Partida Rol por web

Cuando Billy se marcha, me quedo mirando al resto del grupo, algo incómodo, así que sonrío de forma nerviosa. Todos me devuelven miradas ceñudas, así que dirijo la vista al vaso que tengo entre las manos, encima de la mesa. Son tipos ariscos. Sin embargo, vamos a tener que cooperar para defender el botín de los bandidos. Cuando me canso de mirar el vaso, reúno todo mi valor y lo apuro de un trago, aunque no me gustan los licores. El whisky me abrasa la garganta y me obliga a poner una cara muy rara, hasta que toso varias veces. Dejo el vaso de nuevo en la mesa, sonrío y extiendo el brazo hacia el tipo silencioso que tengo delante:

-Yo sel Lee Chan, de... de Kansas Sity.

Mientras charlaba con la chica, el oriental se presentó después de toser varias veces, me giré y le hice un saludo con la  cabeza:

-Saludos compañero, bebe algo mas flojo o se te secará la garganta. Agua por ejemplo.

Luego continué hablando de negocios con la chica:

-Mmmmm, si te mueve la venganza tendrás que ir con cuidado ricura, ejem, Susan -se me escapó lo de ricura otra vez- sería una pena que a una "dolly" como tu le pasase algo. Por cierto, ¿querrás los cuerpos? aunque valgan poco, necesito ahorrar dinero. No soy cazarrecompensas por vocación, sino que siempre he querido montar una granja y vivir tranquilo, ya sabes, llevar reses y criarlas para venderlas, pero siempre que consigo dinero alguna chica acaba  quitándomelo de una manera u otra.

mhehehe - El corpachón de Pancho se mueve mientras una risa baja sale de sus labios - Algo me dice que la "ricura" podría arrancarte las piernas de un mordisco, amigo - dice mientras se sirve otro vaso de ese alcohol asqueroso que no es tequila - Por mi podéis hacer lo que queráis con esos cuatreros, pero si ayudo a cazar a ese Jack, quiero mi parte - dice mirando fijamente a Rubio mientras levanta su vaso. 

-No -contesté rotundamente- no estoy pidiendo ayuda para capturar a Jack, sino que el es mio y no necesito a nadie para eso. Si queréis una recompensa pasad por le sheriff y que os informe de quienes están en busca y captura. Las leyes de los cazarrecompensas dicen -recité de memoria- Si se conoce de un compañero que está buscando a un forajido y lo localiza, ningún otro se podrá meter en medio.

Escuché a varios del grupo hablar sobre un tal Jack Cuatrodedos. Al parecer era un temible forajido por el que daban una gran recompensa por él. Pero según decía el Rubio, ya estaba cogido. Lástima. Al menos aún me quedaba la posibilidad de sacar un buen pellizco del trato con el alcalde. Seguramente nos tendríamos que ensuciar las manos, pero que persona no se las ensuciaba para vivir en aquellos tiempos?

Hola a todos. Mi nombre es Rod Spencer y no me importa ensuciarme las manos si es para obtener una vida mejor. Hasta hace poco las cosas no me iban mal pero con los tiempos que corren... -dejo ir un suspiro de resignación-...la gente ya no necesita tanto mis servicios o no tienen el dinero para pedírmelos. Así que espero que podamos acabar esto cuanto antes y así cada uno seguir con su camino y con lo que tenga que hacer. Espero que nos llevemos bien. Dicho esto, me siento en una de las sillas que aún quedan en pie después de la trifulca y me pongo a beber tranquilamente de una botella de licor suave.

Una risotada de Pancho llena la sala de ruidos - ¡Leyes! jajajaja ¿Pero tú dónde te crees que estás, chaval?

Menos el indio que permanece con una expresion de quien no esta del todo centrado, todos hablan. Llevo años intentado vengar la afrenta a la que mi familia y yo misma fui sometida y parece ser que a pesar del ofrecimiento del alcalde cada uno quiere sacar partido del otro. Dispuesta a arreglar las diferencias, y por interes propio, tomo la iniciativa.
-Calma chicos!-de un salto me subo encima de la mesa para hacerme oir- De lo que se trata es de escoltar un cargamento de explosivos, es posible que Jack y su banda aparezcan, si conseguimos que no toquen esos explosivos el viejo nos dara la mitad de lo que haya en la mina- doy una vuelta sobre mi misma y los miro a todos- Quereis sacar mas de una parte? Pues os ofrezco la mia. Quien me entregue a los hombres de Jack puede contar con el oro que me corresponda. Si sois hombres cabales dejareis de discutir y aceptareis el trato. Seria ridiculo que acabaramos a tiros entre nosotros, o no?

-Encantado de conosele, señol Spensel, yo... -alcanzo a decir, pero entonces, la mujer se sube a la mesa, aclaparando toda mi atención. Durante un momento, nadie dice nada. Luego, levanto la mano y me animo a preguntar-: Señolita... Susan, ¿plefiele bandidos vivos o mueltos?

Dirijo mi atencion hacia el oriental y respondo al publico en general.
-Como preferir, me gustarian asi...- hago una pausa y mi mirada se endurece hasta limites insospechados- Ensartados en una gran estaca que les entrara por el culo y les saliera por la boca, vivos por supuesto, no quiero perderme su mirada cuando me presente, o..., enterrados hasta el cuello en un hormiguero, por ejemplo-- Dulcifico un poco mi actitud- En realidad los prefiero vivos y sin posibilidad de que escapen, pero si me los entregais con un balazo entre ceja y ceja tampoco pondre pegas, no soy quisquillosa. Por cierto, para quien no lo sepa, soy Susan, Susan Hooper.

Cuando habéis terminado con la charla, y antes de que nadie salga herido, subís al piso superior donde el dueño del local os dice que tenésis preparadas vuestras habitaciones, cortesía de Billy.
Sorprendentemente, las camas son cómodas y están limpias, sin apenas chinches o piojos, por lo que podéis descansar tranquilamente durante toda la noche.

Al amanecer os reunís frente al Chacal Sonriente cuando el Sol apenas despunta en el horizonte. Esperandoos está Billy, con una enorme sonrisa y varios caballos de crines brillantes y alforjas cargadas de víveres.
Badvalley no está lejos, así que calculáis que si lográis avanzar a buen ritmo, llegaréis antes del atardecer y podréis pasar allí la noche para esperar el tren que llegará al dia siguiente.
Sin demoraros ni un segundo más, cabalgáis a través del valle que os separa de vuestro destino.

El camino transcurre sin novedad hasta después de comer, ya con las casas de Badvalley a la vista, cuando oís la voz de un hombre pidiendo ayuda desde algún lugar. Apenas tenéis tiempo de deteneros cuando un caballo enloquecido aparece cabalgando a toda velocidad desde unas rocas, en cuya silla está enredado el pié de un hombre cuya cabeza arrastra por el suelo y lucha desesperadamente por librarse de su atadura. Al veros grita desesperado:
-¡Ayuda, por Dios! ¿Que alguien me saque de aquí!
Billy le mira extrañado.
-Menudo gilipollas. -Dice. -¿Como se habrá enredado así?

Pancho espolea su caballo y se lanza hacia el animal desbocado que arrastra al pobre hombre. Sin demasiados miramientos el mexicano salta sobre el cuello del caballo con la intención de derribarlo a base de fuerza bruta, pero parece que el asustado animal no está dispuesto a detenerse y tras un breve forcejeo, el corpachón de Pancho cae al suelo y rueda durante unos metros envuelto en una nube de polvo.
El hombre atrapado sigue gritando auxilio.

El hombre con el rostro de color de tierra rueda por ella entre una nube de polvo. Lanzo un grito de guerra invocando a los espíritus y espoleo a Trueno.

Me coloco en paralelo al animal desbocado e intento agarrar sus riendas para frenarlo, saltar sobre su grupa y detenerlo definitivamente.

- ¡Oka hey!

Ya voy yo que si no no avanzamos ¬¬

Saldré al galope para pasarme al otro caballo y frenarle con las riendas.

El hombre con el rostro de color de tierra rueda por ella entre una nube de polvo. Lanzo un grito de guerra invocando a los espíritus y espoleo a Trueno.

Me coloco en paralelo al animal desbocado e intento cortar las ligaduras que atrapan al jinete. En la simplicidad está la virtud, decía uno de los vaqueros del último rancho en el que trabajé.

- ¡Oka hey! -grito al ver cómo el caballo continúa su alocado galope dejando atrás al magullado rostro pálido.