Partida Rol por web

Cogí mi revólver y comprobé que estuviese cargado dándole una vuelta completa la tambor. Luego lo puse la lado de mi oído y fui haciendo que diese vueltas este estirando del martillo y soltándolo suavemente para que no disparase mientras lo escuchaba atentamente:

-Está intacto y en perfectas condiciones.

Me acerqué a Susan y le dije:

-Muchas gracias Susan, te debo una. -Luego le di un abrazo mientras cerraba los ojos y acoplaba mi barbilla en su hombro-

Meto mi pistola en su funda y miro con una mueca rara a la armadura medieval que ha llevado consigo. ¿De dónde has sacado todo esto? ¿Qué más has visto? pregunto incesantemente mientras me pregunto cómo diablos usará el ser peludo ese trozo de chatarra.

Respondo las preguntas de Rod.

-Me deslice pegada a la pared y llegue hasta una zona llena de cajas, por suerte me sirvieron de escondite. Habia muchas cajas, algunas de ellas cerradas y hechas con un extraño material muy liso que no logre identificar, habia tambien cajas de madera, en estas ultimas encontre nuestras armas, recipientes con agua, aunque es extraño que tengan agua aqui porque en la caverna hay manantiales naturales suficientes, tambien encontre latas de comida pero no cogi ninguna, por ultimo en una de las cajas de madera estaba la armadura de Arnold y tambien la cogi.

- Ahhh.... Mi vieja winchester - dice Pancho acariciando su arma y asegurándose de que funciona correctamente y no ha sido dañada - Lo único decente que me dejo mi viejo. Con un movimiento rápido, hace girar la pistola y la mete en la cartuchera - Salgamos de aquí. 

Sé que es una visión, pero también me explicaron una vez que los espíritus te dotan en las visiones de armas espirituales similares a las que usas en tu vida física. La sopeso y compruebo que está cargada. Sonrío.

La visión tiene que ser muy buena, el rifle es igual al mío en todos los detalles.

- ¿Qué hacemos ahora, Gran Espíritu? -le pregunto al extraño tótem con forma de humano grande y peludo.

El gorila parece ignoraros mientras examina y comprueba sus cosa smientras murmura cosas incomprensibles como "Esos cabrones me jodieron el sistema de propulsión" o "Este repulsor está demasiado chungo", hasta que, sosteniendo en las manos una especie de cañón en miniatura, sonríe tanto que deja ver unos colmillos largos y afilados como clavos de ferrocarril.
-Aquí queda algo de energía reservada. No la suficiente como para acabar con esos capullos del buró, pero si para abrir una bonita puerta en esta pared de piedra. -Luego se dirige a vosotros mientas se coloca el cañón en el antebrazo y lo sujeta con la otra mano. -Echaos atrás y tapaos los oídos... Esto va a hacer un poco de ruido.
Lo siguiente que oís es un zumbido que va creciendo en intensidad y como se os eriza el vello de vuestro cuerpo. Acto seguido, una explosión sacude la celda y un fogonazo de luz azul os ciega temporalmente. Cuando recuperáis el control, os dais cuenta que donde antes había una oscura pared de piedra, ahora hay un agujero humeante que conduce al exterior.
-¡No os quedéis ahí parados! Dentro de nada tendremos a cincuenta tipos cabreados detrás de nosotros.
Y dicho esto, Arnold suelta el cañón, ahora medio derretido y corre a través del agujero.

Observo el arma como gotea metal líquido y de repente el gorila sale corriendo. Aquello era una locura, nosotros huyendo tras un primate inteligente que había roto la piedra con un arma que se derretía. Negué con la cabeza y mire a los otros, luego recapacité, y aquel túnel era mejor que estar en un calabozo esperando la muerte, la muerte a mano de Jack.

Salí corriendo tras el mono en busca de la salida...

Asiento repetidamente con los ojos muy abiertos ¡Qué visión más potente!

- ¡Te seguimos, oh Espíritu! -exclamo mientras me lanzo a través del hueco cargando mi fusil.

Yo quiero una como esa- pienso mientras observo el boquete que ha abierto el mono en la pared.
Inmediatamente despues salgo corriendo detras del indio.

Pancho acaricia su Winchester con algo de tristeza - bueno - piensa - No será tan potente pero tiene más estilo. - Todos fuera, vamos! Antes de que vengan esos del buró... O de dónde sean.

La luz del Sol de mediodía os deslumbra cuando salís de la cueva siguiendo a Arnold, que ahora corre completamente erguido y podéis contemplar su gran estatura. El agujero abierto en la roca os ha conducido justo al lado opuesto del campamento de los bandidos por el que habíais intentado colaros y lógicamente el estruendo ha llamado la atención de los que quedaban en él, por no hablar de los agentes del Buró que comienzan a salir de todas partes.
Corriendo a más no poder mientras las primeras balas silban sobre vuestras cabezas y descargas de energía pura pulverizan rocas y cactus, os refugiáis entre unas rocas cercanas. Arnold se apoya de espaldas a una de ellas y trata de recuperar el aliento. "Mierda", alcanza a decir justo antes de que las cosas se vuelvan un poco más raras.
De pronto aparecen ante vosotros una veintena de tipos como salidos de la nada, vestidos con elegantes trajes, zapatos brillantes y gafas oscuras de curioso diseño. Algunos de ellos llevan pistolas pequeñas, otros pistolas grandes y algunos nada, y no parecen demasiado interesados en vosotros ya que uno de ellos señala a vuestros perseguidores y todos los demás se lanzan al ataque.
"La mano que guía... Ahora si que estamos jodidos", dice Arnold, que permanece agazapado mientras allí afuera se desata un infierno de disparos, golpes y patadas voladoras.

Señol mono -pregunto nada más recuperar el aliento-, ¿quiénes son estos nuevos tipos? -sin esperar respuesta, reflexiono un segundo y sigo interrogándole-: Pelo, aclálenos algo, pol favol, el salto tempolal que ha dicho antes, ¿oculilá hagamos lo que hagamos o podemos evital de alguna manela?

El gorila sacude la cabeza.
-¿Sabéis qué es un deja vu? ¿Esa sensación de que estáis viendo algo que ya habéis visto en anterioridad, como en un sueño? Pues es un reajuste de vuestro cerebro a una nueva realidad causada por una alteración del pasado. Suceden continuamente, cada vez que alguien la lía en una coyuntura anterior. Cuando pase, todos vuestros recuerdos serán borrados y sustituidos por otros acordes con la nueva realidad. Seguiréis siendo vosotros pero posiblemente vuestras vidas sean completamente distintas a estas. Puede que tengáis suerte y seáis ricos hombres de negocios o vagabundos sin un sitio donde caerse muertos; puede incluso que la realidad cambie tanto que todo el mundo cambie de forma radical. Ya pasó una vez algo así, pero no estuvo tan mal; desapareció la magia, las hadas y los unicornios y en su lugar llegó la tecnología y todo eso... Pero qué más da.
A mi no me afectan los saltos temporales pero vosotros simplemente os reajustaréis a la nueva realidad y seguiréis con vuestras vidas, sean como sean, sin más problemas. Casi os envidio.

De pronto se oye un impacto y un grito y veis a uno de los hombres de negro que pasa volando por encima de vosotros y se estrella contra una roca. El golpe debería haberlo matado pero él se limita a levantarse, quitarse el polvo de los mocasines y vuelve al combate, no sin antes dedicaros una respetuosa reverencia a modo de saludo.

Me quedo impresionado ante la potencia de aquella arma que nos abre camino hacia una supuesta libertad. No me quiero imaginar como seria el mundo si todos tuviéramos acceso a algo como esto...
Al poco tiempo de salir de la cueva y en cuestión de segundos una batalla se desata a mi alrededor. Dos facciones, al parecer de la dimensión de Arnold luchan entre sí con cachivaches estrambóticos. Un tipo pasa volando por encima de nosotros y se estrella contra la roca. Un impacto que debería haber acabado con cualquier ser humano "normal" pero aquél tipo se levanta y nos saluda como si nada. La sensación de estar en un sueño es cada vez mayor para mí.
Mira, esto para mí y seguramente para nosotros es como si estuviéramos en una especie de sueño, así que si de alguna manera podemos acabar como estábamos antes de meternos en todo este embrollo, cuenta conmigo. Aunque no entienda una mierda de lo que está pasando aquí...

Comprendí lo del deja vu, aquello era como una borrachera le fin de semana, según cuanto bebieses podría cambiar tu destino, o en la cama de según quien despertases, aunque su parlanchinería me agradaba, así que continué a su lado, hasta que de repente, un tipo apareció volando.

En circunstancias normales, aquello me habría parecido de lo mas extraño, pero esta vez no tanto.

Me detuve ne seco al lado del gorila y preparé mi mano junto al revólver mientras estiraba los dedos y los hacía crujir.

-Y bien peludo, ¿ese forastero no es amigo verdad?

Contemplo la lucha desde mi escondite con los ojos muy abiertos y sin entender nada ¿Qué demonios se espera de nosotros? ¿Que peleemos? Y si es así ¿contra quién? Unos nos perseguían, y otros combaten contra ellos, pero el Espíritu Mono es el único que nos ha ayudado y no parece tomar partido.

- Gran Espíritu... ¿qué harías si estuvieras en nuestro lugar? -pregunto desesperado en busca de una pista- ¿cuál de esos grupos es nuestro amigo?

Cada vez entiendo menos lo que esta pasando. Deberia estar en una granja, rodeada de mocosos, cultivando maiz y ordeñando vacas, ese deberia ser mi presente y no este. Prometi vengar a mi familia y a mi misma y de pronto me encuentro entre hombres que no son de mi tiempo, al lado de un mono que nos envidia y sin saber que debo hacer. Tomo una decision y me sitio justo detras del gorila, con el arma preparada por si las moscas, aun es pronto para morir.

-Si esto va a cambiar mi realidad la proxima vez espero tener suerte y ser una rica y prospera ganadera- lo que acabo de decir es absurdo, pero todo lo que estoy viendo lo es. La prioridad ahora es seguir viva y espero a ver que sucede.

Por una vez, Arnold parece confuso y no sabe qué deciros. Mira nerviosamente a un lado y a otro mientras junto a vosotros se desata la mayor batalla que haáis podido imaginar jamás.
Las balas vuelan, loc cactus explotan y cuerpos de ambos bandos se estrellan contra el suelo solo para ser sustituidos por otros en lo que parece una refriega sin final.
Hasta que de pronto alcanzáis a ver a tres figuras solitarias que parecen salidas de la nada. Vestidas con ropas de colores llamativos y con las siluetas recortadas contra la ardiente blancura del desierto, observan el combate con una sonrisa en la boca.
Arnold se queda casi tan boquiabierto como vosotros al verlos y solo logra articular una palabra: "Dragones"

El hombre rubio vestido con un reluciente kimono rojo hace un gesto y sus puños estallan en llamas. Con un grito ascendente corre hacia el centro del combate y se lanza envuelto en un torbellino de fuego, arrastrando con él a decenas de rivales de ambos bandos, que caen abrasados por todos lados.
Cuando se detiene al otro lado de la batalla, se encuentra con una veintena de armas que le apuntan directamente pero todavía se permite una brillante sonrisa de confianza porque...

La mujer alza sus brazos y mueve sus manos frenéticamente mientras flota literalmente a un palmo sobre las rocas y la arena y un inesperado muro de hielo aparece entre el primer dragón y los pistoleros. Cuando se giran para arremeter contra ella, sopla sobre ellos un frío tan terriblemente gélido que ralentiza sus movimientos, congelando sus miembros y dejándolos literalmente paralizados.
Y aunque el calor del desierto parece dispuesto a poner fin a esa situación, no parece importarle porque...