Partida Rol por web

Entro a la cocina y busco una de las latas de comida, el estómago me hace demasiado ruido, así que la abro y me siento en una mesa con una cuchara, mientras sigo pensando en porqué no funcionó el tema de mi poder... Tal vez la vampira sabe algo, después de terminar la lata la voy a ir a buscar y a preguntarle como puedo hacer para hacerlos funcionar. 

Saludo sin mucho afán, y cabizbaja aún, a Roxana conforme entra.  Lo cierto es que no había cruzado una palabra con ella desde las cuevas, pero parecía tener el mismo espíritu decidido que la caracterizaba.  Parecía que estaba bastante ensimismada en si misma, por lo que decidió no entretenerla.

- Bueno, parece que en un instante se acaban de ir todos.  - dijo a la israelí.
- En fin, tengo que ir a ver a Katherine por algo de una cantante.  - se encogió de hombros y se dirigió hacia fuera.

Aprovechó que todo el mundo se había ido, de forma que no se toparía con nadie, y se dirigió hacia la biblioteca.

Me quedo sola en el comedor, pensando en las palabras de Katarzyna. 

¿Una cantante? Estamos a 300 años en el futuro y se les ocurre hablar sobre modas de música.... que personajes con los que me ha tocado llegar aquí. 

Continuo comiendo de mi lata. Una vez que la termino me dirijo decidida hacia la habitación de la vampira para preguntarle sobre nuestros poderes. 

Entro al comedor frotándome la cara. Otra vez. La verdad es que estoy cansado. De buscar información, pero también de todo esto. Mientras camino por el comedor, camino a las cocinas, veo la mesa en que una de las hermanas me echó aquel rapapolvo mientras la otra se lo tomaba a broma. Al otro lado, la mesa en que compartimos un rato con Chris y Giulia, antes de que nos invitaran a la noche de ronskys. Una noche en la que también estuvo Kurt, por cierto. Todos ellos se han marchado sin más. ¿Esto tiene algún sentido?

Entro en la cocina, tratando de apartar eso de mi cabeza. Cojo un vaso de cristal y lo lleno de agua, dando un largo trago. Alzo la mirada al techo, presionando mi cuello hacia atrás, cerrando los ojos al final. Dejo correr el agua y mojo mi mano, llevándomela a la cara primero, y a la nuca después. Me quedo así unos instantes, antes de girar la cara y fijarme en los cuerpos de los soldados muertos.

Puedo imaginar a la pequeña Himiko encargándose de ellos. Pero, ¿y si encontramos más de ellos en el bosque?

Entro en la cámara frigorífica y cojo una lata de conservas, saliendo de nuevo con una idea rondando mi mente. Preparo la comida en un plato, con cubiertos y servilletas, y encuentro por ahí una botella vacía que lleno de agua. Con todo listo, lo dejo en la encimera y me acerco a la ventana. La abro, dejando que el frescor exterior penetre en el viciado ambiente de la cocina. Y miro a lo lejos, al bosque, a las montañas.

No será agradable, pero hay que hacerlo.

Cojo las cosas, el plato con los cubiertos y la botella, junto con algunas servilletas, y salgo de la cocina y del comedor.

Entro y me dirijo a la cocina, buscando el reunir todos los suministros posibles para una excursión al exterior.  Tal vez haya aceite de cocinar, alguna sartén pequeña, cubiertos, detergente, un cuchillo grande, algún trapo, cerilla, mechero, algún recipiente más o menos hermético para llevar agua u otro líquido ... incluso sal.

También buscó hilo y aguja: tal vez pudiera reparar algunos de los sacos de dormir.  ¿tal vez en la enfermería?.  Umm, y mantas y algo parecido a una bolsa o mochila también estaría bien.  Si no podía reparar los sacos, tal vez pudiera convertirlos en algunas de estas dos cosas.

Tras un rato buscando la chica encuentra todo lo que ha tenido intención de buscar salvo una cosa, el aceite, parece que la única comida que hay son las latas, por otro lado es algo lógico ya que Himiko es la única que ha vivido ahí realmente durante tanto tiempo y ella solo necesita sangre, de la cual hay una gran cantidad

Bueno, pues ya que he encontrado hilo y aguja, intento coser los sacos de dormir.  Si, como temo, no tienen mucha solución, intento que al menos puedan servir de mantas y, si alguno no da ni para eso, pues intento que sirvan de bolsa o de mochila.

También reúno los enseres que he encontrado, limpiándolos.  También incluyo alguna de las linternas (si no las ha cogido ya nadie).

Tras un rato trabajando la chica termina y descubre como prácticamente no ha tenido que sacrificar ninguno de los sacos ya que ha sido capaz de remendarlos y arreglarlos por lo que podrán usarse todos

Termino de coser y de limpiar.  Envuelvo el cuchillo grande con el trapo y lo ato (si puede ser) con algún cordel o trozo de tela).  Recojo todo con cuidado, meto los cubiertos y otros objetos pequeños en uno de los recipientes que mejor cierren, con especial cuidad de que los cubiertos o el cuchillo no vayan a salirse y rasgar los sacos, aunque me llevo también la aguja y el hilo.  Cojo todo lo demás como puedo, usando los sacos de contenedor, y salgo.

Coge dos latas y se las lleva a la habitación.