa María Borgia, viuda de Sforza


" Por favor valiente y fiel Pietro quédate con Lucca y María en la posada mientras que visito las tierras del señor Giovanni, por favor María tráeme una de mis palomas para poder avisarles si algo pasara y zulú va ayúdale a Pietro a subir la mitad de mi equipaje al carruaje que ha más dado el señor de estas tierras, quien dudo se atreva realmente en ningún peligro debido a mi alcurnia y su presencia como testigos "

Dijo la joven y bella dama a sus criados después de ver la firme convicción de Roderigo, quien no cambiaría de parecer y no sin antes pedirle al par de caballeros que la habían acompañado lo hicieran en la carroza del señor Giovanni :

" en otra ocasión me hubiese negado a este trato con rudeza, pero estoy muy interesada en poder tener acceso al cadáver de mi difunto marido para darle cristiána sepultura, agradeceré mucho su apoyo señor Roderigo para poder pronto al señor Sforza "

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21/05/2016, 05:49
Anfitrion

Y partieron viendo el atardecer,

el sol escondiendose y perdiendose para siempre,

se dirigian con caballero, carruaje y guardaespaldas a la cena,

a la última cena.
 

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21/05/2016, 06:05
Roderigo

Una vez la duquesa se haya subido al coche todos pueden notar lo cómodo que es por dentro, es evidentemente un coche de nobles, lo único que no cuadra mucho con tal elegancia son unos postes bastante grandes entre las ventanas, Roderigo se encarga antes de partir de abrirlos para que pueden ver la luz del atardecer.

Roderigo es en extremo amable con todos. Ayuda a sentar a las damas, y dice sin más.

Estaré atento a sus necesidades,  espero que el viaje sea agradable señores  y señoras, este humilde servidor les ayudará en lo posible.

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21/05/2016, 06:06
Anfitrion

Es así como poco a poco comienza la marcha, los hombres del señor de esta tierra se dividen en dos grupos uno delante y otro detrás de ustedes.

Notan que el hombre conduce correctamente, disminuye la velocidad cuando el camino tiene algún hueco, y toma las curvas de manera muy adecuada.  Se preocupaba de que su viaje fuera el más cómodo posible.

Mientras el sol se esconde ingresan a un bosque espeso, donde la luz poco a poco se pierde, y todos ustedes miraban por la ventanas  el territorio del señor Guiovanni.

Conversar entre ustedes o disfrutar del viaje es algo que pueden elegir hacer.

Notas de juego

Pueden hablar, hacer preguntas etc..

Los que deseen pueden lanzar astucia + alerta dificultad 7 (lance oculto)

Posteo el próximo Martes 24 de Mayo/ 2016

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21/05/2016, 11:55
Jean Baptiste

No soy persona que guste de entablar banales conversaciones con el primero con quien se cruza. Más bien discreto, reservado, hermético así que procuro abstraerme del presumible bullicio que imperará en el carruaje para distraerme admirando el paisaje al que el destino me ha guiado: El sol desapareciendo, en su puesta, entre la espesura vegetal que circunda exuberantemente el sendero por el que pasamos...

Tampoco me pasan desapercibidas las curiosas características del carruaje en el que somos transportados: Tan lujoso, tan robusto... y con los curiosos postes entre las ventanas... inconscientemente atribuyo esa circunstancia a una manera de hacer local, sin dar al asunto mayor importancia.

- Tiradas (1)
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21/05/2016, 22:23
Pietro Pagliuca

La espera para subir en el carruaje y que este se pusiera en marcha había sido larga. Pero al fin había comenzado el viaje definitivo. No pudo evitar el prestar atención a los soldados del señor Guiovanni. Como eran sus tropas podía llegar a decir mucho del señor. Si eran hombres profesionales y rectos, significaba que su señor les mantenía firmes y era un hombre exigente, además se podía averiguar si de forma habitual tenía conflictos bélicos. Todos esos pequeños detalles, eran de gran importancia para un hombre de armas como él. La forma de cabalgar, los arañazos en las armaduras e incluso la expresión de los rostros de los soldados eran importantes. Por eso se mantuvo en silencio, pensativo, mientras observaba a aquellos hombres. Era una gran escolta, aunque también era verdad que tenía multitud de gente a la que escoltar.

No se decidió a abrir charla ninguna y prefirió mantenerse en silencio, ya había observado a los allí presentes y no tenía mucho que hablar con ellos por el momento. No tenía muy claro cual era el motivo de que el señor Guiovanni llamara a tanta gente a su casa, pero era obvio que no todos podían ir por lo mismo. Sin embargo los motivos de los otros presentes no eran de su incumbencia salvo que le pagaran porque lo fuera, por lo que en ese momento prefirió continuar con su tranquila política de silencios salvo que tuviera que intervenir en alguna conversación, por un motivo de peso.

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22/05/2016, 00:45
Miguel Briand Aranda

Subí al Carro el ultimo, como había pensado. Justo detrás del gigante que paso sin saludar y otro hombre igual de peligroso. Cuando digo peligroso me refiero a que eran hombres parcos en palabras.

Una persona, como yo, dada a la charlatanería eso solo significaban dos cosas: Un "no molestes si no tienes algo importante que decir" y ¿" Era tan importante para molestarme... en serio?"

Simplemente les cedí el sitio y mire donde se sentaban para sentarme justo en frente de ellos. Eran hombres grandes. Probablemente  antiguos soldados o incluso guardaespaldas. Esa gente no se andaba con tonterías. Es cierto que era rápido y había ganado a muchos de ellos, pero un mal día lo tiene cualquiera. Un mal tropezón  un solo golpe te pone a dormir una buena tarde.

A lo lo ejos ví como por fin el carro de la Duquesa se ponía en marcha. Era evidente que la gente adinerada se sentarían en el carro juntos, dejándonos a los harapientos en siguiente transporte. No les culpaba por ello,desde luego. tampoco a los religiosos. Quizá debería disfrazarme de religioso la próxima vez que... no...¿y las mujeres? Bah! Deseche la idea de  "ser" fraile.

- Bueno... solo por preguntar, aunque puede que conozca la respuesta- Pregunte para iniciar conversación en el carro.- ¿Alguien conoce al señor Guiovani? ¿Como es?

- Tiradas (1)

Notas de juego

He supuesto que había dos carros. Lo mismo entendí mal ^^