Partida Rol por web

Antes de que Rina pueda responder a mi pregunta, la voz de Elizabeth hace que me gire y pueda disfrutar de su sonrisa en la puerta de la cocina. La misma se dibuja en mis labios, tranquilo y feliz de tenerla al lado, incluso a pesar de habernos separado tan poco tiempo. En nada sale de la cocina, con una bandeja preparada para los tres, invitándonos a sentarnos con ella a disfrutar de la comida. No es el alimento más sabroso del mundo, pero preparado con mimo y en la mejor compañía, es una comida deliciosa.

Nos acercamos y, antes de sentarme, me apresuro a ayudar a distribuir las cosas por la mesa, ayudando a Elizabeth con la bandeja para, finalmente, tomar asiento a su lado. Antes de empezar a comer, me giro y le doy un beso en la mejilla a mi novia.

Gracias, que atenta eres, amor... -Le digo muy bajito, y remuevo un poco la comida antes de pinchar un trozo- Que aproveche. -Digo mirando a Rina, que está justo frente a nosotros, y me llevo el tenedor a la boca.

En ese momento entra Victoria. La saludo con la mano mientras mastico, viendo que se va directamente a la cocina. Al de un rato, regresa con algo de comida para ella agradeciéndonos, supongo, nuestro comportamiento durante el funeral. Sonrío, encogiéndome de hombros algo avergonzado, no pudiendo siquiera responder por tener la boca llena en ese momento. Se sienta con nosotros y, de repente, parece que le entra el temor de estar de sobra, o algo así. Al menos, pregunta por ello.

Hmmng... -Me atraganto un poco, al tratar de hablar negando con la cabeza mientras me esfuerzo en tragar un trozo más grande de lo que mi garganta acepta. Pero finalmente lo trago, tosiendo un par de veces- Cof, cof... No te preocupes, Victoria, no interrumpes nada. De hecho, estamos esperando al resto para poder hablar, aunque... -Miro a la puerta, comprobando que siguen sin llegar- ...parece que tienen cosas más importantes que hacer.

Benjamin se apresuró a ayudarme con la mesa, tan gentil como siempre, y nos sentamos a comer. Antes de ello me regaló un beso en la mejilla, para darme las gracias después. Le sonreí y me quedé mirando como comenzaba a comer.

-Sí, que aproveche. – dije yo también antes de empezar con la comida.

Justo después apareció Victoria, tomando algo para comer antes de sentarse con nosotros. Le sonreí a modo de saludo, repitiendo el gesto cuando nos dio las gracias, aunque realmente no tenía por qué darlas.

Iba a responder a su pregunta, pero como de costumbre, Ben se me adelantó. Bueno, se adelantó a emitir sonidos, ya que sus ganas de responder se olvidaron de que tenía la boca llena. Sonreí ante su pequeña torpeza, golpeándole suavemente en la espalda para ayudarle, y es que ese tipo de cosas eran las que contribuían a hacerle tan absolutamente adorable.

Ben terminó de informar a Victoria, así que continué comiendo. Así lo hicimos todos, mientras por la puerta no aparecía nadie más. Desde el principio había tenido la firme convicción de que esto era algo que teníamos que hacer todos juntos, creyendo realmente que la unión hacía la fuerza; pero mantener el grupo unido estaba resultando mucho más trabajoso que la misión en sí.

-¿Y si no tenemos que hacer esto juntos? – dije de repente, pensando en voz alta, mirando al plato y removiendo los últimos trozos de comida en este. – C-creía que habían enviado a tantos para que fuéramos más fuertes… ¿Pero y si sólo querían aumentar las posibilidades de éxito? A más personas, o grupos, más intentos y posibilidades de conseguirlo… N-no sé, i-igual es una tontería… - pinché un último trozo de carne y me lo llevé a la boca.

Tras masticar y tragar di la comida por concluída, y empujé suavemente el plato hacia delante.

-C-como sea, deberíamos ponernos en marcha… H-hay mucho que depende de nosotros. ¿Y Makoto? – pregunté a Rina, extrañada porque nuestro amigo no se hubiera unido a tan importante reunión. – Victoria… - miré entonces a la chica. – Sé que lo que oirás te resultará increíble, pero me gustaría que nos ayudaras. – le dije segura, tratando de transmitirle confianza.

Escucho la idea de Elizabeth mientras mastico la comida, atento, asintiendo de cuando en cuando. No es algo que no me haya rondado la cabeza, máxime tras lo que dijo Giulia acerca de la posibilidad de contactar con esa mujer a distancia. Si ella cree eso, dudo que esté por la labor de abandonar el castillo a aventurarse en los bosques. Yo, en cambio, creo que es la mejor opción. Y eso, seguramente, termine por dividirnos.

¿Es eso algo malo? Posiblemente no. De hecho, creo que es lo que busca Himiko. Distintos caminos para un mismo fin, aumentar las posibilidades.

Creo que llevas razón. -Digo tras tragar otro bocado, con gesto serio- Es justo que todos lo sepan, pero no es necesario que todos actuemos a una. De hecho, no creo ni que sea la mejor opción. -Incluso, para lo que pretendemos hacer, es casi mejor un grupo pequeño. Y Victoria y yo ya hemos comprobado lo bien que se funciona en grupo reducido, después de como salieron las cosas con la partida de caza.

Me limpio la boca con una servilleta y dejo salir un suspiro. Rina debe conocer la historia, pero va siendo hora de que Victoria la conozca. Al resto, bueno, Giulia también lo sabe todo, según dice, así que ya se lo explicará a quien le interese si no se molestan en venir por aquí después de avisarles.

Bueno, Victoria, el tema es el siguiente... -Comienzo el relato, tratando de resumir para no resultar cargante- Hace trescientos años, una cantante con capacidades especiales como las nuestras fue asesinada durante uno de sus conciertos. Parece que usaba sus poderes a través de la voz, al cantar. Su asesino, un tal Tom, desveló con ello nuestra existencia al mundo, además de hacerse con el control de una organización de no se qué leches. -Fuerzo el gesto, sabiendo que eso de la agencia queda muy de película de James Bond- El caso es que lanzaron a su pequeño ejército a cazarnos, ya que la humanidad nos temía. Así empezaron los ataques, así asaltaron el castillo de Kioto, del que apenas lograron huir con vida nuestros amigos Rina y Makoto. -Sonrío a Rina, comprensivo. Se que recordar ese episodio es duro para ella. Por suerte, cuando hagamos lo que hemos venido a hacer, todo eso no habrá pasado jamás- Lo que pasó después es algo más complicado e innecesario para lo que debemos hacer. La cuestión es que hoy en día sólo queda una de los nuestros, con energía mágica en su interior, además de nosotros que hemos estado... ¿Hibernando? Pero esa mujer es la clave. Posee energía mágica ilimitada, justo lo necesario para realizar un conjuro muy difícil que podría revertir todo esto. Si la encontramos, y realiza el conjuro, podría enviarnos al pasado para tratar de que todo eso no llegue a producirse. -Me quedo un instante callado, ya que lo que falta es la parte más dura- S-segun Himiko... Lo que debemos hacer es matar a esa mujer antes de que empiece a cantar en público. Pero... -Miro de costado a Elizabeth, alargando mi mano para rozar la suya- Nosotros creemos que hay que... explorar otras opciones.

Ayudó a Elizabeth  poner la mesa, a servir la comida, a ese paso, tendrían que salir del castillo sí o sí a cazar, y de paso, conseguir la información sobre la última, y el miedo que siente, por lo que vio, debe estar relacionado con lo que ella sintió, el miedo al descontrol. La kitsune se mordió el labio inferior, y aunque tenía la intensión de ir a buscar a los que faltaban, Elizabeth  ya le había servido, y no podía ser tan descortés como para irse simplemente, más si ya le había explicado que había un error en lo que dijo.

Vicky llega, uniéndose al grupo, aún muy afectada, la joven nipona se giró hacia ella, y le sonrió, invitándola a sentarse con ellos, además ahora sí sentía más hambre, el magro desayuno que había comido, ahora le pasaba la cuenta. Miró hacia atrás, y Makoto no aparecía, quizás él fue a buscar al resto, así que se quedó tranquila. 

Ben comienza a contarle a Vicky todo lo que sabía, al razón por la que estaban ahí, y ella escuchó mientras comía, junto a las reflexiones de Elizabeth, incluso mencionó, el dragón, sobre el castillo de Tokyo, que terminó en una matanza similar a lo que vio en aquellas imágenes de la última. "¿cual será su nombre?", se preguntó,  pensando en ella, en su comportamiento. 

- vamos a tener que cazar algo para comer, ¿no? - preguntó, muy desconectada de la conversación que tenían, y los quedó mirando, ante su silencio, sonrojándose un poco - eh... digo, si tenemos hambre, no creo que llegaremos muy lejos en esto...- musitó, encogiéndose de hombros. 

- pero sé que es muy peligroso, los soldados no deben estar lejos, así que tenemos que tener mucho cuidado, creo que las habilidades de Chris serían de mucha utilidad - Matar, detener, matar... verdad, tendrían que matar a la cantante, ¿era necesario llegar a esos extremos? - matar... ¿ninguno de nosotros puede evocar recuerdos o borrar la memoria o algo así?, quizás esa cantante ni siquiera se da cuenta de las repercusiones de sus actos, quizás, detener al tal Tom sería lo ideal, digo... él pone en evidencia lo que somos, eso no creo que hubiera sido de mera casualidad, debió tener alguna idea, algo que le dijo sobre esa verdad, en fin... le decía a Liz-chan que la señorita Katherine puede comunicarse con la última, ella tiene mucho miedo, no dejará que nos acerquemos, recuerden lo que le pasó a Mako-kun, así que... si le explicamos lo que sucede, la haremos entrar en razón y que nos ayude, de otra manera, creo que nos será imposible acercarnos, o que nos mande al pasado... 

- de todas formas... Himiko-san le dijo a Lia-chan que si hacemos eso, volveremos al punto inicial, eso no sé... digo, iremos a un punto posterior a que quedáramos dormidos, antes de dormirnos, aun no pasaba lo de la cantante, ¿no?,  deberíamos quedarnos en ese momento, a menos que el hechizo nos mande aún más atrás, pero aún así... tengo mis dudas de todo esto, una consecuencia no puede ser causa de la cosa que fue consecuencia, a menos que... precisamente por eso nos dormirnos, generando una salida alternativa a aquel presente, y lo que debíamos hacer, no se hizo, -  llevó sus manos a su cabeza, y restregó sus cabellos - ah... lo siento... muchas cavilaciones...  sin embargo, es lo único que tenemos, esta misión, y creo que sí, Liz-chan, el grupo no se llevaba, en mayor o menor medida, y creo que el ánimo de colaborar para poder terminar la misión, no es lo que reina, no sólo por las muertes, sino por la actitud que se viene teniendo, y cada cual va por su cuenta, y desconfía de los demás, así que... creo que sólo algunos seguirán algún tipo de plan, los demás, harán otro plan, espero que no nos pisemos entre nosotros, y sin importar quién lo logre, se logre el fin, pero no creo que esta reunión hubiera sido aleatoria, ampliando la posibilidades, sino, habrían habilidades similares entre nosotros, y eso no es así , hasta donde sabemos, cada cual tiene habilidades especiales, y únicas, y podrían aportar al cometido desde su habilidad, peeeeero... ya saben, no hay ánimo, y no se pude obligar a otros a trabajar en conjunto, si no quieren, o peor aún, si no les interesa, así que creo que es mejor, trabajar con lo que se tiene, no lamentar lo que no se tiene, o demoraremos mucho más...-  se muerde el labio inferior, y queda con la cara baja, nuevamente sumiéndose en sus ideas.

Escuché con atención lo que Rina tenía que decir, queriendo responder a sus últimas palabras.

-N-no digo que fuera predeterminado que trabajemos por separado, simplemente que es una posibilidad. – me encogí de hombros. – En cualquier caso, estoy de acuerdo. No importa el por qué, pero lo mejor será trabajar con lo que podemos contar; con quienes podemos contar.

Bebí un sorbo de agua, y continué.

-Sobre no podernos acercar por el temor que la última nos tiene… Yo podría eliminar ese temor. - Sentencié, mirando por la ventana, preguntándome dónde se encontraría la chica y si estaría bien.

Rina comienza a hablar sin parar, aunque algunas de las cosas que dice no tienen mucho sentido para mí. Elizabeth le corrige algunos aspectos, pero otros siento la necesidad de aclarar los yo mismo.

Regresar al pasado no consistiría en volver al punto de partida, Rina. No volveríamos al momento en que nos durmieron. En ese instante los soldados ya habían atacado Kyoto, ya sabían de nuestra existencia. Esa cantante ya había muerto. Debemos volver a antes de todo eso. Y no para impedir su asesinato, ni para detener a Tom. Ese hombre ya había sido influenciado por el poder de la voz de esa chica. Y si no fuera él, sería otro. Lo que hay que impedir es que la chica se dedique a influenciar a las masas con su voz y su poder.

Sobre el tema de los grupos, yo lo tengo claro. No vamos a poder unir a todo el mundo en un frente común. No hemos sido capaces de trabajar como un único equipo desde que todo esto empezó, y las cosas han ido de mal en peor.

Liz puede calmarla, y tampoco necesitamos a Chris y sus "animalitos". Tenemos habilidades de sobra para afrontar esto por nuestra cuenta. Lo que hace falta es encontrar ese hechizo y los datos que necesitamos acerca de esa cantante, y poner todo eso a disposición de todo el mundo. Y luego que cada cual siga la estrategia que más le convenza. Yo prefiero ir personalmente a buscarla, y creo que sabemos por donde empezar, así que...

Lo que prodigio a las palabras de Ben fue un prolongado silencio, en donde la Kitsune solo sostuvo su mirada en un indescifrable gesto, no había molestia o aceptación, era solo una intensa mirada que podría significar cualquier cosa, solo algo destacaba en su rostro, serenidad. Luego de eso, bajo la mirada y comió un bocado.

- esta bien - se limitó a decir, y siguió comiendo, guardándose sus meditaciones y pensamientos, solo uno quedó, la comida estaba algo salada, tendrían que buscar qué comer, eso y luego una canción que cantaba en su antigua vida, y que estuvo mucho tiempo dando vueltas en su cabeza, disfrutó ese momento, porqué para que esa cancioncilla volviera a su cabeza es porqué estaba un poco mas relajada, apenada por las muertes pero relajada.

- me pregunto si habrá alguna huerta o un invernadero, aunque no creo que Himiko-san, lo hubiera cuidado mucho - comenta distraída, bebiendo un poco mas, solo una cosa quedó dando vueltas, volverían a un punto anterior, a todo eso, y el cambiar la historia haría que ciertas cosas no existieran, aún se preguntaba como operarían esas paradojas, en el pero de los casos, destruirían el tiempo espacio. Sonrío para sí, además ¿tanto esfuerzo para luego perder lo que son?, comenzó a jugar con sus dedos en la mesa y comió otro poco, dándose cuenta que su hambre se veía saciada con poco. Miró hacia la puerta, no venían los demás.

- Vicky-chan ¿me acompañas a ver que sucede con el resto? Aunque come tranquila, no has comido mucho - le pide, y sigue comiendo, con una media sonrisa en sus labios.

 Miré a Liz, curiosa ante su anuncio, y de acuerdo con lo de los grupos. Incluso sin saber qué es lo que me tienen que decir, prefiero no tener que reunirme con Kat, y posiblemente tampoco con Kurt.

 Dejo de comer cuando empieza a explicarme lo que ha pasado, y por qué es tan importante buscar a la última. ¿Pero qué nueva locura es ésta? - ¿Pero qué me estáis contando? - Pregunto, tratando de asimilar lo que me están diciendo, mientras siguen hablando y opinando.

 - Entonces podemos ir a buscarla mientras Katherine intenta contactar con ella desde aquí, ¿No? Lo primero sería encontrarla, y ya luego veremos qué podemos hacer con la cantante. No quiero volver a acabar así, pero tampoco quiero que me encierren por asesinato - Opino. A ver como explicamos algo así a la chica si la encontramos...

 - Y esa organización, ¿Sigue persiguiéndonos? Ya han pasado trescientos años... Y sólo quedamos nosotros. No tienen por qué saber que estamos aquí, ¿No? Además, ¿Cómo distinguen entre quienes tienen poderes y quienes son normales? Algunos todavía no sabemos qué podemos hacer... - Aunque anoche ganas no me faltaran - 

 - Gracias, Rina. - Le contesté, pues apenas había comido nada desde que Ben empezó a explicarme qué había pasado a grandes rasgos para que llegáramos aquí. - Pero, ¿A quien quieres buscar? - Le pregunto dubitativa. Podía entender que a Makoto, pero si los demás ya tenían conocimiento de esto, no lo veía necesario. Tal vez Roxanna, Kat, Mike y Angelica, pero a esta última sinceramente no la veía con agallas para salir, y sobre Kat... Sobraban las palabras. 

 Makoto no tardó en llegar también, así que aproveché para sugerir algo. - Tal vez sería suficiente con que saliéramos los que estamos aquí, ¿No? - Propongo, ofreciéndome. No me quiero quedar en el castillo, y menos con Kat y Himiko. Lo que quiero es moverme, mantenerme ocupada y asegurarme por mí misma de las cosas que se hacen y que sea cuanto antes, además ahora tengo algo de ropa de abrigo.

Saludo al grupo mientras me dirijo a la cocina y, tras pasar por la despensa, me hago con una de aquellas latas de conserva. Ya tenía el sentido del sabor del todo atrofiado, así que podía comer aquello o masticar madera por igual.Por un momento recordé el sabor del ciervo recién asado, delicioso.

Vicky está hablando de salir a alguna parte cuando llego a la mesa, espero a que termine para no interrumpir su conversación.

- Qué tal chicas - arrastro otra mesa hacia allí y acerco una silla a la de Rina - Ben - pronuncio su nombre a modo de saludo, con una sonrisa. Tras besar a Rina en la mejilla, tomo asiento.

- Encontré a Kurt y Nyara en el pasillo de las habitaciones, ya les avisé - me encojo de hombros, con total indiferencia - así que estaría bien esperar a quienes estábamos en el patio supongo.

Empiezo a comer con bastante desgana, viendo lo que mis compañeros tenían que decir.

La respuesta de Rina me desconcierta. No entiendo a esta chica, su mirada, su escueta respuesta, el modo en que cambia de tema para hablar de ¿un huerto?

Pero no le dedico demasiado tiempo, pues Victoria comienza a opinar acerca de todo el asunto. Estoy de acuerdo con el asunto del asesinato. En todo momento me centré en el aspecto moral de matar a esa chica, ni me había planteado que podríamos terminar en prisión por hacerlo. Mala perspectiva, también. Otro motivo para buscar alternativas.

Esa organización ya sabe que existimos, Victoria... -Confieso con amargura- Puede que no sepan que hemos despertado, pero sí que estamos aquí. De hecho... ya han venido antes a buscarnos. Himiko tiene el cuerpo cubierto de cicatrices de las muchas veces que nos ha protegido de ellos... -Me da un escalofrío al recordar esas marcas, los cortes, los disparos, las quemaduras, cada uno de los rastros de todas esas batallas. No logro olvidar que, pese a que se ha convertido en un monstruo, ha sido nuestro monstruo protector- Parece que, al de un tiempo de iniciarse el conflicto, se descubrió una forma de drenar nuestra esencia mágica y emplearla como fuente de energía. De modo que, a día de hoy, somos un recurso energético. Nada les haría más felices que encerrarnos en un sótano de una central eléctrica y usarnos como baterías...

Victoria responde a Rina acerca de ir a buscar a otros, aunque para mi sorpresa se muestra más conforme con la idea de emprender esto nosotros sólos. Sonrío asintiendo, mostrando mi conformidad con su ofrecimiento.

Entonces llega Makoto, finalmente, cogiendo algo de comer y acercándose a comer con nosotros. Me pongo en pie para ayudarle a juntar otra mesa, y vuelvo a sentarme para terminar los últimos bocados de mi plato.

De modo que ya están avisados... -Digo de forma ausente, restando importancia al asunto- ¿Y han dicho si pensaban venir? -Pregunto sin dobles intenciones. Ninguna opción me extrañaría, pero estaría bien saberlo- Lo cierto es que llevamos ya un rato esperando, empiezo a dudar de que vayan a venir. Puede que Giulia ya les haya informado fuera. -Me encojo de hombros- De todos modos, estábamos hablando de emprender la búsqueda de la última nosotros mismos, los que estamos aquí. En vista del gran interés que está mostrando el resto... Además, distintos grupos pueden enfocar el asunto de distintas formas, y ya oíste a Lía, prefiere contactar con la última a distancia. Yo creo que es mejor salir a buscarla. En fin, alguna de las opciones funcionará, ¿no?

Veo a Kat entrar en el comedor. Al fin alguien se digna a venir... La saludo con la mano, esperando a ver si decide unirse a nosotros. Hay sitio de sobra, ahora que hemos unido dos mesas.

Himiko entra en la sala con 3 katanas, mira a los presentes y se acerca, las deja en la mesa y dice:

• Makoto te he traído tres katanas una que me has pedido y el resto como Ben me dijiste que ibais a buscar a la Ultima puede seros de utilidad para defenderos si lo consideráis necesario

Deja las katanas en la mesa y se gira para marcharse, entonces dice:

• Tened cuidado y buena suerte

Estoy exponiendo mi punto de vista sobre qué hacer a continuación, cuando la puerta se abre. Esperanzado en que más miembros del grupo hayan decidido acudir, me giro para comprobar que, por supuesto, no se trata de eso. Es Himiko, quien se acerca a nosotros con tres sables japoneses de los que vi en su habitación.

Me quedo mirando las espadas, hasta que la vampiresa las deja sobre la mesa y deja claro que son para nosotros. Bueno, una para Makoto y otras dos para el resto del grupo que va a salir del castillo.

Wauuu... -Me sorprendo, tomando una de las catanas mientras me pongo en pie, impresionado por la belleza de estas armas y toda la parafernalia que siempre las rodea en historias y demás. Me aparto de la mesa y tomo la vaina con una mano y la empuñadura con la otra, provocando al abrirla el característico sonido del desenvaine. Cuántas veces lo habré oído en películas y videojuegos. El brillo de la hoja refleja la luz ante mis ojos.

Es una preciosidad.

G-gracias, Himiko, de verdad. -Digo volviendo a envainarla, situándola a un costado y haciendo una tosca imitación de esas reverencias japonesas que no comprendo del todo- Haremos buen uso de ellas ahí fuera.

Y es que nada va a convencerme de lo contrario. Estoy decidido a salir de este castillo y buscar a esa mujer.

Me aparto más de la mesa y de todos, y desenvaino la catana completamente, dejando la vaina sobre una mesa vacía. Entonces la sostengo con las dos manos, imitando movimientos que he visto en películas de samuráis y en otras como Blade o Los Inmortales. Nunca había temido una cosa de estas en las manos, y es una sensación extraña. Aunque no tengo intención de quedármela. Al fin y al cabo, yo ya tengo mis garras. Pero Elizabeth necesita algo con lo que defenderse, aparte de mí, y desde luego esto es mejor que una tosca lanza de madera.

Tras mi intervención, Benjamin procedió a hacer algunas aclaraciones a lo dicho por Rina. No tenía muy claro si había sido esta quien no había entendido del todo lo que le habían contado, o que su fuente de información no estuviera enterada del todo; en cualquier caso, eso era lo de menos. Estábamos juntos en esto, cuanto menos los presentes y Makoto, con el que al menos Rina, Ben y yo contábamos, y lo adecuado era aclarar cualquier duda que hubiera al respecto de lo que debíamos hacer para solucionar toda esta catástrofe que nos había condenado.

Rina aceptó lo dicho por este, aunque de forma un tanto neutra. Seguramente por resignación, o puede que estuviera preocupada por Makoto. No me había respondido al preguntarle por él, y cuando sugirió a Victoria ir a ver qué hacía el resto, me imaginé que sobretodo lo hacía por su novio; ya que minutos antes había afirmado que no se podía obligar a nadie a colaborar.

Victoria tampoco respondió directamente a mi petición, pero sus últimas palabras, tras las dudas que mostró, dejaban bien claro que estaba dispuesta a acompañarnos. Aquello no pudo más que alegrarme, mostrándole una sonrisa a la chica en cuanto tuve ocasión. Ben trató de responder a las dudas de Victoria y Makoto se incorporó al grupo, comentándonos que ya había avisado a algunos y que convendría esperar al resto. La verdad es que ya llevábamos rato esperando, menos mal que Benjamin se lo hizo saber; y le informó de la idea que teníamos los presentes.

Yo alternaba mi mirada entre la mesa y la ventana, observando en silencio lo que iba pasando dentro y fuera. Únicamente cambié mi trayectoria al notar que alguien entraba. Era Katarzyna, así que la saludé y continué esperando, como todos hacíamos. La puerta volvió a abrirse. Pero no, no era otro de los chicos, sino Himiko. Al parecer Makoto le había pedido una katana. No sabía que este supiera usar sables. La verdad es que no sabía demasiado de Makoto antes de llegar al castillo. Aquella idea me entristeció, ya que probablemente no fuera a tener la ocasión de conocerle mejor. Miré a mi amigo con pesadumbre, tratando de apartar la mirada antes de que se diera cuenta.

-Gracias, Himiko. – respondí con sinceridad volviéndome hacia la chica, con aquella mezcla de sentimientos que siempre me generaba.

Me quedé mirando las katanas, eran realmente preciosas. Sentí la tentación de tomar una para observarla mejor, pero puede que los demás también quisieran hacerlo, así que me abstuve de ello. Entonces Ben cogió una, parecía realmente impresionado, y alejándose algo de nosotros empezó a probarla.

¿Él también sabrá usarlas?

Me giré en la silla para ver mejor lo que hacía. No, no parecía tener demasiada idea, pero empeño no le faltaba. Cuando se detuvo me volví nuevamente hacia la mesa, ya había pasado mucho tiempo.

-C-creo que ya hemos esperado más que un tiempo prudencial. – dije mirando a Makoto. – Rina lo ha resumido muy bien, no podemos obligar a trabajar en equipo a quien no quiere, así que mejor trabajar con lo que tenemos y no demorarnos más. – dije con seguridad, aquella que brotaba en mí cada vez que tocábamos este tema. – Pronto entraremos en la tarde… ¿Y si preparamos todo y salimos mañana temprano? A-así si alguien quiere incorporarse aún está a tiempo y nosotros tenemos tiempo para hacer lo que falta… ¿N-no? – hice una pausa, por si alguien quería aportar algo, y continué. - Yo debo ir aún al laboratorio de magia, d-definitivamente mi naturaleza está relacionada con esta… - dije mirando hacia abajo, algo tímida por la confesión, pero llena de orgullo por mi naturaleza.

 Sigo comiendo y saludo a Makoto con la mano cuando entra, pero no a Kat, quedando atenta luego a las nuevas explicaciones de Ben, que me sorprenden todavía más. ¿Cómo demonios se fuerza la magia a convertirse en energía eléctrica? Pero lo más perturbador es que sean personas a las que usen para ello, como baterías, ¿Y cuando se acabe? ¿Los dejan descansar y recuperarse, o... no? Después de todo, por lo que dice de Himiko no parece que les importe mucho si acabamos o no 'aprovechables', o si nos eliminan por completo. Como sea, más motivos para salir de aquí. Si saben donde estamos, no quiero quedarme sentada a esperar. 

 Entra entonces Himiko, a la que miro sorprendida cuando veo las katanas que trae. Ben agarra una, y a mi también me puede la curiosidad, además del deseo de querer agenciármela, considerándome indefensa en comparación con los demás en esa habitación, exceptuando a Kat. Cojo la katana y empujo un poco la funda con el pulgar, sin sacarla del todo, y luego toco el filo con el dedo muy cuidadosamente. Me siento como un niño con un arma en las manos, me asusta ser consciente de que no sabré manejarla, y de que un mal movimiento podría volverse en mi contra, me hace sentir insegura, y aun así, prefiero salir armada si hay que hacerlo, y no con las manos desnudas. -

 Habría preferido salir antes, pero Liz tenía razón y tal vez sería más apropiado salir temprano, además de que así tendría el día de hoy para que la herida de mi pie mejore algo más. - Me parece bien, ¿Hay que preparar algo más además de la ropa, las armas y la comida? - Contesto a Liz, dispuesta a ayudar en lo que haga falta, y luego miro a la vampiresa. - Himiko... Se que dije que ayudaría en el castillo, pero, ¿Te parece bien que vaya con ellos? - Le pregunto, intuyendo una respuesta positiva. Encontraba a Himiko como alguien temperamental y susceptible a quien temer, pero lógica, no creía que fuera a echarme por participar en la búsqueda. - Encontrar a la última es más importante que reparar el castillo, ¿No? - Comento, defendiendo mi disposición para buscar a la última.

 Aun tenía la katana en la mano, así que la miro, y luego a los chicos. - ¿Podría llevarla mañana? - Les pido permiso señalándola con la mirada, pensando en los posibles peligros que hay que temer. Los animales salvajes, esa organización... ¿Cómo me defendería de gente armada con una katana? ¿Desviando las balas? No soy ningún samurai flipado. No tendría ninguna posibilidad a no ser que yo también tuviera armas de fuego, que no hay, y aun así seguiría estando en desventaja, yo nunca he disparado. Quizás mis poderes podrían ayudarme a salvar el pellejo, pero, ¿Qué poderes? Liz ayudó a Rox a descubrirlos... Más o menos. Cuanto más preparada esté mañana para salir, para defenderme, mejor. Tal vez podría pedirle el favor a Liz... Pero, ¿Y si es peligroso? Debatía en mi interior si hacerlo o no durante ese breve momento en el que, mirando la katana, concentrada en su brillo, esperaba la respuesta de los chicos.

Himiko escucha las preguntas de Viky y dice:

- Si... es lo más importante encontrar a la ultima, porque si la encontráis podremos poner remedio a todo lo que ha sucedido y está sucediendo.

Pasa su mirada por todos los presentes y añade:

- Si donde queréis ir es a la aldea podéis marchar hoy sin problemas ya que no tardareis más de una horas en llegar no está muy lejos de aquí

Katarzyna entra tras de mi y la invito a acercarse con un gesto con la mano.

Mientras estoy comiendo, Benjamin me pregunta sobre la respuesta que me dieron Nyara y Kurt, a quienes avisé. Sigo masticando en silencio y me encojo de hombros con gesto de indiferencia, frunciendo los labios.

- Perdón - bebo un sorbo de agua y trago antes de contestar, y tras carraspear levemente contesto - si te soy sincero, no esperé a que me respondieran. Les vi a lo lejos, les dije que venía al comedor porque íbamos a tratar estos asuntos y continué hacia aquí - me llevo otra cucharada a la boca.

Y escucho lo que los chicos comentan.

- No recuerdo haberles visto fuera, en el patio - digo tras masticar, pensando en lo que Benjamin comenta en cuánto a si Giulia les habrá puesto al corriente - pero no me hagas caso... no estaba muy pendiente.

La puerta suena a mi espalda y veo que todos miran extrañados, así que me giro y veo entrar a Himiko con las tres Katanas.

- ¡Oh fantástico! - dejo la comida y me levanto rápidamente.

Recojo la Katana que dijo que me regalaría recibiéndola con las palmas de ambas manos hacia arriba e inclinándome hasta tocar la saya con la frente cuando me la cede - domo arigato Himiko-chan.

Sujeto durante casi un minuto la espada, sintiendo su peso mientras está resguardada en la vaina y mientras veo a Benjamin recoger y admirar una de ellas mientras trata de hacer algunos movimientos con ella. Pronto Vicky hace lo propio y al verlos aflora en mi una sonrisa. Recuerdo mis entrenamientos con el Bokken y la sensación la primera vez que mi sensei me dejó usar una hoja real. A pesar de ser de filo invertido, me sentí poderoso, feliz, invencible. Así debían sentirse ellos ahora, pues, la Katana es algo más que una espada, es más que una herramienta. Es el cuerpo y el alma de quién la blande.

- Cuidado Ben - digo en tono divertido al ver al dragón blandiendo el arma. De haberlo visto Sensei-sama le habría caído una buena reprimenda acompañada de un *está prohibido enfundar un arma sin luchar. Aquello me traía hermosos recuerdos.

Examiné parcialmente la hoja al abrir separar unos centímetros la Katana de la Saya y admiré la Tsuba, negra como la empuñadura, hermosamente labrada. Además la sencilla pero elegante kashira ayudaba a balancear el peso.

Las palabras de Liz me sacaron de mis pensamientos y cerré el arma de un golpe seco, haciendo tintinear el metal, mientras asentía a su comentario.

Me pareció acertada su observación, sin embargo, tras escuchar a Himiko ladeo la cabeza y miro a Elizabeth de nuevo.

- Lo que prefiráis - busco a mi alrededor - ¿Christopher no ha venido? ¿Tampoco Mike? - pongo cara de sorpresa, pues en un principio siempre he dado por hecho que tenían interés en salir a por La Última.