Partida Rol por web

- Bien entonces - dije dando una palmada, algo apartado, tras ordenar las provisiones que Katarzyna había dispuesto mientras escuchaba la conversación del grupo - no perdamos más tiempo.

- Voy a buscar a Katherine y, mientras ella se prepara, avisaré a Himiko de nuestra partida. Luego ya voy directamente a la puerta.

Me acerco a Rina y le doy un beso en la mejilla mientras le dedico una sonrisa antes de salir del comedor.

kAsiente a Victoria y la ve con la katana que al final le había dejado a ella, cuanto más segura esté, mejor. La japonesa se puso de pie y ayudó con las cosas, habían ciertas ideas sobre lo vertido por algunos, pero ya no venían ni al caso, así que era mejor ignorarlo. Ya de un salto, medita que es mejor invocar a su zorro interior en otro momento, mas a solas, que ahí, en donde incordie de nuevo a Victoria con sus sugerencias raras, o a Kata, que no quería saber nada de los poderes.

Ya lista sale detrás de Makoto, llegando rápidamente a ponerse a su lado, se juntarían en la puerta, pero ella debía hacer algo antes y se lo comentaría a su pareja en el pasillo.

La gente empezó a movilizarse. Makoto fue a avisar a Katherine e Himiko, seguido por Rina, mientras el resto terminábamos de comer. Mientras desayunaba miraba a Benjamin de vez en cuando, dándome cuenta de que no parecía animado precisamente.

-Ey… - llamé su atención, acariciando su mandíbula con mi mano, con esta en movimiento al encontrarse masticando. – Alegra esa cara, ¿Sí? – le susurré, acercándome después para darle un beso en la cara, y continué comiendo.

Pronto terminamos, siendo Victoria de las primeras, y esperándonos ya lista katana en mano. Recogímos la mesa y nos preparamos para partir.

Abrigo, gorro, guantes, mochila, espada… Está todo.

Nos dirigimos a la puerta, y al abrirla para salir, no pude evitar voltearme un momento para observar el lugar. Esperaba que la próxima vez que estuviera aquí, todo esto tuviera algo más de vida.

Me aseguro de que los contenedores que busqué y limpié tienen agua y finalmente salgo.

Salgo

En la cocina solo encuentra conservas y el ciervo, pero entre las conservas busca lo suficiente como para hacer una sopa, eso ayudará a todos, pero mientras lo hace, invoca a su amigo, el gato, luego llamaría a su espíritu interior, no del todo segura de que se presente, por eso llama al gato, él tendrá mejores consejos para ella.

Cuando la chica entra en al comedor, escucha ruidos que provienen de la cocina, y distingue las características luces azules del fuego fatuo de la Kitsune, al entrar y ver, la ve revisando las conservas, tenía parte del ciervo cortado en trozos, y una cacerola con agua, la japonesa se da cuenta de su presencia, y se gira hacia ella, recibiéndola con una sonrisa. 

- ey, hola - la saluda, sacando algunas conservas -¿tienes hambre? Estoy intentando hacer un guiso o sopa, pero podemos calentar alguna de las conservas para que comas más rápido - se queda de pie, con las conservas pegadas a su pecho.- por cierto, me dio la impresión que sabia de primeros auxilios, ¿sabe qué podemos hacer para que la señorita Natuk se sienta mejor? La deje con compresas húmedas para bajarle la fiebre, pero no encuentro nada como para hacerle alguna infusión... - baja la voz, entristecida.

Cuando Katarzyna entró, vió a Rina atareada.  Se dispuso a continuar, saludándola simplemente con la cabeza, debido a la solvente naturaleza solitaria de la japonesa pero, para su sorpresa, le habló con una agrada e inusual familiaridad.

- ¡No, conservas no! -  dijo con espanto, mirando a Rina, antes de hacer una pausa para recomponerse.
- Perdona ...  -  bufó, en una especie de disculpa por su brusca reacción.
- ... aún no ha desaparecido de mi nariz el vom... el olor a pira.  -  dijo, desviando la mirada.
- Podría tomar algo de sopa.  Espera, con la sal que tengo aquí y algo de hueso y carne de ciervo bastará.

Kat depositó los aparejos que inconscientemente aún llevaba de nuestra excursión sobre la mesa⁽¹⁾.  También dejó un libro.  Luego se dejó caer sobre la silla, golpeándole el cansancio y la debilidad.

- Uff, pero yo venía a hervir agua para desinfectar y a hacer un suero.  -  dijo con voz cansada.
- A ver si Makoto termina de hablar con la vampiresa y le da acceso a la enfermería.  -  suspiró
- Allí debería haber agujas y guías para inyectarle el suero a Natuk.  -  continuó.
- Por favor, ponme otro par de cacerolas con agua en el fuego -  dijo, esforzándose por levantarse.
- Mientras terminas, voy a ver si alguna de las chicas puede lavar a la paciente para que no se infecte.

La polaca se levantó costosamente, asiendo el libro, los trapos y el detergente.  Le costó recordar que la última vez que vio el barreño fue en su habitación, por lo que empezó a salir con dirección a las habitaciones.

Se ríe cómplice, tampoco le agradan las conservas en demasía, era una fiel creyente que de seguir comiendo de ellas, terminarían con cálculos o con un alza en  el colesterol, cualquiera de las dos cosas que pasara primero. Se dio cuenta que hasta ese momento no había hablado con ella a solas, y luego de lo pasado, la pobre parecía estar separa del resto. La Kitsune no la juzgaba, pensaba que todo había sido un desafortunado desacierto y que el victimario ya había pagado, no habían las culpables.

- tranquila, muchos a a estamos igual, sin superar cosas - le comenta, y le hace caso, colocando un cacerola mas con agua.- heridas ya no tiene, las curé con mi magia, es solo esa fiebre que no baja, debe ser gripe, estuvo mucho tiempo vagando sola - se gira hacia la chica - si todo sale bien, ellos dos estarán vivos, será como si no hubiera pasado, - eso esperaba, de corazón. Se hizo un incómodo silencio, y ella tomó una bocanada de aire, soltándola sonoramente.

- si, son muy malas las conservas, por eso estoy viendo de hacer una sopa, además para Natuk-san, le haría bien... ah por cierto, así se llama la chica, despertó, algo desorientada, así que le sugerimos que siguiera durmiendo, y vine a cocinar algo... Y con eso bastará, ya tengo cortada algo de carne, y el hueso, pero un poco de verduras no está mal- mira las latas de conserva, en contró arvejas, algo de papas y zanahorias para darle un sabor mejor.

- ¿y ese libro? ¿De qué es? de espalda a la chica, abría las latas, para echarlas a cocinar, pero antes, las limpiaría con un poco de agua para sacarles el exceso de sodio.- por cierto, luces algo cansada ¿y si vas a dormir un rato?-- la mira sobre su hombro, el verse desde afuera, y reconocer a su madre en esos gestos, le causó una mezcla de extrañeza y nostalgia por ella.

En lo alto de una repisa estaba el pequeño gato azulado que miraba todo curioso, cuando se escucha como olfatea y dice en tono simpático:

- Ummm eso parece que va a oler muy bien, que pena que yo no puedo probarlo

Da un salto y se acerca a Rina y se coloca en posición para que le acaricie

Katarzyna pensó en las palabras de la Kitsune "si todo sale bien, ellos dos estarán vivos".  Era un pensamiento dulce, aunque parecía distante e imposible.  Lo del viaje en el tiempo no terminaba de permear en su cabeza.

- Mejor voy a ver a Natuk.  -  dijo ante la propuesta de Rina sobre ir a descansar.
- Este libro es justamente para lidiar con su fiebre y deshidratación.  -  palmeó distraídamente al libro.

La mente nublada de Kat apenas había sido consciente del espíritu hasta que su salto a la mesa le obligó a repara en él.  Despidió educadamente al azulado gato (y a Rina de paso) con una reverencia y reanudó la marcha, pero antes de salir se girá hacia la japonesa y se dedicó a si misma una cínica frase:

- Además, si dejo de tratar a Natuk y le pasa algo, esta vez no podré echarle la culpa a Vicky, ¿verdad?.